HAMÁS, EL TERRORISMO SIN PIEDAD
Darío Ruiz Gómez
Cuando en un noticiero
radial terminan los periodistas de
reseñar el ataque sangriento de Hamás el grupo terrorista, invasor del territorio de Gaza en
donde ha sometido a su despiadado dominio al pueblo palestino; a continuación
los periodistas describen como si fuera una noticia cualquiera el terror que en
estos momentos están ejerciendo los Comandos de la Frontera sobre los caseríos
y veredas del Putumayo donde sus
habitantes bajo amenaza de muerte deben
permanecer en sus casas. Esta incalificable práctica la ha ejercido el ELN, los
facinerosos de Iván Mordisco a lo largo
de la geografía colombiana, Puerto Asís,
con una excesiva crueldad frente a la cual nuestra llamada Izquierda ha guardado silencio. Hezbolá fue la perpetradora con el apoyo de Irán y
Venezuela del ataque al Club Judío de Buenos Aires donde murieron 80 personas y
se ha demostrado la complicidad del gobierno de Cristina Kirchner, antes en
otro atentado contra la Embajada israelí mataron a 22 personas. Pero limitémonos a lo que acaba de suceder con
el ataque de Hamás al territorio de Israel y sobre todo de la matanza de mil
personas, 360 muchachos(as) en un Festival de Música, asesinados con disparos
de fusil, golpeados, secuestrados, las pavorosas imágenes del Kibutz donde
masacraron a 40 bebés y a sus padres, abuelos, incendiaron las viviendas. Este es un delito de terror que no puedo
eludir acudiendo a recriminaciones
justas en muchísimos casos sobre
los actos de violencia israelí que
nuestra izquierda ha desfigurado recurriendo
al simplismo de que inevitablemente
judíos y judías en cualquier parte del mundo son culpables del sufrimiento del
pueblo palestino. Las organizaciones de narcotraficantes, de mercenarios de
origen judío actúan hoy en todo el mundo como asesinos y no como ciudadanos de
Israel al igual que rusos, kosovares, albaneses y también palestinos.
Si Yahir Klein le enseñó actuando
como un mercenario a realizar
atentados a nuestros campesinos del Magdalena Medio, tanto el IRA como la ETA le enseñaron a las
Farc a utilizar el atentado dinamitero para causar daños a la economía del país y para mediante el terror contra la sociedad civil someter a la
población tal como lo han seguido haciendo. ¿Se les olvidó el atentado contra
el Club El Nogal?
La Daesh tiene como único
objetivo la imposición del Califato a
nivel universal mediante la Sharia, tal como lo clarifica Giovanni Sartoris:
mediante la acción violenta se persiguen tres objetivos: primero, purificar el
mundo musulmán, segundo, conquistar para la fe los países parcialmente
musulmanes, tercero volver al asalto de Occidente reabriendo como lo estamos
viendo “la Guerra Santa”Para Hamás la Cultura Occidental constituye la presencia no de los contrarios sino de los
infieles que -como se demostró en Siria
donde degollaron a miles de cristianos- es necesario aniquilar físicamente. Esta
irracionalidad es la que impide el
diálogo. “El occidental laicizado no
toma estas cosas en serio, y mucho menos las comprende. Pero se equivoca” El
atentado terrorista adquiere entonces otra connotación diferente a las de los
grupos de reivindicación patriótica, étnicas como se demostró con los ataques en Manhattan,
en Madrid, Francia, etc que han obedecido a los principios dictados por la
Sharia o sea por las normas de conducta que todo musulmán puro debe obedecer
para combatir al infiel. Esa sarta miserable de justificaciones y condenas
desde tópicos desgastados que eluden
condenar a Hamás por su violencia no es solo la declaración personal de Petro sino
la de grupos fundamentalistas como el
Pacto Histórico, los Comunes, los pijos progres del Norte bogotano yihadistas
de cómoda vida detrás de los cuales se alarga la sombra de ese Alá de las Farc,
Enrique Santiago. Ojo que ha comenzado desde Irán una guerra de desinformación.
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