ANTONIO ARENAS B.
“Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera solo forma Humana,
me embelesan sus líneas y navego
en cada resonancia del idioma:
pronuncio y soy y sin hablar me acerco
al fin de las palabras
al silencio”.
I- EL AMOR A LA POESIA ESCRITA.
Pablo Neruda dijo: “Yo adoro la poesía escrita”. Tal afirmación era sincera y no se engañaba a sí mismo. Escribir es un oficio y la escritura determina un estilo y el estilo hace al poeta. Un poeta seria pues, alguien que otorga particular importancia a las palabras. Vive y se mueve entre ellas: “Palabra humana, silaba, cadera de larga luz y dura platería, hereditaria copa que recibe las comunicaciones de la sangre: he aquí que el silencio fue integrado por el total de la palabra humana”.
Neruda en su poesía interrogó, palpó, acarició, pulió y pintó las palabras. Lo cierto es que cometió una serie de fechorías eróticas, sociales y políticas; por las palabras y con las palabras tuvo la vanidad del artesano que ha profesado el oficio por largos años y con un amor indeleble. Neruda tomó conciencia del oficio del poeta y de la profesión de la poesía. La verdadera influencia y experiencia consistió en una práctica permanente; en una vivencia forzosa con los seres humanos y con las cosas materiales.
“Yo me lancé a la vida más desnudo que Adán, pero dispuesto a mantener la integralidad de mi poesía”. Así se expresaba, con legítima importancia en su ensayo versos cortos y largos. Pero su experiencia fue con los mineros, campesinos, los obreros, los más pobres que son los que menos atención reciben y es inaudito no pensar su inclinación profunda por el hombre y sus problemas. El hombre tiene derecho a ser feliz y sobre esa base es que estamos férreamente unidos con la poesía y su magia.
Al leer poema tras poema de Pablo Neruda sentimos el silencio y es como si el agua nos cayera en un mar de palabras, es ver aquello que no se ve, es oír lo que no se oye, es escuchar la melodía de la vida profunda. El realismo social, el amor, la elementalidad de la existencia, las cosas, fueron en sentido estricto su método tendiente a conquistar el mundo, un paradigma para atrapar la realidad total.
La realidad tal como la vivieron y viven unos cuantos espíritus abiertos a proclamar las desigualdades sociales y las luchas humanas es un juego peligroso y no muchos están dispuestos a correr los riesgos. A Pablo Neruda jamás le importaron las influencias, ni la crítica; de la originalidad manifestó no creer en ella, era un fetiche más, creado en una época de vertiginoso derrumbe y apetitos voraces del capitalismo.
Se puede pensar y soñar con la poesía de Pablo Neruda, leer y escribir son un acto de riesgo, es el juego de la vida misma en su devenir. El mismo nos planteaba el riesgo: “En buena parte de mi obra he querido probar que el poeta puede escribir sobre lo que se le indique, sobre aquello que sea necesario para la colectividad humana”. La poesía Nerudiana es un viaje de descubrimiento, una aventura de carácter individual con voces de fuga hacia lo colectivo; es una manera de aproximarse a la vida, de adquirir una visión del mundo. El poeta vive entre dos mundos: un mundo superior y un mundo inferior y se interna por las sendas para convertirse el mismo en camino:
Escribí, escribí sólo
Para no morirme
Y entonces apenas
Mis versos de muchacho
Desterrado ardieron
En la calle...
Se oye el grito del poeta, el vino para cantar y para que tus cantes conmigo. La poesía así entonces es una oda, un canto, un aleteo de palabras que durante un tiempo languidecen bajo el amor a la mujer, una sonata de primavera, una extenuación, un desamparo, una tristeza, una lucha... Sus lectores tendremos que ir a buscarlo en expediciones que atraviesan el insomnio, los desiertos, los sueños, los mares o circulan por el cielo en astro-buques de papel.
Ahora bien, podría decirse que su objetivo fue denunciar un mundo de penurias, falso, privilegiado para algunos, obtener nuevas escalas valorativas de lo humano a través del arte poético. Amar al desamparado y sobre todo evitar las injusticias. El poeta se disgregó en palabras para encontrar las instancias y esencias de la existencia humana. Todo lo que Pablo Neruda habló o escribió era de dominio público y su poesía dejó de ser trivial para estremecer al mundo.
La poseía podrá ser lo que se quiera, pero muerta no está; como tampoco el poeta que la enuncia. La poesía debería servir para impedir la guerra y dar pan al desvalido. Pablo Neruda es un acreedor de muchos poetas: Walt Whitman, Tagore, Mistral, shakespeare, Ovidio, Maiakovski etc. Etc.
La poesía le llega en su niñez y adolescencia. A los trece años escribe un artículo titulado.” Entusiasmo y Perseverancia “a los catorce publicara su primer poema” Mis ojos “, a los diecisiete gana un concurso estudiantil, en la federación de estudiantes con su poema” Canción de la Fiesta “. En 1923 a la edad de diez y nueve años pública “Crepusculario” su primer libro de poemas, a los veinte años aparece aquel libro de poemas que lo llevara a la gloria “Veinte poemas de amor y Una canción Desesperada”. Después de esto aparece su ardua y vasta producción literaria y poética. En 1950 recibe el premio internacional de paz, por su poema: “Que despierte el Leñador “, publica canto general y en 1971 recibe el premio Nóbel de literatura. Sus libros: “Confieso que he vivido y Para Nacer he Nacido” se publicaron póstumamente. El compromiso político de Pabló Neruda le genera una veta inagotable, realiza viajes y regresa siempre a su patria amada en una especie de viaje inmóvil. La poesía no tiene obstáculos ni metas y no depende de las pruebas ni de la fe.
