Constancia
de lectura
FAMILIA: PAREMIOLOGÍA
DE UNA TRADICIÓN ANTIOQUEÑA
Juan Mares[1]
Toda obra literaria tiene
sus causas motivantes que la pueden llevar a trascender la cotidianidad de un
pueblo para convertirse en su epopeya o en la saga de una familia, como nicho
de donde se puede configurar ese pueblo. También puede ser la épica de un hombre.
Esta novela cumple una
tridimensionalidad en sendos frentes: es una epopeya en cuanto que es la
consustanciación de un pueblo que emerge del mar y va a los Andes. Es decir,
una familia en una idiosincrasia, como el pan y el vino en la Eucaristía. Es la
saga de una familia, basada en una historia familiar con más despliegue
“metastásico” en la configuración de un pueblo o nación desde dos, cuatro o
dieciséis familias regadas por el espinazo andino. Y es una épica de la vida de
un hombre en cuanto narra el viacrucis de quien va viendo desaparecer a sus
principales parientes, padecidos hasta lo indecible, cruzando no el mar de los
sargazos con todas sus amarguras, sino el padecimiento espiritual para
descifrar el mundo de su tiempo desde la orilla de un litoral de amplias costas
y arrecifes. De farallones y collados, de sabanas y rastrojos. Es, como ñapa,
un patrimonio intertextual de la paremiología social como sustrato de las
esencias de un pueblo.
Miremos. Una novela es un
riachuelo que se va ampliando en la medida en que le llegan varias vertientes
hasta conformar un río, que va a dar al mar, donde se mezcla, de manera
intertextual, con la quinta esencia de otras novelas que en el mundo han sido y
donde se permean las experiencias del ser humano. Experiencias que se
transparentan en la literatura.
Así el asunto, me
encuentro con que, al terminar de leer la novela, veo rastros de mar caribeño
que es García Márquez en la literatura, nuestra literatura. Para mi criterio
está de una manera diversa la hojarasca y explico por qué. En la obra de
Márquez es un niño, una madre y un abuelo quien narra un episodio de un pueblo
entorno a la vida de un médico; acá, Jairo nos presenta los sucesos desde el
antes y el después de la vida de su padre, el hermano y la madre desde una
visión en primera persona; por supuesto, esto nos lleva a Fernando Vallejo y su
cantaleta de la primera persona.
En este trance se van
dilucidando asuntos que profundizan el carácter existencial frente a la muerte
y del absurdo ante la sociedad y la justicia. En Albert Camus se plantea el
problema cuando, en El extranjero, sucede que a Meursault, el personaje
principal, lo condenan no por haber matado a un árabe, sino porque la noche de
la velación de la madre se va de cama con “María Cardona, antigua dactilógrafa
de la oficina donde trabaja”. En Familia, Jairo cae tres veces. Cuando muere el
padre, cuando asesinan al hermano y cuando fenece la madre. Como coincidencia,
la dama en este caso empieza por M, y no delata su nombre por razones que el
corazón o el cerebro y, en cualquier caso, la hidalguía no permite.
Por todo el espacio que
se estructura a través de esos tres episodios se va relatando la historia del
contrabando, y en la que Urabá es un camino, no solo de los principios de la
mafia, sino de los más recónditos ancestros del mestizaje antioqueño, perfilado
desde Santa María La Antigua del Darién. Incluso, el nombre tiene su doble
sentido semántico: Familia como saludo en las vertientes del bajo Atrato y con
eco en Victorio Mosquera.
En las páginas 11, 19,
20, 21, 29, 96, 97, 101, en fin, en estas hojas se traslucen esas raíces o
“meaitos” de perro que se permean como una ancestralidad antioqueña, que pudo
ser consciente o inconsciente en esta novela reveladora de muchos aspectos
donde se tocan asuntos de la moda, las negritudes, la religiosidad, el trabajo
y, un ensayo o una reseña que hable de una excelente obra para complementar una
tradición que atraviesa desde Tomás Carrasquilla, pasa por el mago de todas
partes, Manuel Mejía Vallejo, hasta apostillar en los flancos de Fernando
Vallejo. Todo esto con la evocación del mar paramiológico de Cervantes en su
obra. Esta es la otra fuente que recoge como origen de los antecedentes
antioqueños, y donde, igualmente, acopia en una página donde recrea el asunto
de los rastros nativos que se pintoretean con el cuento de la cita de García
Márquez en el Amor en los tiempos del cólera con las meretrices dabeibanas.
