Este blog, en permanente construcción, hace parte de una revisión de los textos iniciáticos nadaístas con el propósito de mantener nuestra fe intacta en algunos de ellos. Podríamos decir que es una versión remasterizada, con inyecciones letales de cinismo y humor negro, de esta doctrina creada, simultáneamente, en Medellín y Cali.
Mantenemos la fe intacta en la creación libre. Somos icoñoclastas por naturaleza.
neonadaismo@gmail.com
Ya sabemos que el linchamiento
mediático de un personaje considerado como un obstáculo para los intereses de una organización extremista en Colombia se ha venido convirtiendo en una práctica más que frecuente tal como lo señaló el
informe sobre el asesinato de Monseñor Cansino Duarte a manos de sicarios
pagados por Iván Márquez. Lo primero fue el linchamiento mediático a manos de
un grupo de calumniadores que comenzaron a justificar su asesinato alegando que
estaba en conversaciones con los hermanos Castaño y por lo tanto “era un
paramilitar” Basta consultar en los periódicos de esas fechas para conocer el
nombre de los periodistas que prepararon
este asesinato y hoy aún continúan
tendiendo un velo cómplice de difamación
sobre un mártir. La investigación del periodista Matthew Taibio sobre el voluminoso
material con que las plataformas rusas a través de fake news, calumnias, ayudaron a la campaña presidencial de Petro
tal como lo describí en mi columna de la semana anterior continúa arrojando luces sobre la realidad de estas manipulaciones mediáticas, en este caso sobre el vulgar linchamiento
de Karen Abudinen Ministra del TIC MINTIC a raíz del escándalo por el robo de más de
70. 000 millones de pesos. Toda la ordinariez represada de Gustavo Bolívar estalló sin
cortapisa alguna, desaforadamente, tildando
a la Ministra de ladrona, de delincuente. Escribí de inmediato protestando
contra este linchamiento y condena de la entonces Ministra, sin pruebas, sin un juicio imparcial. Ahí queda en la memoria esta farsa
donde la baba de muchos periodistas(as) corrió sin escrúpulo alguno todo porque ella era parte del gobierno del odiado Duque.
El bufón de Benedetti, Katheryn Miranda desplegaron su histrionismo y fue
cuando en medio de risotadas de “pactohistóricos”
y periodistas de alcurnia
surgió lo que era un chiste: el verbo “abudinear” como el supuesto aporte
de nuestra Academia al “Giro
Lingüístico” El Boletín que se
distribuyó incluía una foto de la Ministra
Esta grotesca confabulación
contra una funcionaria condenada sin prueba alguna llegó al paroxismo cuando nuestra Academia de la Lengua anunció que incorporaba definitivamente el verbo “abudinear” o sea ladrona como muestra de “la riqueza verbal” del pueblo
colombiano y lo propuso a la RAE española para su aprobación encontrándose con la
negativa de ésta a un propósito
rastreramente político. La incorporación de nuevos documentos claves,
indica que los “ académicos”” infiltrados en nuestra Academia prosiguen en
su tarea de “construir” un lenguaje acorde con la “nueva patria” tal como se los
exige su Partido. Urge entonces
que públicamente se conozca la sustentación teórica de estos “Académicos del Pueblo”
quienes mediante una broma
estúpida trataron de manchar la tarea humanística de la Academia de la Lengua y de lo que supone
una tradición histórica que –desde Cuervo- no puede ser borrada impunemente. Como lo ha dejado muy en claro Salud
Hernández este infame atentado moral estaba ya incluido en las plataformas rusas que lo distribuyeron a través de las redes sociales, fake news, con
la colaboración de ciertos periodistas y
bajo los objetivos políticos del Partido
de “todos, todas y todes” La
caída de una sociedad en el abismo del caos
y la violencia generalizada ,
señala Kar Krauss en su inmortal “Contra
los periodistas” se anuncia cuando el lenguaje de los llamados medios de
comunicación empieza a corromperse.
Rosario
Tijeras muere tres veces: una cuando el lector desprevenido lee la novela que
recrea el ambiente del sicariato en la ciudad de Medellín, convirtiendo el
personaje femenino en un elemento fuerte y atractivo mezcla de mujer fatal y de
erotismo exuberante. Veamos:“A
Rosario la vida no le dejó pasar ni una, por eso se defendió tanto, creando a
su alrededor un cerco de bala y tijera, de sexo y castigo, de placer y dolor.
Su cuerpo nos engañaba, creíamos que se podía encontrar en él las delicias de
lo placentero, a eso invitaba su figura color canela, daban ganas de probarla,
de sentir la ternura de su piel limpia, siempre daban ganas de meterse con
Rosario”. La otra muerte, es aquella que se ve en la pantalla grande representada
bellamente por la actriz Flora Martínez quien da vida y realce al personaje
femenino de la narración, magistralmente dirigida por el mexicano Emilio
Maillé. La tercera, es la que distanciaremos en el seriado de televisión del
canal RCN e interpretada por la actriz Maria Fernanda Yepes; con libretos de
Carlos Duplat y su esposa Luz Mariela Santofimio, y discusiones amistosas donde
participó Jorge Franco. Las muertes de Rosario Tijeras son entonces, el efecto
simbólico de una realidad desbordante y cruel. El análisis de una sociedad en
riesgo. Ahora bien, el relato “Rosario Tijeras” del escritor Jorge Franco no va
más allá de 190 páginas, escrito en un lenguaje claro, fluido y ligado a una
realidad social que deja absorto a cualquier lector. Además, reta al lector a que
descubra una verdad cruda y desafiante. La historia se convierte en un hecho inverosímil
y en mi opinión evidencia y sostiene dos verdades que nuestra sociedad no podrá
ocultar jamás: el narcotráfico y el fenómeno del sicariato. ¿Cuáles son las diferencias entre quienes
viven en las comunas y quienes habitan los sectores más ricos de la ciudad?
