BABEL
N 15. Diciembre 2014-Marzo de 2015
-Patrimonio-
Jesús
Cañas Escobar
Contenido:
Valoración de su obra • Conversación con Gustavo Cañas Mejía (hijo) • Jesús Cañas José Bustamante H. • Jesús Cañas Escobar Víctor Bustamante• Retrato de un fotógrafo Julián Ospina • Don Jesús Cañas Escobar Víctor Raúl Zapata Carmona •Jesús Cañas o la presencia de lo cotidiano Edgar
Bustamante•
Director: Víctor Bustamante
Editor: Edgar Bustamante
Trascripción de textos: Alejandro
Bustamante, Alba Salazar
Publicidad: John Harold Dávila
Juan Guillermo López (+)
Hicieron posible este número:
Gustavo
Cañas Mejía
Luis
Carlos Murillo
Néstor
López
Gustavo
Zuluaga
Saúl
Bustamante
Giselle
Cañate
Diana
Zapata
Marianela
Márquez
.
ISSN 17945585
Tel. 2346731-3175234257
babel.literatura@gmail.com
Medellín- Colombia
Valoración su obra:
Jesús Cañas
José Bustamante H.
La fotografía de Jesús Cañas
corresponde a una visión del mundo muy específica, de alguna manera idílica.
Esto es un mundo que no existe y por eso la hace valiosa, esos momentos
pertenecen a unas circunstancias propias antes del rompimiento del núcleo social.
El apacible Barbosa de las fotos es apenas una reminiscencia, la dulzura de lo
que no existe; esto es el pasado. La fotografía tiene el poder de seducción con
las cosas muertas, pero de esa misma manera devuelve su poder de convocación al
reinstalarlas como si no hubiera pasado nada y ahí está el engaño, un engaño
que se acepta con la insistencia del tiempo irrecuperable. La fotografía es el
único arte que copia la realidad escueta y como existe, sin artificio y ahí
está su nulidad, absorbe el tiempo hacerlo evasible. En estas fotografías
existe un fresco social que corresponde a un momento donde el fotógrafo no
sospechaba que sus imágenes se iban a prostituir después del 70. El fotógrafo
de pueblo es un artesano que tiene su secreto: devolver la imagen, espejo de
bromuro y papel, y sales de plata y hacerla eterna.
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Don Jesús Cañas Escobar
Víctor Raúl Zapata Carmona
Nacido en 1919 en Barbosa, hijo
único del hogar de don Paulino Cañas y doña Engracia Escobar. Hombre de finos
modales y corteses andares, amante del teatro y la poesía, gracias a sus
capacidades y habilidades histriónicas, de hecho representaba obras de teatro
en lo que fue el antiguo teatro de Barbosa, otrora administrado por don Román
Salazar, donde en las décadas del 60 y 70 disfrutamos, los amantes del cine, de
grandes realizaciones, sobre todo del cine mexicano. Pero era allí donde don
Jesús Cañas deleitaba y entretenía a los barboseños con delicadas obras de
teatro y con sus poesías, en especial “El seminarista de los ojos negros”,
poema de Miguel Ramón Carrión.
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RETRATO DE UN FOTOGRAFO
Julián Ospina
Las calles polvorientas o
pantanosas, según fuera la época del año, pues, ninguna de las angostas vías de
Barbosa viejo, conocían la bondad del asfalto, los adoquines o cualquier tipo
de ladrillo con los que hoy se pueden adornar. Las calles eran además,
peatonales y vehiculares, en cualquier sentido, y a pesar de tener nombres y
nomenclatura, también tenían apodos. Por ejemplo, mi vieja calle, en la que
nací, la de mis antepasados, la misma que me vio crecer y hoy todavía soporta
mis pasos, debe aparecer en los correos como carrera Bolívar o carrera; sin
embargo, a alguien le dio por ponerla “Tacamocho” terminaba en un camino que
conducía a un pequeño puente sobre la quebrada la López y desembocaba en un
potrero conocido como el guayabal; también a la calle 17, se le conoce más como
la “Calle de las Brujas”, otra es El Talego, El Callejón, La Variante, El
Portón y la Calle del Comercio entre otras. Ya en otra oportunidad nos
ocuparemos del origen de estos nombres.
Cómo evitar la nostalgia que
producen los recuerdos, evocar en la memoria lugares, personajes e historias,
cuántas veces nos burlamos hasta de nosotros mismos con aquellas vivencias del
pasado, pero también cuántas veces se ahoga nuestra garganta y se inundan
nuestros ojos, al recordar seres o amigos que ya no están, los rincones de
nuestras citas amorosas y hasta la tienda donde comprábamos dulces o bolas de
cristal.
