EL MIEDO A LA LIBERTAD
Darío Ruiz Gómez
El texto de Erich Fromn “El
miedo a la libertad” se leyó hace ya cuatro décadas, más por pedantería
intelectual que como un texto que nos alertaba sobre nuevas formas de
servilismo y de renuncia a las responsabilidades personales ante los hechos
históricos que ponen en jaque las libertades individuales y colectivas. Fromn
describe esta desidia general ante el mal como el miedo a la libertad como el temor
a dar personalmente una respuesta a lo que evidentemente constituye un grave atropello
a la dignidad humana. O sea que mientras
cierro los ojos ante las inclemencias de la realidad que el Partido, la
Organización piensen por mí lo cual
conduce a que con la pérdida de la
consciencia individual paradójicamente en una sociedad de las tecnologías de la información, el populismo encuentre, como en Colombia
actual, el terreno abonado para que la delincuencia política despliegue el espectáculo mediático
mediante el cual construye falsos héroes o heroínas, inventa encuestas y
borra la realidad de la violencia a la cual recurre para infundir miedo y temor en la ciudadanía y, a la vez,
adoctrina a esas franjas de los estratos
sociales que viven lucrándose de lo que Marx llamó el lumpen social, las
sociedades del delito, del proxenetismo, manipulados como
una masa presta a ser utilizada por los líderes de la violencia. Los rugidos del
terror, la quema de vehículos, corte de carreteras, fue el recurso que los
enemigos de la libertad utilizaron en el llamado “estallido social” tanto en
Chile como en Colombia. ¿Cómo quedarse callados ante estos atropellos, ser conducidos
al abismo por nuestra desidia moral?
Escondidas en sus refugios ciertas
clases sociales, parapetadas en su soberbia algunas de las llamadas clases empresariales,
convertidos en zombis ante sus televisores, los indiferentes ante las amenazas
a la libertad creen que si el populismo llegara a triunfar mantendrá su estatus
de vida. La misma clase política al desconocer la misión de defender las
libertades frente a quienes atentan contra éstas necesariamente se convertirá
en cómplice del avance de la maldad política. El caso de los llamados
intelectuales y su responsabilidad histórica frente a la barbarie recobra en
estos momentos en Colombia aquella connotación que tanto Camus como Raymond
Aron con su prodigiosa clarividencia moral llegaron a calificar como el opio de
los intelectuales quienes guardaron silencio ante el despojo por parte del
totalitarismo de las libertades necesarias para pensar con criterio, con
pluralidad. ¿De cuál de los miedos ante la libertad estamos
hablando entonces? ¿Nos dan lecciones de
tolerancia las(os) intolerantes? ¿No
existe diferencia alguna entre un líder populista y, tal como orondamente lo
han defendido algunos políticos, el defensor (ora) de los valores de la
libertad? Aquí como lo hemos venido
comprobando con los enormes gastos electorales de la campaña de Petro es donde ha jugado un papel decisorio la desinformación, los fake news, las
falsedades históricas, tal como lo
pueden comprobar en la versión colombiana de “El País” de España.
La nueva Presidenta de Honduras Xiomara Castro
es militante del castrismo madurista y con López Obrador, Ortega, Maduro, Díaz-
Canel está comprometida actualmente en la tarea de crear un frente populista
contando con la caída inminente de Colombia en sus garras. ES lógico entonces
que Piedad Córdoba y Toloza conocido por su extremismo viajaran a Tegucigalpa,
donde fueron recibidos con todos los honores por la Presidenta, a dar una
asesoría directa de cómo lograr estos objetivos ya en marcha en Colombia a
través del llamado Pacto Histórico. ¿Quién le puso la trampa? ¿Por qué no recordamos ante el asesinato del
Fiscal Pecci que Borda el llamado Canciller de las Farc está condenado en
Paraguay por el secuestro y asesinato con extrema crueldad de la joven hija del
expresidente Cubas y tiene una orden de detención por parte de Interpol?
¿Recuerdan la maniobra de López Obrador para que no fuera detenido? Háganse los
bobos(as).
1 comentario:
Excelente reflexión!! Por Dios!! al fin encuentro un escrito con realidad, coherencia y rescate de lo que somos como seres humanos: escencialmente buenos.
Desde hace 60 años, con la TV y quién sabe hace cuántos años más, la gente quedó idiotizada con la TV y hoy está descerebrada?
Todos pa'l abismo arrastrados por los "buenistas"y "académicos", con ese otro 50% resentido.
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