SOBRE EL CENTRO
Darío
Ruiz Gómez
Lo
que me impresiona en este momento al escuchar y leer opiniones sobre la
recuperación del Centro de Medellín es
darme cuenta que para los encargados de esta recuperación el estudio de
la historia de éste no cuenta para nada y la tarea se reduce como lo
expresaba la joven funcionaria de
Infraestructura a despejar las fachadas de los edificios, a ponerse de acuerdo
con los propietarios de negocios que han colocado burdos y chillones anuncios,
y hacer de Junín “lo que fue en el pasado”. Aquí se olvida el hecho que supone
en un momento dado el abandono del Centro por parte de Planeación Municipal en
un atentado urbanístico cuyo impacto negativo condujo a la emigración de sus
antiguos habitantes hacia El Poblado y a la invasión del Centro por parte del
antiguo Guayaquil destrozado también como espacio contenedor de una gran economía manufacturera
y comercial, generador de la primera cultura urbana del país. Con la corrupción
calles como Argentina y luego la calle histórica de Bolivia se vieron llenas de
prostíbulos y lugares de mala muerte y con el abandono de las casas comenzaron a tugurizarse rápidamente los antiguos
sectores de vivienda con la concesión de licencias para convertir una casa en
tres o cuatro negociuchos que con sus avisos de mal gusto lumpenizaron
los lugares. Lo que supuso, según la magnífica previsión de Olano, la
construcción de Junín como una mainstream con sus avisos de neón, con su
despliegue visual del primer piso y sus vitrinas comerciales, Junín como un lugar
de intercambio social incorporando las
nuevas tipologías como pastelerías, cines continuos, fuentes de soda y un
público que decía adiós con la influencia norteamericana a la vieja aldea. ¿Cómo
lograron Nueva York, Chicago, Madrid desterrar al hampa que se había apoderado de sus Centros y devolvérsela a la
ciudadanía? ¿No debieron recurrir como recuerda Bobbio a la fuerza de la
justicia en nombre de que los espacios
cívicos no pueden ser invadidos por el llamado comercio informal tal como lo
plantea el populismo? ¿Recuerdan la estampida de violencia promovida por los dueños de la economía
subterránea y que destruyó un sector del Centro cuyos costos ascendieron a más
de 14.000 millones?
El
Museo de Antioquia hizo un inventario de la arquitectura del Centro, antes se
había hecho para la EDU un detallado informe sobre los edificios Art Deco un
valioso patrimonio de la arquitectura moderna, el Museo se planteó como eje de
recuperación del Centro ¿Dónde están
estos documentos? Lo primero que
se hace para recuperar un Centro es mantener la altura de las manzanas construidas, reconocer la presencia, como en nuestro caso, de una gran arquitectura
moderna, renovar la vida del sector, no
congelarlo. Pero ¿Y las Fronteras invisibles, la vacuna a los más pobres?
Revivir la idea del Centro es algo bien importante por los interrogantes que
desata: teníamos un Centro para encontrarnos y reconocernos ¿ Dónde estamos ahora, somos los mismos o
quiénes han llegado a acompañarnos? Un
Centro no se recupera sin un proyecto integral que rescate al peatón frente al
caos vial actual ¿Se ha recuperado el flujo peatonal de la carrera Ecuador, de
Bolivia, Perú, Ayacucho? ¿Se ha construido la avenida que prolonga Junín y El
Palo hasta El Poblado? Peatonalizar una
vía es convertir al peatón en el
verdadero actor de un espacio público recuperando para el ciudadano los
intangibles significados que su memoria necesita. Un trabajo complejo.
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