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La novela de la muerte de Cortázar
de
Fernando Rivillas
Fernando Rivillas
Víctor Bustamante
Este es el primer texto sobre el
escritor argentino que se ha escrito en el país desde el punto de vista de una
biografía. ¿Por qué Cortázar?, nuestro mito, nuestro amigo que abrió con su
literatura la puerta a otras sensibilidad de la ciudad, que además expresó, a
pesar de la lejanía, el nuevo concepto de ciudad que se desplegaba con sus
reuniones de clubes de la serpiente, del caminante citadino, renovando nuestra
admiración por Paris y desalojando los clichés de nuestra manera de escribir.
Todos amamos a la Maga en su doble papel de ser evanescente y perdurar.
Cortázar no solo creó un estilo de narrar sino un estilo de vida. Parecería
extraño que desde Medellín se haya escrito este texto o mejor desde Apartadó
donde apartado del mundo cultural vive Fernando Rivillas, su autor. Pero ya
sabemos lo que puede la literatura. Cuando un libro es clave para una
generación, como fue Rayuela, este texto se convierte en algo con tintes
bíblicos, algo personal con sus conversaciones imposibles para arreglar el
mundo caótico, para cotejar esta metafísica de estudiantes con licor y jazz de
por medio el humo en la atmósfera del cuarto con la cercanía del llanto de
Rocamadour filtrándose y recordándonos que alguien inocente nos delata.
Cortázar reveló el habla común, los delirios patafísicos, el adentrar en otras
realidades que están ahí cerca, insospechables, por eso diría Rivillas, Cortázar
y ningún otro. Cortázar siempre fue joven y nos expresa con nuestras utopías.
La novela de la muerte de Cortazar (2004) escrita por Fernando
Rivillas revela toda la pasión y la ficción de lo que ocurre con los escritores
que amamos. Él no pretende corregir al autor, buscar las fallas que el hipócrita
lector de pronto no pudo escribir. Rivillas lo entrega vivo y actual, así sea
en esa lejanía que es la muerte.
Este libro posee dos caminos narrativos.
Uno de ellos la biografía a la inversa que comienza con los funerales del
escritor, la reverencia y el desalojo en su cuarto, los amigos absortos, el
camino de la enfermedad, el penoso deceso, sus caminadas por Barcelona, el
reconocimiento de algunos espontáneos, los diagnósticos de su enfermedad. Poco
a poco va entregando un Cortazar que fue traductor, maestro en apartados
lugares de su patria. Metáfora que obra como si asistiéramos al nacimiento que
es la imagen que perdura. Cortázar no ha muerto y nos acompaña desde su eternidad
de papel.
Apoyado en los textos del mismo autor y en visiones,
perversiones, entrevistas y ensayos Rivillas establece una relación entre los
escritos del argentino cotejándolo con sus vivencias para recordarnos, hombres
de mala fe, como la literatura se nutre y se mantiene viva debido a ese humus
que la alienta y la tatúa en nuestra memoria: la vida misma. Toda opinión,
cercanías, recuerdos le sirven de material para decirnos una biografía interior
del argentino.
Todas las biografías son arbitrarias y posibles. Una vida es
muy difícil atraparla en algunas páginas que forman un libro. Una biografía
posee muchas arbitrariedades. Incluso en un cuento de Cortázar, los pasos en
las huelas se refiere a esa imposibilidad. Las biografías constituyen un género
con muchas vertientes que intratan atrapar una vida llena de sentimientos,
dudas, traiciones perversiones risas o mucho escepticismo.
Rivillas prefiere seguir los rastros del argentino en sus
mismas palabras, lo rastrea en cuentos, poemas, novelas, ensayos y los coteja
con las opiniones, ensayos y visiones de otros para entregarnos el mapa
interior de Cortázar. Él que opinaba sobre diversos tópicos. Y es que caemos en
cuenta que los escritores poco a poco con su red de palabras y cercanías van escribiendo
ese red que es su vida de una manera indirecta como si sus propias palabras lo
hubieran atrapado.
Otro de los caminos posibles es la
ficción en los capítulos impares donde el autor
entrega la posibilidad de que la Maga sea buscada por los lectores a
través de la doble ficción y asumimos la posibilidad de que Lucía se lea en el
libro, que se busque como si nos adentramos dentro de un espejo. Así mismo
algunos escritores de renombre quieren sabe dónde está la Maga y quieren
buscarla como si ella aún mirara vitrinas por alguna calle anónima.
En este texto encontramos una cita íntima y precisa de qué
pensó Cortázar sobre algo en algún momento determinado. Rivillas hace
arqueología literaria y devuelve la ética del argentino, tan cercana, en la
paciencia del detalle. Como diría Nabokov allí está la gran literatura.
¿Cómo no leer este texto con devoción, si inspecciona una gran
escritura y los avatares de una vida y nos participa de la curiosidad de saber
que ya no se perderán en esa intemporalidad los datos desperdigados en la
intemperie de tinta y olvido? Rivillas los arrebata y recupera la extensión de
la memoria.
3 comentarios:
Extraordinariamente todo, Pero el señor Fernando Rivillas de donde es?Argentino o francés?
Hoy,en la oficina central del Neonadaismo,mañana desde cualquier parte del terruño que nos queda.
El texto de Víctor sobre el libro de Fernando Rivillas,me parece muy bello,pues,ademas de recordar al MAESTRO Cortazar. Existe una parte mas importante que es el atreverse a reconocer a todos aquellos que continuamente están construyendo la literatura en Antioquia,y es procedente que todos los que estamos inmersos en procesos literarios abordemos con todo el respeto y con gran hidalguía a todos los que se atreven a caminar por una pagina en blanco.
y como expresa.El escritor, Víctor Bustamante: "Cortazár no ha muerto y nos acompaña desde su eternidad de papel".
Texto muy conmovedor.
EDGAR BUSTAMANTE,Secretario general del NEONADAISMO.
Fernando Rivillas Casas nación en Medellín, Colombia, es médico especializado en cirugia.
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