domingo, 12 de febrero de 2017

Poesía y Astronomía / José Bedoya


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Poesía y Astronomía /
 José Bedoya

Víctor Bustamante

José ha transitado por los caminos de la astronomía y los ha conjugado con el quehacer poético. Es un camino harto difícil debido a la ensoñación del poeta que se ensimisma en fenómenos tan lejanos como saber que las estrellas, las galaxias, las constelaciones, se encuentran lejísimos y solo las podemos contemplar en la imaginación. Pero José se aparta del desmedido consuelo y de la ensoñación presente en cierta poesía que se resume y desborda con tantas estrellas como recurso poético debido a la escasa conciencia poética así como al poco mundo interior que algunos las colocan con pincelada fácil en sus versos de ocasión.

Por esa razón, José, no tan solo, que es un cultor de los eventos en el Planetario se desborda con los fenómenos galácticos y quiere aproximarse a ellos mediante las palabras,  y así darles su tono de poesía ante la maravilla de saber que justo cada noche, ante nuestros ojos, el Universo no solo marcha a velocidades infinitas sino que estamos rodeados de innumerables explosiones siderales, de estrellas fugaces, de estrellas brillantísimas, de planetas y mundos que emergen precisamente en esa noche perpetua del espacio interestelar.

José es uno de los escasos poetas que asumen este tema como punto basal en su escritura, y parece que prefiere huir de ese mundo terrenal y de las calles que él tanto conoce y disfruta, ya que es uno de los habitantes presentes del centro de Medellín. 

José María Rivas Groot había escrito hace años un poema, Las Constelaciones:

“Amplias constelaciones que fulguráis tan lejos,
mirando hacia la tierra desde la comba altura,
¿por qué vuestras miradas de pálidos reflejos
tan llenas de tristeza, tan llenas de dulzura?”

Entonces,  Rivas Groot, en ese diálogo entre el hombre y las constelaciones, nos daba un sentido a la impotencia de saber que el individuo, un peregrino a la sazón, se hallaba meditabundo y aplastado al mirar la maravilla de ese universo que se desplegaba a su mirada.

Pero, José, ante los nuevos avances de la ciencia en ese campo, que permite descubrir los impensado, se sorprende diciéndonos los fenómenos y la importancia que ocurre y  de quien las atisba por el telescopio y se enseñorea aún más ante ese lejanía, que es la impotencia de saber que solo atinamos a mirarlas y saber que esos fenómenos trascurren cada noche y somos apenas aptos para avistarlas.
Y eso sí escribirlos y describirlos como hace José Bedoya.


1 comentario:

MH Muñoz dijo...

Copio poema de J. A. Silva a las estrellas, muy bello, y ¿dónde puedo coseguir el libro de Bedoya? Mi correo es maoh.mu@gmail.com

Estrellas que entre lo sombrío,
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejáis en el vacío,
jirones pálidos de incienso,

nebulosas que ardéis tan lejos
en el infinito que aterra
que sólo alcanzan los reflejos
de vuestra luz hasta la tierra,

astros que en abismos ignotos
derramáis resplandores vagos,
constelaciones que en remotos
tiempos adoraron los Magos,

millones de mundos lejanos,
flores de fantástico broche,
islas claras en los oceanos,
sin fin, ni fondo de la noche,

¡estrellas, luces pensativas!
¡estrellas, pupilas inciertas!
¿Por qué os calláis si estáis vivas
y por que alumbráis si estáis muertas?...