Este blog, en permanente construcción, hace parte de una revisión de los textos iniciáticos nadaístas con el propósito de mantener nuestra fe intacta en algunos de ellos. Podríamos decir que es una versión remasterizada, con inyecciones letales de cinismo y humor negro, de esta doctrina creada, simultáneamente, en Medellín y Cali. Mantenemos la fe intacta en la creación libre. Somos icoñoclastas por naturaleza. neonadaismo@gmail.com
miércoles, 31 de marzo de 2021
Todo es arte, incluso lo que es otra cosa /Rubén Vélez
Todo es arte, incluso lo que es otra cosa
Rubén Vélez
Recorrido por la Galería Simulacrum 69 del barrio Laureles
En todos los hogares, en los dulces y en los otros, que, por cierto, quintuplican el número de los primeros, solo debe haber una clase de arte: el travieso. El arte solemne es para los templos y los museos.
Julio Cortázar
A. Obras del salón-comedor
1. Prohibido ahogarse sin estilo
2. La pasaba mejor en el Arca que en esta puta rama
3. Novela negra con dos sonrisas Colgate
4. La transparencia os hará intratables
5. Veinticinco libros son más que suficientes para llenar el vacío que deja Viernes
6. La niña Luisa Pérez Sánchez ,según el escultor santandereano Carlos Gómez Castro, Roma, 1937
7. ¡Alto ahí, Pablo Emilio!
8. Querida María Antonieta, a estas alturas se sentirá a salvo tu preciosa cabeza
9. La casa que se disputan el Ave Fénix y el Ave Rokh. Como no es de interés social, ahí chillaría un pájaro del montón
10. Homenaje sin ripio de especialista al maestro Leonardo da Vinci en la celebración de sus primeros quinientos años de inmortalidad
11. Marilyn, honey, abrígate bien, que allá abajo hace mucho frío
12. Qué bueno haber viajado y qué pereza volver a hacerlo
13. Regreso al futuro: basta con hojear un menú del Concorde para que se nos realice a medias tan cinematográfico sueño. Ruta Nueva York-París, 12 de octubre de 1992
14. ¡Lo que hay que hacer para que este mundo no se despelote!
15. Ya están aquí, pero sus toses retumban como las trompetas del Juicio Final
16. Si no te salen las cuentas, tendrás que salir de escena
B. Obras de la cocina y la pieza del servicio
17. Según un reciente informe de la Human Rights Watch, el Jinete Justiciero es ni más ni menos que el mismísimo señor Godot
18. Nada como la gran prensa para que los aguacates y los políticos maduren como es debido
19. Máquina de moler malentendidos
20. Homenaje al charlatán de Marcel Duchamp. Esta bacinilla, aunque ahora no viva debajo de la cama, sigue siendo una bacinilla
21. “No tendré que meterme contigo para verte reducido a polvo un día de estos”, dice el mortero, y suelta una risotada eclesiástica
22. No te preguntes qué puedes hacer por la patria; pregúntate qué puedes hacer por las matas
23. Era la chispa de la vida, ahora es una de las malas de la película
24. Aquí no yace la nada. Aquí yace la posibilidad de un ampuloso manifiesto metafísico
25. La tumba del músico desconocido. Canta lo primero que se te ocurra, no importa que sea un sonsonete de Maluma
26. La piedra angular de la Iglesia Cuadrangular de Nuestro Señor de la Perplejidad. Cada feligrés deberá ser su propio pastor
27. Hablan mucho del vacío existencial los que se sientan ante una mesa llena
28. No sabemos a qué círculo llevan estas dantescas escaleras. Allá tú si no te arriesgas a subirlas
29. Las únicas obras que aquí no sobran son las que a la vista no saltan. Te toca imaginarlas
30. Caballito, deja de montar el show y coge el monte. Sé bien bestia, lo que siempre has querido ser. Una filigrana de Laura Restrepo de Pérez, París, 1897
31. “Todo vale huevo, salvo lo que vale menos”, decía una falsa bohemia llamada Dora Ramírez
32. Vivir en el país de la pasión es dar papaya, pero no corres el terrible riesgo de quedarte sin tema
33. “Quien no caga bien, vive mal”, decía el maestro Cosiaca, filósofo descalzo con los pies en la tierra
C. Obras del salón secundario
34. Vosotros, los que habéis perdido toda esperanza, seguid así de maduros. Medallón de Carlos Gómez Castro, Medellín, 1948
35. Valiosos son el oro y la plata, pero ningún tesoro como el de Cleopatra
36. Locas somos y nos importa un culo lo que pienses de nosotros
37. Siempre recto. Siempre decidido. Siempre digno de los emolumentos de un padre de la patria
38. Hay perlas que no encuentran el cerdo de sus sueños
D. Obras de las alcobas
39. A falta del superhombre de Nietzsche buena es una mole de bíceps y tríceps
40. Cada vez me parezco más al retrato que Jaime Calle me hizo en el año 1979. ¿Qué habrá sido de ese muchacho?, ¿y a dónde fue a parar mi juventud?
41. Adviértanle a El Principito que ni se le ocurra visitar el planeta aparte de El Chocó
42. Retrato medio perturbador de Dorian Gray
43. Máquina de escribir del señor Alfonso Vélez. Más cifras que palabras. La literatura de un antioqueño ejemplar
44. ¿Para qué los libros que no sean decorativos, para qué, Dios mío?
45. La risa abunda en la boca de los que mercan en el barrio Antioquia
46. Máquina de escribir de la señora Guillermina González de Vélez. Más palabras que literatura. Literatura de señora
47. Felices los pueblos que son gobernados por una máquina futurista
48. Para que esta alfombra eche a volar, no hay que echarle gasolina. Imaginación. Y en su defecto, la compañía de Scherezada.
49. “El Idiota”, adaptación teatral de la obra homónima de Fedor Dostoievski, Antiguo Teatro Nacional de Cracovia, año 2002
50. No importa que te den gato por liebre, siempre y cuando el gato venga con botas. Afiche de Lorenzo Jaramillo para el Teatro Libre de Bogotá, 1991
51. Y Dios inventó la geometría y lo demás llegó por añadidura
52. Leer, no sé para qué, y no me gustaría saberlo
53. Otro bosque perdido o cuán verde era la casa-finca de los esposos Rafael Pérez y Luisa Sánchez, El Pedregal, Medellín, 1946. Croquis de Carlos Gómez Castro
54. Hotel Regina, Locarno, 8 de septiembre de 1938. “No peleen, por más que ese problema de ustedes sea como el de Checoeslovaquia de complicado”. De parte de Rafael Pérez Restrepo para dos de sus seres queridos
55. El libro que no puede faltar en ninguna biblioteca: lo esencial de Borges. Metafísica socarrona para no caer en la trascendencia
56. El Llanero Solitario se trastea al pasado. No quiere recuperar los bríos; lo único que quiere es volver a verse con Indio
57. Mickey Mouse se trastea a California. No quiere ser vecino del señor Donald Trump, el nuevo mesías de los evangélicos de Estados Unidos. Los ratones no comen cuento: eso no les sabe a queso
58. Muy bonito el pífano del señor Manet, pero solo tenemos oídos para la flauta traversa del atravesado señor Hamelin. Somos algo patos
59. Cuando veo pasar el divino tesoro, no me pongo a llorar; no sigo a Rubén Darío. Me haga una paja y al rato se me pasa
60. Máquina de moler prejuicios
61. La señorita María Luisa Sánchez Vélez ya sabe manejar con estilo las tijeras. Academia de Corte de París, 27 de diciembre de 1922
62. Una telenovela más de Pedro Almodóvar. Mucha caspa, poco semen. Madrid, 1987
63. No hablemos de nuestros sueños ni de nuestras pesadillas, que no nos convendría conocernos bien. Seamos redondos: pasemos a los hechos
64. Su llamada es muy importante para Batman, pero no tanto como la de Robin
65. “La muerte siempre está presente; cada vez que me miro en el espejo, la veo trabajar intensamente”, decía el maestro Francis Bacon
E. Obras del balcón
66. Cuanto más flaco el bosque, más flaca la posibilidad del futuro
67. Envidiable intemperie
68. Invisible intemperie
69. Donde hubo fuego, tus pendejadas lo apagaron
Medellín, 14 de marzo del segundo año de la era del virus con corona de emperador chino
lunes, 29 de marzo de 2021
Un nuevo escu(do)ltura para Medellín Luis Fernando González Escobar
Un nuevo escu(do)ltura para
Medellín
Luis Fernando González
Escobar
Hace 135 años se entronizó
la primera escultura urbana en Medellín. Una obra del escultor italiano
Giovanni Anderlini en homenaje al patricio Pedro Justo Berrío, cuando la plaza
mayor se convirtió en parque de Berrío el 29 de junio de 1895. Pero la primera
obra realizada por un artista local en el espacio público se le debe a
Francisco Antonio Cano. No fue, como muchos piensan, el busto al patriota
Atanasio Girardot que, levantado sobre un pedestal diseñado por el arquitecto
Enrique Olarte, se inauguró en la plazuela de la Veracruz en junio de 1911. Fue
celebrado como el “primer monumento conmemorativo destinado a un lugar público
elaborado por un artista nacional y fundido en un taller local”; en realidad
fue otra obra de Cano, un bronce fundido que se elaboró como fuente para el
atrio de la iglesia de San José, inaugurado en 1909, esto es, 111 años atrás.
