domingo, 28 de enero de 2024

SOBRE LA JUSTICIA / Darío Ruiz Gómez

 


SOBRE LA JUSTICIA

Darío Ruiz Gómez

 

Cada día que pasa se descubre un nuevo horror de parte de la Alcaldía  de Quintero y en renglones de la administración que creíamos serian intocables para un grupo de supuestos adolescentes , que bajo el modelo del partido Podemos de España con el cual mantuvieron un permanente y estrecho intercambio;  pareció que iban a encargarse de la tarea de renovar la anquilosada y desacreditada izquierda terminando no por atacar la miseria y la explotación de los llamados oprimidos a nombre de los cuales peroraron desaforadamente en las universidades y en las plazas públicas  sino convertidos en una burocracia paranoica radical, sin relación alguna con la problemática que iban a enfrentar. De buenas intenciones está empedrado el infierno. Estos muchachos y muchachas surgidos de la nada, indicaron este propósito renovador desde el cual la idea de ciudad democrática se justifica, pero los días fueron pasando y el fervor y el entusiasmo revolucionario se fueron apagando rápidamente y no sus viajes viaticados generosamente al exterior ni sus exigencias de vehículos lujosos, ni su derecho a estar siempre en una eterna francachela bajo el lema de que “lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta”. El dicho popular logra describir objetivamente las reacciones de esta inesperada burocracia que llegada al poder fue embriagada totalmente por éste al encontrarse de buenas a primeras con un sueño de vida que solamente acontece en las películas.

Pero también ha quedado en claro que la realidad social exige un compromiso radical al gobernante que no puede enfrentar sin un  estudio permanente  de la realidad urbana: la movilidad, el avance de la tugurización, el poder de las organizaciones criminales, las expropiaciones y desplazamientos de población mediante la violencia con fines de especulación urbana, y un aspecto claro, la cultura de la ciudad y su conexión con el mundo para no caer en el degradante provincianismo en que hemos venido cayendo; la importancia entonces, del Evento cultural de una ciudad al olvidar la tarea de integración con el mundo y la promoción constante de nuestros talentos en todo orden. La tarea decisiva de los trabajos de extensión cultural en la misión de ahondar la voluntad cívica y crítica necesaria para la interrelación social. Quintero bajo razones de demagogia populachera con fines electoreros abandono la alcaldía: ¿Qué significa entonces por un lado el haber abandonado su tarea de gobernar más allá de un abuso de poder?  Abandonar la responsabilidad de gobernar una ciudad sin haber elevado ningún estándar de calidad -de salud, educación, movilidad, belleza urbana, etc-, constituye un delito moral de tanto alcance que no puede reducirse a las sanciones previstas y clasificadas por la justicia ordinaria.

No puedo referirme a un culpable o a unos inculpados de delitos contra la comunidad sin haber sopesado lo que esa agresión supone en la realidad cotidiana como por ejemplo los asesinatos en atracos por negligencia de las autoridades, lo que significa el estupor de una familia ante los asesinatos selectivos por el no pago de vacunas, pero también los muertos en accidentes por el no mantenimiento de las vías y malas señalizaciones, la desaparición de las escuelas. ¿Qué ha supuesto lo que se ha llamado la banalización de la justicia en este sentido cuando se juzga a un gobernante únicamente bajo parámetros políticos, olvidando que debe ser juzgado por los daños y ofensas que ha causado a la ciudadanía? Esta es, recordemos de nuevo, la gran lección de la Justicia Universal hasta hoy donde un delito municipal puede ser elevado a un delito contra la humanidad.  El mal que se le ha hecho en estos últimos cuatro años a Medellín por parte de seres racionales, exige una sanción de la justicia proporcional a los daños intangibles causados a la sociedad.

 

 

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