LA NUEVA LENGUA TOTALITARIA
Darío Ruiz Gómez
Los titubeos, los maquillajes en el lenguaje del actual gobierno marchan de la mano de
las evidentes falencias de sus teóricos para lograr
cohesionar un lenguaje “revolucionario”
que les sirva para imponer su ideología a través de lo que George Orwell
llamó –perdónenme que cite de nuevo “1984”pero es lo mejor que define nuestra
situación- una “neolengua” petrista. La
guerra entre Ucrania y Rusia como lo advirtieron los mejores analistas es un
problema de lenguajes ya que la
diferencia entre un lenguaje que nace desde la libertad no puede equipararse
nunca a los lenguajes totalitarios que –permítanme que siga siendo reiterativo- imponen consignas y disfrazan la
realidad. Ya escuchamos al Canciller
Sergei Lavrov en medio de las carcajadas del público en la India decir cínicamente que “Ucrania había invadido
a Rusia”. Nuestro Presidente ha afirmado en un twiter que “no hay nada más
democrático que el cerebro” y que “el lenguaje nace entre la multitud” o sea
que es un hecho “colectivo” y no el esfuerzo de un individuo para aprehender la
realidad, la singular experiencia de la vida. Todos vimos el ataque fríamente
calculado para quemar las oficinas de la firma petrolera y humillar
con saña a 78 policías, degollando a un
joven policía y todos sorprendidos y escandalizados escuchamos al Ministro
Prada in situ calificar como “un cerco
humanitario” esta capacidad de violencia
por parte de la eufemísticamente llamada “Guardia Campesina”. El secuestro es un delito mayor que no puede
seguir siendo exonerado por nuestra justicia bajo el eufemismo de “retención
revolucionaria” La facilidad con que se recurre al eufemismo por
parte del gobierno es una demostración de la manera con que a través de un lenguaje adulterado – “se descontextualizó lo que dije”- se va
desacreditando la tarea de la palabra de buscar la verdad y convirtiendo a la
información en desinformación abierta. ¿Eran cinco mil los “campesinos” que
intentaron quemar la petrolera, de dónde fueron traídos? El Ministro de Defensa
acaba de decir que no se atendió con
rapidez los llamados angustiosos de los policías porque ante la protesta de “miles” de campesinos” la presencia de las Fuerzas Armadas hubiera
podido precipitar una tragedia”. No dijo y explicó a la ciudadanía que ya
estaba y está vigente la orden de no atacar a las Disidencias de las Farc.
Lo que ha venido a
descubrirse es que este contingente del “Nuevo Esmad” –diseñado entre otros por la “especialista” Aurora Boreal, Gustavo Bolívar y altos asesores de la misma Policía- estaba
desarmado tal como lo había impuesto ese
“nuevo diseño”, lo cual constituye una falta
gravísima de responsabilidad de los mandos militares al poner insensatamente en peligro las vidas de
estos muchachos sabiendo que el Caguán es uno de los objetivos de las Farc para
el establecimiento previo a las nuevas Conversaciones
de Paz de sus territorios conquistados y reclamados tal como lo está haciendo
el ELN con sus guerras de exterminio. El mismo Ministro con su voz imprecisa y
después del más reciente asesinato de un soldado por las “Disidencias” en La Plata (Huila) confesó “que desconocía
que la Disidencias carecían de un mando central”. Y en base a estos eufemismos
cada asesinato semanal de policías y
soldados tiene una justificación verbal y la condena de estos grupos por sus
delitos de lesa humanidad se esfuman con
el flash de las noticias de diario
consumo, de manera que nos estamos convirtiendo en una sociedad egoísta, sorda
al dolor de los demás y finalmente cómplice de esta tragedia.
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