LA
PAREMIOLOGÍA EN FAMILIA
Son
muchas las maneras de enfocar un señalamiento como ejercicio lingüístico en
esta obra de Jairo Osorio, para resaltar ese aspecto filosófico de la moralidad
donde se presentan otros tópicos éticos y un pequeño tratado de axiología.
Aquí me limito a
sacar los que pillé más visibles en el camino de esas páginas de la saga familiar
de Jairo Osorio. VeamosCuando alguien cercano muere y no sabíamos que existía: Se mueren personas que uno no está al tanto de que viven.
Por referirse a unos calzoncitos cortos y
estrechos en una amazona: “etida en sus
calzoncitos de algodón a culo pajarero.
Al
revisar un álbum familiar: ¿A qué
hora sucede el tiempo?
Por referirse a un familiar camorrero: Liberal, putañero y además bribón.
Como advertencia: Nadie se va detrás de los desconocidos a tumbar las selvas.
De las despotricadas nacionales y
detractoras de los ganadores para decir que se trataba sólo de: Comer bueno y dormir mejor.
Como para un refrán ante la necesidad de
alguien que haga respetar la tradición o la parentela: Volvió el miedo a Celso Bala.
Como para despertar añoranzas: Los viejos de la familia extrañan la virtud
del pueblo.
Por referirse a los aprovechados (2°
párrafo, pág. 64) Así juntaba Dios el
hambre con la gula.
Cuando se llega a alguna parte de manera
huida: Llegó sin una muda de ropa.
Para decir verdades de a puño: El toro y el melón como salen son.
Sentencia que hace alusión a la avaricia: La envidia ahuyenta el oro.
Para recomendar una buena inversión
inmobiliaria: Casa en plaza los quicios
tienen de plata.
Sobre los destinos e imposibles: Al que nace barrigón es inútil que lo fajen.
Para dar una exaltación a la inversa: Docto en asuntos de teología y humanismo,
buen escritor y lengua superna (lengua de trapo y de zurriaga, para el
antioqueño).
Los derrotados ante la vida luego de haber
sido prósperos: Los viejos se mueren de
eso y hasta de menos.
El que es experto, diestro en algo, en
cualquier lugar del mundo pelecha: Gallo
que es bueno lo mismo canta en su corral que en el ajeno.
Sobre la calidad y nobleza de alguien o de
un objeto: El puerco y el noble por la
casta se conocen.
Sobre lo que corresponde a las habilidades
de una persona: Mozo rondador no puede
ser madrugador.
Filosofía de aguardenteros,
contrabandistas y bandidos en general: Alfredo:
–Mijo, el hombre que vale es el estudiado.
El Narizón –[…] un hombre que va a la universidad es un hombre
inteligente; un hombre que va a la cárcel es un hombre íntegro; un hombre que
va dos veces a la cárcel es un imbécil.
Ser retrechero: Salude, pero no dé la mano.
Es esa filosofía del vivo vive del bobo y
el bobo del engaño: El Eme sí que supo de eso en sus tiempos. Igualmente, los
candidatos políticos en cualquier nivel: Hurta
y reparte que es buen arte.
Por lo ágil y rápido para caminar: Viajaba de Medellín al Golfo de Urabá en el
mismo tiempo que se gastaba una mula espantada, Omar Garcés “El Patón.
Ante la prudencia frente a lo propio de la
parentela: Nadie tira piedras a su propio
tejado.
Es una versión antioqueña de la sentencia
bíblica –El que a hierro mata a hiero muere
(Mateo, Capítulo 26, versículos 51-52) –, a la vez que
es una sinestesia interesante: Le dieron
sopa de su propio chocolate.
El que ofende fue porque fue ofendido: Nadie da palos de balde.
Es parte del patrimonio universal que se
reenvasa aquí. Francisco de Quevedo y
data del año 1603. Y donde se afirma el poder del vil metal para corromper la
sal: Poderoso caballero que era don dinero.