Quizá, la riqueza o simplemente los efectos de la deshumanización que acarreo
el dinero fácil. Los valores trastocados que hacen hoy difícil la convivencia. Una
mirada al mal a aquello que nos deshumaniza, que devela nuestro mundo interior.
Nos horroriza cuando vemos las escenas en la pantalla o leemos la ficción de Rosario
Tijeras. El universo de las comunas de la ciudad de Medellín y el mundo de las
gentes ricas y de bien se atan en la novela generando momentos de
acercamientos, escenarios de drogas, dolor, muerte, angustia y miedo. La
ficción narrativa es macabra y la ironía surge en cada página. Los besos de
Rosario Tijeras son fríos como la muerte:
“Tus besos saben a muerto, Rosario Tijeras “. Es un enunciado que perturba
al lector y de entrada le dice, que el tema va a ser la muerte y la incapacidad
de amar. Porque el amor es goce, regodeo, risa, calor y una satisfacción
indescriptible; cosa que Rosario Tijeras no posee. Es más, a ella, la risa le
es escasa. La muerte crea un artificio real fruto de un largo ejercicio de la
memoria de Antonio el narrador. Ahora bien, la ficción de Rosario Tijeras es aprehendida
en el tiempo o en los surcos de este, llenando un espacio en el cual, el
recuerdo es el fármaco del dolor y el miedo. Jorge Franco utiliza un truco asombroso
cuando en la voz del narrador expresa que: “Ninguna voz es de ella; me lleno de
esperanza pensando que Rosario ya ha salido de muchas como está, de las
historias que a mí me tocaron. Ella era la que me las contaba, como se cuenta
una película de acción que a uno le gusta, con la diferencia de que ella era la
protagonista, en carne viva, de sus historias sangrientas. Pero hay mucho
trecho entre una historia contada y una vivida y en la que a mí me tocaba,
Rosario perdía”. Lo anterior, refleja la angustia de Antonio. Y alumbra de
forma patética lo macabro y sangriento de la historia de una mujer trágica que
debe ser narrada. En los relatos el universo urbano de la Ciudad de Medellín es
recreado y aunque la descripción sea plana e insuficiente, la ciudad se asemeja
a un pesebre, a una tacita de plata, que brilla. La ciudad es vista e
interpretada tratando de recrear un periodo histórico de finales de los años
ochenta atravesado por la influencia del narcotráfico y el sicariato. En la ficción
narrativa, la ciudad de Medellín es vista así: “Los edificios iluminados le dan apariencia de un tinglado
cosmopolita, un aire de grandeza que nos hace pensar que ya hemos vencido el subdesarrollo.
El metro la cruza por medio, y la primera vez que lo vimos deslizarse creíamos
que finalmente habíamos salido de pobres”. De todas maneras, Jorge Franco
trata desesperadamente de mostrar dos ciudades: la ciudad pobre y la ciudad
rica y aseada del Poblado. ¿Neutralidad del escritor? ¡Ninguna! El relato es diáfano, su lenguaje
directo y va al grano.
Las
desigualdades sociales se reconocen en la novela y queda sólo la palabra
escrita y esta será un eterno puente entre las realidades sociales y las gentes
pobres de las comunas de la ciudad de Medellín. Rosario Tijeras es un entramado
social que une cualquier tiempo efímero de cada vida humana con las
desigualdades de las sociedades modernas. El dinero, como referente universal y
sustituto de Dios, logra permear cualquiera clase social. La jerga popular circula
en todos aquellos mensajes que el lenguaje incorpora, dándole así una forma de
temporalidad a la novela que no se destruye aun pasen días, meses, años. O que
el reloj se detenga. La narración comienza allí donde la realidad no llega y
sin embargo, lo real transporta por sus repercusiones y la poderosa figura del
personaje de Rosario Tijeras y nos invita a una pequeña temporada en el infierno
urbano. El personaje central representa una versión femenil del sicario. Una
variante fundamental no explorada antes en a la literatura colombiana. El
sicario ya no es el matón, el macho, con su fierro como se observa con los
personajes de Ferney y Johnefe. El Rey que mata ya no está celoso. Ha cedido su
trono a una mujer. El Rey ahora está deprimido, delira por el amor de Rosario
Tijeras. La figura trágica de este personaje, está encarnada por una “Diosecilla
baratijera” que atrapa a los hombres haciéndolos vivir a su capricho y
negándoles toda posibilidad de amar. La castra mentalmente, generando
desespero, impotencia o dependencia. La Diva es ella en un escultural cuerpo de
una mujer de comuna pobre y además, su vida ha sido azarosa, producto de una
serie de violaciones, ultrajes, humillaciones y abandonada a su suerte por su
padre. Sólo ha nacido para matar. Esa es la ley de su vida; no existe una luz
al final del túnel. Rosario deberá morir a puro golpe de Fierro. El nuevo orden
creado por la sicaria en función de sus necesidades y control deja una estela
de muerte y una desesperanza. La mujer es el árbitro, la dominadora en el
espacio social de la urbe. Es ella quien determina el uso de su cuerpo: matar,
follar y drogarse. La novela es un fármaco de la realidad social; es la memoria
y el saber de lo que paso en la ciudad en un periodo determinado. La lectura de
la novela constituye en el fondo una certeza. Un lavado de conciencia. Una
especie de diálogo con la sociedad y no es precisamente por su prosa ágil y
fácil. Si no porque su lectura es una insinuación de lo posible. Saber lo que
otros vivieron e hicieron, significa salir de la supuesta soledad de la
consciencia y acceder al mundo real. Ver lo que no se ve, oír lo que no se oye,
romper la monotonía cotidiana del delito. Detrás de las muertes de Rosario Tijeras
nos habla un mundo social y una realidad brutal. La escritura, como acto de
catarsis de la memoria, evidencia el desvelamiento de ampliar toda verdad posible
que resuena en la experiencia de la vida. Rosario Tijeras es una metáfora de la
vida que desaparece. Una idea de la muerte, el surco de la muerte que triunfó
sobre la vida. Una realidad y una ilusión que hay que olvidar. Nacida de una
reflexión sobre el sicariato femenino, la mujer se ha convertido en transgresora
de la ley y en un arquetipo universal de la máquina de la muerte. La novela de
Jorge Franco, al igual que otras ficciones; ofrece la primera presentación
sintética de la corriente literaria de la Sicaresca colombiana. Empero, la
cuestión de toda ética de la vida consiste en pensar dogmáticamente. ¿Quién soy
yo y para qué vivo?... ¿Y qué quiero para mí vida?
