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EL OLIMPO DE MI BARRIO ¿REALIDAD O FICCIÓN?
Rubén López
Rodrigué
Decía
Rilke en Cartas a un joven poeta que
«Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted
mismo, dígase que no es bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues
para los creadores no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente»[1]. Traigo
a colación esta cita para hablar del reciente libro de un escritor que, ajeno
al divismo, no se inscribe en ese reproche del poeta. El Olimpo de mi barrio, de Fabio Zuluaga Ángel, comienza con el
ascenso del narrador protagonista por la loma de su antiguo barrio y termina
con el descenso de un hombre a la tumba; ascenso y descenso que metaforizan una
ley de la vida: todo lo que nace muere.
Dice
el narrador: «Vuelvo al barrio después de treinta años para asistir a las
exequias de don Arturo el polvorero, uno de esos personajes casi míticos que
habitaron este pequeño espacio perdido en el universo, que con el tiempo ha
llegado a ser el único barrio de mi entraña. Lo abandoné a la edad de veinte años
y me fui con mi familia a vivir a otro sector de la ciudad»[2]. Así
comienza la obra cuando el autor-narrador llega al barrio caminando por la
empinada carrera Mon y Velarde y a su paso por calles y esquinas la percepción
de personas y cosas hace aflorar los recuerdos y lo que eran islitas en su
mente se concatenan para armar un entramado literario.
De
modo que el escritor extrae su tema de los recuerdos infantiles y juveniles. Después
de Oro, evangelio y reino, una afortunada
selección de crónicas de Indias, y de la desafortunada novela El árbol de abuelitas, Zuluaga Ángel se nos
viene con un libro donde a personas comunes y corrientes les ocurrieron hechos
como los siguientes. La abuela al pasar por la calle Bolivia le cayó en la
cabeza una hoja de palmera y fue llevada a la policlínica municipal donde
permaneció inconsciente durante tres días. La hermosa Nena, de quince años de
edad, entró a formar parte de la Comunidad de María Auxiliadora; apenas
cursando tercero de bachillerato las monjas la habían sonsacado, sin permiso de
sus progenitores. La modista Paulina se dedicó a sostener a su madre con su
trabajo y después de la muerte de esta decía que se quedó soltera porque
prefería vestir a sus clientas y llevarles los caprichos en lugar de desvestir
borrachos. Tito Gallo, el ciclista, en una vuelta a Colombia rodó por el
pavimento, estuvo varios días en estado de coma, entre la vida y la muerte,
perdió la razón, saludaba con sonrisa de bobo y se metía entre los juegos de
los niños. Los mellizos Jairo y Alberto eran inseparables desde niños, los
vestían igual, alejados de los demás muchachos del barrio; abandonaron pronto
la escuela y no aprendieron ningún oficio por andar pegados de la falda de la
sobreprotectora madre. Enrique se alistó como voluntario de la guerra de Corea
y volvió con dos medallas en el pecho y una locura que lo hacía librar combates
imaginarios, hasta que una noche de luna llena murió al saltar por la terraza
de su casa, y al año siguiente su madre, con la que vivía, murió de pena moral. Aníbal el
escultor, hijo único y huérfano de padre y madre, vivía solo en una vieja casa
de tapia que había heredado de sus padres, con la única compañía de su gato
Micifuz; como pensaba que un artista no debía casarse, tenía en su alcoba la
escultura de una mujer desnuda, de la que decía era su amante y fiel compañera.
Son
personajes insignificantes de barrio que al ser contrastados y asimilados con héroes
griegos del Olimpo adquieren una grandeza insospechada. Es la magia de la
literatura, palabras mágicas que como sucede en los cuentos folclóricos hacen
volar alfombras. No en vano en su Historia
natural Plinio decía que lo maravilloso tiene tanto atractivo como la
verdad.
