domingo, 5 de diciembre de 2021

DELEUZE: LITERATURA Y EXPERIMENTACION / Antonio Arenas

 


DELEUZE:   LITERATURA Y  EXPERIMENTACION

Antonio Arenas

1.  La literatura es la vida.

Gilles Deleuze, consideró la literatura como algo fundamental en su pensamiento filosófico. La filosofía mantiene una relación esencial con la literatura. La literatura es la vida, la literatura es salud y no es un veneno para el espíritu y el cuerpo. “El escritor como tal no está enfermo, sino que más bien es médico, médico de sí mismo y del mundo”. El escritor cumple una labor médica, la escritura funciona como remedio para los venenos y males del hombre. La literatura es una iniciativa de salud. La escritura es un lugar de cruce entre la literatura y la filosofía. La filosofía con Deleuze logra un estatus semejante al de obra de arte, a ser pensada como una labor similar al arte.  Sacher – Masoch, Marcel Proust, Henry Miller, D.H Lawrence, Thomás Hardy, Levis Carroll, Emilio Zola, F.S Fitzgerald, Samuel Beckett, Frank Kafka, William Burroughs, etc. Fueron sus objetos de estudio y experimentación en la filo - literatura y en la multiplicidad de su filosofía. Proust y los Signos, Presentación de Sacher- Masoch, Kafka y la Literatura Menor, Lógica del Sentido, El Anti-Edipo, Mil Mesetas, Critica y Clínica etc. Estos textos constituyen su legado en el estudio de la relación filosofía y literatura. La literatura, como una de las “bellas artes”, impactó en su pensamiento y específicamente para establecer la idea fundamental de que: “pensar es crear”. El escritor establece diversas formas de pensamiento que se conectan con la vida y en la escritura solo puede haber una cosa. “Experimentación-vida”. Deleuze nos dice siempre que, la principal forma de acercamiento que se puede hacer a una novela, novela corta, relato, cuento o poesía es desde “la actitud de experimentador”, en lugar de intentar comprender o interpretar un texto. “El elemento creativo y experimentador es esencial tanto en los libros de literatura y artísticos, como los filosóficos”. El acercamiento o encuentro con ellos es aquel que acoge la misma manera con que han sido creados. “Un proceder creativo y experimentador, ya que un libro no tiene objeto ni sujeto, este hecho de materias diversas formas, de fechas, velocidades muy diferentes…Un libro es una multiplicidad”. La literatura como una composición es una experimentación. Escribir es construir, es crear, es pensar. La literatura rebosa la realidad acabada, inventa otros sentidos, otros valores. Fuera del “goce estético”, el novelista produce sensaciones y establece múltiples maneras de conocer el mundo, inventa mundos posibles. La literatura es una “creación artística”, mediante el uso de las palabras y la fijación de frases, con el uso adecuado de un nuevo lenguaje inexplorado. La literatura está en relación con la vida y es una forma de potenciar la vida. No es que la literatura piense menos que la filosofía, sino que piensa por afectos y perceptos. Escribir es un proceso de la vida, que traspasa lo vivido, lo desborda, más que estar en mundo, devenimos con el mundo.  Ahora bien, “la vida es el nombre genérico del movimiento que escapa a toda representación. Es lo que nunca termina de metamorfosearse, sin evolucionar jamás verdaderamente. En ella, los momentos más negadores del punto de vista de la representación contiene mayor vitalidad”. La literatura, como proceso puede expresar la vida, que deviene lenguaje y agita la lengua mediante una composición literaria o filosófica. Por eso la literatura es un acontecimiento. El lenguaje literario es un acontecimiento de “creación artística”. Deleuze nos indicaba: “Un gran novelista es ante todo un artista que inventa efectos desconocidos o mal conocidos y los saca a la luz como el devenir de sus personajes”. El literato esta unido a los filósofos en la resistencia contra el poder, contra todo lo que impide vivir, soñar y construir nuevos mundos, nuevas formas de ser en la tierra. La literatura constituye condiciones de posibilidad del devenir de los pueblos, de otros pueblos, de otras tierras por venir, de ser diferente de lo que es el mundo cotidiano.  Empero, “No se está en el mundo, se deviene en el mundo, se deviene contemplando, todo es visión, devenir, se deviene universo, devenir animal, vegetal, molecular, devenir cero”.

