NO ESTAMOS VIENDO Y
ESTAMOS SORDOS
Darío Ruiz Gómez
La brutal represión
de Maduro a sus opositores quienes le ganaron en las elecciones, la tragedia colombiana con su violencia
inclemente contra las gentes inocentes, todo esto puesto en primer plano ante
nuestros ojos nos está situando ante unos hechos que no queríamos que existieran,
repito, y sobre todo que nos afectaran ya que la cotidianidad, no puedo
negarlo, es una conquista inalienable del ciudadano, un logro de la vida en
común y nada debe perturbarla ¿Prueba o testimonio sobre un conflicto que se ha
internacionalizado? En algún noticiero
de t.v he descubierto sorprendido que las informaciones sobre Gaza se continúan
haciendo desde el punto de vista de los
informativos de Hamás lo cual impide que
podamos tener una visión objetiva de tan terrible catástrofe. Con acento burlón
el alto funcionario nos aclara que la matanza de niños en Gaza por
parte de los israelíes ha llevado al
Presidente Petro a prohibir la
exportación de carbón a Israel. ¿Y, les repito, los macheteados niños del Cauca, del Guainía,
de Arauca, de la Goajira masacrados, sedientos, sacados de sus familias
mientras sus ejecutores se pasean ante los medios de información exhibiendo poderosas ametralladoras, muchas de fabricación
israelí? Dos colombianos procedentes de Ucrania y de regreso a Colombia fueron
detenidos durante la escala que hizo el vuelo de regreso al país y de inmediato enviados a Moscú donde serán
juzgados como mercenarios lo cual demuestra que los militares rusos actúan a
sus anchas en Venezuela protegidos por Maduro. ¿Por qué el silencio del Canciller y del Embajador de
Colombia ante tan grave atropello a las
leyes internacionales? Según otras publicaciones distintas a “El Colombiano” los exmilitares fueron detenidos en el propio
Moscú lo cual es una clamorosa mentira.
¿No es la hora de
comenzar a preguntarnos por lo que está suponiendo el haber salido de la Otán y
estar hoy en manos de Putin y los Ayatolás con sus cuerpos de inteligencia
actuando libremente en el territorio colombiano, desapareciendo enemigos del
madurismo y de Putin? Ya la ciudadanía
con su implacable sentido común se ha
encargado de señalar en las redes lo que supone la retórica populachera del actual régimen y lo que en la
realidad este ha dejado de cumplir
respecto a sus promesas de mejoras en la Salud, en las vías, en la educación.
Una pregunta que está en la filosofía y en el derecho respecto a la
penalización del implicado en una promesa que nunca se ha cumplido, mostrándonos,
una vez más que lo que llamamos política no puede seguir siendo el baremo ético
que
legisle la vida de la ciudadanía y las
responsabilidades de los funcionarios.
A dos años del gobierno de Petro
aquello que, sin llegar a decirlo, se
esperaba ha sucedido tal como lo
corrobora la distancia establecida definitivamente entre la verborrea promesera del “Pacto
histórico” durante las elecciones
y el contraste brutal con el auge
desmedido de la corrupción por parte de oportunistas, aventureros, traficantes
de armas, disfrazados de mensajeros del cambio social y con la entrega de la
soberanía nacional el Eje del Mal, a los dueños del terrorismo infiltrados
plenamente en nuestros territorios. Vuelvo
a la definición de Bogotá como un hervidero de espías hoy diseminados en
distintas regiones, pero principalmente en la Goajira donde desde hace décadas
se ha asentado el fundamentalismo islámico. El proceso “del cambio” se está
haciendo bajo estas silenciosas maniobras de penetración
totalitaria.
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