Se
me antoja resaltar la agudeza del escritor como observador de la vida cotidiana,
como rastreador perspicaz de las costumbres urbanas. El Olimpo de mi barrio, a pesar de ser atravesado por el hilo negro
del velorio de don Arturo el polvorero, se compone de meritorios cuentos donde
prima el estudio de caracteres sobre las costumbres de sus personajes. De esa
observación cercana de la gente nace el humor –ese que va en favor de la salud
y el bienestar del ser humano– y que en apuntes como el que viene sirve de
paliativo a las tragedias: Don Víctor «Ya borracho, se iba a llevar a su viejo
amigo el Mono Cárdenas, el comisionista del barrio, hasta su casa. Apoyada la
mano de cada uno sobre el hombro del otro, bajaban tambaleándose por la
empinada calle, pero cuando llegaban a la casa del amigo, este se devolvía a
llevar a su amigo Víctor hasta la suya. Así se pasaban un rato, yendo y
viniendo de una casa a otra, hasta que alguna de las esposas intervenía,
enérgica, y daba por terminado el sainete»[3].
Quisiera
detenerme un tanto en el asunto de la observación, ya que es un elemento caro
al autor. El escritor debe ser un buen observador, alguien que sabe escuchar y
puede avisar del peligro; no es un profeta como en ocasiones se afirma de
Kafka, por el contrario, el escritor checo era un observador profundo y sus
narraciones siempre lindaban con la locura. Se puede presuponer que Zuluaga
Ángel volvió al barrio de su infancia, observó cosas que antes había tenido
ante los ojos muchos años atrás y registró cada detalle mínimo para imprimirlo
en su memoria. Y es que un escritor debe ser un observador de lo que le rodea,
incluso si lo que escribe es fantástico o ciencia ficción, pues aunque estemos
en Alaska o en la Patagonia seguimos escribiendo sobre los que les pasa a
hombres y mujeres, elfos o alienígenas. Pero además de la agudeza en la
observación, entreveo una agradable sutileza para narrar que produce un
sentimiento parecido al de la lírica. En sus cuentos corre una sutileza poética
adherida al tono musical, hecho que ya le había señalado el escritor Mario
Escobar Velásquez, a cuyo taller perteneció por varios años.
La
brevedad de los cuentos que conforman el libro es como una quintaesencia de
avinado del barrio de una infancia conmovida por hechos notorios. Es importante
hablar del cuento por encima de las particularidades barriales o provincianas,
puesto que apunta casi siempre a lo universal, incluso más que la novela. El
cuento se rige por estructuras muy sui generis, dado que su integración es
vertical, mientras que la estructura de la novela, siguiendo con el símil
geométrico, es horizontal y esto último no aplica al libro en cuestión. Al
decir que el cuento es vertical y la novela horizontal, evoco a Borges cuando dice
que el cuento es síntesis, mientras que la novela se puede alargar hasta el
infinito.
Ya
se trate de las señoritas solteronas, del comisionista, del polvorero, del
joyero, de la modista virgen, del electricista, no obstante la ficción al
aplicarles los mitos griegos de Helios y Prometeo, Hermes y Tiresias, Hera y
Heracles, Jasón y los Argonautas, Penélope y Ulises…, en las historias
cotidianas de barrio, donde ellos son protagonistas, la verosimilitud de
marcado carácter autobiográfico se inscribe dentro de un realismo que, por
instantes, no excluye el vuelo lírico. No se trata aquí de un realismo ingenuo
(como registrar lo que dice una verdulera, luego desgrabarlo y publicarlo tal
cual), sino que el agobio de la realidad nacional se manifiesta con dramatismo,
así sea mediante el lugar común y la obviedad.
Por
otro lado, si un libro es como un organismo vivo en el que todas sus partes
interactúan entre si, ignoro qué función cumple el cuento «La misa», único que
no se relaciona con los mitos del Olimpo, y donde la religiosidad del autor, a
lo mejor enterrada, al parecer interfiere como un lunar negro sobre la belleza y
coherencia del texto.
