jueves, 31 de octubre de 2019

HACIENDO UN PERSONAJE / Darío Ruiz Gómez


HACIENDO UN PERSONAJE
Darío Ruiz Gómez
 Mi papá me enseñó a tener una curiosidad atenta para descubrir en lo inesperado un dato clarificador sobre una trama social, sobre el devenir de unas  conductas  que no parecen  intuir   que están siendo observadas  buscando el momento preciso para sorprenderlas in fraganti. A veces el investigador ha creído perder las pistas y diez años después por una fortuita circunstancia descubrir al responsable de un delito. De este modo se pudo detener a criminales nazis y soviéticos, sorprender a dobles agentes de espionaje. No es que quiera colocar en estas clasificaciones a Enrique Santiago el abogado español de las FARC sino que el deliberado silencio de los grandes medios de comunicación bogotanos  “al servicio de la paz “respecto a él, despertó mi curiosidad ya que nunca dejo de estar al tanto de la vida política de España. Una entrevista en el blog  de izquierda gallego “La Marea” me comenzó a arrojar luces sobre la personalidad de este militante del casi extinto Partido Comunista español. Una respuesta bastó para poner de presente su ideología estalinista:”España debería como lo hizo el gobierno colombiano con las FARC concederle la amnistía a los presos de ETA” –cito de memoria- Petición que para cualquier víctima de esos terroristas, para cualquier mente democrática constituye  una afrenta como lo comprueba la negativa de la justicia española a conceder  amnistía a esos criminales. Santiago acaba de aparecer  en la t.v  y en ciertos periódicos españoles como defensor  de PODEMOS – un Partido que en las últimas elecciones prácticamente se había extinguido-  en su paradójico intento de acceder a unos   Ministerios  en la formación de lo que debió ser  el  gobierno de Sánchez. A Santiago – un personaje de doble vida, revolucionario en Colombia y demócrata en España- no lo olvidemos se le deben recomendaciones tan siniestras como la de desmontar el Ejército colombiano y hacer nombramiento de los Comandantes de las FARC en esas nuevas fuerzas militares, ya que en la Paz obtenida “las Fuerzas Armadas necesitaban de una nueva estructuración”, puro estalinismo que ni siquiera los más obstinados comunistas de Izquierda Unida podrían aceptar. En declaraciones para el periódico “El Español” –día 7 de septiembre del año en curso- Santiago confiesa que desde hace tres décadas colaboraba con las FARC en su papel de  experto en “Derechos de la guerra y los refugiados” Precisamente en 1989 las FARC habían arreciado  los desplazamiento de poblaciones enteras, sus ataques con cilindro bomba a poblaciones desprotegidas, los  secuestros masivos  y en la última década había justificado como “revolucionaria” su  entrega al narcotráfico, sus colaboración  con los carteles mexicanos, etc. ¿A qué refugiados defendía entonces Santiago y  bajo cuáles Derechos de Guerra? Santiago confiesa que fue Piedad Córdoba quien lo recomendó para hacer parte de la Comisión de Paz de la Habana. Cuatro años  fue amigo de Márquez sobre cuya huída a Venezuela y la creación de un grupo narcotraficante, dice:”Se equivoca Iván Márquez, pero solo pide cumplir el acuerdo” Como si Márquez, El Paisa, Romaña, Santrich  fueran ajenos  al narcotráfico ni Santiago en esos años de honda amistad no se hubiera enterado de los grandes cultivos de yerba en distintas regiones del país, de las rutas de la coca. “Las FARC, dice, fueron una guerrilla liberal”, “Las FARC son una guerrilla campesina” Y aclara sus posición  con esta “joya filosófica”: “Ni la guerra ni la paz se hacen por  cuestión ética”  se dan por lo tanto muertos buenos y muertos malos.  “La Fiscalía buscaba hacer estallar el proceso de paz extraditando a Márquez y a Santrich” explicación  seguramente comprensible para la cándida izquierda española  que desconoce deliberadamente el proceso de investigación mediante el cual se llevó a cabo la detención de Santrich . Orondamente Santiago remata  estas seguidillas de tergiversaciones de la verdad diciendo : ”Le aseguro  que si Estados Unidos te pone el ojo encima y decide extraditarte da igual que seas culpable o inocente…Márquez llegó a la conclusión de que la intención  era esa y tomó medidas de precaución” Una explicación al uso solamente de  blandos  mamertos pero que oculta la verdadera  dimensión del  aventurerismo  político  de este personaje  durante treinta años,  y cuyos hitos  deberá  investigar  el Gobierno  y no la Comisión de la Verdad. En las ciudades colombianas lo esperan millones de refugiados de la guerra.

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