lunes, 25 de noviembre de 2024

COLOMBIA: SU VERDADERA UBICACIÓN POLÍTICA HOY / Darío Ruiz Gómez

 

COLOMBIA: SU VERDADERA UBICACIÓN POLÍTICA HOY

Darío Ruiz Gómez

18.677  niños fueron reclutados por las FARC,  violados, sometidos  a prácticas médicas aberrantes,  humillados, colgados de su cuello, mutilados, convertidas las niñas en esclavas sexuales  de esta tenebrosa organización criminal que disfrazada de Nueva Marquetalia y  de las Disidencias   continúa impertérrita cometiendo crímenes de lesa humanidad en medio de las llamadas mesas de Paz presididas por renovados  sanguinarios  en una parodia de justicia cuya finalidad última es la de humillar a las instituciones de justicia universal, amedrentar a jueces y magistrados hasta  hacerlos caer en el más deplorable de los silencios demostrando que “la justicia ha sido  politizada”. En la t.v hace unos años escuché y vi a estos asesinos confesar – sí,  los seis Comandantes del Secretariado que son muchísimos más en realidad -   sus atrocidades  y pedir  hipócritamente perdón a sus víctimas pues tal como lo dijo una dicharachera Magistrada de la JEP, la condena de estos bandoleros requeriría de algunos años. Es posible que esta intempestiva declaración de la JEP se deba al temor de que ya la ciudadanía está cansada de sostener económicamente a esa fantasmal burocracia o que ante la esperada impasibilidad moral con que los medios, las instituciones,  han acogido estas esperadas condenas, como en las llamadas  sociedades  delincuentes,  permanezcan de nuevo   impasibles  hasta que las  otras noticias las conviertan en periódico de ayer. ¿Podrá pronunciarse al respecto la Corte Penal Internacional  y dar a conocer al mundo civilizado la dimensión de una brutal agresión al ser humano, la farsa  de una supuesta Paz que dejó a estos verdugos y verdugas  ganando altos sueldos en el Senado y el Congreso, gozando la vida como unos repulsivos nuevos ricos? Alguna justicia debe por fin reconocer que los derechos de las víctimas están por encima de las perversas concesiones a estos asesinos.  

“Llevo diez paros armados del ELN sin que el actual gobierno se acuerde de nosotros” reclama el Alcalde de un pequeño pueblo del Chocó, ante el nuevo confinamiento total de más de 41.000 habitantes que deben mantenerse dentro de sus casas sin poder recibir ayudas en alimentos, desplazarse hacia escuelas los niños, buscar medicamentos. El Paro anterior como lo reseñé en su momento,  obviamente mostró los grados de increíble inhumanidad del ELN, este historial de madres indígenas destrozadas por las minas antipersonales, de ancianas muriendo de hambre, de enfermos sufriendo por falta de medicinas, de destrucción de la naturaleza.  Como desde una panorámica que se abre y de repente nos permite  observar  un vasto escenario de miseria, de esclavitud, mientras los ríos y quebradas se salen de madre y las casas de madera desaparecen bajo el agua,  lo que nos conmociona  es un espectáculo  copiado  de las tragedias de un pueblo asiático o africano  que hoy  presenta a Colombia ante el concierto de las naciones  civilizadas como una sociedad ya no solamente insensible sino indecente,  con una Iglesia cuyo silencio es más que cómplice, con la caricatura de unas minorías  cultas que con la clase política  lo único que hacen  es mirarse el ombligo. ¿Podrá esta situación de absoluta inmoralidad  seguir en su inercia  ahora bajo el nuevo Orden mundial que se abre con el apabullante triunfo de Trump? No olvidemos que Petro nos sacó de la Civilización Occidental y nos inscribió en  el Eje del Mal, China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, México, Nicaragua  o sea de la justificación  del terrorismo, de la extinción de los “infieles” y por lo tanto de la  desaparición de la justicia y su sustitución por títeres disfrazados de Magistrados, tal como ilustra Maduro. 18.677 niños sacrificados  ¿Y lo que resta de las atrocidades reconocidas en el Informe de Roux, miles de ganaderos asesinados, de desaparecidos, de crímenes selectivos ¿Cuándo serán condenados públicamente estos mismos asesinos?

 

 

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