sábado, 5 de marzo de 2022

DEFENSA DEL HUMANISMO Y DE EUROPA / Darío Ruiz Gómez

 


DEFENSA DEL HUMANISMO Y DE EUROPA

Darío Ruiz Gómez

Con una sorprendente energía moral Josep Borrell ante el Parlamento Europeo acaba de condenar la invasión a Ucrania ordenada por un enfermo mental como Putin y de calificar este despropósito militar contra un país pacífico como una demostración del Mal ante el cual los valores del Humanismo Occidental deben acudir en defensa de una nación cuya aspiración de integrarse a Europa no puede impedirse mediante un desproporcionado despliegue de violencia. Desde Catalina II  la aspiración de incorporar  Rusia a Europa  de la mano de Diderot y Voltaire  fue abrir a Rusia a las luces de la Razón  y  a una  sociedad moderna  tal como lo ilustra la obra de Pushkin,Tolstoi, de Dostoievski, de Chejov, de Gogol o de Berdiáyer –precisamente nacido en Kiev-   donde el gran pensamiento  ruso pone de presente su condena del mal y la ardiente afirmación de una aurora moral que supere el estigma del atraso social y económico, la tentación  al recurso de  la violencia. Recuerdo vivamente las discusiones que siguieron al llamado Tratado de Maastricht en 1992 cuando se establecieron las bases de la Unión Europea. Habermas el gran pensador la calificó como un simple convenio entre comerciantes ya que olvidaba que Europa es ante todo la presencia espiritual del Humanismo.  Legado necesario para seguir enfrentando las agresiones del estalinismo puestas de presente en la represión de la rebeliones checas y húngaras que volvieron a recordar a los países libres lo que suponía la Cortina de Hierro y el intento de eliminar y borrar de la memoria de esas sociedades esclavizadas por el comunismo, la presencia del pensamiento Occidental como un pensamiento crítico liberador.

La inhumanidad del estalinismo  continúa presente en Colombia disfrazado  de eslóganes como ”La paz y no la guerra” “Paz para Arauca y no al ejército”  y que a través de FECODE  y  de ciertas organizaciones  de sindicalistas, intelectuales, periodistas   ha buscado coronar un objetivo muy claro, borrar  mediante el asalto a la educación pública   y la difusión de mentiras a través de las plataformas rusas nuestro  vínculo espiritual con la Europa del  Humanismo  que  hoy se ha levantado  vigorosamente para responder a las locuras de Putin.  Cuando Borrell  nos recuerda  la directa responsabilidad de los gobiernos europeos y sobre todo de la inteligencia, de las universidades  en la condena de  esta afrenta a los valores que definen nuestra  civilización,  nos recuerda  también la prioritaria necesidad  de señalar  al dictador  y a su corte de mafiosos, a la burocracia militar corrompida por  su complicidad  con esta agresión a Ucrania  recordándoles que ya la Corte Penal de Justicia Internacional los ha señalado como cómplices de esta masacre. ¿Vamos a seguir ignorando el éxodo cruel de seis millones de desplazados por las FARC? ¿Vamos a seguir diciéndonos que nunca vimos el desfilar silencioso de millones de desplazados por el títere de Maduro? ¿Vamos a seguir ignorando que las plataformas y los radares rusos instalados en las fronteras de Venezuela y que espían nuestras actividades no existen y son un invento del “uribismo”?  Defender a Arauca, al Caquetá, al Cauca, a Colombia de las garras del putinismo invasor es simplemente una tarea de responsabilidad política ante una agresión que ya está en marcha contando con la complicidad de ciertos medios de comunicación. Como dice Borrell recordándonos el nacimiento de la Europa geopolítica: ”Las fuerzas del mal, las fuerzas que pugnan por seguir usando la violencia física como una forma de resolver los conflictos, siguen vivas”. A votar entonces contra esas fuerzas del mal.

 

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