PUTIN Y LA IMPOSICIÓN DEL ODIO
Darío Ruiz Gómez
Se ha denominado normies a la gente común que sigue dócilmente
lo que les dictan las modas, aquellos que toman como información veraz lo que las redes sociales, a través de Facebooks, Instagram, Google les bombardean minuto a minuto hasta caer en la trampa de confundir la realidad del país con lo que estas falsedades les imponen. Mensajes emitidos
desde plataformas como en el caso de los troles rusos y sus
centros de fabricación y emisión de
relatos , de informaciones adulterada hasta convertir
al usuario en una masa manipulable mediante el recurso sistemático de frases tópicas tales como las que leemos
en las pancartas de las diferentes manifestaciones anti-racistas, antisistema,
en los supuestos movimientos de reivindicación sexual insuflados libidinalmente todos ellos a un lenguaje de odio desenfrenado ya que previamente se ha sido escogido el personaje a destruir mediante la calumnia, la asignación de delitos que no cometió – “el chivo expiatorio” . Me explico: la
ignorancia de la verdadera realidad social, del pasado histórico característicos
de quienes previamente sufrieron un lavado de cerebro efectuado mediante la
destrucción de la educación tal como se ha hecho en Colombia por parte de
FECODE, de una izquierda universitaria emocional. La destrucción de todo pensamiento
crítico sustituido por el llamado regreso a las identidades, por el
igualitarismo, por la abolición de las
bibliotecas y su sustitución por cartillas de adoctrinamiento, ha allanado el
camino para que la propaganda rusa, tal como
se comprobó, interviniendo directamente en la vida política norteamericana, inglesa
esté ya determinando nuestra vida política haciéndolo, claro está, vía
Venezuela tal como lo comprobó Robert Muller en “El Mundo” de España con sus análisis
sobre el “estallido social” de Chile y las violentas manifestaciones en
Colombia programadas milimétricamente
para efectuarse a la misma hora y en las cuales se vino a descubrir algo importante, el hecho de que ahora ya no son necesarios los líderes ni las lideresas, para llevar
a cabo la tarea de destrucción y
el atropello de lo existente. El
embuste, la desinformación, los mensajes de miedo, sobre falsas tragedias
ecológicas, son utilizados a través de medios de comunicación en los cuales se
sustituye entonces la verdad por la suspicacia y los relatos falsos se multiplican tal como lo continúa haciendo la llamada manguera rusa en Colombia. Esto se inició a partir de Chávez y “el nuevo mejor amigo” con la abierta injerencia en la
vida política venezolana de las FARC y el ELN y sobre todo con el continuo
receteo de la información tal
como se hace evidente aún en “El Tiempo”, “El Espectador” la “Semana” de López Caballero y en los distintos
noticieros que adaptaron su formato a las nuevas manipulaciones de la realidad colombiana dictadas por el gobierno Santos y la FARC política, para eludir responsabilidades , creando,
repito, Chivos espiatorios,
recordándonos la vigencia
monstruosa del aparato de propaganda del leninismo para el cual lo importante
es destruir el Estado, la nacionalidad, el lenguaje, imponiendo a cambio el terror y el desconsuelo, desarmando el
aparato legal de justicia y sustituyéndolo por payasadas mediáticas. ¿Politizando la Justicia no se preparó la
acreditación como congresista y posterior fuga de Santrich a la vista nuestros
ojos perplejos? ¿No lo están haciendo
ahora tratando de manipular una acción legítima del Ejército contra un
delincuente como Gentil Duarte, calificando esta acción, una vez más, como el asesinato de unos niños? Un medio informativo democrático no puede caer
en la trampa de solicitar “ otras opiniones” sobre un hecho que no admite discusión alguna sobre su legalidad. Esa “otra
opinión” es siempre una artimaña para confundir a la ciudadanía y
desacreditar al Ejército, a la Policía
mediante falsedades presentadas como documentos auténticos. La
falsificación de la verdad sobre los hechos en un escenario mediático busca
convertirnos en ciegos morales. ¿Llamar tan reiterativamente a Timochenko a dar
amenas charlas ante alguna Magistrada de la JEP no es ir desgastando la
verdad de los secuestros, de los reclutamientos, frivolizando su relato para que finalmente nos olvidemos de que la justicia se ha
convertido en una parodia? ¿Cuántos chistes
despectivos se han hecho sobre el “provincianismo” del Presidente Duque
al expulsar a dos espías rusos? Desde hace años llegaron los rusos a Colombia sin necesidad de una invasión militar y ahora lo siguen haciendo bajo las estrategias de la geopolítica
poniendo su inmensa capacidad
tecnológica para incentivar aún más a través de las redes sociales el odio que ya nos divide, diseminando más desinformaciones que
propicien el caos, imponiendo
divisiones territoriales y bajo la mano de Putin apropiándose del narcotráfico, el oro, el coltán, etc La lucha contra este grave peligro es lo que
acaba de priorizar el Alto Gobierno de Biden al dar apoyo irrestricto
al Presidente Duque en su defensa de la democracia
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