Emilio Jaramillo fue de los
pocos que escribió con entusiasmo de aquella obra pionera de Cano, pero
doliéndose del silencio de la prensa. Con encomió mostró las virtudes
compositivas y el desempeño de los detalles de la obra, desde el tazón de
recepción del agua hasta el remate con flores y el ánfora rota para verter el
agua, pasando por la escultura del niño; pero, de idéntica manera, daba cuenta
de la indiferencia con que fue recibida, atribuyéndola a la incapacidad del
medio para comprenderla, aunque una obra de verdadero mérito solo sería
apreciada por las generaciones venideras, apoyándose en aquella idea del
artista como adelantado de los tiempos. Pero, también, especulaba con otra
idea, siguiendo a pensadores franceses, que, “un artista de genio verdadero es
un conductor de Progreso”. Por el silencio, la incomprensión y la falta de
entendimiento pedía y reclamaba educación estética para la muchedumbre.
Sé que hoy, 14 de diciembre
de 2020, son otros tiempos. Sería un anacronismo reiterar los planteamientos
estéticos de Emilio Jaramillo, a partir de sus referentes franceses e ingleses.
Ya el artista, por ejemplo, no es un conductor de “progreso”. Es un artista y
punto. Incluso ni siquiera sabemos qué es un artista o quién lo es; ya desde
1987 Joseph Beuys diluyó las fronteras cuando apuntaba que “todo ser humano es
un artista”. Los conceptos estéticos han variado de tal manera que mucho va de
la escultura como parte del monumento conmemorativo, exaltando la figura
idealizada de un individuo como ejemplo sobresaliente e ideal moral, social o
político como en la obra inaugural de Anderlini, a la que ahora se inaugura
como un trabajo liderado por Víctor Muñoz que, en los cánones estéticos
contemporáneos, es una intervención pública más que una escultura.
Es una obra de arte urbano que,
contrario a su homóloga decimonónica, no es para exaltar una figura pública, la
que se contempla, venera y mira a la distancia, sino que se emplaza, se
convierte desde ya en referente urbano y simbólico, y en el cual el viandante
se involucra, la recorre, permea y la interroga, ¿esas columnas metálicas con
esa corona que podrán ser? No le está dada una figura antropomorfa que puede
parecer o no al homenajeado, pues será más importante el ideal que establece,
sino que se le entrega un rompecabezas aéreo que el espectador deber armar para
compenetrarse con ella. Tal vez en esto todavía tenga razón aquel viejo esteta
Emilio Jaramillo, pues puede que no se aprecie y valore de inmediato la obra de
Muñoz y deba existir cierta educación estética, aparte de que será recibida por
el silencio de los medios, tan ajenos a estos aconteceres ayer como hoy, pero
si con el ruido de las redes sociales, aunque con la superficialidad de los
likes -los me gusta- que ahora son las palmaditas en el hombro, sin compromiso
profundo en la verbalización o el juicio escrito.
Ahora bien, hablamos de una
obra que no tiene una interpretación única que, si bien, por lo mismo, con una
multiplicad de lecturas como usuarios del centro y pasajeros del metro, tiene
un punto de partida: el Escudo de Armas
de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, aquel que le
otorgara el Rey Carlos II el 1 de marzo de 1678:
“escudo campo azul y en él
un torreón de oro y grueso redondo, todo alrededor almenado y sobre él un
escudo de armas que tiene quince escaques, siete azules y ocho de oro, y sobre
su coronel que le toca y en el omenage(sic) de la torre a cada uno de los lados
un torreoncillo, así mismos almenados y en medio de ellos puesta una imagen de
Nuestra Señora, sobre una nube, con su hijo en los brazos con la vocación de la
Anunciación…”.
Un escudo ajedrezado
–cuadrados azules y dorados–, inscrito en un gran torreón, también de formas
rectangulares debido a la figuración del material pétreo o cantería en la que
está construida, con dos torrecillas laterales también en cantería, todas
terminadas en formas almenadas, es decir, en salientes y entrantes que las
coronan. El conjunto monumental bajo la protección religiosa católica mariana
en una advocación a la Virgen de la Candelaria, a la que se acogieron los
pobladores tempranos del valle del Aburrá.
La pequeña Villa colonial
que recibiera el escudo de armas en el siglo XVII, en 344 años creció desde su
epicentro en la plaza fundacional a orillas de la antigua quebrada de Aná,
hacia las colinas y laderas circundantes. Como su escudo, el paisaje urbano
configurado por décadas está definido por una profusión geométrica a partir de
cuadrados y rectángulos, producto de profusión de construcciones en ladrillo,
en un color ocre y un perfil irregular de entrantes y salientes que coronan
circuidos el anfiteatro, como dicen los cronistas y viajeros antiguos, donde se
implanta Medellín. Arquitectura sin arquitectos que desafía la gravedad. Un
proceso acumulativo ascendente, entre grácil y frágil, formal e informal, de
formas atrevidas y trepidantes que se asoman al abismo, en busca del aire y las
nubes, para avistar desde las alturas el maravilloso paisaje del valle. Una
ensoñación poética desde esta construcción antrópica que es arquitectura, urbanismo,
memoria e historia, en una ciudad contemporánea pero que aún sigue aferrada,
desde la religiosidad popular heterodoxa, a una cimiente católica con
diferentes advocaciones marianas, que se multiplicaron a partir de la
Candelaria; de ello da cuenta los numerosos altares, diversos en sus formas,
decoraciones y materialidades, en los distintos barrios, populares o no.
Así, sin ninguna duda, la
forma urbana contemporánea hace honor a su escudo colonial o, mejor, es su
propio escudo reinterpretado a partir de sus múltiples capas históricas.
Reitero: es el punto de
partida. A partir de la propuesta materializada por el artista, el peatón o el
pasajero, mirará ese agrupamiento con indiferencia o, al menos, tratando de
ubicar el nombre de su comuna o corregimiento a lo largo de perímetro, un
principio para referenciar o referenciarse. No le importará el sentido estético
del agrupamiento ni su materialidad. Algunos pasaron por las columnas a manera
de pórticos sólo pensando en la presurosa ruta del destino, pero alguno mirará
hacia el cielo y se sorprenderán al verlo enmarcado con esa corona. Otra corona
muy distinta a lo que significaba hace siglos.
