miércoles, 30 de octubre de 2024

LAS NUEVAS AMISTADES / Darío Ruiz Gómez

 

LAS NUEVAS AMISTADES

Darío Ruiz Gómez

El Presidente Petro es de un modesto origen social y quien vivió los mejores años de la vida no como un Tom Sawyer,  bajo las ensoñaciones de la adolescencia, sino, por desgracia en medio de las afugias  de la lucha armada entre el M19 y nuestras Fuerzas Públicas. Un joven salvaje que difícilmente ha podido soportar el llamado “reposo del guerrero”. De manera que al abandonar  la  vida  de guerrero, tal como lo hemos podido  observar  en el caso de otros guerrilleros,  su adaptación a la vida civil ha sido y es supremamente difícil sobre todo si además se cuenta con una crónica timidez, con un pánico escénico. Timochenko por ejemplo y tal como lo señalaba Eduardo Escobar no ha podido por más que hoy disfrute de la vida como el rico que es, despojarse de su pinta de vendedor de quesitos. Francia Márquez convocó en Palacio el día de su posesión como Vicepresidenta a cincuenta invitados que le dejaron la cena servida al Gran Chef de la “Comida Ancestral”. No estoy tomando a sorna el orígen social de una persona sino recordando que para ejercer un alto cargo gubernamental es primero necesaria una rigurosísima preparación para el ejercicio de un protocolo  como se le exige a quien está representando a toda una nación. César Gaviria, por ejemplo, de quien tanto esperábamos,  tomó con exultancia juvenil su Presidencia tratando de convencernos  de que su desparpajo provinciano, el estar rodeado de una  efebocracia, era lo mismo que la renovación de la democracia en manos de un roquero. Pero tenemos que darnos cuenta de que lo que se ha venido produciendo en Colombia es  un cambio radical de clase política,  por una parte segundones de los viejos políticos tradicionales  y por otro los matices de lo que supone la incorporación de los “Beverly ricos”  provenientes de la selva, de las llanuras, los páramos, con su desaforado arribismo. Nos referimos hoy a una casta de advenedizos  que pretenden mostrar su directa influencia política. Lo que en España llaman  los  Chorizos  provenientes de Podemos, de Sumar y naturalmente del PSOE  y que hoy el populismo ha calcado en esta izquierda colombiana.

Ortega y Gasset lo había advertido al observar en España el empoderamiento de la vulgaridad que  terminó  por plebeyisar la vida pública  caricaturizando  la cultura popular,  disfrazándose  de campesinos, de obreros, de indígenas. ¿No fue este el espectáculo al cual asistimos durante los primeros meses de funcionamiento del Congreso y del Senado? De la social-bacaneria del Norte de Bogotá a la olla express con el sancocho o sea la vulgarización  de una ceremonia democrática. En el momento en que el Presidente Petro, un hombre tímido, prevenido y desconocedor de los protocolos de estas ceremonias en las cuales  debe ponerse  de presente la representatividad que se le ha otorgado por parte del pueblo, pero, sujeto de la resaca continua que dan los cuatro wiskies de la noche anterior, al toparse  con la figura de Mancuso, titubeó y casi lo abraza. Mancuso, arrogante no espabiló  al mirarlo como a un inferior. Lo primero que hizo López Obrador fue sacar de la cárcel al hijo del Chapo  Guzman y visitar a la madre de éste, confirmando que nada perturbaría la buena marcha de los Carteles. ¿Qué fue lo que hizo César Gaviria con Pablo Escobar si no darle un tácito reconocimiento a su poder?  Sólo que  a  estos Poderes no les interesa salir en las páginas sociales  sino gobernar desde las sombras. Recordemos a Paul Virilio cuando nos recuerda que  hoy solamente  a los mediocres les gusta mostrar públicamente su riqueza. P.D. Al atacar procazmente a sus considerados enemigos recurriendo a supuestos eventos  de sus  vidas  privadas  el Presidente Petro ha autorizado que tanto  su vida privada como la de su familia quede en manos de las nefastas redes sociales, del  periodismo amarillo.

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