7. “Antioquia acrisolada, amalgama de razas”-
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS
PÁNEL
3 (DERECHO)
Hola, jóvenes:
1.
El
Dr. Ociel Castaño Zuluaga, abogado de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Antioquia (FDUA), abrió el 3er. pánel con el
tema “Aporte de la Facultad de Derecho a
la cultura político-jurídica nacional”, afirmando que “resulta pertinente ocuparnos en recordar la trascendencia que ha tenido
la Facultad de Derecho del Alma Mater, una institución que desde su fundación
ha sabido conservar… irradiando al progreso y desarrollo no sólo de la región
sino del país mismo… porque no hay que olvidar que los tres pilares
fundamentales que impulsaron el progreso y el desarrollo de Antioquia la grande
lo propiciaron la Escuela de Minas de Medellín (1887), la Escuela de Medicina
de la Universidad de Antioquia (1871), y mucho antes que ellas la Facultad de
Derecho de la Universidad de Antioquia (1827)… en la reglamentación jurídica y
política para la marcha ordenada y pacífica de la sociedad antioqueña…
aportando con sus hombres y realizaciones a la construcción de la nación”.
Habla luego de que “Allí se educaron
inicialmente las élites de la sociedad antioqueña, abriéndose luego espacio a
una especie de democratización del conocimiento cuando se posibilitó, en la
tercera década del siglo XX, el ingreso a sus aulas de otros sectores social y
económicamente menos favorecidos o provenientes de provincia”. Y poco
después afirma que “Dado que el quehacer
específico de la FDUA se circunscribe dentro del campo de las ciencias o
disciplinas sociales, el aporte que ha hecho a la construcción del país se
ubica en el de las ideas y, dada su intangibilidad, dificultándose por ello su
medición; razón por la cual nos circunscribimos a la reseña enumerativa de
algunos de sus egresados, grandes hombres que con su trabajo, actividad, e
ideas, innovaron y contribuyeron a la evolución de la cultura jurídico-política
nacional”. Agrega que “la FDUA
entiende que su actividad no puede quedar reducida a producir riqueza material,
dinero, a ser una bolsa de expedición de títulos. Antes que partera de
doctores, ha sido crisol donde se han forjado hombres probos y prudentes… fue
precisamente allí donde empezó en Colombia un nuevo estilo del Derecho al
servicio de la sociedad y con una función pública específica, dejando atrás
siglos de exclusivismo”.
Cita
luego el expositor a quien fuera su profesor el exmagistrado Carlos Gaviria
Díaz (graduado en 1965), con quien discrepa porque Gaviria considera que en el
campo de las ciencias sociales “no ha
habido aporte alguno al campo del Derecho” por parte de los egresados y,
dice Castaño, que “le asiste algún grado
de razón cuando de manera iconoclasta plantea que el Derecho como disciplina
del conocimiento ha tenido un precario desarrollo en Colombia” llegando
Gaviria a afirmar que hay carencia de una comunidad científica de juristas y
que “a excepción de unas pocas obras
pioneras la literatura jurídica colombiana podría desaparecer sin que el
Derecho sufriera mengua… el Derecho colombiano, salvo unos cuantos de sus
cultores muy destacados, con reconocimiento internacional, ha vivido un
aislamiento disciplinar casi absoluto”. La acusación de Gaviria alcanza,
pues, no sólo a la FDUA sino a todas las facultades de Derecho en el país
aunque, agrega Castaño, “resulta injusto
desconocer que en algunas coyunturas precisas dicha generalización no es
aplicable”; con lo que coincide justamente el expositor con el exmagistrado
en que “ha habido algunas obras pioneras
y algunos cultores destacados con reconocimiento internacional”. Parece ser
esta la excepción que confirma la regla y no la calificación aplicable a la
mayoría, y el exdecano Julio González Zapata en su ponencia durante el 6º pánel
recogerá esta opinión del Dr. Gaviria al titular su trabajo: “El discreto aporte del Derecho”. Acerca
de la pesimista opinión del Dr. Carlos Gaviria, dice el expositor que “semejante escepticismo daría una visión muy
recortada si se le contrasta con recias personalidades académicas forjadas en
la FDUA, que ya por el hecho de ser sus egresados, o porque en ella fungieron
como maestros o decanos; fueron juristas que en su momento gozaron de
reconocido prestigio, incluso por fuera de las fronteras patrias”.