Es un hecho evidente, hace
135 años un escultor italiano elaboraba una obra ha pedido, de un personaje que
no conocía ni del cual tenía la más mínima idea para exaltarlo, ponerlo en el
pedestal y ponerlo como ejemplo social, hoy un artista local se centra en
paisaje urbano que ha vivido, que lo han construido generaciones y han trepado
por las laderas hasta coronar el valle; así, la visión de un artista
contemporáneo reinterpreta el simbolismo de hace tres siglos y medio y
establece un diálogo con la geografía actual y su gramática, con el urbanismo y
su arquitectura, en una percepción que también tiene mucho de afecto e
identidad, como hombre de barrio que conoce como callejero que es esa geografía
urbana con sus toponimias y referencias espaciales.
¡Cómo ha cambiado el arte en
más de un siglo y en sólo tres cuadras de diferencia! Las que hay entre el
parque de Berrío y la estación de San Antonio, entre una escultura y una
intervención urbana, entre Giovanni Anderlini y Víctor Muñoz, de un italiano a
un hombre de Manrique, apegado a las memorias, las calles, los territorios
urbanos y los amigos, pero con un lenguaje interpretativo, material y formal de
estos tiempos de vértigo, desde el cual nos habla y nos deja este importante
mojón de tiempo y espacio.
Luis Fernando González
Escobar
Profesor Asociado Escuela
del Hábitat, Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia sede
Medellín.
Medellín, 14 de diciembre de
2020
Fotografías de Luis Fernando González Escobar
LA LLAMADA IZQUIERDA ZOMBIE / Darío Ruiz Gómez
LA LLAMADA IZQUIERDA ZOMBIE
Darío Ruiz Gómez
Se denomina como tal a
aquellos(as) que repiten mecánicamente y ad náuseam unas
consignas políticas acabadas,
desprestigiadas por la verdad de los
hechos lo cual demuestra su incapacidad de
pensar por sí mismos y sobre todo de
llegar a discernir moralmente. Y esta
comprobación acaba da darse con los enfrentamientos entre el ejército y la
aviación madurista en el Estado Apure
contra un grupo de disidentes de las
Disidencias de las Farc: aviones de combate ametrallando y bombardeando sin
discriminación alguna a la población civil, soldados sacando de sus casas a
familias enteras para fusilarlas y luego
presentarlas como “colaboradores de la guerrilla” En lo que va de año tal como
lo señala un importante diario madrileño más de 3000 personas han sido
asesinadas por los grupos de asesinos “Defensores de la revolución venezolana”
presentándolos como “terroristas” o sea
lo que el vocabulario al uso de las FARC-ELN y sus teóricos y
Colectivos de Abogados ha
recurrido para sus campañas de descrédito del Gobierno y las Fuerzas Armadas . Hemos visto entonces con nuestros propios ojos las
mismas filas de gentes humildes
desplazadas, escenas dolorosas que ya habíamos
visto a través de los más de cincuenta
años de desplazamientos de campesinos en
el llamado conflicto: las FARC y hoy el
ELN, el Clan del Golfo, la Nacomarquetalia. Miles de familias humildes
desplazándose hacia Arauquita apenas con lo puesto ante la quema de
casas y los fusilamientos de inocentes.
¿Dónde está la señora Representante de la ONU, un veedor(a) de la JEP? Se
escamotea por parte de un periodismo zombie, acostumbrado a aceptar que
solamente el Ejército y los militares colombianos son los autores de “falsos
positivos”, el hecho de que la del Estado Apure no es una confrontación ideológica a favor del pueblo sino tal como lo
hemos visto y lo seguimos viendo en África, esta que apenas se inicia es otra guerra por el oro, las guerras por el Coltán, la disputa por las rutas del
narcotráfico o sea guerras territoriales no para liberar de la opresión a una etnia, a
unos pobres explotados sino para, geopolíticamente, señalar el
dominio sobre un territorio por parte de
un poderoso consorcio mafioso global.
Guerras que obedecen a
nuevas estrategias económicas y que por lo tanto necesitan de unos nuevos
relatos sobre “el guerrillero bueno” y
de una nueva estrategia
publicitaria que en nuestro caso les
facilitan los diversos medios de comunicación “al servicio de la
Oposición, permitiéndoles a través de
ciertos periodistas mantener el disfraz de que aún responden a una
guerra de liberación. Como lo estamos comprobando en el caso del Departamento
del Cauca y Corinto convertida desde hace años en una versión de Sarajevo con
sus francotiradores en las montañas cercanas matando policías, colocando
carrobombas, manteniendo a los niños en las escuelas recibiendo clase bajo los
pupitres, estas mismas condiciones se han vivido permanentemente en muchos
municipios del Cauca, Nariño, el Chocó, sólo que gracias a la pandemia ahora
apenas lo venimos a descubrir. El ametrallamiento desde aviones contra la
población civil, el ajusticiamiento de familias campesinas presentándolas como
“ colaboradoras de la guerrilla” los más de 3000 ejecutados por los Colectivos paramilitares maduristas solamente en este año y
que realmente son “falsos positivos” desencajan para siempre ya que son
evidencias y no conjeturas, el
neolenguaje de la izquierda zombie al servicio de las FARC y el ELN, la farsa de
la información de algunos medios de comunicación: lean el
titular de este domingo 28 de marzo en “El Tiempo” y se darán cuenta de
los alcances de esta planificada desinformación: ”Pelea por narcorrutas sería
causa del éxodo de venezolanos en la frontera” Pero llega un momento en que la
evidencia es tan manifiesta que la verdad de los hechos terminará por socavar nuestro egoísmo,
nuestra indiferencia. ¿De qué falsos positivos, de qué bombardeos podrán hablar
de ahora en adelante las cacatúas al
servicio de la nueva barbarie?
miércoles, 24 de marzo de 2021
BELIGERANCIA ACTIVA DE LA MENTIRA EN LA POLÍTICA / Darío Ruiz Gómez
BELIGERANCIA ACTIVA DE LA
MENTIRA EN LA POLÍTICA
Darío Ruiz Gómez
Desde mi adolescencia
comencé a escuchar el nombre de Juan de la Cruz Varela un legendario líder
campesino que en la región de Sumapaz defendía a
los campesinos pobres,
propiciando la formaciones de colectivos agrarios hasta que su carisma terminó después de
su ingreso al Partido Comunista quien ya anciano lo utilizó como un títere para sus fines
propagandísticos. El intento de las FARC
de llegar a apoderarse de Bogotá a través de Sumapaz para dar el esperado golpe de estado
comunista, terminó cuando el ejército en 2000 a través de una serie de
magistrales operaciones
contra-guerrilla los derrotó
y los hizo replegar hacia los Llanos. Sumapaz
es el Distrito 20 de las divisiones territoriales de Bogotá reconocida como
Alcaldía local desde 1986, algo desconocido hasta para los mismos bogotanos.