El
libro comienza y termina con el funeral de don Arturo el polvorero, dándole así
un carácter de circularidad como la serpiente o dragón Ouroboros que se devora
la cola, que empieza al fin de su cola y simboliza el ciclo del devenir en su
doble ritmo: el desarrollo del Uno en el Todo y el retorno del Todo al Uno.
Comienza con el ascenso y concluye con el descenso, pues no todo se compone de
poesía, vino, rosas y luciérnagas. Esa es la trágica metáfora de la vida: todo
lo que nace muere.
Rubén López
Rodrigué
[1] Rainer María Rilke, Cartas a un
joven poeta, Madrid, Alianza Editorial, 1985, pp. 25-25.
[2] Fabio Zuluaga Ángel, El Olimpo
de mi barrio, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 2012, p.11.
[3] Ibíd., pp. 25-26.
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Habrá que leer la novela, y muy pertinente el ensayo.
ResponderEliminarAl menos dejaron a ese tal Víctor Rojas bien lejos. Ya tenía miedo de que de pronto nos secuestre ese tipo. Porque vaca vieja no olvida el portillo.
¿Y qué tal el pasado de Alvarado como nalgotraficante y pedófilo que se las da de poeta?
ResponderEliminarSiquiera ya no hablan de este tipejo que trajeron por acá. No volví a salir al parque Del Perio porque de pronto me lo encontraba y a lo mejor me secuestraba. Que peligro tan bárbaro, no. Pero bueno ahora diciembre para reposar y seguir con mi obra que tiene que ser importante. Eso si no al dejo traducir al sueco por que mis principios honorables no me dejan.
ResponderEliminarPero ahora me voy para el Éxito que venden unos pandequesitos en bolsas frías y allí me tomo mis tinticos y pienso en la vida y en las ruinas morales de este paisito, donde se burlan de la justicia los mamerticos a quienes conozco.
Gracias compas por ayudarme a lavar mi imagen de secuestrador y asesino. Eso solo lo hacen ustedes con su filantropía, tu me atua yo te ayudo, pr ahí nos ganamos el nobel grande jajaja, eso si porque aquí les colaborare a lo máximo, pueden contar con mis traducciones, mis ediciones de todos los secuestros y las de ustedes.
ResponderEliminarLes comento que ya estoy traduciendo las obras completas de Tirofijo, y nada menos que las de l comandante Raúl y del Mono Jojoy.
Va ser una bomba, jajaja explosiva.
Gracias compas por ayudarme a lavar mi imagen de secuestrador y asesino. Eso solo lo hacen ustedes con su filantropía, tu me ayudas yo te ayudo, por ahí nos ganamos el nobel grande jajaja, eso si porque aquí les colaborare a lo máximo, pueden contar con mis traducciones, mis ediciones de todos los secuestros y las de ustedes.
ResponderEliminarLes comento que ya estoy traduciendo las obras completas de Tirofijo, y nada menos que las de l comandante Raúl y del Mono Jojoy.
Va ser una bomba, jajaja explosiva.
Tack kompis för att hjälpa mig tvätta min bild kidnappare och mördare. Som bara vad gör du med din filantropi, du hjälpa mig jag hjälper dig, där ute vi vann Nobels stora lol, så ja för här kommer jag att samarbeta till fullo, kan du räkna på mina översättningar, redigerar min alla kidnappningar och dig.
ResponderEliminarJag kommenterade att jag översätta hela verk Tirofijo, och inte mindre än Commander Raul L och Mono Jojoy.
Det kommer att bli en bomb, explosiv lol.
¡Que obsesión la del bobetas triste con el pandequesito!
ResponderEliminar¡Que se casen los maricas!
ResponderEliminarPor: JOTAMARIO ARBELáEZ
La homosexualidad es ya una institución expandida, a la que la Constitución no le puede seguir mamando gallo. Los gays tienen derecho en adelante de seguir saliendo con todos y todas las de la ley.