Tal vez,
Juana de Ibarbourou, tenía conciencia cuando expresó:
Varios periódicos,
noticieros colombianos y españoles han difundido una noticia incontrovertible y
que salió a flote de un material liberado por Elon Musk y que constituye la verdad de unos hechos, gracias a las
investigaciones del periodista Matthew Taibio: el decisivo papel que en la
elección como Presidente de Petro tuvo una plataforma rusa propiedad de Yeugeny
Prigozbin, el llamado cocinero de Putin y por supuesto oligarca de alto vuelo
quien desde su fábrica de trolls y a través de bots robots emitió a través de
las redes sociales mensajes a favor de la campaña de Petro y difamaciones contra sus opositores políticos: 50.000
mensajes desde cuentas como &
yesid70202529, & Fernandohincadi, & edwinpa81364652,etc, etc a través de las plataformas vecezolanas. Tal
como lo señaló un importante periódico independiente español “The Observer” y a
través, repito, de cuentas falsas, hashtags, falsedades encaminadas a
incentivar el odio. ¿No habían detenido a dos espías rusos y a
varios maduristas encargados de enviar información sobre bases militares
colombianas? ¿No se detalló ampliamente
el número de plataformas rusas instaladas a lo largo de la frontera con
Colombia – territorios exclusivos del ELN- con cubrimiento hacia todo el territorio
colombiano, ciudades, pueblos, regiones, cuarteles del ejército y de la policía?
La ciudadanía colombiana, las clases políticas, el sector pensante han contado
desde el principio con una jugosa información sobre la gravedad de lo que
este espionaje supone sobre la vida nacional, sobre la soberanía
de nuestro territorio amenazado por el
totalitarismo. Es aquí donde cabe preguntarse sobre la indolencia moral que ciudadanos, políticos han tenido hacia
este inminente asalto a nuestra democracia. ¿Es posible se pregunta Michiko
Kakitani en su magistral “La muerte de la verdad” que la verdad y la razón a
nadie le interesen?
La intervención de las plataformas rusas
apoyando a los independistas catalanes está más que comprobada lo mismo que la
intervención de estas plataformas para sincronizar el llamado “estallido
social” desde Colombia hasta Chile. Kakutani cuyo texto comenté en su momento
analiza el alcance perverso de lo que supone la difamación política como arma
para suprimir a un contrario, lo que suponen los llamados story telling analizados por Cristhian Salmón como creación
de un marketing político a partir de un relato donde se falsea la
verdad de los hechos y se coloniza la imaginación de los ciudadanos(as) en
especial de los jóvenes. ¿Para qué desvelar unos hechos si ya se ha aceptado una verdad inventada? Baudrillard lo predijo al señalar que los medios de
comunicación al convertir los hechos en
mera noticia de un día estaban eludiendo la responsabilidad del análisis
crítico. Este relativismo tiene como tarea ir desvirtuando la noción de
justicia, de delito político. La información sobre un grave atentado contra
nuestra democracia está pasando
entonces de agache insertado
entre noticias banales. ¿Cómo
vivir en un país donde el Registrador con cinismo dice: ”He encontrado un millón
de votos y se los he adjudicado al Pacto
Histórico” Y nadie protesta ya que es una noticia del día? A Nixon el espionaje a dos periodistas le
costó la presidencia, han sido muchos personajes de la política mundial los
condenados por este delito. ¿A quién
acudiremos los ciudadanos para que se
lleve a los tribunales este asalto a nuestra democracia? los Partidos Liberal y
Conservador hicieron parte de este
atentado contra este grave delito, el Ministro de Defensa es mudo. Y hoy nos enteramos que no contamos con una
Fiscalía o una Procuraduría o una Corte Suprema de Justicia entidades encargadas de velar por el Estado de Derecho y
de sancionar delitos tan graves como la adulteración de unos resultados
electorales.
(Acerca del libro “El Viaje a la Ficción, El Mundo de
J.C. Onetti”)
“Leer
a Onetti no es difícil, según dice una superstición idiota: tan solo exige lo
que debería exigir siempre la lectura, una atención incesante, un
ensimismamiento que cancele cualquier otro acto, que suprima el mundo exterior”
Antonio Muñoz Molina-Cuentos Completos de J.C. Onetti-
Alfaguara.