Es decir, cada quien sabrá para dónde va y “todos los caminos llevan a Roma”, es un renuevo con otra adaptación creativa: La calle es camino de todas partes.
Sobre el acomodarse a lo que rinda
estipendios: El oficio que no mantiene a
su amo vaya al diablo.
Variante de al caído caerle”. O al perro
flaco se le pegan todas las pulgas, o todo perro flaco es carranchiloso: “Del Árbol caído todos hicieron leña.
Sobre los avispados que llegan con el rabo
entre las patas y terminan ladrando y mordiendo a quien les tiende la mano: De la calle vendrá quien de la casa te
arrojará.
Sobre las rachas de suerte, cuando el buen
sino favorece: El año que es de leche
hasta los machos la dan.
Sobre el arte de la reciedumbre o
acomodarse a las circunstancias: La
desdicha nos enseñó que son más los días que las alegrías.
Es una variante de Cuando todo aprieta, el
camino se aligera: La carga hace andar al
burro.
Todo lo que se necesita se consigue en
alguna parte. Muy original, buenísima: No
hay chirimbolo que no se consiga en tenderete.
Desperdiciar alguna oportunidad por temor
o por las urgencias del diario transcurrir: Desaprovecharse
entre los apuros del mal vivir.
Con solvencia económica todas las
desavenencias se hacen llevaderas: “Las
penas con pan son menos penas”.
Nos evoca otros refranes del patrimonio
universal: Más ayuda el que no estorba.
Recuerda estos: “Comida se da, pero ganas no; Llorando también se goza; Hay
unos que no dan, pero no quitan; Ni el que llega estorba, ni el que se va hace
falta.
De cuando las dificultades apremian, bueno
es chirinete[2]
si falta la arepa: Con suficiente hambre
no hay pan duro ni falta salsa a ninguno.
Lo bueno si mucho, empalaga, “lamber”
mucho fastidia al lamido: En él lo poco
agradaba y lo mucho enfadaba.
Sobre el disfrute evocado de algo muy
bueno sucedido: Todavía me huele a panela
caldeada la chocha que lamo.
Hombre satisfecho luego ignora las
necesidades del otro (Entre otras, este refrán se lo escuché a varios arrieros y
aserradores del Ato Sinú procedentes de San Carlos, de Urrao, de Uramita,
Dabeiba e Ituango): Yo soy como Juan
Orozco, cuando meriendo no conozco.
Aunque los hijos nazcan de una misma chocolatera y de un mismo molinillo
cada uno tiene su sabor, color y forma. Es decir, nace cada uno con su manía
social y donde son tantos no faltan la puta, el cura, la monja, el matón, el
ladrón o el marica y hasta buenos padres y madres de familia. No falta la oveja
negra y el gallinazo blanco cuando es pichón: Cada hijo de familia es un dedo distinto, pues no hay sangre sin
calavera.
Remplaza al refrán: Vaca ladrona no olvida
portillo: Perro y mujer que pisan cuartel
regresan a él.
Es muy parecido al trillado en un
vallenato que dice: El hombre que trabaja y bebe, déjenlo gozar la vida…; o
este otro, El perdido busca el monte, o No ponga horqueta a burro puertero (Es
bueno saber que hay vacas, mulas y burros que son portilleros y alambreros, a
estos se les pone horqueta): No pongas
bozal al buey que trilla.
Es remplazo a “al que le van a dar le
guardan: Nunca es tarde cuando la dicha
cuaja buena.
Sobre los desplazamientos forzados: La noche en que el miedo anduvo en burro.
Sobre el que no cabe en algún lugar, o
bien, Perro de pocas pulgas, o de quien no carga agua en la boca: Culo de mal asiento.
Es decir, no saben lo que se pierden: No se arrepentirán de haber venido y sí se
entristecerán si no vienen… (Pere Romeu y Borrás).
Es una réplica del Guerra avisada no mata
soldado: Soldado cojo no muere en guerra.
Sobre estar alerta: Cabra coja no guarda siesta.