En esos raros casorios a los que uno todavía asiste, suele verse que, ante el lanzamiento del ramo y el sorteo de la liga de la novilla, participan con alebreste damas y caballeros pertenecientes a rancias coyundas, descubriéndose arrejuntados aquellos a quienes todo el mundo daba por matrimoniados. Índice de que ya casi nadie se casa, para perjuicio de la iglesia en sus objetivos morales, canónicos y económicos.
Hace exactamente diez años, cuando comenzó a hervir el tema del matrimonio gay, "un grupo de intelectuales encabezado por el ex presidente Turbay Ayala y un general de la república" expresaron ante el Senado su estupor y protesta por que pudiera llegar a celebrarse, ante los tribunales humanos y peor aún divinos, el matrimonio entre sarasas. A ese respecto, escribí una columna que se publicó bajo el título 'Sodomitas al altar' (17-11-02), pero que originalmente era 'Que se casen los maricas', título que acaté ante la amable sugerencia del respetuoso director de la página.
Cómo se van cumpliendo, ya no las profecías sino las proyecciones del primer nadaísmo. Vemos cómo se aprueba la marihuana recreativa en la propia capital del Imperio, y así terminará extendiéndose a otros países y otros fármacos, antes de que se descubra que el tráfico mortal de estupefacientes no era más que parte de la política del Imperio para mantenernos agarrados de la cola.
Pero volvamos a nuestro tema. Como el matrigay ya es un hecho por consumarse, solicito la venia para reproducir algunas de mis reflexiones de entonces, bajo el título original.
"Cuando ya no se casa nadie porque las uniones de facto están protegidas, se necesita ser muy enerve para querer intercambiar anillos... Pero ya es hora de que los homosexuales se casen para que dejen de andar 'loqueando'.
"Lo difícil va a ser para los manosquebradas llegar vírgenes al matrimonio, pues condición sine qua non para que cada quien acepte su condición cominera es que le haya quedado gustando la práctica sodomita. El embarazo va a ser para el juez o sacerdote al declarar que ya el novio puede besar a la novia, cuando se quede viendo un chispero ante el choque fortuito de los pelos de los bigotes.Y los hoteles de cinco estrellas, ¿ya estarán preparando sus suites matrimoniales tercersexistas, con guapa botella de champaña y doble dosis de vaselina entre los nocheros?
ResponderEliminar"Respecto del susto del militar, se comprende, pues si ya las locas están a las puertas de los cuarteles con sus neceseres y maquillajes de fatiga, ¿qué puede esperarle a la institución castrense cuando, digamos, un general se enamore de un teniente y contraigan nupcias? ¿Y si el de los soles es la "víctima" y el oficial menor el "verdugo", como se distinguía en mis tiempos al ahembrado del bujarrón? Y ¿qué tal si a la pareja le diera por adoptar un recluta?
"La homosexualidad es ya una institución expandida, a la que la Constitución no le puede seguir mamando gallo. Los gays tienen derecho en adelante de seguir saliendo con todos y todas las de la ley. Las manifestaciones de filenos y carininfos por sus derechos son ahora más sonadas y efectivas que las políticas.
"Lo celestial de la aprobación de la ley presentada por Piedad en el Senado es que al fin los afeminados ricachones van a poder testar a favor de sus apasionados muchachones sus bienes y sus pensiones, que antes pasaban a manos de sus familiares cercanos que toda la vida los estigmatizaron gritándoles ¡maricones!
"El Senado de la República debería establecer, cuando apruebe este debatido matrimonio entre maricuecas -contra las voces y las firmas de quienes se dicen defensores de la familia, de la naturaleza humana y de la salud-, que la ergástula sea perpetua, sin la gabela del divorcio. Así, como seres especiales muy de su casa, podrán ganarse el aprecio social, moral, intelectual y hasta electoral. Y así también, tarde o temprano, quién quita, podremos tener, ¡brutas!, un presidente de la república gay, felizmente casado por añadidura".
