jueves, 18 de junio de 2020

EL FANTASMA DETRÁS DE LA “PAZ” Darío Ruiz Gómez




EL FANTASMA DETRÁS DE LA “PAZ”
Darío Ruiz Gómez

El lugar escogido en la Habana  para escenificar las conversaciones de Paz entre la Guerrilla de las FARC (Partido Comunista) y el Gobierno colombiano  recuerda de inmediato con sus inmensos floreros, el lujurioso  jardín, al escenario de una convención de  negociantes  norteamericanos de los años 60  en una película de Coppola  o una novela de Graham Greene: los  desgualetados  guerrilleros, la pinta de empleados judiciales de los “representantes  del gobierno colombiano” el envarado burócrata  cubano, la escuchimizada  noruega que nunca ríe. ¿Dónde se sentaba Enrique Santiago  vestido como un socio de  la familia Corleone? Santiago supo manejar  juiciosamente  la estrategia de “la estética de la desaparición”o sea el no mostrarse nunca, ordinariez  propia de los segundones. ¿Qué pasaba una vez terminaban aquellas  cansinas sesiones? Una película  los mostraría conversando  desprevenidamente,  tomando daikirís o mojitos o wisky con ese lerdo  y burdo humor que caracteriza a los funcionarios comunistas. También contaban con el catamarán. Cuatro años se pasaron en esas haciendo juegos de palabras, ensayando los gestos para estrenar   vida parlamentaria, imaginando el fashion a llevar ante las “multitudes” proletarias y campesinas que supuestamente  los  aclamarían  como a los nuevos dioses redentores. Hábilmente Enrique Santiago apenas   se dejó ver en Colombia y contó  para ello con la complicidad de los grandes medios de información que apoyaban irrestrictamente  las conversaciones de Paz. En una respetable publicación de izquierda gallega “La Marea”  me lo encontré por fin dando unas declaraciones muy explícitas: “El gobierno español debería tomar ejemplo del gobierno colombiano que amnistió a las FARC y concederle esa amnistía a los presos de ETA” Se supo que siguiendo el ejemplo de Iglesias y de Echenique  tenía una lujosa oficina en el aristocrático barrio de Salamanca y no en un barrio proletario.  Y ya en “El Español” el importante periódico fue más explícito en una entrevista que apareció  en el mes de setiembre del año pasado  donde reconoció que estaba vinculado a las FARC desde hacía tres décadas por recomendación de Piedad Córdoba como “experto en Derecho de Guerra y de los refugiados”. Cuatro años estuvo al lado de Márquez cuyo regreso a la violencia justificó porque “La Fiscalía busca hacer estallar el Proceso de Paz extraditando a Márquez y a Santrich, además de que Estados Unidos ya los tenía en la mira y Márquez llegó a la conclusión “de que debía tomar medidas de precaución”.

En “El Mundo” de Madrid del mes pasado Luis Fernando Romo hace de Santiago una pintoresca semblanza  después de haber sido nombrado por Pablo Iglesias  “Vicepresidente de la Comisión para la reconstrucción de España”, nada menos: “Campechano, muy majo, simpático, trabajador y sobre todo no es ningún mandón”  “Uno de sus logros internacionales  más destacable fue como representante de la guerrilla de las FARC” Y remata esta semblanza: “Enrique es fiel a la ideología de Lenin, y partidario de los ideales de Carrillo, Maduro  y Fidel Castro” La instalación de la Comisión presidida por Patxi López se incendió rápidamente con el odio desatado de Pablo Iglesias tratando de incomodar a Cayetana Alvarez tirando de  fallida ironía al llamarla Marquesa –que lo es- y recibir  la contundente respuesta de la representante del PP. De pronto un exaltado comenzó a dar gritos y Patxi López debió callarlo:”No te he dado la palabra cállate” Había aparecido Enrique Santiago en escena. ¿Apoyar a Bildu (ETA) y defender a los sediciosos catalanes “los Jordi” tal como lo ha hecho Iglesias es parte de esta reconstrucción  de España aconsejada por el leninismo de Santiago? Para nuestra investigación  las preguntas son lógicas entonces: ¿No fueron las décadas de consultor  de Enrique  Santiago  con las FARC las más sangrientas que hayamos vivido con toma a sangre y fuego de inermes poblaciones, la industria en auge del secuestro, el reclutamiento de niños, el más cruel desplazamiento de población campesina? ¿No fue Enrique Santiago quien redactó las condiciones para el Pacto de Paz y creó a su acomodo y con diabólica malicia la justicia  transicional  al uso hoy de las FARC y no de las víctimas? Lo qué ha continuado  hablando con Márquez  Colombia debe saberlo para no llevarse a engaños por parte de tramposos que siguen considerando  que no  hay conectividad entre narcotráfico y violencia terrorista y ahora preparan un nuevo asalto a nuestra desprotegida democracia. 

   

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