Leonardo Urrea

Leonardo Urrea

En este época de baja intensidad romántica donde al amor, la muerte, la soledad y los símbolos y sus simetrías que aparejan como la luna, la noche, el fuego parecen pasar a otro lugar ante el avasallamiento de las llamadas vanguardias, la escritura de la palabra por la palabra, que es dar solo un paso adelante para devolverse, es tonificante la poesía de Leonardo así él la llame de su época de teletubbie, porque teletubbie, las caricaturas gozosas con acento melifluo de leve tono rosada.

Hemos buscado a Leonardo Urrea de Caracolí, su tierra natal, por estas calles y por el ciberespacio, sobre todo en su blog: Lágrimas Negras, y no hemos podido dar con quien nos razón de él, por eso estimado lector no os quedará más remedio que escuchar estos escasos poemas, porque en estos tiempos de tanta tecnología algo falla: la comunicación.

Leonardo Urrea pertenece a Sísifo

Dixit VB

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Poemas

de

Leonardo Urrea

Claro que existe un abajo…
está allá, cerca del reino de hades,

donde las hadas huelen a muerte

y donde un cigarrillo a medias

vale más que cualquier amor

allá mismo

¡es abajo!

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Mariposas Negras

Ya pueden marcharse… lejos de mi conciencia agobiada por los sueños que fallecen cada  noche ,guiados por Caronte al último otro lado, seguidos por fantasmas de épocas medievales, acosados por un mar de soledades , ahogados por un fuego frío que congela los huesos y derrite el espíritu, asesinos de ilusiones.

Eufemismos de vampiros… ayudantes mediocres de muertes muertas¡ ya no los necesito!¡ya no los espero!¡Con mi propia maldad me basta!¡Con mi propio deseo es suficiente!

Malditos todos, malditos Inservibles, estorbos huecos, esqueletos sin calcio.

Pasearé mi lengua de navaja por sus blancuzcos cráneos y tallaré  en su centro una cruz esvástica.

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Claro que existe un abajo…

está allá, cerca del reino de hades,

donde las hadas huelen a muerte y donde un cigarrillo a medias vale más que cualquier amor allá mismo¡ es abajo!

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Estoy tan vacío,

tan lleno de nada...

las palabras me son insuficientes.

Para expresar lo que "siento"

tan solo puedo gritar.

Cuerpo de Panteón

Ahorca a ese monstruo que hay en ti...

Y quiere despojarte del niño que sigues siendo,

Escucha la poesía, acompasar el chirrido de cadena s

Oxidadas y dispersas.

Ausencias de noches malgastadas,

Cortezas de vidas extintas,

Besos de muerte maquillada, Llanto de cielos sombríos... de nubes encarceladas.

De pasos sobre el silencio.

 Dolor, dolor… me duele El lado oculto que hay en mi concierto solitario, En mi pasado sin caricias, en mis soledades ajenas.

Tantas, tantas veces he gritado… he gritado… he gritado.

Intentando llenar los vacíos de mi esqueleto.

Mi pecho es un desierto y mi espalda un cementerio, infestado por melancólicos cadáveres de promesas y sueños.

Y una lágrima momificada duerme, impoluta, en su sarcófago de pensamiento...igual que una mariposa real petrificada en la estantería de algún museo.

Cuerpo de panteón...en el que desea la serpiente un cuerpo tibio y el vil cuervo un ojo fresco.

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Amor Utópico

Sonó el timbre de la puerta mientras me fumaba un cigarrillo y vi salir a la muerte recibir a su tan esperado invitado, con las tetas al aire, los pezones erectos, su necesidad  de amar y ser amada…     de caricias y besos en el cuello, en las nalgas, en su sexo.

Desea la muerte empeñar su cráneo solo por una sonrisa, una de esas que ha visto, de esas que nunca le han regalado. Camina hacia la puerta con la noche de perfume y dos estrellas interfectas sujetándole el cabello.

Está nerviosa y deseosa, hirviendo en pasión y desenfreno, con los ojos exánimes y los labios helados; llega al zaguán, abre la puerta pero al asomarse solo ve aparecer y desaparecer  dos cabezas infantiles desde la esquina, con gestos de malicia.

Escucho el golpe metálico y los sollozos mientras por el corredor se acerca. La veo entrar muda, absorta, resignada; ahora se le ha caído una estrella y su cabello desciende por su hombro izquierdo.

Se  recuesta en la cama frente a mí, así, desnuda. Ya no tiene los pezones erectos pero me gusta más su aroma a desconsuelo, eso hace que la sienta viva, le doy un beso, uno incluso más helado que sus labios,  ella vuelve a quedar inmóvil y me mira con furia, como al inicio.

Yo sonrío satisfecho, pero la sonrisa no es para ella; y lo sabe, la sonrisa es para mí poema

Enciendo otro cigarrillo… y sigo pintando.

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Boca de Osario

Anochece en mi cuerpo el día

Inyecta en él, su mirada la muerte

Acaricia mis labios, mi pecho, mi sexo

Lame mi oído y mi ombligo,

Me seduce con suaves pero heladas palabras

Abraza mi ser y me hala hacia un remolino

De orgasmos mortuorios… de espasmos fúnebres

Surge su osario de entre las sabanas

 para alojarse en mi boca

Siento deslizar su saliva profana

por las paredes de mi garganta

Se balancea en mi cerebro y en mis tobillos,

Paraliza mi respirar,

Me esculca bajo las axilas, entre el cabello

Y  se ríe jactanciosa a causa de mis últimas sensaciones

De placer y espanto.

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¿Por qué tardas tanto en llegar... Acaso pretendes que un muerto llore de alegría?

No conozco tu rostro, ni tu voz

no sé cuál es tu nombre, ni cómo te gusta el café

no conozco tu aroma ni el resabio de tus labios

No sé si crees en el amor o si te entristece ver llover

Tal vez cuentes estrellas y sueñes con delfines terrestres

Tal vez no sueñes ¡tal vez solo vives!

Quizás te guste cantar en la ducha canciones que solo tú conoces

O perseguir mariposas imaginarias por terrenos inexplorados.

Puede que seas ciega, sorda o muda.

Quizás seas la propietaria de unos lindos ojos y una preciosa sonrisa.

Es posible que tengas incluso más miedos de los que yo tengo

y llores de madrugada y lances caricias al aire...

y te abraces a ti misma por que también te sientes sola.

No sé cuál es tu nombre, ni cómo te gusta el café

no conozco tu aroma ni el resabio de tus labios

pero quiero aventurarme en este sueño y darte dos de azúcar

hasta sumergirme suavemente en la efímera realidad de tus besos.

No te tardes tanto en llegar, mi mujer real inventada.

No te tardes… Por favor no te tardes.