Cuando Samuel Moreno Díaz llegó a la Alcaldía como sucesor de Lucho Garzón - y
su vergonzoso desgobierno- lo hizo aupado por el Polo Democrático, con el apoyo
de ANNCOL y “Voz Proletaria” El día 18
de agosto de 2009 en Sumapaz una
cuadrilla del Frente 53 de las FARC secuestró a un grupo de ediles de este
distrito y como María Fanny Torres y
Fernando Morales Pabón “opusieron resistencia” los fusilaron tal como días
antes lo habían hecho con otro edil. En mi columna en el “El Mundo” de respuesta a esos crímenes les recordé a los eufóricos polistas, comunistas que hablaban de una “planificación socialista de los territorios,
de un urbanismo de la igualdad”, que Sumapaz era parte de Bogotá-ciudad y una lejana periferia al margen de lo urbano,
tal como lo atestiguaban esos crímenes. Y les
solicité un inmediato pronunciamiento sobre el asesinato de los dos
ediles liberales, pronunciamiento que no hicieron desde luego, solidaridad del
Partido Liberal que no se dio ya que desde esa época ya andaba el Liberalismo en las estratosferas de la política reducida
al electorerismo. ¿Por qué no ha llamado
la JEP a los guerrilleros de ese Frente 53 de las FARC a responder por estos
crímenes? ¿Cuántas fosas comunes hay en estos territorios donde las FARC dejaron en su huída campamentos
cocaleros, depósitos de armas, campos de
concentración de secuestrados? A raíz de los tres cuerpos aparecidos recientemente
en ese territorio habitado desde hace años por la paz y la tranquilidad,
abierta su belleza geográfica a la visita de las gentes del país, la
Alcaldesa Claudia López ha salido una vez más a hacer impertinentes declaraciones en la línea de anteriores declaraciones suyas donde llegó a condenar a la policía por ejemplo por las revueltas
violentas y programadas de grupos terroristas, grave sindicación que ha pasado de agache ante la justicia y que ahora se repite cuando temeraria e irresponsablemente proclama que los nuevos crímenes
en Sumapaz tienen que ver con las Disidencias de las
Farc y
con el incumplimiento de los Acuerdos
de Paz por parte del Gobierno del Presidente Duque. ¿Irresponsable locuacidad o
nuevas estrategias de su populismo? ¿Sofismas
de distracción?
Pablo Iglesias en España
acaba de dimitir como Vicepresidente del gobierno de Pablo Sánchez y lo ha hecho acosado por su grosería política:
“hacer la revolución” pero desde la
comodidad de un puesto burocrático, con
cinco automóviles a su disposición, holgazaneando, viendo todo el día series de
t.v. alabando públicamente a Maduro, a los ultranacionalistas de Bildu y a los
independentistas catalanes, saludando a
los terroristas que incendiaban las calles de Barcelona - muchachos de la alta
clase social- El único proyecto que aprobó
en los Presupuestos generales fue el
presentado por su compañera sentimental Irene Montero para “una diversificación de
nuevas prácticas sexuales” Recuerden la visita express que Petro le hizo “para
pedirle que le enviaran a los pobres de Colombia
las vacunas que le sobraran a España” .
Esta era, como sus visitas a Evo y a la
Kirchner la, “internacionalización de su
versión del bolivarianismo” que ya
cuenta con sucursal en Medellín.
Ordinariez, cutrismo, falta de pensamiento, arribismo social, agresiones
a la inteligencia propios de la llamada izquierda zombie. Hace unos meses más de 620 catedráticos, científicos, juristas,
empresarios, arquitectos, ingenieros entre los cuales estaban los nombres de
Fernando Savater, Adela Cortina, Gabriel Albiac, Félix de Azúa, Arcadi Espada, Andrés
Trapiello, firmaron una petición pública para que no se prolongara esta infame
injuria contra la inteligencia y Pablo Iglesias fuera destituido. “Regreso para salvar a Madrid de la Derecha
asesina” acaba de decir Iglesias mostrando que ya solo emite frases de cajón y
da pataletas de ahogado. ¿Debe exigir la justicia una responsabilidad ante lo que públicamente se dice? Sería por lo tanto
la tarea de recordar la relación directa entre lenguaje
e ideología y la manera de detener la nueva chabacanería, el retraso
mental que suponen la ordinariez y el
mal gusto que, y esto es lo más notorio en el populismo, nada tienen que ver con el lenguaje del pueblo.
sábado, 20 de marzo de 2021
Reunión preparatoria sobre Patrimonio en Medellín
John Jaime Moncada |
Reunión preparatoria sobre
Patrimonio en Medellín
Víctor Bustamante
Un puñado de personas preocupadas por el tema de patrimonio en la ciudad ha
sido convocada por el señor concejal John Jaime Moncada y su equipo asesor. En
esta mesa de trabajo se ha conversado sobre el abandono y las pocas
perspectivas que ofrece la Alcaldía sobre este tema tan urgente para que el
legado cultural y arquitectónico no sea destruido por el progreso entre
comillas construido por esa mentalidad de hormigón armado, -formada por las
diversa curadurías, la multinacional del cemento y el comercio de rapiña- que cada que puede arrasa sin preámbulos lo
que considere de facto ajeno a sus
propósitos ya que destruye sin ninguna valoración el legado cultural, es decir
siempre con toda clase de argucias arruina la arquitectura de Medellín.
Algo es cierto mientras unos buscamos que la ciudad no sea arrasada en su
parte histórica que es sinónimo de su devenir cultural que expresa desde diversos
puntos de vista y define esa ciudad lo único cierto es que esta se acomoda para
ser exprimida al máximo y así generar riqueza
como dé lugar a los diversos estamentos
que se han apropiado de ella, desde lo político,
lo empresarial, comercial hasta descender
a la otra ciudad que lejos de esa forma institucional
convive como es la ciudad de las rentas de las drogas y de la prostitución y la
del saqueo de las vacunas. Así estos espacios que conviven solo en la memoria
de algunas personas como son historiadores, poetas escritores, sociólogos y arquitectos
es decir el nuevo romanticismo que no busca paisajes ignotos, sino su ciudad,
ese espacio caro a su cotidianidad, ciudad de la memoria, pero estos no poseen
legislaciones, ni la fuerza de la inversión que son, en fin, de cuentas, quienes
arrasan de una manera solapada y presente las ciudades. Así Medellín no escapa
a esos designios.
Pero ahí no cesa ese abandono total del Centro: sus calles deterioradas van
siendo convertidas en basureros humanos. Lo que fue la Avenida Juan del Corral,
Cundinamarca, La Paz, La plazuela Rojas Pinilla, y todo ese sector, es la pura
y continuidad y copia de la última copia deprava de Guayaquil, no el de la
prosperidad ni el del malevaje narrado en una extraordinaria novela El diablo tiene la vela de Juan Roca,
sino el de los escombros humanos alrededor de la plaza de mercado cerrada con
la economía del rebusque a su alrededor, la cual se apoderó de lo que llaman
los incautos Centro histórico.
Hace poco dentro de esa pobreza de conceptos la administración anterior decidió
que patrimonio era adecuar el Parque de Bolívar a un alto costo, eso si con una
pobreza de lo arquitectónico como nunca se había visto en la ciudad, eso sí
como esas renovaciones urbanas son realizadas desde el observatorio de la Alpujarra
por estólidos funcionarios que no caminan ni les interesa la ciudad dan como resultado esa penuria de
cambios dejando de lado el elemento humano, nunca esos investigadores y empleados
oficiales han visto el drama humano que se vive en el Parque de Bolívar prostitución,
drogas y la economía del rebusque y los parqueaderos que van asolando este
lugar. Este parque antes orgullo, es ahora el último zarpazo de la mentalidad guayaquilera
de los paisas, caminar por Perú, por Venezuela, por Caracas es igual a caminar
por Amador, por en los tiempos del Guayaquil profundo nadie vio dese la
Alpujarra en las últimas alcaldías ese asalto a la ciudad. O si lo vieron y sigue
haciéndose los locos, por supuesto que la actual alcaldía sigue sus mismos parámetros
bajo ese ridículo concepto de patrimonio.