Antonio Arenas
Narrar
lo irreal, lo improbable no es cosa fácil. Los sueños, el insomnio y hasta las
pesadillas sobrepasan los seres y la ficción. Incontables individuos inventan
una vida análoga a su existencia y la realizan a través de la ilusión o la
literatura. La literatura como un conjunto de fragmentos o acontecimientos primordiales
para fantasear la vida. Para buscar un gesticular en la sociedad; para
interactuar con otros o perdernos en un razonamiento interior. Juan Carlos Onetti
propone en sus novelas y cuentos una evasión. Un viaje a la imaginación y la
fantasía. Un huir hacia lo imaginario, como forma de confrontación de la
realidad. El “nuevo” libro del escritor peruano Mario Vargas Llosa, es
fundamentalmente un viaje ficcional al mundo de J.C. Onetti. El discurso es
concebido bajo la lentilla de un novelista que realiza una hermenéutica
abierta, un pacto de admiración y crítica sobre otro escritor. Podemos pensar
que se constituye en un halago ya que, el primero de Julio, se cumplió cien
años del nacimiento del escritor uruguayo. No se trata de un estudio erudito, aún
se remuevan las fuentes y los críticos. Es propiamente un ejercicio examinador
para acercarnos a la narrativa de Onetti, y a esos posibles sueños realizados
en el lenguaje literario. Escribir, es en parte un sueño; una alucinación
individual y voluntaria. Es al mismo tiempo estilo, desparpajo y método.
Sensación de asistir a una fábula que uno se ha imaginado para contársela a los
otros. Siempre habrá un narrador, mejor un “hablador” y un lector. Leyendo a Onetti
podemos aprender que muchos sueños pueden convertirse en verdad o traspasarla.
Cada una de sus novelas y cuentos son como: “Un Sueño Realizado”. Un lector no
será el mismo después de leerlo. Su humor cáustico y devastador, ridiculiza
nuestra apreciación del carácter, el amor de los hombres y las mujeres. Lo propio
de lo siniestro y lo vil se manifiestan en nuestro ser. Comprendemos que existe
la maldad humana. El odio, el hastío y el rechazo brotan de los relatos de J.C.
Onetti como una forma de distinguir la condición humana. ¿Es la literatura su
representación? Según, Mario Vargas Llosa, en los relatos de J.C. Onetti se
presenta un estilo “inusitado”,” infrecuente”, “intrincado”, “neblinoso” y
“vago”, que despista a los lectores. Ha J.C.Onetti hay que: “Leerlo tensando
hasta el grado máximo las destrezas usuales de la lectura, igual que se escucha
una (rara) música en la que no hay una sola nota que no importe o que se vive(a) un encuentro memorable del que uno
no puede apurar sin distracción cada segundo: sus páginas no se agotan nunca, y
cada frase vuelve a surgir con delicadeza y poderío, con una intensidad tal
exaltadora. Tan insoportable, que siempre nos parece estar leyéndolo por
primera vez”. Hay cierta dispersión y despiste, un cinismo inescrupuloso donde
las palabras van tomando otro sentido, y el amor, la misericordia, la ternura y
la gratitud representan otras cosas y al decir de Mario Vargas Llosa, “todo
valor se desvaloriza o se invierte”. Uno de los grandes aciertos del libro de
Vargas Llosa, es el de haber subrayado el estilo de Onetti. Vargas Llosa afirma
que: “El de Onetti es un estilo que podríamos llamar crapuloso, pues, parece
una carta de presentación de un escritor que, frente a sus personajes y a sus
lectores se comporta como un crápula, ni más ni menos. Las características más
saltantes de este estilo son casi todas negativas”. Este estilo se puede
observar ya en “La Novia Robada”, “El Infierno Tan Temido”. Empero, “El Viaje a
la ficción, el mundo de J.C. Onetti es un libro demostrativo, fascinante,
escrito a la mejor manera del Vargas Llosa Ensayista. Todos nos hemos encandilado
sus libros de ensayos como: “La Verdad de las Mentiras”, “Historia de un Deicidio”,
“La Tentación de lo Imposible” Etc. Ahora sus lectores tienen a la mano un
excelente trabajo sobre su obra. La serie de apreciaciones personales, la interpretación
precisa, la sutil crítica, su estilo, la huella de las influencias… La del “maldito Céline”. Vargas Llosa cree
que obras como: “Muerte a Crédito (1936)” y “Viaje al Fin de la Noche (1932)”,
obras maestras que Onetti leyó y sintió profundamente sus influencias. Otras
influencias señaladas son Faulkner, Borges, Balzac etc. La novela policiaca en
general fue igualmente apreciada por Onetti y en especial “Laura” de Vera
Caspary. Está novela estuvo siempre en sus manos inclusive antes de su muerte. Dicen
que la leyó más de doce veces. La novela “Laura”, fue objeto de lecturas y
relecturas por parte de Onetti ¿Qué vio allí? Pienso, que, fundamentalmente,
fue la escritura de la novela; la manera de narrar de la Caspary, el suspenso,
la acción y el final de la ficción, que para un lector es algo magistral. En
parte algunas de las novelas de Onetti y en especial “Los Adioses”, llevan el sello
de la Caspary. Mario Vargas Llosa no le da mucha importancia a la influencia de
la novela policiaca en Onetti. ¿No ha escrito Onetti, bellas historias de amor
con intriga policiaca? Ahora bien, el escritor que, realmente influyó en su
mundo literario y su escritura fue Roberto Arlt. El mismo Onetti escribió sobre
él. “Roberto Arlt, es un caso distinto: leí lo mejor suyo poco después de los
veinte años y lo conoce personalmente. Es mejor que recité un párrafo que
escribí hace pocos días para una editorial italiana: “seguimos profunda,
definitivamente convencidos de que, si algún habitante de esas humildes playas logró
acercarse a la genialidad literaria, lleva por nombre el de Roberto Arlt. No
hemos podido nunca demostrarlo. Nos ha sido imposible abrir un libro suyo y dar
a leer el capítulo o la página o la frase capaz de convencer al contradictor,
desarmados, hemos preferido creer que la suerte nos había previsto, por lo
menos, de la facultad de la intuición literaria. Y ese don no puede ser
trasferido. Hablo de arte y de un gran, extraño artista. En ese terreno poco
pueden moverse los gramáticos, los estetas, los profesores. O mejor pueden
moverse mucho pero no avanzar” Así describía Onetti al artista que hay en
Roberto Arlt y muchos no lo quieren ver. Las novelas y los cuentos nos narran
otra vida, esa otra vida negada que siempre sale a flote y que de alguna manera
vivimos en las historias que nos cuentan los novelistas. La ficción nos permite
soñar, explorar lo extraño, lo desconocido, como si todo fuera un viaje a otro
mundo. Contar historias, inventarlas, narrárselas a otros, para que estos las
hagan suyas, las incorporen a su memoria, es un artificio propio de artistas.
