LA PRECARIEDAD DEL LENGUAJE
POLÍTICO
Darío Ruiz Gómez
En estos días de alborotada
vida electoral lo que ya es más que evidente por parte de las jaurías de
opinadores(as) inventados (as) a última
hora o desgastados(as) en decir lo mismo
durante años de “periodismo político” lo
que ha quedado en claro es, no dejo de recalcarlo, la inmoderada
manipulación del lenguaje tal
como lo hace Petro a cada instante negando lo que acaba de afirmar y apoderándose y repitiendo
con toda desfachatez y cinismo, como si fueran suyos,
los argumentos y las propuestas de sus contrarios. Estrategias del chavismo. De ahí la tarea del verdadero pensamiento democrático
en lo que debe ser desde estos mismos momentos su objetivo de preservar la
capacidad comunicativa del lenguaje, que consiste precisamente, en su negativa
a ser instrumentado, en este caso, por las pautas publicitarias. Las Ciencias Políticas, la Historia de las
Ideas Políticas sustituidas por profesionales del chisme, del embuste y la
difamación condicionan desconociéndolas las verdades de la historia llevando
a una confusión de la cual saca provecho este populismo. La instauración del
absolutismo informativo mediante el cual “lo que he visto no lo he visto y
solamente puedo creer lo que la noticia me “informa” le abre espacio igualmente
a estas peligrosas falsedades. Tarea permanente de respuesta crítica por parte de la verdadera oposición
política, la reaccionaria, la que reconoce una herencia en lugar de eliminar y que
responde a esta batalla cultural debidamente.
¿Cómo se aniquila la
verdad? La verdad implica el
reconocernos en unos valores éticos, en
los logros del progreso moral como lo reconoce
la nueva Carta de los Derechos Humanos
, el hecho de que todos somos iguales ante la ley, algo que el peligroso multiculturalismo como
el que Petro y Francia Márquez están agitando
ya no recurriendo al desacreditado eslogan de la “lucha de clases” sino incitando a un abierto enfrentamiento entre etnias al grito de “el blanco es el
malo” tal como sucedió en el recibimiento al candidato exfajardista y afrodescendiente Murillo prometiéndole una futura Presidencia a
sangre y fuego. Ya que una cosa es la
democracia que intenta anular la separación entre blancos y negros y que ejemplarizó en Sudáfrica Mandela y otra
el corte de cabezas del “blanco malo” que proclamó el Mau Mau en Kenya y hoy se
repite con los grupos de fundamentalistas islámicos. Esta es la condenable estrategia del odio, el
dejar flotando en el discurso la amenaza con acciones violentas en el caso de
no ganar las elecciones. “Porque el
multiculturalismo, recuerda Sartori, no persigue una integración diferenciada, sino,
una desintegración multiétnica”. Callar ante el alarmante silencio de la tarea
del Tribunal de Ética por parte del Consejo Electoral o la Corte Suprema de Justicia
para condenar estos excesos, estas provocaciones propias del terrorismo es dar aliento
a los incendiarios, incentivar la discordia en los territorios, propiciar no la
incorporación de los pobres sino convertirlos en resentidos tal como se está
haciendo en Ciudad Bolívar y en Suba, en Cali y Medellín en los barrios
populares. Al banalizar un delito como el cometido por Piedad Córdoba, como los
desplazamientos de poblaciones enteras en Antioquia, Cauca y Arauca, Chocó, al
callar ante la imposición de la obediencia de regiones enteras mediante las
armas el día de las elecciones lo que se está permitiendo es
preparar el camino al asalto final de nuestra democracia, debilitándola con la
participación de los infiltrados. ¿Tendrán
los seguidores(as) de Rodolfo
Hernández las mismas condiciones de
seguridad con que cuenta hoy el petrismo
para votar en el Cauca?
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