Señor Víctor Bustamante:
ResponderEliminarEvidentemente no hay duda usted es un escritor vende patria, colonizado por la doble moral de la derecha paisa, fascista, paramilitar y mafiosa. Usted nunca tendrá que salir refugiado de este país, por que encaja perfectamente en su papel de soldado al servicio de este proyecto de exterminio que se ha impuesto a través de la historia de Colombia, a quienes piensan diferente. !La mala fe brilla en este articulo" dígame una cosa "señor de las palabras" ¿usted en honor a la historia, pensó antes de sacar esta metralleta de acusaciones que podría tomar un café con Víctor Rojas y por un momento escuchar su versión de los hechos?. Evidentemente NO. se le olvido a usted "digno representante de la moral paisa" que la historia también es política y que regularmente quien la gana desaparece, asesina o exilia la otra versión.
En este articulo usted manda a un poeta a la guillotina, a un hombre de palabras usted se niega o prefiere no escucharlo, porque en su pensamiento colonizado solo basta la versión "Honesta" de los militares colombianos y como un mendigo en busca de reconocimiento saca su arma, para unirse a esa tropa de militares y élite que compra conciencias de escritores como usted.
Usted señor Víctor Bustamante, solapadamente juega a ignora la historia colombiana donde abundan “falsos positivos judiciales y militares” ejecutados por élites y militares que en muchos casos para limpiar sus actos, han usando batallones de intelectuales que como usted están dispuestos a vender sus letras al mejor postor.
Olga Luz Jaramillo
Historiadora
Neo jueces o neonadadistas? (I)
ResponderEliminarA nombre de la poesía se pueden hacer los más variopintas discursos y utilizar la poesía misma como un trampolín publicitario en nombre de la irreverencia y la aguda crítica. No es raro encontrar en Víctor Bustamante una espacie de árbitro de la cultura, una especie de tira fuego en nombre de la pureza de un oficio tan dignificante como la literatura. Tal vez de eso carezcamos mucho en nuestro medio, de una capacidad de “mirar” críticamente la obra de los otros pares que se mueven entre las letras y hacen de su vida una actividad de gestores unos gestores culturales. No pude asistir al acto preparado en homenaje y en el lanzamiento de la novela de Víctor Rojas, en la casa museo OTRAPARTE, por encontrarme con quebrantos de salud, del cual pueden dar cuenta mis compañeros de trabajo. Unos días antes recibí un correo de Víctor Bustamante, cuestionando mi actividad como presentador del poeta en dicho evento y cuestionando la actividad cultural que hace OTRAPARTE, por el hecho de traer a dicho personaje dentro de la programación de tan prestigiosa institución. No se dice nada de la calidad poética y de la postura como divulgador cultural de Víctor Rojas, tan sólo se esgrime un acto político de tiempo atrás cuando militaba en algún grupo de izquierda que bajo el la exaltación ideológica pudieron cometer algunos desafueros.
Es extraño que un escritor como Víctor Bustamante que escribió un libro de anécdotas políticas, de lo que se llamaría el bocadillo de cocina del periodismo local, con el título “Todos amábamos la revolución”, se ponga en asuntos de camándula y capilla. Recordemos que en dicho libro pone nombres propios de personajes de hace más de veinte años atrás, haciendo a veces de juez e inquisidor, arrojando sobre ese pasado un bufo sentido del humor y una caricatura desgastada de esos dramáticos momentos. Yo tampoco, como bien lo dice Bustamante, milité furibundamente en ningún grupo, pero si sabíamos de toda una generación de jóvenes arriesgados que lo hacían equivocadamente o no, tratando de buscar en cada uno de esos actos cargados de heroicidad y de vehemencia, un supuesto cambio inmediato, muchas veces sin medir consecuencias, sino bajo el efecto de un cambio de paradigmas que se creía que era rápido y sin miramientos. Es extraño, vuelo a repetirlo, que se crea ajeno a esta polémica, que no haya sido rayado por los discursos de hace veinte o treinta años atrás desde el ámbito universitario, desde una idea contestataria que para mucho aún causa estupor, desconcierto y en cierta forma desencanto. Ese amor de la revolución se desencantó, se transformó en otros ritmos y posibilidades de vivir, para muchos fue el cambio de la piedras por las letras, que no es tan Fácil como se cree si se hace honestamente.