La literatura como una de las bellas artes, no es un invento ni un artificio de
la creación humana, allí hay una fusión del artista y el arte. Imaginar otra
vida, participar en ese sueño, no será nunca una diversión inocente. Ella apresura
la ilusión y fragua los deseos, creando una grieta entre lo que florecemos y lo
que nos gustaría ser. Imaginar otras vidas: He ahí la labor del maestro Onetti.
La ficción no es exactamente una vida, sino una manifestación de la vida, que
la entelequia y la quimera de los seres humanos han cimentado. La trama o los
contenidos de la ficción y la vida son una constante en este escritor. Sus
cuentos y novelas son un hechizo, un desagravio, un gran indicio de desarreglo,
insubordinación, autonomía y goce así muchos de sus personajes terminen
suicidándose. El novelista o cuentista es aquel que funde el encanto del soñar
juntos, convocados por la palabra y las imágenes y escenarios creados por el
escritor. En síntesis, los ensayos, en el libro de Mario Vargas Llosa se
dividen en diez fragmentos, un prefacio o introducción a la visión
antropológica del nacimiento del hablador o contador de historias por medio del
relato oral o la palabra. Vargas Llosa, realiza un análisis de los dominios, la
condición crapulosa, las sumas y las restas de un narrador y los
agradecimientos múltiples a una serie de investigadores que hicieron posible
este trabajo. Por este libro al igual que en” Los Nuestros” de Luis Harrs,
logramos saber quién era en realidad Onetti. Sus fobias, los amores, los
niveles de lectura, sus estudios y lo mejor, Ese mundo de Santa María inventado.
La pasión de Onetti por la Literatura, la miopía de tanto leer. En 1939 escribe
el “Pozo”, una de las más reveladoras novelas escritas en Latinoamérica.
J.C Onetti,
escribió su primer cuento en 1933, “Avenida Primero de Mayo-Diagonal Norte”,
“El Cuento delata (ya) su vocación experimental y su deseo de renovación de la
forma., dando primacía al plano psicológico y mental sobre la realidad objetiva
y el mundo exterior”. Para Mario Vargas Llosa la gran novela de Onetti será “La
Vida Breve” (1950). Allí aparece por primera vez la imaginada Santa Maria, sus
personajes y la influencia de William Faulkner. “Santa Maria, no lo olvidemos,
nace ante los ojos del lector en” La Vida Breve” como una creación subjetiva de
Brausen, como una realidad “irreal”, de segundo grado, como una pura proyección
mental”. Hay pues, una relación entre lo vivido y lo soñado, lo irreal y lo
real. En el texto “el Viaje a la Ficción, el mundo de J.C Onetti”, hay tres capítulos
reveladores que, valen la pena leer con sumo cuidado. Santa Maria (III), el estilo
Crapuloso (IV) y el de la ficción a la cruda realidad (VIII). Hay que analizar esta
publicación de Mario Vargas Llosa, como una distinción a los cien años del origen
del gran escritor uruguayo. Para finalizar recordaremos lo siguiente: “Si la
vida es una porquería, como dice el tango, es natural que los personajes de
Onetti prefieran a la real, la vida imaginaria y que, para no suicidarse, jueguen
a los disfraces, al juego de las mentiras que es la ficción”.
