sábado, 13 de noviembre de 2021

FALSIFICANDO EL LENGUAJE Darío Ruiz Gómez

 


FALSIFICANDO EL LENGUAJE

Darío Ruiz Gómez

¿Qué tal que un importante periódico encabezara su primera página dando la noticia de que un nazi sobreviviente ha decidido interponer una demanda contra el Tribunal de Nuremberg “por considerar que fue injusto condenándolos por matar millones de seres humanos”? O que encabezando esa primera página otro importante periódico nos dijera que los herederos de Stalin o Pol Pot han decidido interponer una demanda contra los Tribunales de la Historia que los condenaron por asesinar a más de treinta millones de personas dejándolos morir de hambre, fusilándolos, enloqueciéndolos en terribles interrogatorios?  ¿No es en estos casos donde el concepto de Crimen de Lesa humanidad cobra toda su vigencia? La crisis de los distintos  medios de comunicación  surge – no me cansaré de reiterarlo- de la deliberada alteración del lenguaje para no decir la verdad e introducir en la ciudadanía  la incertidumbre  al lanzar  subliminalmente la idea de que la justicia  podría haberse equivocado y desalmados asesinos confesos “podrían” ser mansos corderas(os). Todos somos susceptibles de caer en cualquier aberración y la peor es no saber distinguir entre el bien  y el mal.  Es el camino de confusiones  que va del uso del eufemismo – “ No, fue una acción en defensa de las bases populares”- hasta lo que hemos llegado a conocer como las falsas verdades  porque aun cuando ya existan  secciones especializadas en distinguir  entre la verdad de los hechos y las falsedades de los fake news la mutación de las políticas informativas para no basarse en los hechos sino en especulaciones caprichosas  continúa bajo estrategias más sofisticadas y una de ellas sigue siendo los falsos titulares con que se encabeza una noticia en primera plana.

Colocar en el encabezado de primera página la noticia de que los Comandantes de las Farc demandarán a la JEP por calificarlos de esclavistas es relativizar descaradamente la verdad creando  en el lector  la idea de que estos criminales “podrían” ganar a la JEP esta demanda cuando  ha sido muy claro el  pronunciamiento de la JEP – apoyada  sin duda alguna por el Presidente de la CPI – a partir  de documentos  y testimonios  que no se prestan a falsas interpretaciones ya que son lo que son: documentos sobre la maldad  humana que  de inmediato y bajo los códigos de la justicia universal  le deben ser aplicados a los carniceros de las Farc en el momento  de llevarlos a juicio.  Lo que las imágenes muestran sobre el Mono Jojoy  y Borugo su terrorífico  Campo de exterminio  es una demostración de que para los estalinistas de las FARC este tipo de campos de castigo para secuestrados en todos los lugares del país es una verdad irrefutable que no puede ponerse en duda y es  como lo fue en el caso de los descubrimientos de  Buchenwald  y  de los Gulags soviéticos, de las cárceles de tortura de Maduro algo que modifica radicalmente  la historia al encontrarnos ante masacres que obedecen a un patrón, una sistematicidad y tienen un objetivo político. que debe ser enjuiciado rigurosamente por un verdadero tribunal de justicia. Pero, atónitos, estamos comprobando que, paradójicamente  los distintos medios de comunicación y desde luego los llamados Partidos Políticos  parecen estar eludiendo y entorpeciendo, incluso lo que este  descubrimiento del horror supone ya que inevitablemente  han cambiado  las reglas del juego y la llamada contienda electoral debe responder a esta defensa de la víctimas y a la condena explícita de métodos de terror y exterminio que no pueden seguir prolongándose indefinidamente.

Afortunadamente la narrativa sobre esta tragedia que antes fue enfocada desde el punto de vista de los verdugos mostrándolos como héroes se ha dado la vuelta y el país y el mundo comienzan a escuchar  las poderosas voces de los muertos desde la luz definitiva de la verdad. “El silencio del miedo nos hace cómplices, por omisión, de la barbarie” nos recuerda el recién fallecido Jean Luc Nancy. Y ¿el silencio por mera complicidad no es genuina barbarie? ¿No lo es la indolencia moral de quiénes conociendo estos hechos callaron?   

 

 

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