domingo, 9 de febrero de 2020

SOBRE PLANES DE DESARROLLO Darío Ruiz Gómez

Fotografía de Luisa Vergara


SOBRE PLANES DE DESARROLLO
Darío Ruiz Gómez

El anuncio por parte del Alcalde de que las Universidades de Antioquia y Nacional se unen para realizar conjuntamente el Plan de Desarrollo de Medellín es una gran noticia en el momento en que  un desastroso  POT ha ido permitiendo que sobre la cualificación necesaria de los distintos territorios  de la ciudad, sobre el impase  semántico creado por la aparición de nuevas formas de apropiación  del espacio, asociado éstas  no precisamente a las comunidades  sino a los distintos grupos delincuenciales, de manera que el espacio urbano ha permanecido  en una crispación social creciente  permitiendo  el levantamiento de  nuevas murallas  erigidas  por  las distintas economías impuestas por  estas estructuras delincuenciales. El modelo impuesto por estas  economías, por ejemplo,  de conjuntos de grandes torres de vivienda en las periferias ha servido para que  desaparezcan  la vida comunitaria,  el espacio público,  el peatón y se rompan  definitivamente las redes de comunicación. El llamado  capital subterráneo, los nuevos  depredadores  urbanos han ido dejando su impronta sobre territorios  dominados  hoy, lo vuelvo a repetir,  en un 60% por la construcción informal la cual es concomitante  con la baja calidad de vida, con la imposibilidad de salir de  la exclusión, retos a la capacidad gubernamental de lograr  incorporar  como ciudadanos a miles de excluidos, de esclavizados  y sobre todo acabar con ese falso argumento de que la pobreza supone siempre violencia.  ¿Bajo qué conceptos se distribuirá entonces el Presupuesto de la ciudad? ¿Nuevos elefantes blancos  o  la afirmación de aquella  ciudadanía y  de aquella ciudad que ha sido capaz de resistir estas distintas formas de atropello? ¿Deben ser excluidos los barrios humildes de la presencia de la belleza de arboledas y jardines, del derecho al reposo de sus gentes? ¿Cómo se logrará integrar a los diversos sistemas de transporte territorios como el de Castilla con más de 70 barrios carentes de vías peatonales integradoras, de un adecuado sistema vial que lo saque del aislamiento? Hablemos entonces de construcción de democracia.

Un Plan de Desarrollo  es como potestad del Alcalde una directriz de gobierno que ya desde la campaña de elección nos hubiera servido  para conocer su visión  de lo que implica  un proyecto de  ciudad, caso de Medellín que gracias a factores como la llegada permanente de desplazados de otras regiones  ha ido  aumentando el perímetro del tugurio, de los autogobiernos. También una ciudad como escenario  de un escandaloso desplazamiento urbano. Convertir en ideología de género conceptos como mujer, niño, pobre, ideologizar la cultura  supondría  un error ya que en lugar de reconocer el derecho a las diferencias dentro de una vida en común, la pluralidad democrática,  se estaría cayendo en lo multicultural concepto que  supone la  atomización  de los grupos sociales en sus contenidos de cultura. Con la posibilidad   tal como lo vimos en Petro, del peligro de lanzarse  al populismo,  de que se siga persiguiendo  a la “ciudad de los ricos” tal como predica una infame demagogia. Hablo desde la experiencia de la Academia donde durante años este debate se dio con la intensidad necesaria y bajo metodologías sometidas a las variables que las realidades  in situ descubren, la ineficacia de cierto tipo de encuestas y de foros , el error de partir a priori de conceptos inamovibles , la necesidad de contar con los intangibles, las músicas,  mediante  una lectura de la economía  que se oponga  a reducir un Plan de Desarrollo a miles de folios con frías estadísticas, consignas políticas lejanas al pulso de la vida ciudadana. ¿Cuál es la visión de ciudad que el Alcalde la propondrá a la ciudadanía?


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