“Los católicos cuando
entramos a la iglesia nos quitamos el sombrero no la cabeza”, aclaraba con
infinita ironía Chesterton. Porque si a Chesterton le tocó enfrentar la superficialidad de las llamadas élites intelectuales cuyo”
toque de distinción” parte de la inocua aseveración de que “Dios no existe” y
por lo tanto que quienes creen en Dios y en la Virgen María y en Jesús son unos
ignorantes , ahora nos enfrentamos a quienes aún fungen como materialistas históricos o esnobistas de pipiripape y quienes de antemano “ya han resuelto”
las grandes preguntas sobre la condición
humana, punto de partida, como sabemos, de la filosofía. Ni siquiera el
fracaso del comunismo los llevó a enfrentar estas preguntas. Pero como lo dice
el Diccionario Google: Hacer preguntar es una forma de prevenir nuestra pereza mental
y de sacarnos de la comodidad del conformismo. Mi alborozo cuando Ratzinger fue
elegido como El Papa Benedito XVI fue enorme ya que conocía su figura de alto intelectual, discursos,
declaraciones, aquella famosa conversación con el filósofo Habermas donde era
claro que su tarea como pensador
consistía en responder a las
grandes falsedades culturales, ideológicas contemporáneas que la
misma Iglesia estaba eludiendo
veladamente ya que la lucha de la
Iglesia lo era también contra la lacra de los populismos, la
esclavización de la pornografía, los grandes vacíos existenciales dejados por un nihilismo que renace como desesperanza absoluta ante las cuales Ratzinger es enfático:”Pero
de la oscuridad y del barro se emerge
con la fe, que ayuda a encontrar la brújula entre las tinieblas, la mano de
Dios para redescubrir el amor y la verdad”
la contemplación del sufrimiento de millones de desplazados olvidados por la Justicia desde un Estado de Excepción donde pueden ser
matados sin que nadie acuda en su ayuda tal como lo explica Agamben y tal como
lo vemos en Colombia donde el Cese al Fuego supondrá la silenciosa eliminación de miles de inocentes
a nombre de “una Paz Total” totalitaria que niega la presencia del olvidado,
del agredido a nombre de una nueva delincuencia que lo ha despojado de su hogar natal.
Ante la Encíclica “Cáritas in veritate” Ángel
Barahona, recuerda que frente a la ONU “
la Iglesia no puede ser marginada en la lucha
por la justicia, pero no puede quedarse sólo en los márgenes que le
marca la acción política. Su tarea es el servicio del amor ágape que implica
también la búsqueda de la verdad” ágape es el amor hacia los otros sin esperar
nada, incondicional, lo contrario a nuestro egoísmo. Y la verdad es el proceso de re-conocimiento de quienes cometieron una grave falta contra la vida con el rompimiento violento de lo que se consideró un
pacto escrito ante la Ley, en fin, el reconocimiento con nombre y apellido de
los asesinos para someterlos al debido castigo. Frente a la
demagogia peronista de Bergoglio, Ratzinger es el pensador que recogiendo la
singular herencia del pensamiento católico sale a enfrentar la complejidad de la vida
contemporánea al responder con lucida racionalidad al daño de la pederastia, a la impenetrable burocracia vaticana y al sufrimiento de los inocentes y sobre todo a un mal terrible, la relativización de la
moral mediante la cual termina por
justificarse al dictador y ha dejat a
las víctimas en el olvido, casos del Foro de Sao Paulo o Puebla. La Razón demuestra
Ratzinger nos da a conocer a Dios que nos concede derechos y deberes y la fe que
nos concede confianza y lealtad hacia el prójimo, el reconocimiento de que
somos trascendentes. Al Pastor que olvida este deber de piedad hacia el
perseguido y se coloca como colaborador del verdugo, le ha faltado al amor ágape hacia quien quienes debió acompañar en medio
de la oscuridad y el barro. P.D. La nueva farsa de nuestra Iglesia de Sao Paulo
apoyando al ELN, Monseñor Henao, Monseñor Darío Fernández y demás conmilitones
es otra ofensa al dolor de los inocentes perseguidos y masacrados.
Colombia es un país
de hallazgos y de olvidos, y digo de olvidos; de censuras podría ser, de
relegamiento mejor, donde se deja de lado una larga tradición de escritores,
periodistas y teóricos que han cuestionado el sistema del poder imperante,
aquel poder que ha cambiado de manos cada cuatro años, pero cuyo telón de fondo
es el mismo: dos partidos políticos que se han abrogado la capacidad de ser los
dueños del país, y cerca a ellos, la diversidad de personajes que se les llama
ilustres, ya que en el devenir político siempre se halla la expresión más
elaborada del poder, poder ejercido casi siempre de una manera oscura para
servir a lo que ya cada uno de los colombianos sabe, los intereses personales y
de algunos grupos que han saqueado de diversas formas al Estado como si fuera
su coto privado. Desde 1820, esa es la historia que nunca se le ha contado al
país, esa historia ha sido a veces limitada en su reconocimiento, solo a
jirones y olvidos.
Siempre la historia
de Colombia ha sido la de los vencedores para regresar a una frase que siempre
retorna y que por lo tanto no hacemos nada para que no sea así, ya que no hay
nada más oprobioso que aquellos críticos o reseñadores de libros que solo
buscan escritores de éxito, de ahí que esta primera aproximación sobre Blanca de Moncaleano sea un apartamiento sobre ese
estado de las letras en el país, pero también un reconocimiento a ella y así
mismo restablecer un capítulo, de los muchos olvidados en la historia de las
ideas en Colombia.
Y ahora en este libro,
Blanca de Moncaleano, y el triunfo de la
anarquía, (La Valija de Fuego, 2022) se redescubre a una mujer recia de
carácter y talento que por supuesto fue relegada y no aparecía en ningún lugar
de nuestra historia contada por los mismos historiadores que se repiten desde
siempre, por los teóricos rebeldes que terminan de asesores presidenciales y un
largo etcétera de intelectuales que nunca se han enfrentado al poder, sino que
se han convertido en serviles burócratas.
