miércoles, 15 de septiembre de 2021

El Caminante – Ron Riddell / Fragmentos del poemario

 

Ron Riddell y Saray

El Caminante 

 Ron Riddell


(Fragmentos del poemario)

 

IX Las Ramblas

 

Puede suceder en frente tuyo

mientras miras hacia el otro lado

tal vez estés almorzando ya tarde

bajo la luz llena de palomas, muchos muertos

 

estábamos demasiado ocupados eludiéndonos el uno al otro

buscando bares, playas, mercados

no nos dimos cuenta de que nos habíamos convertido en blancos

y no vimos nuestras vidas pasar

 

más allá del día, más allá de las flores

las cartas, las lágrimas, los candelabros y abrazos…

 

no vimos que nos habíamos convertido en blancos fáciles

de carne y hueso, falibles, vulnerables

confundidos, expuestos, buscamos vías de escape

de entre la jungla de muros y túneles

 

las alcantarillas y mazmorras, el aire sombrío

de callejones sin salida, la mano oscura

de los forajidos, robándose la luz

del día, su color vestigial…

 

 X

En la procesión

la gente está sosteniendo números

con la esperanza de ser identificados

analizados, clasificados

con la esperanza de ser liberados

 

como ejemplo de lo que el viaje

revela acerca de nosotros

el reto de la reconciliación

aceptado, realizado

 

aunque existan pocas para celebrar

lo debemos hacer a pesar de todo…

 

 XI

Algunas cosas son tan misteriosas

es como si no existieran, como si no hubieran sucedido

 

como si nunca se hubiera derramado sangre

como si nunca si hubiera cometido ningún crimen…

 

como si las muñecas de las niñas

no yacieran en pedazos en la calle

 

como si los candelabros todavía estuvieran encendidos

y las rosas descansaran a nuestros pies…

 

los dolientes todavía están reunidos

con pancartas protestando en paz

con pancartas que profesan hermandad:

¡No tenemos miedo! No, No, No pasaran.

 

 XII

Tantos gestos extraños, señales

que me dado la vida

este viaje, para yo interpretar

para establecer su autenticidad

 

tomado de la mano con extraños

como yo lo hago a lo largo del camino

quienes se han convertido en amigos

oportunidades a prueba para crecer

 

¿Y dónde vive ahora

pregunto, ese viejo curtido, mezcla de

(caminante y autor)?

¿En alguna parte de estas calles escondidas?

 

¿Si tomamos el auto, tal vez lo podamos encontrar?

Nosotros podríamos preguntarle algunas cosas

acerca de su nueva morada

las formas impregnadas que deja en el aire

 

su cualidad de despreocupación, ahora por fin

ha encontrado su pobreza

y ha pospuesto sus pretensiones

sus sentidos anticuados

 

su falta de ingenio y armonía

resueltas en melodías recién encontradas

en una arquitectura de esperanza & canciones sencillas…

 

XIII

Alejados de los escombros de la noche

de la decadencia brillante de la luz intermitente

¿Cómo adaptarnos a

estas nuevas urgencias de ser

en formas que se conviertan en nosotros y otros?

 

el chal de la hermandad (presagiando un acuerdo)

tirado sobre nuestros hombros

 

de tal forma que nosotros, tomando

palos para caminar, nuestros palos para hablar

podamos bailar, podamos cantar a cada rosa

a cada nuevo cielo, a cada nuevo final

a cada abstención, a todo

 

inscribirnos en un nuevo comienzo

que se levanta al tiempo que nos levantamos de las cenizas

de nuestras confusiones; encarnaciones

y humillaciones

sonrientes nos devolvemos hacia el futuro…

 

 XIV

De los vasos vacíos, suficiente

de las tierras baldías, abundancia

exuberancia, desintegración pacifica 

 

(He estado buscando todo este tiempo

a mí mismo, a mi propia casa

cerca del agua, cerca del mar) …

 

en la unidad de una vida soñada

en la unidad de un tiempo soñado

nos despertamos

después de una etapa de nuestro viaje

en medio de nuestro viaje

 

tomamos nuestros garrotes, herramientas & taparrabos

y observamos el cielo relampagueante

 

sobre granos de polvo, piedra & barro

saludamos las formas del mundo

 

no más, no menos, saludamos & seguimos adelante…



Mejorada del Campo

Una curva en el camino

cerca de la cima de la colina

refleja la luz

las nubes navegan, nuestra casa está cerca

sin decir nada, diciendo adiós a

la hierba seca, los pinos secos

las hojas del álamo crujen, murmuran

 

el viento seco nos recuerda:

llegamos por este camino, llegamos por este camino

donde el olor a comida & a vejez perdura

 

donde al lado del camino peluches deshilachados

y cochecitos maltrechos permanecen abandonados…

 

no hay recompensa, el vaso está vacío

no hay trofeo, no hay tesoro

sino en los momentos de felicidad:

