1. El deseo
¿Qué hacer con el
deseo?
¿Dónde llevarlo,
dónde depositarlo?
¿En qué ánfora o
tinaja llenarlo?
¿Con qué bálsamo o
almizcle untarlo?
¿A qué hombre
entregarlo?
¿En qué cuerpo encender
el deseo?
¿En quién despertar
los pecados?
2. Me invitas
Mis manos como mariposas monarca se posan en tu pecho
Para anidar en él, abrirlo
con caricias y resguardarme de la fría noche.
Las cortinas abiertas,
aletean como un colibrí a la brisa noctámbula
Comienzo por descubrir los
nudos de las raíces que yacen en la manigua, las inundaciones de los ríos, los
animales que trepan por árboles en busca de los nidos de las aves, las lianas
como cabellos que cuelgan del techo de la selva y se desgajan los brazos de los
grandes árboles.
A través de mis palabras
puedes ver, oír, oler, sentir y saborear lo que tiene la selva para ti, los
seres originarios embarcar río abajo, descifrar las pinturas rupestres que se
esconden en lo profundo de la espesura vegetal, escuchar los trinos de los
pájaros de todos los colores, los monos aulladores y ver saltar las grandes
arañas.
Puedes alcanzar a saborear
en tu lengua la carne de tortuga y de reptil que te sirvo, los zumos de frutos
desconocidos y hongos sagrados, percibir los aromas de las yerbas aromáticas
ancestrales que se instalan en tu cerebro.
Sueña, vive, viaja, pero no
demores en regresar a la cama.
3. Geografía de la sensualidad
¿Hay algo malo en nuestros
cuerpos que siempre van cubiertos?
Sólo cuando nos amamos, nos
descubrimos sin vergüenza
Para viajar por la geografía
de nuestros cuerpos
Explorar cada día sus
honduras, sus declives, sus llanuras y colinas
Para desentrañar las vetas
de sal que permanecen ocultas en lo profundo de mi planeta
Para lisonjear el fuste que
gobierna el edificio con su resistencia
Tu cuerpo se ocupa de cada
centímetro del mío, te tomas tu tiempo para emprender el viaje y arribar a
puertos fenicios, encontrando perfumes miles y delicados
Redescubres mis senos día a
día y mi sexo se regocija con el tuyo
Me invitas a soñar cada vez
diferente
Mandando los cuerpos a
reposar extasiados, embebidos de la voluptuosidad de cada uno, en los egoísmos
de sensualidad.
4. Devoción al hedonismo
Gustable para el goce y el
deleite
Comestible cuando de hambre
se trata
Besable cuando cae la miel
de tu boca
Acariciable cuando te crecen
ramas y hojas
Erotizable cuando me das
calor y tu hombría
Masturbable cuando me encuentras
y me pierdes en los caminos del jubilo y la gloria
Consagrada al placer,
bebiendo de los aljibes de la dicha
Devota a Eros, sierva de la
felicidad, vasalla del deleite.
5. Hombre de dormitorio
Entras al dormitorio envuelto en la penumbra de la madrugada
Escucho tus pasos menudos y vaporosos en el corredor
He pasado por alto poner el cerrojo a la puerta
Estás ahí a un lado de la cama
Te sumerges en el abismo de las sabanas
Te acomodas a mi lado
Te acoplas a mi cuerpo
Tu mano voraz hurga entre los pliegues de mi intimidad
Encontrando los artesones de mi feminidad
Que con arrojo son sitiados
Se tiende el puente levadizo que nos separa
Intercambiamos delicadezas de ternura y amor
Nos alcanza la noche alta
Huyes en complicidad de la oscuridad.
6. Noche loba
Noche, lúgubre y metálica
Afilada
como colmillos de cerril
Alumbrada
bajo una luna negra
Con
mirada de loba a lo lejos
Olor
a perra mojada
Resoplando
con su respiración bestial
Oculta
tras los arbustos.
Pájaros
negros en picada desde lo alto
Se
aproximan como proyectiles emplumados
Se
encrespa el cielo
La
loba, ataca, fiera
Se
apaga el fuego
La
noche vuelve a ser suya.
7. Distintas, pero no distantes
Nos han habituado a no encontrarnos, a no juntarnos
Con
la excusa que entre nosotras mismas somos arpías
Reconozco
que somos distintas, muy diversas, pero no somos distantes.
Tenemos
más de coincidencias que de diferencias.
Hay
que salir del fogón, del encierro de la cocina.
Allí
mientras se cocina la sopa, hierven las ideas, se desata la ira.
Arranca
de tu pecho el delantal como una costra pegada
Empuña
un esfero, aprieta contra tu pecho un cuaderno, toma un libro.
Lánzate
a la aventura de escribir todo lo que piensas
O
lee todo lo que te place, soñar todo lo que te venga en gana.
Virginia
Wolf e Hipatia, entregaron sus vidas, una por las letras, la otra por la
filosofía
¿Detrás
de ese delantal o ropa de casa, cuántas virginias e Hipatias habrá escondidas?
Esperando
en la oscuridad de la habitación o un baño, entre lágrimas, una oportunidad
para aferrarse a las letras, a un libro o un tiempo para ella.
Sacúdete
mujer, suelta todo lo que te conmueve, emprende la aventura e inicia tu
búsqueda.