Por esa razón el
hallazgo de los textos de Blanca de Moncaleano de una vez impresiona,
impresionan por hacer parte de esa tradición de nuestra cultura olvidada,
relegada mejor, junto a personas que buscaron otros horizontes intelectuales
pero que debieron irse del país por amenazas o que fueron desterradas.
En ella, en sus
escritos, es notorio un instante inicial del concepto de anarquismo de una
manera muy presente en cuanto a que esa doctrina política aún se halla
pendiente de criticar y superar el escollo religioso en el ámbito de una
mentalidad conventual, y sí, teniendo muy presente como el socialismo y el
sindicalismo redefinen el concepto de anarquismo, y muchas veces esas tres
tendencias coinciden. También ella antepone su anticlericalismo a los avances
de la ciencia.
Creo que es el ajuste
de cuentas más permisivo de los escritos por Blanca que le sirve a ella para
atizar sus fundamentos ideológicos este es, “Resultado de la confesión”. Ella
tiene presente un evento acaecido en Bogotá en 1872 donde un sacerdote disoluto
y enamorado, Juan Francisco Vargas, corteja a la esposa de Luis Umaña Jimeno y
a su prima, lo cual lleva a que el ofendido asesine al sacerdote y, además,
hiera al conocido Pardo Vergara que llegará a ser arzobispo, como dato la
defensa del ofendido la asume el Tuerto Echeverri.
Estos primeros
escritos están impregnados de unas palabras muy al uso: el porvenir, el pueblo,
dos palabras que con el tiempo sufren diversas interpretaciones sobre el
devenir de las ideas y de las promesas dadas por aquellos que se rigen y se
eligen como portavoces de un nuevo estado de cosas, lo cual se retrotrae
siempre a su carácter religioso.
Luego, en el exilio,
junto a su esposo, Juan Francisco Moncaleano, maestro e intelectual, también
borrado en el país, viven en Cuba, México y en Estados Unidos. Ese periplo lo
podemos constatar en estas tres investigaciones desde un punto de vista que los
congrega y los enaltece:
Amparo Sánchez Cobos
en su libro, Anarquistas españoles en
Cuba,1902-1925, entrega una nota sobre la presencia de esta pareja en la
Isla:
“En
1912 miembros de !Tierra¡, junto con
los anarquistas españoles Juan Tenorio Fernández, Juan Búa Palacios y Paulino
Ferreiro del Monte, fundaron en el barrio del Cerro de La Habana una nueva
asociación, la Agrupación Racionalista Ferrer. Esta institución organizaba frecuentemente
veladas que tenían como objetivo definir el valor de la "acción educativa
y del proyecto encarnado en la escuela moderna". Poco después de su
fundación, el día 18 de febrero de 1912, constituyó su primer centro en el
número 9 de la calle Santa Emilia, en el barrio de Jesús del Monte de la
capital cubana. Allí ejercía como profesor el anarquista colombiano Juan
Francisco Moncaleano, que se había establecido en Cuba en 1911 tras ser
expulsado de su país por sus ataques a las autoridades. Desde su llegada se
vincula a !Tierra¡ y participa en las
conferencias organizadas para difundir las ideas anarquistas. Su compañera
Blanca también fue profesora de esa escuela, donde además asistían sus tres
hijos junto a unos cuarenta chicos y chicas. A principios del año siguiente
Moncaleano abandonó la Isla y se marchó a México con la intención de formar una
escuela racionalista en Yucatán; el centro de Jesús del Monte se trasladó
entonces al número 82 de la calle Oficios, en el mismo local donde estaba establecida
la Bolsa de Trabajo, y a su cargo estuvo el anarquista español Vicente Ferrer.
A pesar de los esfuerzos de Blanca Moncaleano por sostenerlo, que incluyeron un
proyecto de escuela de verano para recaudar fondos, la realidad fue que la
escuela del Cerro no logró superar ese curso”.
En
Discurso y persuasión
Enrique Azúa Alatorre, Rubén D. Medina ·
2003, sigue los paso de esta pareja y de la manera como se integran en la actividad
que más los acoge:
LA
ESCUELA RACIONALISTA Y LA CASA DEL OBRERO MUNDIAL
Las
ideas de Ferrer Guardia tuvieron gran acogida en México, sobre todo entre
dirigentes de diversos organismos proletarios que desde 1909 venían trabajando
con gran entusiasmo a favor de la lucha organizada de los trabajadores, pues
para ellos la Escuela Racionalista representaba el medio idóneo para el
mejoramiento de las masas y el mecanismo principal para la organización de la
clase obrera. Juan Francisco Moncaleano, un anarquista colombiano y fugitivo político
perseguido por las autoridades de su país, llegó a México en junio de 1912
estimulado por las noticias sobre la revolución de Madero, el levantamiento de
Zapata y el trabajo de organizaciones de trabajadores como la Confederación Tipográfica
Mexicana, dirigida por el exiliado español Amadeo Ferrer. "Tras establecer
algunos contactos, Moncaleano se dio a la tarea de formar su propio grupo.
Este, con apenas ocho miembros, se formalizó con el nombre de Grupo Anarquista
Luz, el cual se planteó dos objetivos: fundar una escuela racionalista
semejante a la de Ferrer Guardia y publicar un periódico. Recabar fondos para
la empresa constituyó la inminente tarea del naciente grupo. Fue la Unión de
Canteros Mexicanos la que aportó trescientos pesos con los que se tomó en
arrendamiento una casa y se compró la madera destinada a la construcción de
mesas y bancos escolares”.