 

un grupo de niños quejumbrosos

que escenifican un circo en la calle…



Lisboa y más allá

para Catia & Wilton

 

I

Lo que existe en la memoria

existe en el presente

y en el futuro

no importa el lente que usemos

siempre tendrá el mismo tamaño

 

por ejemplo, el puente suspendido

El Puente 25 de abril

que abarca el río Tajo

parece más grande ahora

que cuando lo vi por primera vez

 

tan alto, que un salto desde él

sería como caer sobre concreto

una caída hacia un muro

hecho de tiempo y espacio

memoria, agua

 

pero con la esperanza de un descubrimiento

en la profundidad fresca del océano

un punto de entrada, una idea acerca

del paso del tiempo en el espacio

en el agua, en el aire.


II

Voces del pasado tienen derechos

y hacen sus reclamos:

en medio del estruendo de un

tren que se desplaza temprano en la mañana

 

bajo el cacareo de los gallos

en los patios polvorosos

las golondrinas cuchicheando sobre las cornisas

los canarios cantando desde los balcones

 

la luna llena todavía está en su esplendor

los colores de Lisboa

los campanarios, palmeras, y parapetos

resplandeciendo con la promesa

 

de un nuevo mundo que espera

más allá del horizonte

el mar picante y brillante

también está esperando a que la luz cante.

 

Pero ten cuidado al caminar

hay fantasmas durmiendo aquí

que no se alegran si los despiertas

(aunque ellos si nos pueden despertar)

 

 

Al final hay una pequeña diferencia

entre amantes, esposos, amigos:

los ojos dicen la verdad, algunas veces la mentira

siempre nuestras preocupaciones.

 

III

El acueducto pasa por encima

los palacios de príncipes

exploradores, comerciantes, papas…

 

En el viaje, a medida que continúa

tiene pocos momentos

de descanso, contemplando

 

el compromiso de aprovechar el momento

teniendo siempre que conocer

siempre dispuestos a ceder

 

y entonces avanzamos, continuamos

siempre con la promesa de rosas

a nuestro alcance

 

nos sentimos agradecidos

a medida que la autopista nos revela

mensajes habituales:

 

 McDonald’s, Macro, VW

los productos que definen

nuestros hábitos e historias

 

mezclados entre castillos

de Romanos, Moros,

Cristianos y Visigodos…

 

viajando por la tierra azotada por el viento

el suelo reseco por el sol

esta vez

 

los olivos se ven por todas partes

los viñedos y las figuras de hierro

que marchan sobre la tierra…

 

¿Por qué no dejamos de amargarnos el uno al otro

y dejamos que nuestras vidas incidentales

continúen su rumbo?

  

IV

El momento florece

el momento pasa

 

a través de paisajes grabados

sobre ríos de cauce seco, ductos desechos

ganado loco por el calor…

 

él dice adiós con el último fado

que le canto a ella en Evora

 

en Evora él se para sobre el parapeto

y fija su vista desde Extremadura

hasta Extremadura; de un extremo a otro:

 

las murallas blancas, las baldosas de terracota

las llanuras saladas y resecas— ¿Cuántas vidas

vivió él así— ¿Hace cuántos

imperios, cuántas masacres

plagas, profanaciones?

 

De todas estas conexiones laberínticas

su voz regresa, su guitarra lenta…

este amor devuelto, este amor rechazado

está vigilia que todavía mantenemos

 

uno para el otro

hasta que salgan las estrellas

hasta que la lluvia suelte el hielo

sobre el puerto del pueblo viejo

 

ciudad de espías y etiqueta desvanecida

todavía un puerto para príncipes de África y Asia…

 

el fado que desaparece, de una vez por todas

por entre las calles adoquinadas

más allá de las calles de mercaderes harapientos

los rostros demacrados de los pobres

 

el cielo azul pálido y morisco

la tierra parchada de paja, completamente seca

donde las sombras brotan de las uvas

 

 el repentino rojo de la granada

en el sol del atardecer

 

más allá los viñedos los desechos de España

demasiado secos hasta para los buitres.

 

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