Ya estamos fatigados, iba a decir jartos, de que la Administración municipal esta y las anteriores en manos de equipos épicos de una pobreza de conceptos absoluta donde solo priman las grandes obras, y que consideren en su desprecio absoluto que patrimonio es subvencionar caminatas, dar becas, programar seminarios y un largo etcétera cuando la verdadera expresión de esa ciudad se derrumba ante las babas de quienes se refieren al patrimonio con esa definición abrumadora y perspicaz, ya que no se obra con firmeza ante las ruinas que cada día asolan y exprimen el Centro histórico de Medellín, el de los avisos.
Pero algo es cierto la máquina
de destrucción prosigue, bajo la egida de esa máquina de facturar como en los
video juegos donde se construye edificios, se erigen torres de apartamentos, centros
comerciales y de pronto parques ligeros. Cada uno construido solo para generar rentas
que nunca sacian a las élites. Parece que funcionarios municipales y las elites
empresariales poseen desde su formación más cercana un concepto de ciudad, la
de los video juegos previsible en uno de ellos: City life.
jueves, 18 de marzo de 2021
PUTIN Y LA IMPOSICIÓN DEL ODIO / Darío Ruiz Gómez
PUTIN Y LA IMPOSICIÓN DEL ODIO
Darío Ruiz Gómez
Se ha denominado normies a la gente común que sigue dócilmente
lo que les dictan las modas, aquellos que toman como información veraz lo que las redes sociales, a través de Facebooks, Instagram, Google les bombardean minuto a minuto hasta caer en la trampa de confundir la realidad del país con lo que estas falsedades les imponen. Mensajes emitidos
desde plataformas como en el caso de los troles rusos y sus
centros de fabricación y emisión de
relatos , de informaciones adulterada hasta convertir
al usuario en una masa manipulable mediante el recurso sistemático de frases tópicas tales como las que leemos
en las pancartas de las diferentes manifestaciones anti-racistas, antisistema,
en los supuestos movimientos de reivindicación sexual insuflados libidinalmente todos ellos a un lenguaje de odio desenfrenado ya que previamente se ha sido escogido el personaje a destruir mediante la calumnia, la asignación de delitos que no cometió – “el chivo expiatorio” . Me explico: la
ignorancia de la verdadera realidad social, del pasado histórico característicos
de quienes previamente sufrieron un lavado de cerebro efectuado mediante la
destrucción de la educación tal como se ha hecho en Colombia por parte de
FECODE, de una izquierda universitaria emocional. La destrucción de todo pensamiento
crítico sustituido por el llamado regreso a las identidades, por el
igualitarismo, por la abolición de las
bibliotecas y su sustitución por cartillas de adoctrinamiento, ha allanado el
camino para que la propaganda rusa, tal como
se comprobó, interviniendo directamente en la vida política norteamericana, inglesa
esté ya determinando nuestra vida política haciéndolo, claro está, vía
Venezuela tal como lo comprobó Robert Muller en “El Mundo” de España con sus análisis
sobre el “estallido social” de Chile y las violentas manifestaciones en
Colombia programadas milimétricamente
para efectuarse a la misma hora y en las cuales se vino a descubrir algo importante, el hecho de que ahora ya no son necesarios los líderes ni las lideresas, para llevar
a cabo la tarea de destrucción y
el atropello de lo existente. El
embuste, la desinformación, los mensajes de miedo, sobre falsas tragedias
ecológicas, son utilizados a través de medios de comunicación en los cuales se
sustituye entonces la verdad por la suspicacia y los relatos falsos se multiplican tal como lo continúa haciendo la llamada manguera rusa en Colombia. Esto se inició a partir de Chávez y “el nuevo mejor amigo” con la abierta injerencia en la
vida política venezolana de las FARC y el ELN y sobre todo con el continuo
receteo de la información tal
como se hace evidente aún en “El Tiempo”, “El Espectador” la “Semana” de López Caballero y en los distintos
noticieros que adaptaron su formato a las nuevas manipulaciones de la realidad colombiana dictadas por el gobierno Santos y la FARC política, para eludir responsabilidades , creando,
repito, Chivos espiatorios,
recordándonos la vigencia
monstruosa del aparato de propaganda del leninismo para el cual lo importante
es destruir el Estado, la nacionalidad, el lenguaje, imponiendo a cambio el terror y el desconsuelo, desarmando el
aparato legal de justicia y sustituyéndolo por payasadas mediáticas. ¿Politizando la Justicia no se preparó la
acreditación como congresista y posterior fuga de Santrich a la vista nuestros
ojos perplejos? ¿No lo están haciendo
ahora tratando de manipular una acción legítima del Ejército contra un
delincuente como Gentil Duarte, calificando esta acción, una vez más, como el asesinato de unos niños? Un medio informativo democrático no puede caer
en la trampa de solicitar “ otras opiniones” sobre un hecho que no admite discusión alguna sobre su legalidad. Esa “otra
opinión” es siempre una artimaña para confundir a la ciudadanía y
desacreditar al Ejército, a la Policía
mediante falsedades presentadas como documentos auténticos. La
falsificación de la verdad sobre los hechos en un escenario mediático busca
convertirnos en ciegos morales. ¿Llamar tan reiterativamente a Timochenko a dar
amenas charlas ante alguna Magistrada de la JEP no es ir desgastando la
verdad de los secuestros, de los reclutamientos, frivolizando su relato para que finalmente nos olvidemos de que la justicia se ha
convertido en una parodia? ¿Cuántos chistes
despectivos se han hecho sobre el “provincianismo” del Presidente Duque
al expulsar a dos espías rusos? Desde hace años llegaron los rusos a Colombia sin necesidad de una invasión militar y ahora lo siguen haciendo bajo las estrategias de la geopolítica
poniendo su inmensa capacidad
tecnológica para incentivar aún más a través de las redes sociales el odio que ya nos divide, diseminando más desinformaciones que
propicien el caos, imponiendo
divisiones territoriales y bajo la mano de Putin apropiándose del narcotráfico, el oro, el coltán, etc La lucha contra este grave peligro es lo que
acaba de priorizar el Alto Gobierno de Biden al dar apoyo irrestricto
al Presidente Duque en su defensa de la democracia
viernes, 12 de marzo de 2021
Insistencia en el error de Eduardo Escobar / Víctor Bustamante
Insistencia en el error de Eduardo Escobar
Víctor Bustamante
Días del 80, los Nadaístas llegan al Paraninfo para un homenaje a los 25 años de ese movimiento literario de más peso en lo que va de la historia de aquel país que después de ser gobernado por gramáticos, poetas y escritores, asumió con el tiempo el mayor desprecio hacia la literatura, ya que la clase política, a pesar de las becas y premios para encauzar y domesticar a algunos escritores tibios, no tolera que haya en su manera locuaz de concebirla, otros que piensen otras indagaciones, y así, a partir de ellos mismos y su penuria ética y moral, mantenerse intranquilos, ya que ese puñado de escritores, los Nadaístas, cuestionaron el país de los años sesenta, y aun lo desafían. Sobre todo, en un acto de provocación en este mismo recinto boicotearon un Congreso de Escritores por más señas ultramontano, donde las formalidades quedaron desuetas por esa advertencia en forma de escándalo. Se abría, de esa manera, un nuevo concepto de literatura que influiría en las diversas esferas culturales del país; todo a partir de esos encuentros en las esquinas de Junín con Caracas, todo ese movimiento brillante a partir de conquistar los cafés, el Metropol, los Angelitos, el Miami, el Astor, luego Versalles y la ciudad misma. Eso fue lo que nunca entendió Gutiérrez Girardot, y algunos doctores de literatura, esta se vive en los cafés, en las caminadas por esas calles interminables, asistiendo a toda clase antros; lo demás sería una opaca literatura de campus. Por fortuna los Nadaístas abrieron las puertas y compuertas, tumbaron murallas y torres de falso marfil, y horadaron los ojos de los estólidos colombianos como Luis Buñuel en su película, El perro andaluz, para así huir de ese otro tipo de escritores y, además, dejar de lado el llamado y relamido realismo mágico que aun embriaga a ciertas mentes religiosas, cuando Remedios sube al cielo, me dije no quiero leer más la Biblia. El Nadaísmo trajo otras atmósferas, lo exultante de la vida, la calle, la yerba sagrada, las pepas y los pepos, el rock, el humor y el amor, el sexo libre y, sobre todo, los manifiestos y la otra poesía que solo se conecta con los Nuevos. Me refiero a León de Greiff, a Tejada y a Rendón, ah, y al primer Vidales de Suena Timbres no al Vidales posterior, al estalinista, ¡que no! Y en su carácter interior a Fernando González aquel que le decía a Eduardo, el Diosecito o el Niño Dios.