¿Neojueces o neonadaistas? (II)
ResponderEliminarSin necesidad de superfluas comparaciones, pero para poner las cosas en un grado algo patético, no podríamos leer a Villon, por ser acusado de asesinar al religioso Philippe Sermoise, y su poética sobre los ahorcados perdería sentido si viéramos en él a un ex convicto, y no un ex convictor, porque cada ser es y no es, se transforma y se renueva en sus actos.
Víctor Rojas, con toda seguridad no es un asesino, no en el momento, su vocación de escritor prueba lo contrario a ser un matón de esquina; Lo conocí en un festival de poesía en Medellín, hablamos de muchas cosas sobre el arte, la poesía, la vida, no conocía esa “parte negra, oscura o nefasta” que quieren sacar hoy en día, no lo imagino premeditando un crimen, Hay en todo esto una actitud moralista, San Ignacio de Loyola manejo la espada, San Agustín era pagano, díscolo y guerrero, san Pablo perseguía cristianizantes, y con esto no hago una defensa de la violencia, ni amparo el crimen como una estética, salvo a De Quincey, que crea una metáfora cínica y dura al colocar el crimen como una de las bellas artes, más que va a hacerse bello la muerte de un Roque Dalton García por una izquierda equivocada, o la desaparición forzosa o el secuestro, venga de donde venga. No creo tener un acto de ingenuidad al leer al poeta Víctor Rojas, y dar una opinión sobre su obra, más se le puede criticar, se le puede medir desde su obra misma y no por eso creer que se está contestando con la infamia, A la hora de ser más atrevidos nos quedamos mudos. Un señor ex presidente regaló toda una colección de libros del Quijote a la Universidad Pontifica Bolivariana, señor ampliamente cuestionado por lo del Palacio de Justicia, en este caso nadie metió la mano a la candela.
Que Víctor Rojas haya participado o no en lo que Víctor Bustamante juzga, no me niega ni como historiador ni como lector de poesías, creo que no es de mi incumbencia juzgarlo, tal vez el matrimonio entre el cielo y el infierno den mejor cuenta de eso. Todos somos exilados de nosotros mismos, recordemos que las piedras que lanzamos no solo reventaron vidrios, cuántos rostros rotos y cuántas cabezas destrozadas, alguna vez no hacían algunas personas alarde de esa fabulosa puntería “estudiantil”?
Por ahora sólo deseo recuperar mi voz pues de verdad estoy afónico, que la poesía siga su curso y que se pueda descubrir exactamente si se trata de neonadaísmo o de un camuflaje de neojueces, pues en este caso es pertinente se defina si se trata “cacería de brujas” o de poesía…
Debo agregar que no le he pedido a Víctor Rojas ni que me traduzca a otro idioma ni que tenga “casado” con él un contubernio. Creo, y en eso no me equivoco, que en este medio es más fácil despotricar que aportar a una construcción de un mundo poético más afín a la humanidad libre, es más lógico la vía fácil, “tire a lo que llegue, alguien cae en una cacería de tuertos”.
Prefiero no sacar la espada y despotricar contra un cronista como Víctor Bustamante, que de algún modo nos ha dejado algunos textos memorables, lo que no le admito es que se vuelva un espadachín de los más desafilados mosqueteros.
Por ahora los dejo con este bello poema….
Todo lo que uno recibe es pasión
Por Jacobo Fijman
No soy enfermo. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces…
Quiénes responderán por mí.
Hice conducta de poesía. Pagué por todo.
Sentí de pronto que tenía que cambiar de vida. Alejarme del mundo. Y me aislé. Me fui de todos, aun de mí…
Hoy es la demencia un estado natural.
Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con ellas.
El delirio son instantes. Puede durar toda la vida.
Mi poesía es toda medida.
El arte tiene que volver a ser un acto de sinceridad.