Pero aun así, como es de bueno
recordar y contarle a nuestros hijos y nietos cuan diferentes eran las cosas,
los lugares y las gentes. Utilizando un poco de inspiración macondiana y
retrocediendo en el tiempo tan solo cincuenta años, bien se pudiera escribir un
gran libro, poniendo en escena una sola de aquellas calles con sus gentes y su
cotidianidad.
Que tal entonces si retrocedemos
en el tiempo y recreamos lo que fue la Calle del Comercio, solo entre carreras
13 y 14.
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Jesús Cañas o la presencia de lo cotidiano
Edgar Bustamante
Solo podemos enunciar y sumar a
esta gran lista de personas hacedoras de cultura a uno más que con su dulzura
nos supo dejar la historia su historia inmersa en todas las calles que
transitamos.
El Zurdo, la Banda de Barbosa,
los Tapias, la Selección Barbosa de 1980, Pascuala Muñoz, Luis Tejada, entre
otros, tenemos que rescatarlos, para que las nuevas generaciones cuenten a sus
hijos, así como nuestros padres nos contaron, que en cada uno de nosotros
existe un gran barboseño que quiere su pueblo con un orgullo y para enriquecer
nuestra tradición.
Creo que a todos ellos debemos
considerarlos hijos ilustres de Barbosa, pues al país tenemos que mostrarle. Y
a nuestros jóvenes que sepan que muchas personas han labrado su camino.
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Jesús Cañas Escobar
Víctor Bustamante
Cierto. Este el primer aspecto
que prima en las fotos de don Jesús, hacer relevante un momento especifico, la
devoción del pueblo. Lo cual se completaba con las innumerables fotos de
matrimonios, de bautizos y de primeras comuniones. Pero estos ya eran retratos
realizados en su estudio. En muchas casas de Barbosa deben de permanecer fotos
que él tomó durante unos treinta años, donde el paisaje humano fue plasmado de
una manera consuetudinaria por él, y que el tiempo ha convertido nada menos que
en ese paisaje de miles de personas, muchas de ellas, de las cuales solo ha
quedado un retrato en un momento especifico de su vida; considerados, luego,
instantes cenitales en la formación e información de cada uno de ellos. Y algo
cierto, esas procesiones era, son toda una puesta en escena debido a la
preparación de las andas con los diversos pasos, los apóstoles detrás, así como
los policías o soldados, según el caso, custodiando el evento junto a los
sayones de túnica y gorro morado con la cara tapada algunas veces. Estos eran
los capirotes nazarenos de origen español, usados en la Inquisición, ya que
estos sayones, además, eran los encargados de ejecutar los condenados a muerte.
Así se creaba la dualidad de dos cuerpos de seguridad unidos en el tiempo. Las
procesiones se convertían en un evento social, pero también en un acto de
representación con tintes teatrales.
2 comentarios:
A propósito de la publicación del amigo Víctor Bustamante, estas es fotos tomadas por don Jesús Cañas Escobar y hace parte de ese patrimonio histórico y fílmico de nuestro municipio, en peligro de desaparecer.
Y digo en peligro de desaparecer, ya que una foto, cualquiera que sea su antigüedad o su belleza, pierde sentido cuando no se sabe que es el objeto, localidad, evento o persona que aparezca en ella. Las muestras fotográficas que se han realizado a mi parecer han sido poco informadas y ha faltado algo muy importante, retar a la comunidad para que identifiquen los lugares, eventos y personas que en ellas aparezcan y tomar nota de estas identificaciones, para así volver a realizar una muestra más amplia e informativa y mejor documentada de esos documentos fílmicos debidamente identificados. Muy bonita la crónica del blogger de babel, de mis amigos Bustamante, pero sería muy importante que se tratara de realizar un censo de esas fotografías, recurriendo a las pocas personas de la década de los años 50 y 60, que aún podemos reconocer algunas de esas personalidades o personajes y porque no, recurrir a los paisanos de más edad, hablo de aquellos nacidos en la década anterior, del 40 al 50 y que sé que poseen aun una prodigiosa memoria y entre esas personas podría yo mencionar a Glady
s Tobón Serna, ante quien lleve algunas de las fotos de don Jesús Cañas y pudo identificar casi la totalidad de los que aparecían en ellas. Sé que en Barbosa también existen otras personas con la misma habilidad o memoria. Pero si no se les solicita realizar un reconocimiento, ese patrimonio fílmico se perdería para siempre, ya que sin memoria histórica de las personas, eventos y lugares que en ellas aparecen, no son sino testigos mudos de un bonito pasado, registrado por don Jesús Cañas y nada más.
Mi estimado Victor. siempre te veo preocupado porque no se olviden a los gestores de una cultura en el país. Esa labor es encomiable. Felicitaciones
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