Lo
que no quiere decir que en los 186 años de existencia de la FDUA no haya habido
una pléyade de innumerables egresados que han dado lustre a la carrera,
incluido el nombre del Dr. Álvaro Uribe Vélez (graduado en 1977) que aparece en
la larga lista del ponente como abogado egresado de la Facultad, sin que se destaque
ninguna ejecutoria suya en la vida pública ni se mencione que fue Presidente de
la República en dos ocasiones, y ese es un honor del que la Facultad debería
sentirse orgullosa, y seguramente se va a sentir cuando se atemperen las
pasiones políticas que condicionan el momento actual de la Nación. Muchos de
los mencionados se graduaron, según afirma Andrés Botero “en una época en la que la investigación jurídica propiamente no existía
en este ámbito, ni siquiera en el nacional, pues para nadie resulta un misterio
que la irrupción del discurso y de la metodología investigativa, con su
cultura, se hizo en las postrimerías del siglo XX”. Dice Castaño que “la FDUA se erigió en una fábrica de
gobernantes, ministros, legisladores, y magistrados de las altas cortes de
justicia del país y fue orgullo durante muchas décadas de los hombres de la
montaña cuyo nombre y reputación trascendió más allá de los lindes patrios,
semillero de glorias colectivas e individuales, forjadora de hombres de acción
que con sus libros, periódicos, ideas de libertad y de trabajo, de paz y de
tolerancia, progreso y desarrollo, rindieron tributo a la historia cultural de
la Nación”. Menciona, entre muchos, al juez José J. Gómez (graduado en
1921) quien siendo católico practicante se sometió a la excomunión eclesiástica
por haber celebrado el primer matrimonio civil de nuestro país, según anécdota
contada por Ramiro Bejarano que recoge el expositor en una nota de pie de
página. Menciona el Dr. Castaño la tesis de grado del abogado Ricardo Uribe
Escobar (graduado en 1914) que planteó la necesidad de cambiar el statu quo de una
sociedad patriarcal y tradicionista como la colombiana que anuló
sistemáticamente a la mujer y no permitió que ejerciera sus derechos sino hasta
épocas muy tardías. La condición social de la mujer estuvo subordinada al ego
del varón, y el Dr. Uribe Escobar pidió “que
se alzase en plan de liberación de la coyunda de sus padres, hermanos, maridos,
y tutores atrasados”, lo que le valió al nuevo abogado la condena
eclesiástica. Pasarían dos décadas (1947) para que las primeras tres mujeres se
graduasen como abogadas, siendo ellas las doctoras Berta Zapata Casas, Haydeé
Eastman, y Yolanda Cock.
2.
A
continuación la Dra. Patricia González Sánchez, profesora asociada de la FDUA,
expuso su tema “Estudios de Derecho en la
Universidad de Antioquia, 186 años de historia”, quien afirma que “no es posible en este escrito abordar de
forma exhaustiva los ejes pioneros con los que Antioquia aportó al desarrollo
de Colombia en materia jurídica” dando a entender que son innúmeros esos
aportes y que pueden contradecir las afirmaciones del Dr. Carlos Gaviria Díaz
citadas por el anterior expositor. Menciona en primer lugar al Dr. José Manuel
Restrepo y su “Ensayo sobre la geografía,
producciones, industria, y población de la provincia de Antioquia” como un
eje jurídico que sirvió de base a la legislación agrícola y minera y de su
contribución a la redacción de libertad de partos que fue previa a la ley de
manumisión de los esclavos de la que también hizo parte. El segundo eje mencionado por la expositora
es el de la familia como gestora en el impulso educativo de Antioquia y en la
iniciación de la carrera del Derecho en nuestra región. Hace mención detallada
de los aportes del Dr. Pedro Justo Berrío y del General Marceliano Vélez; menciona
con detalle al Dr. Fernando Vélez Barrientos, coautor del libro “Datos para la historia del Derecho” y
autor del libro “Estudio sobre el Derecho
civil”, y dentro de esta reseña la expositora retoma el caso de la tesis de
grado “Notas feministas” del abogado
Ricardo Uribe Escobar en 1914, de la que el Dr. Vélez Barrientos fue su
presidente de tesis y dio ponencia favorable a esa graduación, contra las
presiones de la sociedad y de la Iglesia que veían en esa tesis un grito de
emancipación de la mujer. Luego menciona al Dr. Antonio José Uribe que en 1894
se ocupó de un “Estudio sobre las
servidumbres según los códigos civil y de minas de Colombia, y la legislación
general comparada”, y también fue autor del libro “Código de minas colombiano comentado”, del primer tomo del “Tratado de Derecho Civil colombiano”, y
de la “Compilación de la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de Colombia entre 1886 y 1898”, por
considerarla una fuente del Derecho y, finalmente, en carta al General
Marceliano Vélez expuso el Dr. Antonio José su visión de un campus o ciudadela
universitaria para la U. de A. que sería una realidad medio siglo después.
Muy
orgullosos debemos sentirnos los antioqueños de los aportes de nuestros
profesionales del Derecho a las altas cortes de la nación… en el pasado; cuando
se estudiaban los casos en Derecho y se aplicaba Justicia, antes de que esos
organismos se politizaran. Este es mi concepto muy personal, que no compromete ni
refleja lo dicho por los expositores.
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