Hoy, desde la oficina central del Neonadaismo; mañana desde cualquier lugar del terruño que nos queda.
ResponderEliminarCompañeros quiero decirles que como asiduo lector de poesía y literatura de la ciudad, me sorprenden muchos comentarios sobre los temas que se colocan en el tapete, pues a veces, diría,hoy, nos alimenta un tema que nada tiene que ver con fulano,perano o sutano.Pense que era hablar sobre el libro del estimado ruben velez o si acaso,dar fe de todos los que construyen la literatura en estas geografías. nada aportan comentarios de índole violento, si precisamente,debemos es construir un camino.Todos ustedes son muy inteligentes;pero esa forma de expresión de referirse a los demás con palabras tan descomunales no es propia de los que estamos inmersos en procesos culturales.A todos por igual. blancos,negros,altos,bajos,feos,bonitos,rojos,verdes,de izquierda,de derecha,del centro, que son los mas delicados. un saludo y que viva la literatura.
EDGAR BUSTAMANTE;Secretario general del Neonadaismo.
No nos han dicho si ese tipejo se fue para Suecia porque hay algo que si es molesto, y es no poder salir tranquilo a la calle porque al malo no se le olvidan las fechorías. Yo nunca andaría con una persona con esas sindicaciones y u se le burla a la justicia del país como hace todo el mundo, todos le hacen conejo y eso es posible en un país descuadernado como el nuestro.
ResponderEliminarCuartas, debería dedicarse, en un acto de contrición y a repasar sus temas porque como historiador lo veo muy flojo y cobarde. De serlo hubiera caído en cuenta de lo que es la impunidad en Colombia, y cuidar su imagen de vate con muy interesante labor, pero bueno meter la pata es de humanos, por ahora no vuelvo a salir si el alumno de Sangrenegra está por ahí traduciendo al sueco todas las acusaciones que hay en internet sobre el caso de Doña Gloria Lara.
Como dice Víctor Bustamante también debería presentar el señor Cuartas a Garavito, a y a los hermanos Nule que también conversan muy de lo más de rico.
Interesante y explicativo el texto del señor Lopes, Se ve que es un investigador muy serio. Felicitaciones
ResponderEliminarSeñor Víctor Bustamante:
ResponderEliminarEvidentemente no hay duda usted es un escritor vende patria, colonizado por la doble moral de la derecha paisa, fascista, paramilitar y mafiosa. Usted nunca tendrá que salir refugiado de este país, por que encaja perfectamente en su papel de soldado al servicio de este proyecto de exterminio que se ha impuesto a través de la historia de Colombia, a quienes piensan diferente. !La mala fe brilla en este articulo" dígame una cosa "señor de las palabras" ¿usted en honor a la historia, pensó antes de sacar esta metralleta de acusaciones que podría tomar un café con Víctor Rojas y por un momento escuchar su versión de los hechos?. Evidentemente NO. se le olvido a usted "digno representante de la moral paisa" que la historia también es política y que regularmente quien la gana desaparece, asesina o exilia la otra versión.
En este articulo usted manda a un poeta a la guillotina, a un hombre de palabras usted se niega o prefiere no escucharlo, porque en su pensamiento colonizado solo basta la versión "Honesta" de los militares colombianos y como un mendigo en busca de reconocimiento saca su arma, para unirse a esa tropa de militares y élite que compra conciencias de escritores como usted.
Usted señor Víctor Bustamante, solapadamente juega a ignora la historia colombiana donde abundan “falsos positivos judiciales y militares” ejecutados por élites y militares que en muchos casos para limpiar sus actos, han usando batallones de intelectuales que como usted están dispuestos a vender sus letras al mejor postor.
Olga Luz Jaramillo
Historiadora
Por qué no opinan sobre el bello texto del escritor Rubén López y dejan de defender no sé a quien ni porque.