Si la filosofía nos permite pensar de otro modo, la literatura nos permite percibir y sentir de otro modo fuera de la vida real, inventar mundos posibles. Las novelas y los cuentos como creación “artística” literaria, les corresponde el uso del lenguaje y bajo la palabra oral, la escritura, la literatura y el acontecimiento está el arte de crear nuevas cosas. Los escritores marcan sobre una superficie, por eso el lenguaje escrito crea algo nuevo. El novelista, el cuentista, el poeta, transfigura el lenguaje en el que escribe y renuevan lo que nunca había sido dicho. Se crea un mundo no actual, sino posible. El mundo del escritor es un mundo posible, creíble y vivible. La literatura trata los problemas de la vida y es pensando la vida que se realiza la “creación artística”. La novela y los cuentos potencian la vida y son útiles para la vida. Para un filósofo como Deleuze, el escritor tiene como propósito mostrar el devenir de sus protagonistas, las frustraciones y derrotas, sus éxitos, los rompimientos, las grietas. Toda novela, cuento, relato, poesía, nos abre mundos posibles, encuentra líneas de fuga, abre puertas y ventanas para reformular nuestras vidas. No hay ningún iluminado, la tarea del novelista es abrir ventanas, demoler paredes para atreverse a ver el mundo de diferente manera. Todo lo que se puede escribir no debe silenciarse deberá decirse a través de la literatura. Es por eso por lo que el “acto de crear” y el “acto de pensar” son la misma cosa. La filosofía es un modo de pensar que se distingue de la literatura por crear e inventar conceptos y ejercer la crítica. La creación de conceptos o inventar conceptos se realiza en un plano de inmanencia, referido por la imagen de lo que significa pensar y crear. En filosofía se enfatiza más en la medida que el concepto alcanza o llega a posicionarse y plantearse a sí misma. La filosofía crea nuevos pensamientos de lo que significa pensar y en ese sentido no se separa de la crítica. La literatura le da forma a lo vivido, a lo venidero, escribir es un proceso de la vida, que traspasa lo vivido, lo eventual, un proceso con devenir múltiple, más que estar, devenimos. Se experimentan visiones creadoras y trasformadoras de todo. Deleuze aseveraba que: la literatura deviene en una lengua extraña que irradia sensaciones, cuya lectura nos trasforma, llevándonos más allá de los afectos y las percepciones cotidianas. La literatura es un acontecimiento de la vida al igual que la filosofía. El novelista atisba la vida en lo vivido. Los literatos son como los filósofos en este aspecto de atisbar la vida. En literatura vale el grito Deleuziano: “Experimentad no interpretéis jamás”. El escritor es un personaje que se edifica y excede a sí mismo en el modo característico que asume el proceso de la escritura, experimentando la vida en su estado puro de extrañeza, siguiendo sus instintos fundamentales, sin referirse a su conciencia, viviéndonos conscientes de las anomalías de la vida. Cada escritor nos enseña a leer la vida, por eso nos dice: “Aprendo palabras nuevas para contar una historia, una historia alterada, expandida en la repetición. Modifico mi forma de pensar, de expresarme. Intento otra sintaxis, otros tonos, otros timbres de voz; decido el acento de las palabras, hago inauditas las construcciones de las frases. Práctico hasta dominar todas las variantes fonéticas de la lengua, sus dialectos”. Toda novela cuenta una historia y en la novela le deberá pasar algo a sus personajes. Para Gilles Deleuze la experimentación reside en “una relación minuciosa con los estratos, que permiten liberar las líneas de fuga, hacer pasar los flujos conjugados, desprender intensidades continuas…En este sentido el deseo quiere más conexiones y agenciamientos”.

2.  Experimentando con Deleuze (Ensayar con el límite de posibilidades de la novela corta Bartleby, el escribiente, de Herman Melville)

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