8. Matriz
Precioso tesoro que no habita en mina alguna y su precio puede llegar más lejos que cualquier moneda de cambio
Surtidor
rojo, como fuente de sangre bañas mi entrepierna y te cobijos con paños.
Tierra
fértil, semilla que cae en tu era, brota con toda la fuerza de la vida.
Copa
de vino, para beber el licor de la atentación borracho que abraza tu herejía.
Páramo,
húmedo como musgo y bañado desde adentro con aguas bendecidas con abundante limo.
Loca,
sin importar nada buscas calmar tu sed de bríos.
Sosegada,
conoce la calma, llega por fin después de la tempestad y te cobijas como una
caracola donde se escuchan las olas llegar.
9. Amor monstruo
Mi amor es un amor ideal
Confeccionado
a la medida
Con
las partes de todos aquellos hombres
Que
admiro, respeto y amo
Es
un amor Frankenstein
Como
el de Mary Shelley
Con
un pedazo de brazo de uno, el torso de otro, mitad de cabeza de alguno y la
pantorrilla de aquel.
Es
un amor monstruo, no por su origen
Sino
por su aspiración a ser arquetipo de mi corazón.
10. Las horas de Scheherezada
La noche tiene una cúpula azul turquesa
Vistes
de tul verde con amarillo
Adornada
estas de ágatas y amatistas tu piel morena
Tu
lengua se despliega como una alfombra enrollada
La
Scheherezada que habita en mí
Cada
noche hace dulcificar la ira del rey Schahriar
Escribiendo
leguas de historias y poemas para él.
Scheherezada
con su arte de narrar y yo, con el mío también de inventar
Buscamos
convencerte de no cortarnos la cabeza
Para
ver clarear otro día de ensueños y de proezas.
11. Herencia
Mis sueños están en la sangre de sus uvas,
En las raíces de sus cedros,
En las espigas doradas de sus trigales,
En el inmigrante que jamás volvió a pisar el bled.
Ese país de mis sueños, casi mítico,
Fruto de mis fiebres de imaginación.
Ese árbol que fue plantado en Beirut
Pero que floreció en Barranquilla.
¿Qué artes y oficios traerías descendiente de los
fenicios?
¿Con qué palabras habrás enamorado heredero antiquísimo y
lejano de los contadores de cuentos de Las Mil y Una Noches?
12. Amor a la Manson
Toda una carnicería
Un brazo aquí
Una pierna allá
Una nalga
Un seno
Un miembro monstruoso que se enterraba como una estaca en
la carne casta
La sangre afloraba como un surtidor
Un dolor en las entrañas
En todo el cuerpo
En el alma
Le dolía hasta el pelo
13. El amor y los dioses
Como cuenco sagrado
Donde se ha machacado
Las siete hierbas sagradas
Te recibo con tu semen generoso
De espuma marina que trae caracolas enredadas
Que encantan a mi oído
Con música de las profundidades
Donde se acunan navíos náufragos.
Es el momento de sahumar tu cuerpo todo
Que yace cansado como guerrero a su regreso
Con rosas, magnolias, jazmín y albahaca sahumaré tu
cuerpo
Para devolverte el ánimo vital
Esa hombría que me fascina.
Prométeme que no partirás
Las cabezas de los dioses han rodado
¡No hay quién te proteja!
Cuidaré de ti.
14. Háblame…
De los ríos turbulentos que empujan las canoas.
De las lianas que penden de las ramas de los grandes
samanes que dan sombra a la selva.
De las exuberantes boas que nadan bajo el agua y trepan a
los árboles.
De las hormigas que recorren toda la selva y llevan sobre
sí, los cortes de hojas y madera.
De esos mamíferos superiores que andan sin pelaje con el
pecho al viento.
Del tigre mariposo que deja su huella profunda en la
tierra mojada.
De setas y hierbas secretas que nos hacen ver para
adentro y volar sobre los tulipanes africanos.
De las clases de pescado que se descaman y se limpian
sobre una roca del río.
De los cielos estrellados que se cuelan entre las hojas
tupidas de los árboles.
Háblame de todos ellos, con los que sueño.
15. Rehén del tiempo
La vida me ha expulsado por segunda vez
¿Acaso merezco ser acogida nuevamente?
El pasado habita mi presente
Mora en él
Domeñando mi existencia.
El olvido se niega
Al tiempo vivido.
¿Qué tiempos son estos?
Los tiempos del despojo
16. Bajo un cielo de fuego
Bajo un cielo de fuego, la vida de los niños yemení resiste
Escuelas y hospitales bombardeados, casas derruidas
Un pueblo que nada debe
Tienen el pecado de estar nadando bajo un subsuelo de
crudo
Por el que las potencias luchan por apropiarlo.
Misiles caen sobre el cielo yemení
Después del golpe aturdidor del bombazo
Todo se vuelve humo, polvo, llueven escombros
Hay sombra, muerte y desolación
Enterrados bajo los escombros, surge una nueva vida
Un pequeño niño golpeado, herido y ensangrentado
Será el combatiente del mañana
Vengando, sus padres, su familia, su patria, su matria
Se le agregará otro eslabón a la guerra
Un cielo de fuego llueve sobre Yemen
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