II – INFLUENCIAS
Pablo Neruda se dio completamente para el arte y para el pueblo sin el menor vestigio de egoísmo y egotismo. Su vida, una vida para todas las vidas del poeta. Influenció a todos y todo, su gran lección es: el arte nada enseña, como no sea la defensa de la vida.
La poesía y la inspiración pertenecen a la misma esencia del desarrollo humano y las violentas perturbaciones y la política no afectan de modo alguno la verdad. A Pablo Neruda se le puede aplicar aquello de: “comenzó a escribir porque la escritura era la única puerta de salida, que se le ofrecía y una tarea digna de su poder de convicción”. ¿Puede una persona ser la misma después de haber leído a Pablo Neruda?
Miremos la influencia poética de una estudiante joven después de haberlo leído:
“Creo que aprendí a mirar todo de una manera mas sensible: veo distintas las cosas, las personas, la naturaleza, y hasta la alegría o la tristeza tienen otra cara para mi, siento ahora una necesidad inmensa de hacer algo que me haga sentirme satisfecha. Si miro hacia atrás, me apena haber desperdiciado, sin darme cuenta tantas oportunidades que me dio la vida para hacer lo que pueda por los demás. Gracias a ti Pablo. ¡Seguiré siempre sus bellos poemas, serán mi ley de la vida! Que suerte tuya haberlo conocido ¡”.
III- NERUDA Y WALT WITHMAN
Una de las más grandes influencias recibidas por Pablo Neruda fue la del poeta norteamericano Walt Whitman a la edad de quince años lo descubrió y lo consideró su más grande acreedor. Balada de viejo Marinero fue su texto preferido allí se cuenta la historia del albatros asesinado. El asesino ha de llevar colgado al cuello el cadáver del pájaro de las tormentas.
Texto que perturbo de manera considerable al poeta chileno a tal punto de recordarlo en sus memorias y describir una situación parecida. En nuevas Odas elementales aparece el embrujo de Whitman veamos:
Oda a Walt Whitman
Yo no recuerdo
A qué edad,
Ni donde,
Si en el gran Sur mojado
O en la costa
Temible, bajo el breve grito de las gaviotas,
Toque una mano y era
La mano de Walt Withman
Pise la tierra
Con los pies desnudos
Anduve sobre el pasto,
Sobre el firme rocío
De Walt Withman.
Durante
Mi Juventud
Toda
Me acompaño esa mano,
Ese rocío,
Su firmeza de pino patriarca, su extensión de
Pradera,
Y su misión de paz circulatoria.
Sin
Desdeñar
Los dones
De la tierra
La copiosa
Curva del capitel,
Ni la inicial
Purpúrea
De la sabiduría,
Tu
Me enseñaste
A ser americano,
Levantaste
Mis ojos
A los libros
Hacia
El tesoro
De los cereales.
Ancho,
En la claridad
De las llanuras,
Me hiciste ver
El alto
Monte
Tutelar. Del eco
Subterráneo,
Para mi
Recogiste
Todo,
Todo lo que nacía
Cosechaste
Galopando en la alfalfa,
Cortando para mí las amapolas,
Visitando
Los ríos,
Acudiendo en la tarde
A las cocinas
Pero no solo
Tierra
Saco a la luz
Tú pala;
Desenterraste
Al hombre,
Y el esclavo
Humillado
Contigo, balanceando
La negra dignidad de su estatura,
Caminó conquistando
La alegría.
Al fogonero, abajo, en la caldera,
Mandaste un canastito
De frutillas,
A todas las esquinas de tu pueblo
Un verso
Tuyo llego de visita
Y era como un trozo
De cuerpo limpio
El verso que llegaba,
Como
Tú propia barba pescadora
O el solemne camino de tus piernas de acacia.
Pasó entre los soldados
Tu silueta
De bardo, de enfermero,
De cuidador nocturno
Que conoce
El sonido
De la respiración en la agonía
Y espera con la aurora
El silencio
Regreso
De la vida.
¡Buen panadero ¡
primo hermano mayor
de mis raíces,
cúpula
de araucaria,
hace ya
cien
años
que sobre el pasto tuyo
y sus germinaciones,
el viento
pasa
sin gastar tus ojos.
Nuevos
Y crueles años en tu patria:
Persecuciones,
Lagrimas,
Pasiones,
Armas envenenadas
Y guerras iracundas,
No han aplastado
La hierba de tu libro,
El manantial vital
De su frescura.
Y ¡ay!
Los
Que asesinaron
A Lincoln
Ahora
Se acuestan en su cama,
Derribaron
Su sitial
De olorosa madera
Y erigieron un trono
Por desventura y sangre
Salpicado.
Pero
Canta en
Las estaciones
Suburbanas
Tu voz
En los desembarcaderos
Vespertinos
Chapotea
Como
Un agua oscura
Tu palabra,
Tu pueblo
Blanco
Y negro,
Pueblo
De pobres
Pueblo simple
Como
Todos
Los pueblos,
No olvida
Tu campana.
Se congrega cantando
Bajo la magnitud
De tu espaciosa vida:
Entre los pueblos con amor camina
Acariciando
El desarrollo puro
De la fraternidad sobre la tierra.
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