martes, 2 de julio de 2013

Carta abierta a Héctor Londoño y Aníbal Gaviria Jairo Osorio Gómez

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11. Medellín-Envigado: Deterioro y destrucción de sus zonas verdes:
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Carta abierta a Héctor Londoño y Aníbal Gaviria

Jairo Osorio Gómez

 
Sabemos que la burocracia no es el grupo de personas más razonable, inteligente y sensible. Ella se mueve por dogmas, lucro personal o desafecto a la estética y el apego al mal gusto. Por eso no extraña la posición de los empleados de Metroplús, al advertir que el atentado contra la naturaleza en el llamado “túnel verde” es irreversible.
En la ciudad más innovadora del mundo (una paja que sólo se creen quienes han comprado el título, y que desdicen con cada acción que cometen contra la ciudadanía) parece increíble que no encuentren sus gobernantes una alternativa a la siega de árboles, valiosos en la lucha contra la contaminación, el calentamiento de la Tierra y la calidad de vida de millones de antioqueños. Patrimonio paisajístico, además, construido por nuestros abuelos.
Usted, doctor Aníbal, sabe lo que se padece con la arbitrariedad de un juez de la República, bruto y fundamentalista. Póngase ahora en la posición de quienes sufrimos por el ultraje, la soberbia y la ignorancia de los mandos medios de Metroplús, probablemente aceitados por los banqueteros del cemento, compinches de los Nules que en el Estado existen. Esa alameda es la única caminable de Medellín y Envigado para un turista o habitante común. Acabarla es un despropósito imperdonable. Los jardincitos y las palmeras inútiles que les vende el cartel de los viveros no remplazarán jamás la vitalidad de los árboles frondosos que aspiran cementar para el negocio de los buses.
Usted, doctor Aníbal, tiene propiedad en Zúñiga, y quizá el doctor Londoño posea algo a lo largo de esa línea. Sería bueno no legislar en causa propia. Ya el derrame de la valorización de Medellín hasta la quebrada del barrio favoreció sus patrimonios.
El mandatario no ve el paisaje que gobierna porque levita encerrado entre los vidrios polarizados de su camioneta y el alboroto de sus guardaespaldas. Pero quizá algún día sus hijos alcancen a ver los adefesios que impusieron sus padres a la comunidad. Para entonces deberán sentir vergüenza por la urbe atroz que construyeron sus antecesores.
La Avenida Oriental, con su pavimento agresivo, la quieren replicar en esta Comuna. No faltará en el porvenir el alcalde que llene “la nueva calle Oriental” del Poblado con pirámides de baldosines para impedir que la gente pase del levante al occidente, como ya ocurre en el centro de Medellín.
Ustedes son jóvenes, propensos todavía a la arrogancia y el cinismo. ¿Qué necesidad tienen de abofetearnos a quienes creemos en la belleza de los bosques como principio de la ciudad ideal de los hombres? Espero no padezcan en la vejez la mala memoria de sus acciones vergonzosas de muchachos. Compórtense de acuerdo con el discurso que pregonan de construir ciudades como hogares para la vida. No imiten a lo peor que nos ha gobernado.

Ciudadano,
JAIRO OSORIO GÓMEZ

4 comentarios:

Oscar dijo...

Felicitaciones amigos , así se debe hablar ante los que no conocen la ciudad sino los altos negocios

Leonardo dijo...

Un texto contundetne. Felicitaciones

sOFIA dijo...

Y donde estaban las ongs de ayuda y denuncia al maltrato A la mujer, se burocratizaron?

sOFIA dijo...

Y donde estaban las ongs de ayuda y denuncia al maltrato A la mujer, se burocratizaron?