Pero decía que esa noche en el Paraninfo, mejor esas noches escuché, los escuchamos a ellos, sí a los Nadaístas en pleno, solo con una fatalidad: ya no estaban Gonzalo ni Amílkar, pero sí Eduardo Escobar, Humberto Navarro, Darío Lemos, Jaime Espinel, Alberto Escobar, Jotamario, Elmo Valencia, y por ahí un indeciso Alberto Aguirre como invitado. Pero ahora solo me referiré a Eduardo, del cual poseía y aun poseo uno de sus libros, Cuác. Sí del poeta que había recopilado un libro soberbio, Correspondencia violada, un clásico donde perdura el Nadaísmo con su dinámica más profunda en todos sus matices como ningún grupo literario del país lo llevó a cabo. Esa noche, Eduardo en el Paraninfo, hablaría de apartarse de poetas como Neruda, lo vi crítico y sagaz, evocó al gruñón de Schopenhauer y luego leyó sus poemas; el que más recuerdo: el del transistor Sanyo con cucarachas en su interior.
Pero en este comienzo de año, 2021, percibo a otro Eduardo. Lo refiero debido a la lectura de Insistencia en el error, Antología personal, (Sílaba Editores, 2020). ¿Por qué Insistencia en el error? ¿Acaso el poeta reniega de su talento, de su destino que no es un desatino? O quizá nos dice desde su lejanía que de nuevo vuelve a las lides de la poesía, de la cual nunca se ha ido, solo que recoge, segador, en su mejor vendimia, -lejos de la arena pálida de cierta poesía colombiana, aquella de caramelo y de militancia trasnochada-, sus poemas que son piedras preciosas, es decir, asevera, he ahí los poemas que él consideró más valiosos, que son los que quedan como añade por ahí algún antólogo. De un poeta, ya había dicho, su biografía se renueva en sus poemas, ahí se encuentra él de cuerpo presente, podría decir que al realizar su antología esta sale a flote de una manera reivindicativa porque los poemas son la totalidad que lo expresa. Pero bueno, esa labor de escoger, de podar, de segar, de valorar, de relegar, no pasa por el tamiz del azar; es parte de sí mismo, es su selección.
Eduardo en su poesía se afirma para decirnos que su escritura es él mismo, un panóptico que contrasta para verse en diferentes etapas de su existencia, eso sí unido por esa definición que desde un comienzo constituye su arte poética, notorio en “Advertencia retórica”, donde acude con toda su carnadura para indicar su génesis, su creación, su advertencia, que no es retórica sino una verdad pronunciada con un puño macizo, su poesía no merodea lejos de cualquier síntoma de inocencia, perdura. Lemos advertía que la poesía no era para decorar bizcochos, y Eduardo más escritor y más elegante en su persuasión añade:
"Algunos poetas
suelen apelar a la argucia del ingenio
para paliar la vergüenza de la falta de genio
que no se da todos los días, ni silvestre
pero si así lo quiere, un artífice habilidoso
puede payasear un poco si le place ..."
En estas líneas ya se define su actitud ante la poesía, y de una vez, acendrado y meticuloso, el poeta advierte sobre quienes escriben con falta de naturalidad y maquillan la poesía para cautivar incautos. No, él posee una forma de escribir, una manera de decir, de escribir en un tono muy particular con una textura que se aparta de lo que diría De Greiff, las greyes planas. A Eduardo aquí, en este poema, lo observamos en su cautela y en su definición que se aparta de los demás. De ahí que su escritura sea tan peculiar. Es decir, la escritura de alto tono Nadaísta. No en vano Eduardo ha estado presente sin formalidades, no a golpes de ingenio sino con su escritura en la primera senda nunca perdida sino perenne del Nadaísmo puro:
"Los poemas no son de nadie:
los poemas le ocurren a la gente, la invaden
y se apoderan de su campo mental
sin que se pueda resistir..."
"El poema no tiene por qué parecer un iconostasio
Ni un museo de rarezas ni un herbario
Toda palabra evoca un conjunto de figuras boscosas…"
"El poema bien puede ser una reflexión
sobre cualquier cosa, sobre un ánfora o un pisacorbatas
o sobre nada
solo depende de él mismo…"
"El poema carece de propietario como el otoño
y nunca marcha en un solo sentido
Y tampoco exige el pulimiento
de las piedras preciosas…"
Indago por una respuesta al título, tengo presente que el título es la entrada al altar de la creación, la llave para leer sus poemas. Acaso esa respuesta la encuentro en su poema “La flecha inmóvil”, uno de sus poemas más personales donde se pregunta de una manera certera y que desgarra sobre su destino, ya que con el paso del tiempo es notorio que aún se haya fresco, eso sí latente el énfasis en torno a sus hados, como un testamento sagrado y heredado en una de sus versiones:
A veces me parece escuchar detrás de mí
los ruidos del camino que debí seguir,
sus ocios y sus oficios y sus fiestas
Podría ver, delante de mí, si me volviera,
lejos y extraño aquel que rehusé ser hace tiempos
de quien me apartaron los azares
o la desconfianza si volviera el rostro de ahora
Luego, con los años y con sus reflexiones, el poeta cambia su versión, no la pule como un místico indolente, sino que al agregarle más líneas no solo la expande sino que le da más coherencia. La redefine desde otra certeza, además, sin quererlo, enseña cómo construye un poema. No en vano cuando un autor revisa sus textos los redime y se redime, y también insiste en que los poemas no tienen aún una versión definitiva, son mutables y cambiantes como el río de la vida que fluye libre y torrentoso, corrosivo y exigente:
“A veces me parece escuchar detrás de mí
Los rumores de otro camino
Que debí seguir
El trajín de un desvío que no tomé
El alboroto de unos oficios unos ocios unos vicios
Los himnos de unas ceremonias
El tintineo de copas de unas fiestas donde no fui invitado”
Realizar un balance personal parece lo más inocente, pero entre esas palabras, casi murmuradas en baja voz, se encuentra la talla de quien se ha apartado del mundillo literario para centrarse en los caminos, en las indagaciones de su creatividad. De ahí que él asevere con toda la dicotomía posible un mundo que ha vivido a contracorriente como una consecuencia necesaria, donde el bien, la paradoja que asoma del mal, palidece lejos de esa advertencia ante una fatal armonía con el mundo de los valores que en pocos años ha quedado desueta y que él en su inmanencia ha dejado de lado. Pienso en Wittgenstein: “La cultura, en efecto, en lugar de concebirse como una forma de vida, se ha convertido en un disfraz para ocultar el rostro de los tiempos que nos ha tocado vivir.
Eduardo se ha dado cuenta de ello cuando en este libro, recuerda como esa persona que a veces parece esconderse o asomarse en una columna periodística se mantiene intacto en sus postulados esenciales, en su pasión por la relectura que lo deslumbra que fue más allá que uno de sus maestros, y más allá de sus amigos de generación. Eduardo se aparta del concepto de escritor profesional, común y corriente, y de los escritores que lucen las heráldicas escolares de plástico de los premios enmohecidos. Él, de ninguna manera, podría ser tachado de adherido al sistema y menos pensar que se volvía obediente para ser absorbido luego.
