jueves, 31 de octubre de 2013

7.“Antioquia acrisolada, amalgama de razas”- ORLANDO RAMÍREZ-CASAS



7. “Antioquia acrisolada, amalgama de razas”- 

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS

 

PÁNEL 3 (DERECHO)

Hola, jóvenes:


1.
El Dr. Ociel Castaño Zuluaga, abogado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia (FDUA), abrió el 3er. pánel con el tema “Aporte de la Facultad de Derecho a la cultura político-jurídica nacional”, afirmando que “resulta pertinente ocuparnos en recordar la trascendencia que ha tenido la Facultad de Derecho del Alma Mater, una institución que desde su fundación ha sabido conservar… irradiando al progreso y desarrollo no sólo de la región sino del país mismo… porque no hay que olvidar que los tres pilares fundamentales que impulsaron el progreso y el desarrollo de Antioquia la grande lo propiciaron la Escuela de Minas de Medellín (1887), la Escuela de Medicina de la Universidad de Antioquia (1871), y mucho antes que ellas la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia (1827)… en la reglamentación jurídica y política para la marcha ordenada y pacífica de la sociedad antioqueña… aportando con sus hombres y realizaciones a la construcción de la nación”. Habla luego de que “Allí se educaron inicialmente las élites de la sociedad antioqueña, abriéndose luego espacio a una especie de democratización del conocimiento cuando se posibilitó, en la tercera década del siglo XX, el ingreso a sus aulas de otros sectores social y económicamente menos favorecidos o provenientes de provincia”. Y poco después afirma que “Dado que el quehacer específico de la FDUA se circunscribe dentro del campo de las ciencias o disciplinas sociales, el aporte que ha hecho a la construcción del país se ubica en el de las ideas y, dada su intangibilidad, dificultándose por ello su medición; razón por la cual nos circunscribimos a la reseña enumerativa de algunos de sus egresados, grandes hombres que con su trabajo, actividad, e ideas, innovaron y contribuyeron a la evolución de la cultura jurídico-política nacional”. Agrega que “la FDUA entiende que su actividad no puede quedar reducida a producir riqueza material, dinero, a ser una bolsa de expedición de títulos. Antes que partera de doctores, ha sido crisol donde se han forjado hombres probos y prudentes… fue precisamente allí donde empezó en Colombia un nuevo estilo del Derecho al servicio de la sociedad y con una función pública específica, dejando atrás siglos de exclusivismo”.

Cita luego el expositor a quien fuera su profesor el exmagistrado Carlos Gaviria Díaz (graduado en 1965), con quien discrepa porque Gaviria considera que en el campo de las ciencias sociales “no ha habido aporte alguno al campo del Derecho” por parte de los egresados y, dice Castaño, que “le asiste algún grado de razón cuando de manera iconoclasta plantea que el Derecho como disciplina del conocimiento ha tenido un precario desarrollo en Colombia” llegando Gaviria a afirmar que hay carencia de una comunidad científica de juristas y que “a excepción de unas pocas obras pioneras la literatura jurídica colombiana podría desaparecer sin que el Derecho sufriera mengua… el Derecho colombiano, salvo unos cuantos de sus cultores muy destacados, con reconocimiento internacional, ha vivido un aislamiento disciplinar casi absoluto”. La acusación de Gaviria alcanza, pues, no sólo a la FDUA sino a todas las facultades de Derecho en el país aunque, agrega Castaño, “resulta injusto desconocer que en algunas coyunturas precisas dicha generalización no es aplicable”; con lo que coincide justamente el expositor con el exmagistrado en que “ha habido algunas obras pioneras y algunos cultores destacados con reconocimiento internacional”. Parece ser esta la excepción que confirma la regla y no la calificación aplicable a la mayoría, y el exdecano Julio González Zapata en su ponencia durante el 6º pánel recogerá esta opinión del Dr. Gaviria al titular su trabajo: “El discreto aporte del Derecho”. Acerca de la pesimista opinión del Dr. Carlos Gaviria, dice el expositor que “semejante escepticismo daría una visión muy recortada si se le contrasta con recias personalidades académicas forjadas en la FDUA, que ya por el hecho de ser sus egresados, o porque en ella fungieron como maestros o decanos; fueron juristas que en su momento gozaron de reconocido prestigio, incluso por fuera de las fronteras patrias”.