Algo es cierto, el
anarquismo es la utopía llevada al máximo ya que nunca se han plasmado sus
cánones. A pesar de su romanticismo y pureza en sus ideas, siempre se está
dispuesto a todo, a estar el margen de todo autoritarismo, eso sí sin dejarse
absorber por la realidad social que en ese momento intenta digerirlos.
Los Moncaleano enseñaron
en escuelas anarquistas, crearon diarios, y regentaron asociaciones de obreros.
Bien es sabido que el anarquismo está en contra de toda autoridad, por lo
tanto, es un sistema enigmático donde podría afirmar que su ética, es
incompatible con las heterogéneas relaciones políticas, económicas, y las
condiciones sociales, bajo la premisa de que éstas no pueden implicar su
manejo, así como bajo el monopolio capitalista, la negación de la libertad no es
permitida por ellos, igual que en el dogmatismo de izquierda el anarquismo no
es recién venido.
El periplo de ambos,
los Moncaleano, es preciso destacarlo ya en Los Ángeles. Para ello nos hemos
servido de este libro Anarchism and
Syndicalism in the Colonial and Postcolonial World, 1870-1940. Editado por
Steven Hirsch y Lucien van der Walt.
“Tal
optimismo anarquista en California fue reforzado, al menos inicialmente, por la
llegada a Los Ángeles de Juan Francisco Moncaleano y su esposa Blanca en 1913.
Él había sido maestro en Colombia antes de llegar a La Habana. Ambos enseñaron
en las escuelas anarquistas de La Habana, pero la atracción de la Revolución
Mexicana lo llevó a dejar Cuba en 1912 y viajar a la Península de Yucatán en
México para ayudar a establecer allí una escuela racionalista. Pronto se
dirigió a la Ciudad de México donde influyó brevemente en la inclinación
radical de la Casa". Marido y mujer se reunieron a principios de 1913 en
Los Ángeles, donde ayudaron a abrir una escuela racionalista en la nueva Casa
del Trabajador Internacional (Casa del Obrero International). Pero esta
reunión, y la reanudación de sus actividades anarquistas en la costa oeste de
EE. UU., provocó controversia. Juan Francisco Moncaleano demostró ser una fuerza
divisoria entre los anarquistas de Los Ángeles. En mayo de 1913, los editores
de Regeneración acusaron a los
Moncaleano y a otros de intentar hacerse cargo del periódico y convertirlo en
la publicación oficial de la Casa, no del PLM (Partido Liberal Mexicano). Los
editores formularon una serie de cargos contra J. F. Moncaleano, incluyendo
malversación de fondos de la Casa y abuso sexual de niñas. En julio, !Tierra!, criticó a los editores de Regeneración por recurrir a ataques
personales que mancillaban la causa anarquista, por lo que el periódico cubano
suspendió sus actividades recaudando dinero para Regeneración”.
Blanca de Moncaleano
cuando se encuentra desbordada de un aspecto vindicativo señala como culpables
del estado de cosas en una sociedad infectada moralmente y sin rumbo a esos
dioses carniceros: Padre Hijo y Espíritu Santo, origen de la Trinidad bestial:
Gobierno, Religión y Capital. Luego es muy proclive a la exuberancia y a la necesidad
de ese cambio que nunca llega, entonces utiliza un lenguaje que atiza:
¡Incendiaremos!, como su grito de batalla. Y es que no hay nada más
ensordecedor que las llamas que purifican con su fuego sagrado las ideas, es
decir el mundo heredado, detenido en las mismas consignas.
La gesta anarquista
ha estado teñida de una pasión casi secreta, libertaria, que es poco visible. A
veces se señala con mucha confusión, de anarquistas, a algunos grupos desde el
punto de vista literario y político cuando toman partido por ciertas ideas que
se mantienen en vigor, pero olvidan el acervo ideológico de esa utopía ya que
no especifican metas determinadas y que, a su vez, afectan las tácticas y
métodos empleados en la intervención anarquista para la representación del
futuro. Como escribe Malatesta: “Un partido autoritario, que pretende
conquistar el poder para imponer sus ideas, tiene interés en que el pueblo siga
siendo una masa amorfa, incapaz de actuar por sí mismos y, por lo tanto,
siempre fácilmente dominados. Y sigue, lógicamente, que no puede desear más de
esa organización, y del tipo que necesita para alcanzar el poder. . . Pero los
anarquistas no queremos emancipar al pueblo; queremos que el pueblo se
emancipe”.
En ese telón de fondo de ese theatrum Mundi que es la política y la exaltación
de quienes no se merecen, por supuesto que hay escritores, pensadores,
letrados, periodistas que han estado alerta y han denunciado la corrupción moral
y ética en esta tierra de leones al decir de Rubén Darío. También hay teóricos,
también hay políticos, pocos y de otro calado, que han cuestionado el poder en
Colombia, pero que han sido desalojados, no aparecen en los libros de enseñanza,
ni hacen parte de ese ejército de poetas, escritores, de letrados que han sido condenados
al olvido, al relegamiento, como norma para dar la impresión de que no existen
en ese pasado colombiano que devela lo que es el presente que les ha tocado vivir.
Siempre han existido personas que han tenido agallas para enfrentarse al sistema,
solo menciono algunas, Alfredo Greñas, Rafael Urdaneta, el Indio Uribe, Vargas Vila.
Algo es cierto y
determinante, con este libro, Blanca de
Moncaleano, y el triunfo de la anarquía, se hace una reivindicación a Juan
Francisco Moncaleano, y Blanca de Moncaleano, para ser insertados en la
historia de un país siempre a la deriva.