¿por qué Insistencia en el error es un libro brillante? En él no solo hay poesía sino demasiado talento. Eduardo asusta la sobreactuada estolidez de algunos críticos en el país, es demasiado poeta para tan poco criterio, a muchos de ellos hundidos en su procacidad, responde en sus poemas con demasiada reflexión que intranquiliza. Con Insistencia en el error se ha logrado dejar de lado, ese matiz de un poeta que nunca se reintegró, eso sí abocado a ese estilo ágil y cáustico que lo aparta de los llamados poetas del establecimiento ya que su poesía es tan personal que rebela no solo sus indagaciones sino sus certezas. Él es un poeta inteligente que evade los versos sonoros, que se aparta de esas cercanas tradiciones, la sobreactuación, que ha relegado la poesía al habla, al demasiado gesticular y no a la reflexión solitaria como su camino original.
Su padre a quien dedica en su memoria un poema total, Cesar Vallejo, san Juan de la Cruz, Óscar Gil, Teresa de Ávila, Schopenhauer, Lope de Aguirre y Francis Thompson. Cada uno de ellos desde la distancia de sus libros, y de los años o desde la cercanía de su amistad le han entregado al poeta el camino para una reflexión que lo ha tocado, que él convierte en poema. No en vano quien escribe sobre algo o alguien es porque quiere hacerlo perdurable ante la traición constante de la memoria.
Esta lectura, este reencuentro con Eduardo, con lo integro de su poesía, abre la posibilidad de acercarse al inabarcable sentido de matices de esas palabras, su palabra, al origen, que llega al sentido máximo de su reflexión con ese toque tan personal, como si sus palabras adquirieran y mantuvieran esa frescura de decirlo todo en una afirmación de plenitud que, además, indaga en ese juego de espejos donde lo habita y vigila su doble como en “Insistente desconocido”, “Declaración del espejo” y en “Mi sombra y yo”. Así su poesía, reafirma el universo al exprimir las posibilidades cuando reaparece y escribe una idea en cada uno de sus poemas. Pero el poeta no se conforma con una idea, sino que entrelaza diversas variaciones, podría decir Diabelli, acerca de un tema, ya que quiere expresarlo todo, no dejar cabos sueltos, es decir abarcar en un poema el universo requerido como una totalidad. Por esa razón quiere decirlo, expresándolo todo para no volver a comenzar en ese continuo retorno de regresar a un tema y así darle los matices posibles, unificando sus contradicciones y aciertos, sopesando ese proceso de definiciones luego de varias pesquisas para dejar el poema casi resuelto así pasen varios años. De tal manera al volver sobre un mismo tema desde otro punto de vista el poeta abandona el concepto de inspiración, que parece dar motivo a diversas especulaciones que claudican en el llamado talento y no a un trabajo prolijo donde se cincela esa misma palabra que lo expresa, nunca ante el azar y la providencia.
Eduardo ha logrado la autenticidad con un estilo que solo le pertenece a él, lo que conduce de una forma indescifrable y segura por los caminos tomados, definidos, auscultados, una y otra vez hacia esa integridad del encantamiento de su palabra, eso sí impregnada de esa fascinación de la Nada, de ese movimiento que aun asombra al sacarnos de la minoría de edad y que planearon hace años algunos de sus amigos, y que en él no solo se mantiene intacto con sus principios, sino que su escritura asume esas indagaciones de una profundidad insospechable lejos de ambiciones literarias o en otros casos deleznables, políticas. Así, Eduardo que ha sido uno de los Nadaístas más silenciosos, cada vez retorna en cada uno de sus libros con su prosa y poesía cargado de más interrogantes y sabiduría, esa que se adquiere al cohabitar con los libros, al reflexionarlos, al darles su hálito creativo.
Por ese motivo su palabra ha adquirido todos los signos de ser ostensiblemente auténtica, ya que no apela a artificios de estilo, sino que el estilo es él mismo, como un autor esencial que, con el correr de los años sus lecturas y reflexiones, ha llegado a escribir los textos en prosa más preciosos y llenos de sugerencias del Nadaísmo, convirtiéndose él en su reserva moral y en su referente esencial debido precisamente a su palabra matizada por su aliento de sensatez y precisión. En un principio deslumbra su poesía y al releerla aún más se hace indeleble, ya que llega cargada de sugerencias y misterios, de plenitud y de una soberbia creación que lleva al lector, a que rompa la fatalidad de pensar que la poesía es algo elaborado por la fácil inspiración y no un proceso donde se macera su palabra para advertir y dejar de lado el lugar cotidiano que se desliza con una tesitura depravada de la cual se aparta el acto creativo.
La lectura de Insistencia en el error, en definitiva, con todo lo arbitrario que es decirlo entrega lo esencial que le corresponde a su autor: la duda ante cierta poesía como retórica, la presencia del padre, el doble, la música, la acedia y la riqueza de su existencia misma, lo cual se refleja en estos textos que hacen parte y forman un corpus tan personal, y así, al leer estos poemas reunidos sabemos que pertenecen en su totalidad a una definición precisa con una seria e insospechable construcción, donde subyace una capacidad de reflexión y donde quedan abolida la facilidad y el lugar común de decir las cosas ya que el poeta abandona la comodidad de lo mismo para decir y preguntar y poetizar sus experiencias decisivas, su trashumancia, rodeado de esa capacidad de discernimiento y de conjeturas a los mundos hallados.
Este libro no es una brújula oscura sino la presencia, la búsqueda, las indagaciones y los continentes, los personajes y las dudas nunca metódicas y sus verdades, que donan en cada una de sus significaciones un fragmento de su autor. Es decir, al juntar cada uno de sus poemas elaboramos ese mosaico imaginario para observar el rostro de nuestro Nadaísta mayor, Eduardo Escobar, quien pertenece a esa reserva inconmensurable de poetas esenciales que son y seguirán presentes.
lunes, 8 de marzo de 2021
Prado: Simulación y Patrimonio / Víctor Bustamante
Prado:
Simulación y Patrimonio
Víctor
Bustamante
“Con
un nuevo sistema de luminarias, la Alcaldía busca resaltar el valor patrimonial
de las casas del sector”, eso es lo que añade la noticia ingenua y mendaz de El
Colombiano en febrero 14 del 2021. Lo afirmo debido a que esta Alcaldía y las
anteriores y las otras y las otras, en el tema de patrimonio, suelen apelar a
la demagogia barata y a la esquizofrenia de aparentar ser inteligentes y de pensar
que lo que llevan a cabo es un aporte valioso para la recuperación de esa
ciudad que poco a poco se pierde y queda solo en algunos retazos de algunas
pocas novelas, o en algunas investigaciones y no en esa farsa que se lleva a
cabo en la actualidad al iluminar las casas de Prado como si fuera el gran
acontecimiento y no la gran simulación. ¿Por qué lo afirmó?, por una razón
valedera y sin prejuicios, cuando se ilumina un lugar es para resaltar las
fachadas en la noche, lo cual es una costumbre en la ciudad donde EPM goza y
entretiene a los incautos paisas en cada Navidad como si este fuera un regalo
para envolver a los ingenuos que aun salen a ver los alumbrados como el mayor
aporte de esta multinacional. De tal manera esta Alcaldía simuladora en el tema de
patrimonio realiza lo mismo: alumbrar como el máximo aporte a este barrio que
poco a poco pierde su historia, se diluye en sus casas vacías, en la ausencia
de aportes de seguridad, en las casas que se desmoronan, en los costillares
vacíos de sus interiores donde una parte de la historia de Medellín se pierde.