Sobre el abrazo disimulado cuando se baila
amacizado mientras se caliente la arepa:
Ahí etá usté
brillando hebilla; Haciendo ganas.
Sobre tener buen nombre, estar acreditado,
que cuando no tiene plata a la mano le ayudan por ser un honrador de deudas: Es mejor tener crédito que plata.
Sobre el tacto en el tratamiento de
alguien alebrestado para cogerlo con la mano en la masa: Espantar un pájaro no es la forma de agarrarlo.
Sobre el saber corregir: El amor filial puede más que la soberbia.
Dar espacio a la fe o al olvido, hacer
mutis ante lo que no se puede hacer mayor basa:
A Dios se dejan
las cosas sin remedio
(A Dios se dejan los asuntos sin remedio).
Las personas aprenden con el ejemplo, y no
por recomendaciones, lo que se ve se termina imitando: El lobo aprende a aullar en la jauría.
Comporta una actitud de “vivo” que se
esconde tras la fe de otros: Tras la cruz
está el diablo.
Este dicho o refrán tiene uno más
contemporáneo: Hoy día hasta los espejos mienten. Claro, la mayoría de los
espejos estándares muestran lo que reflejan, cuando no, son de aumento o que
alargan o estilizan la figura, como si fuese una selfi con photoshop. Un espejo no sabe ser embustero.
Una sentencia que refleja la filosofía
documentada del grafitero en asuntos del amor, sumiso de una de las partes. De
un grafiti copiado en el texto (pág. 231): El
amor y la libertad son incompatibles; el amante es un esclavo.
La sentencia siguiente equivale a No botar
pólvora en gallinazo:
Donde en el obituario del libro concluye: Hay que enseñarle al que no sabe, pero nunca
al que no aprende.
Me encontré esta figura literaria que me
pareció importante, aunque farragosa, novedosa:
Hipérbole:
Fumarse un porro de aquellos daba la
sensación de haberse tragado una granada de mano de combustión atómica. (pág.
70).
Y este pequeño glosario que anoté por poco
frecuente su uso en el lenguaje coloquial, parte a destacar cuando se usan con
un sentido espontáneo y bien aplicado:
Aguaitar: Arcaísmo caído
en desuso y más frecuente en las viviendas campesinas de los ribereños de los
altos del Sinú y San Jorge y significa: mirar, observar.
Chiribico: La definición de chiribico en el diccionario castellano es arácnido de las tierras calientes, de olor desagradable y cuya picadura produce fiebre. Otro significado de chiribico en el diccionario es también pez pequeño, de forma elíptica, color morado, boca y ojos muy chicos.
Filipichines: Es como decir
hijos de papi y mami. Aunque en San Carlos, Antioquia, se le dice a un pequeño
pan del tamaño del dedo pulgar.
Finero: clase de postín.
Gamberras: Gente esparachinosa e
iconoclastas.
Grillas: Metáfora por
putas.
Cobil: Escondite o
rincón de mala muerte.
Piscolabis: Tentempié,
especie de “algo” o chocolate parveado o con arepa. O pinchos en fiestas o
presentaciones ceremoniosas de libros y fiestas
hogareñas o públicas.
La escala económica: Con las ganancias
del oro de las minas se surtían las tiendas y se compraban fincas, con las
utilidades de las fincas se adquirían casas, enseñaban los abuelos a sus hijos”.
Prorrateó: Repartición de
manera equilibrada de algo entre unos y otros.
Miriñaques: pertenece a la
moda como adorno o tela. Poner miriñaques es estar enredando un asunto con
prosaicas expresiones rebuscadas tratando de demostrar finura.
Redondeemos este
testimonio de lectura diciendo que la
importancia de un buen texto se calibra cuando este da para mirar más allá de
la superficie, los accidentes de la geografía de las palabras, los conceptos y
la percepción estética del discurso narrativo y también la historia. Familia,
de Jairo Osorio es un texto bufete para que cada quien se sirva a gusto la
cantidad y el gusto de los manjares elegidos para sentarse a leer. FAMILIA,
tiene una carga simbólica para sustraer materia. Leer es buscar otros sentidos
para recrear la alegría de la aventura tras las páginas de un libro.
Apartadó,
sábado 23 de mayo de 2020
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