martes, 23 de enero de 2024

LO QUE DEJASTE SIN HACER / Darío Ruiz Gómez

 



LO QUE DEJASTE SIN HACER

Darío Ruiz Gómez

 A  un Alcalde  se le atribuye  dar  la desdichada respuesta cuando llegó a la Alcaldía de Medellín rodeado de un destacado grupo de jóvenes profesionales que propusieron un modelo nuevo de ciudad con su plan de bibliotecas barriales, sus replanteamientos paisajísticos del espacio público,  la defensa del peatón como protagonista principal en el camino hacia la construcción de una ciudad más humana, con una más intensa integración de los barrios propiciando recorridos para convertir la inter relación social en una realidad fundamental,  cuando  dijo refiriéndose a algunos proyectos como el de la Avenida la Playa que el Arquitecto Laureano Forero había felizmente intervenido, que no lo completaría “Porque ese proyecto no es mío” Actitud que  permitió que algunos observadores políticos  recabaran sobre lo que había venido sucediendo en la ciudad donde cada Alcalde hacía borrón y cuenta nueva de lo que habían hecho o habían dejado sin terminar  las anteriores  Alcaldías  para, en un gesto adánico,  estar  siempre comenzando de nuevo. Sorprendido por su nombramiento Fico en su primera Alcaldía recurrió como es natural a gentes de su confianza que no siempre estuvieron respaldados por una experiencia necesaria en lo referente a las distintas problemáticas urbanas como el eterno rescate del Centro, el metro de la 80 y la culminación de una obra decisiva como Parques del Río. “Fue –dijo un comentarista- el único Alcalde que no terminó lo que había comenzado” Lo cual no constituye recriminación alguna pues muchos  proyectos urbanos son pensados a futuro  si ese futuro está respaldado por la viabilidad técnica y económica  del proyecto y el respaldo de la comunidad  y no por los contratistas. Ahora Fico se encuentra ante una ciudad que durante cuatro años de gobierno populista y con un gabinete de vivos oportunistas dejó  a la ciudad, abandonada a su suerte tal como lo he venido comprobando en sucesivos recorridos: la  espléndida intervención de Nano desapareció por completo y hoy a un cúmulo de basuras, a un quiebre de los bordes sigue  la afrenta de  cuerpos de  mendigos muriéndose de hambre. Lo que fue una avenida emblemática en la continuidad de los recorridos gracias a un gran diseño es ahora una calle de Calcuta no por casualidad sino por la acción de un desgobierno fríamente calculado por burócratas resentidos. El proyecto de normalizar el flujo de gentes de los barrios altos con la Playa quedó en el aire gracias a esa insultante decisión de “Esto no lo hice yo” que en el caso de Quintero fue un desafiante “no me da la gana de hacerlo”

Contratar una obra urbana sin antes prever su diseño para no impactar negativamente a las Comunidades impidiendo una condenable fractura de la malla urbana, el desplazamiento inicuo de vecinos ¿Para qué entonces existen los planes de ordenamiento territorial, sino para dar paso a  una idea de ciudad que debe nacer de la lectura precisa de lo existente? ¿No es necesario replantear la función de los Planes Parciales? Partir de una falsificada idea del “Medellín de ayer” es abocarse a un fracaso insultante ya que tal como lo puede uno observar las invasiones se han expandido escandalosamente en las laderas, los antiguos bordes han sido sobrepasados, han surgido nuevas economías y nuevas centralidades, nuevos grupos de cultura urbana que la Oficina de Planeación debe reconocer y ordenar  ahora que ya la gentrificación de barrios como Manrique, Aranjuez, Belén es un hecho. Y en estas instancias lo escandaloso es que el deprimido de la Avenida Oriental siga a oscuras y las salidas de Medellín hacia el Sur y hacia el Norte sean cada vez un problema que se acrecienta y que no se resuelve gracias a un oscuro contratismo y al olvido de las tareas del Área Metropolitana.

 

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