EL DERECHO A LA CRÍTICA
Darío Ruiz Gómez
Recordaba yo que para el
totalitarismo comunista no existen contrarios a sus ideas sino enemigos a eliminar. En Colombia es una historia secreta la de quienes llegados a considerar como enemigos por parte
de PCC, han sido silenciosamente eliminados en las calles de las ciudades, en
el campo, crímenes que la ferocidad de
la guerra ha disimulado y que la JEP debería haber tenido en cuenta. Debatir
con el PCC, una Organización
ideológicamente congelada en el tiempo, en lo que llamaríamos un debate de ideas, ha supuesto, paradójicamente, a lo largo de estas décadas, no el ejercicio
de una necesaria crítica sino por parte de su Policía Secreta el silenciamiento ipso facto de un escritor, de un pensador que queriendo
discutir
su leninismo ha sido condenado a una muerte simbólica ya que no se le vuelve a nombrar, no se le vuelve a
incluir en una antología, y en cualquier momento pueden arrojar sobre él la más
espantosa difamación. Su odio obsesivo
hacia la obra de un pensador de influencia universal como Gómez Dávila ilustra en
Colombia a lo que puede llegar este leninismo de burócratas “revolucionarios” que se han negado a admitir que el comunismo
soviético fracasó. Es en esos cuadros donde aflora el rencor hacia la inteligencian, reacción de Sandra Ramírez viuda de Tiro Fijo quien nunca leyó un
libro en su vida, contra Salud Hernández por calificar de cuota del Partido Comunista en
el Gabinete de Gobierno de Petro a Patricia Ariza, Ministra de Cultura.
Característica reacción de una exguerrillera estalinista contra el derecho de la
inteligencia a actuar y a discrepar críticamente en libertad. Conozco a Ariza
desde el año 1966 en el Teatro La Candelaria cuando Santiago
García deslumbraba por sus grandes montajes de obras universales como
“Galileo Galilei” de Bertolt Brech. De
un momento a otro y a causa de que el Partido Comunista de Cuba había
intervenido la cultura imponiendo los
dogmáticos modelos del llamado “realismo socialista” de la Unión Soviética, a Santiago García como a Enrique Buenaventura se
les prohibió el montaje de obras “extranjeras”
imponiéndoles esos lamentables pastiches que fueron los llamados “montajes colectivos” donde desaparecido específicamente el teatro también desapareció por desgracia el talento
de estos dos maestros .
La más radical
Comisaria leninista de esta imposición
fue Patricia Ariza posteriormente acompañada de Arturo Alape a
quiénes hicieron frente grandes contradictores como Ricardo Camacho y el Teatro
Libre e infinidad de distintos grupos que fueron confinados a la clandestinidad
por representar “obras burguesas”. Quiero advertir que el enfrentamiento con
esta estética del Partido Comunista y la defensa de la libertad de las
expresiones distintas expresiones
artísticas se llevó a cabo desde los años
sesenta en Europa, Estados Unidos, defensa de la libertad creativa, defensa del
pluralismo estético y político, rechazo
a quienes quieren sojuzgar estas libertades para imponer a la fuerza sus
modelos totalitaristas. ¿Cómo y desde cuándo pudo Patricia Ariza trabajar por
la cultura colombiana si lo que sigue buscando
el Partido de Iván Cepeda, Jaime Caycedo, Clara López, etc ha sido destruir la cultura como patrimonio de las
comunidades y sustituirla
por caricaturas indigenistas, proletarios de papier maché, música de
“protesta”? Patricia Ariza es representante del Partido Comunista estalinista y
culturalmente defiende estas falsificaciones culturales, un dañino
multiculturalismo que desconoce el trabajo de cientos de investigadores
culturales, casas de la cultura, música y ballets contemporáneos o sea la Colombia
soberbiamente plural . Es aquí donde
tienen las comunidades, el creador solitario, el derecho a reclamar su diferencia frente a
la Minga de Feliciano Valencia, las falsificaciones de lo afrodescendiente y afirmar la presencia, además, de nuevas generaciones que han creado otras
músicas, un escenario de la cultura del diálogo y no de una supuesta paz políticamente
manipulada. P. D. Escuchamos a Gallo o Losada
y al Comisariado de las Farc
describir en tres sesiones de t.v como
asesinaban niñas, adolescentes, cómo desplazaban poblaciones enteras. Ahora
el Macrocaso 10 descubre que todos los crimen innamnistiables fueron cometidos por ellos y quedan a la espera de
sus condenas. Iván Cepeda pone a Gallo o Losada delincuente confeso de crímenes
de lesa humanidad a contestarle al expresidente Duque. Malevolencia, ruindad
moral, las nuevas “ virtudes” de los
nuevos tiempos.
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