Lo que no quiere decir que en los 186 años de existencia de la FDUA no haya habido una pléyade de innumerables egresados que han dado lustre a la carrera, incluido el nombre del Dr. Álvaro Uribe Vélez (graduado en 1977) que aparece en la larga lista del ponente como abogado egresado de la Facultad, sin que se destaque ninguna ejecutoria suya en la vida pública ni se mencione que fue Presidente de la República en dos ocasiones, y ese es un honor del que la Facultad debería sentirse orgullosa, y seguramente se va a sentir cuando se atemperen las pasiones políticas que condicionan el momento actual de la Nación. Muchos de los mencionados se graduaron, según afirma Andrés Botero “en una época en la que la investigación jurídica propiamente no existía en este ámbito, ni siquiera en el nacional, pues para nadie resulta un misterio que la irrupción del discurso y de la metodología investigativa, con su cultura, se hizo en las postrimerías del siglo XX”. Dice Castaño que “la FDUA se erigió en una fábrica de gobernantes, ministros, legisladores, y magistrados de las altas cortes de justicia del país y fue orgullo durante muchas décadas de los hombres de la montaña cuyo nombre y reputación trascendió más allá de los lindes patrios, semillero de glorias colectivas e individuales, forjadora de hombres de acción que con sus libros, periódicos, ideas de libertad y de trabajo, de paz y de tolerancia, progreso y desarrollo, rindieron tributo a la historia cultural de la Nación”. Menciona, entre muchos, al juez José J. Gómez (graduado en 1921) quien siendo católico practicante se sometió a la excomunión eclesiástica por haber celebrado el primer matrimonio civil de nuestro país, según anécdota contada por Ramiro Bejarano que recoge el expositor en una nota de pie de página. Menciona el Dr. Castaño la tesis de grado del abogado Ricardo Uribe Escobar (graduado en 1914) que planteó la necesidad de cambiar el statu quo de una sociedad patriarcal y tradicionista como la colombiana que anuló sistemáticamente a la mujer y no permitió que ejerciera sus derechos sino hasta épocas muy tardías. La condición social de la mujer estuvo subordinada al ego del varón, y el Dr. Uribe Escobar pidió “que se alzase en plan de liberación de la coyunda de sus padres, hermanos, maridos, y tutores atrasados”, lo que le valió al nuevo abogado la condena eclesiástica. Pasarían dos décadas (1947) para que las primeras tres mujeres se graduasen como abogadas, siendo ellas las doctoras Berta Zapata Casas, Haydeé Eastman, y Yolanda Cock.

2.
A continuación la Dra. Patricia González Sánchez, profesora asociada de la FDUA, expuso su tema “Estudios de Derecho en la Universidad de Antioquia, 186 años de historia”, quien afirma que “no es posible en este escrito abordar de forma exhaustiva los ejes pioneros con los que Antioquia aportó al desarrollo de Colombia en materia jurídica” dando a entender que son innúmeros esos aportes y que pueden contradecir las afirmaciones del Dr. Carlos Gaviria Díaz citadas por el anterior expositor. Menciona en primer lugar al Dr. José Manuel Restrepo y su “Ensayo sobre la geografía, producciones, industria, y población de la provincia de Antioquia” como un eje jurídico que sirvió de base a la legislación agrícola y minera y de su contribución a la redacción de libertad de partos que fue previa a la ley de manumisión de los esclavos de la que también hizo parte.  El segundo eje mencionado por la expositora es el de la familia como gestora en el impulso educativo de Antioquia y en la iniciación de la carrera del Derecho en nuestra región. Hace mención detallada de los aportes del Dr. Pedro Justo Berrío y del General Marceliano Vélez; menciona con detalle al Dr. Fernando Vélez Barrientos, coautor del libro “Datos para la historia del Derecho” y autor del libro “Estudio sobre el Derecho civil”, y dentro de esta reseña la expositora retoma el caso de la tesis de grado “Notas feministas” del abogado Ricardo Uribe Escobar en 1914, de la que el Dr. Vélez Barrientos fue su presidente de tesis y dio ponencia favorable a esa graduación, contra las presiones de la sociedad y de la Iglesia que veían en esa tesis un grito de emancipación de la mujer. Luego menciona al Dr. Antonio José Uribe que en 1894 se ocupó de un “Estudio sobre las servidumbres según los códigos civil y de minas de Colombia, y la legislación general comparada”, y también fue autor del libro “Código de minas colombiano comentado”, del primer tomo del “Tratado de Derecho Civil colombiano”, y de la “Compilación de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia entre 1886 y 1898”, por considerarla una fuente del Derecho y, finalmente, en carta al General Marceliano Vélez expuso el Dr. Antonio José su visión de un campus o ciudadela universitaria para la U. de A. que sería una realidad medio siglo después.

Muy orgullosos debemos sentirnos los antioqueños de los aportes de nuestros profesionales del Derecho a las altas cortes de la nación… en el pasado; cuando se estudiaban los casos en Derecho y se aplicaba Justicia, antes de que esos organismos se politizaran. Este es mi concepto muy personal, que no compromete ni refleja lo dicho por los expositores.

Octubre 30 de 2013

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