ResponderEliminarEste escrito está muy hermosos y esa line de crítica es interesante
Cómo recuerdo las épocas en que loqueábamos tanto por todo el territorio patrio, nada menos que Eduardito, Jotica, Darío y Amílcar y el triple papacito de X Jaramillo Sombrero de ahogado, Intercambiando anillos sin moción de orden.
ResponderEliminarNo sé la razón por la cual nunca ocurrió un matrimonio entre nadaístas.
Algunas personas no comprenden que parir una idea, mover contactos, hacer alianzas, tocar puertas. traducir al sueco y traer potas de dudosa estirpe eso se llama " TRABAJO "
ResponderEliminarQue el hecho de que no escribas ni diseñes los conceptos que fluyen dentro de ti y que tú tienes en la cabeza no significa que no aportes nada, las ideas no son de quien las ejecuta si no del que las tiene clara, ejemplo visible de ello es NO TERNE CALRO LO QUEES LA POESIA , HAY millones de copias muy buenas que venden muy bien pero LA POESIA HONESTA ES LA POESIA y las copias son eso, solo copias así sean muy bien logradas , siguen siendo copias que venden muy bien y que todo el mundo sabe que son copias baratas TRAIDAS DE Suecia, así les cambien la reputación así sean muy aparentes .
K. SATCHIDANANDAN (India), poeta invitado al 23° Festival Internacional de Poesía de Medellín.
ResponderEliminarTraducción de León Blanco, a partir de la traducción inglesa del autor, desde el Malayalam.
LA POESÍA VOLVERÁ
(POETRY WILL COME BACK)
Necesitamos arroz, sal,
frescura, leña;
podemos prescindir de la poesía.
Sin embargo la poesía volverá
como el arroz,
la semilla de la tierra,
hervida y limpia de cáscara y salvado
desbordando toda medida
granero y bodega;
como la sal,
la memoria del mar,
regando nuestras bocas,
quemándonos con dolor
con el fin de sanar nuestras heridas,
nutrir nuestras raíces;
como el frío,
el deseo de la arcilla,
tornando calientes nuestros labios, lenguas,
pechos, cinturas, venas y nervios;
como la leña,
los huesos de la selva,
su encendida y fundente médula
quemándose lentamente con pequeñas llamas,
cantando, en un solo aliento,
arroz sal frescura leña poesía.
K. SATCHIDANANDAN (India), poeta invitado al 23° Festival Internacional de Poesía de Medellín.
ResponderEliminarTraducción de León Blanco, a partir de la traducción inglesa del autor, desde el Malayalam.
¿QUÉ ME HAN ENSEÑADO LOS ELEMENTOS?
(WHAT THE ELEMENTS HAVE TAUGHT ME)
La Tierra me enseñó
a abrazarlo todo, para sobrevivir a todo,
a saber que el éxtasis es la muerte,
a evolucionar de una estación a otra,
a estar en movimiento dentro y fuera
El Fuego me enseñó
a estar inflamado de deseo,
a bailar, bailar, bailar,
hasta que todo deseo se convierta en ceniza,
para santificar el mundo con dolor,
para iluminar a través de la contemplación
al océano del vientre y al corazón de roca.
El Agua me enseñó
a rezumar sin previo aviso
desde ojos y nubes,
a penetrar profundo en la tierra, en los cuerpos,
adornándolos con hojas tiernas y flores,
a despojarme de nombre y ubicación
y fundirme con el azul magnífico
del horizonte final de la memoria
El Aire me enseñó
a cantar sin cuerpo a través de cañas de bambú,
a profetizar a través de las hojas,
a prestarle alas a las semillas,
a ser, a la vez, una suave brisa que acaricia
y una rauda tormenta que aúlla
El Éter me enseñó
a estar lleno con la luna llena,
a anularme con la luna nueva,
a ser el rojo, el rojo rubor del alba y el crepúsculo,
a estar en todas partes y en ninguna
Los cinco elementos me enseñaron
a ser uno con todo,
a estar desprendido de todo,
a estar cambiando siempre de forma,
hasta el día de mi liberación
desde el mundo de las formas.
(1996)