Prado ha sido un barrio diagnosticado muchas veces, y también se ha fotografiado todas las veces, pero que luego se olvida todo el tiempo. Sabe la Alcaldía, ¿en manos de quién está Prado en este momento? ¿Cuál es la actividad comercial de más peso? ¿Qué medidas ha tomado con seriedad no con luminarias nuevas sino ciertas para no dejar que una parte histórica de Medellín continúe bordeada por las constructoras que destruyen esas casas? ¿Saben estos funcionarios, en su torpeza, cuantas casas han sido abandonadas por sus dueños para esperar que estas se derrumben y así vender sus solares como una burla a la comunidad?
Por
supuesto que a lo mejor también iluminaron las ruinas del Palacio Egipcio, el
cual le interesa un bledo a la actual Alcaldía y a las otras y a las otras y a
las anteriores, lo mismo que la casa de Ricardo Olano, la casa donde vivió
Lucho Bermúdez, la casa de los Gómez Martínez, así como la calle Palacé que fue
esplendorosa. Ya sabemos que los diversos funcionarios no tienen ni idea para
afrontar el tema de patrimonio ni planes para conservar una presencia que
habla de una ciudad que no fue creada en este momento, sino que posee una
riqueza histórica que nos determina, pero eso sí esos funcionarios de medio
pelo y sin carácter sí poseen argucias políticas y publicitarias para
promocionarse en sus torpezas, en su escaldada manera de entretener, pero no de
actuar. Prado necesita una intervención seria, de carácter no pintada de
fachadas o de más luces como el gran tema de conservación.
No
somos ingenuos en tema de patrimonio, esas políticas para iluminar esas casas
viejas como dijo alguna vez una funcionaria son solo para iluminar la propia
fachada personal. Uno se ríe de esa broma y burla infinita cuando el tema de
patrimonio se glosa como el acto heroico de lavar y pintar los bustos de La
Playa, de pintar las fachadas de Junín, y ahora de iluminar las casas de Prado,
y de los paseíllos por las calles para hablarles a los turistas babeantes, en
inglés, y para olvidar la ciudad.
Sí,
esa ciudad de la cual viven desde la lejanía los mayordomos de ella, los
políticos de plastilina, los funcionarios que nunca saben lo que es la ciudad,
los funcionarios que no cumplen su deber y en su patraña interior se calman y
se seducen ellos mismos iluminando fachadas y no aplicando políticas serias de
patrimonio. Prado necesita
intervenciones de peso en diversos temas, y muy serias no foquitos de Navidad.
A
estos vendedores de ilusiones, a estos culebreros, que debieron gastar muchas
neuronas, muchos proyectos, mucho presupuesto para hablar sobre el abandono de
Prado, al iluminar fachadas de algunas casas ya vacías, en lugar de una
política pública adecuada para este barrio, olvidan que tras esa noticia pobre
que ilumina fachadas, solo se esconde y subsume el verdadero problema del
patrimonio en Medellín.
domingo, 7 de marzo de 2021
LA BARBARIE COMO ARGUMENTO POLÍTICO / Darío Ruiz Gómez
LA BARBARIE COMO ARGUMENTO
POLÍTICO
Darío Ruiz Gómez
Desde hace más de un año el
ELN, viene cometiendo un flagrante delito de lesa humanidad
ante los ojos del mundo manteniendo confinadas a varias comunidades indígenas en el Chocó impidiendo la libre circulación de
sus habitantes por los territorios, minando las trochas, los sembrados o sea sometiendo al hambre y las enfermedades mediante el terror a quienes son nuestros conciudadanos (as) Con exhibiciones periódicas y sobre todo sistemáticas ha asesinado a placer dirigentes indígenas sin que las histéricas asociaciones “proindigenistas, etnicistas hayan llegado siquiera a reprocharles alguna de
estas atrocidades. ¿Qué podríamos
esperar sino el silencio cómplice de Human Rights? Es aquí donde el concepto de “Derechos
Humanos” otra vez se restringe a los militantes de estos movimientos “revolucionarios”
mientras se excluye a campesinos, indígenas. Cualquiera de las formas
históricas de dominación y violencia han sido desplegadas por estos mercenarios cuyos
nombres sabemos de memoria, a quienes vemos con frecuencia dando declaraciones
sobre la Paz y la reconciliación mientras continúan con su tarea de borrar los últimos restos de conciencia civilizada
que nos quedan “acelerando las contradicciones de la
justicia burguesa” – como sediciosamente
lo está haciendo Iván Cepeda- para
tratar de que se imponga como ley aquel terrible sofisma leninista de que “una es la violencia de los opresores y otra la de los oprimidos” sin darse cuenta
de que hoy son ellos los opresores. O, a que, mediante esta deliberada
confusión semántica, terminen por desaparecer los criterios de la ciencia; desacreditando,
al hacerlas cómplices de sus fechorías, a disciplinas como la sociología, la
Historia, la antropología, el periodismo. Y lo peor, propiciando dentro de la Iglesia
católica un sisma con un grupo definido de obispos y religiosos defensores de su causa, dispuestos a reclamar después de cada una de sus
masacres, “la necesidad de volver a las conversaciones de Paz”. Lo que
supondría admitir como argumento políticamente válido su guerra
sucia y el considerar que, repito, un indígena, un afrodescendiente, un campesino no es
un ser humano –esa verdadera y constatable
Otredad convertida en cháchara por los pijos culturales,
olvidada por la “Iglesia de la Liberación”-
sino un ser inferior con el
cual se negocia. En la raíz del ELN la mutación desde
el castrismo hacia el mesianismo obedece al injerto que le presta una corriente
jesuítica fundamentalista. ¿Cuáles son entonces los contenidos que tanto
seducen a esas dóciles minorías cultas que los siguen
irrestrictamente, al aceptar dócilmente sus distintas formas de violencia contra
la sociedad? En el Fundamentalismo la
conciencia individual se enajena a una Causa abstracta
que buscará el castigo de los “enemigos
del pueblo”, de quienes obstaculicen sus objetivos. Del presunto movimiento de
masas hemos pasado a la intransigencia desmedida de una secta
de fanáticos que encubren, además, su inmensa fortuna material. El fanatismo de quienes se han arrogado ser los elegidos
para ejercer una violencia sin límite alguno, una violencia que no tendrá
castigo ya que ellos a nombre de su verdad absoluta son quienes pretenden juzgarnos y no nosotros a ellos.
“La violencia de hoy en día
más bien remite, nos recuerda Byung-Chul Han, al conformismo del consenso que
al antagonismo del disenso” Conformismo moral, ganas de que rápidamente y “sin
entrar en detalles” se logre una paz donde no sean tenidos en cuenta los
nombres, las circunstancias de los distintos horrores que ellos y sus cómplices
seguirán causando. Al ver hoy las imágenes de las madres indígenas en las
selvas chocoanas con sus niños a hombros, caminando en una larga fila evitando
las minas antipersonales -¡Qué exacta definición!- estamos viendo la repetición
de
una afrenta que en la
Historia Moderna se constituyó en una de
las grandes ofensas a la razón y a la democracia: el desplazamiento de
poblaciones enteras, el asesinato selectivo, el des-tierro y la pérdida de territorios sagrados. Naturalmente la
corresponsal de Caracol ante estos crímenes de lesa humanidad se limitó a señalar que la presencia del ejército en el alto Baudó “no era bien visto por sus habitantes ya
que éste podía exponerlos al fuego cruzado” y la inesperada visita de los obispos de
Quibdó, Ismina y Apartadó se limitó a que
repitieran el mismo cliché de “los territorios abandonados por el Estado” sin condenar con el énfasis
necesario lo que estaban verificando con sus propios ojos: las brutalidades del ELN, condenas explícitas
que necesitamos para seguir pensando que todavía vivimos en una democracia.