sábado, 8 de mayo de 2021

¿LA MUERTE DE LA VERDAD? LA INTROMISIÖN DE LOS RUSOS EN COLOMBIA Darío Ruiz Gómez


 

¿LA MUERTE DE LA VERDAD? LA INTROMISIÖN DE LOS RUSOS EN COLOMBIA

Darío Ruiz Gómez

 Se manipula la lengua, recuerda Víctor Klemperer, en su obra maestra “La lengua del Tercer Reich”, - léanla vagos y vagas - y con ello las emociones de las masas con consignas cuya finalidad es liquidar la personalidad individual. Ejemplo:” Tú no eres nada, tu pueblo es todo”. ¿No es lo que las masas vociferantes repiten hoy mismo? Porque aquí no habla el indígena, el campesino, la maestra, el vecino si no “los representantes del pueblo” escogidos por la dirigencia del Paro. Colombia es hoy el objetivo de Putin y para ello se han desplegado todas las técnicas de hackeo, de fake news, con el fin de  conmocionar   desde las redes sociales  a grupos  que carecen de contenidos políticos   a quienes  subliminalmente  ser les  imponen  determinados contenidos de odio. Ospina el Alcalde de Cali sin saberlo acaba de  “descubrir” que en esas redes sociales se informó de la muerte de diecisiete ciudadanos  en un lugar de Cali cuando la verdad, dijo, es que sólo hubo un muerto. En las primeras  informaciones  en directo  sobre la violencia desatada en las ciudades colombianas  con  el falso señuelo de protestar contra la  Tributaria, vimos  cómo los Combos   salidos de sus territorios  marcados por las fronteras invisibles  se infiltraban en las marchas  legales de  Bogotá, Medellín  y especial  y notoriamente  Cali,  desatando  el caos, facilitando la tarea de los francotiradores;  pero, inesperadamente,  los  medios y Noticieros de la Oposición,  borraron  las secuencias de  las turbas agrediendo policías, tratando de quemarlos,  saqueando  y destrozando con una rara insania  los pequeños  comercios, los sistemas de transporte y declarando –tal como sucedió cuando sincrónicamente se destruyeron 11 CAIS  en Bogotá  que los únicos culpables de aquellas feroces demostraciones de barbarie, era “tres policías”- . También inesperadamente los únicos victimarios para esos medios de comunicación de la Oposición y su Quinta Columna en El Senado y Congreso, han pasado a ser el Esmad y la Policía y no las cuadrillas de asesinos a sueldo utilizados como escuadrones de combate. Cambio de narrativa que nos muestra a un indignado Jorge Enrique Robledo saliendo de Palacio “porque lo importante no son las medidas tributarias  sino  no la barbarie policial en Cali”   Una vez más un deformado y mal intencionado  informe de los  corresponsales de “El País” de España: “Las voces de la peor noche de represión en Colombia: esto es una cacería” “La violencia policial se descontrola en Colombia” Es decir  que  la ciudadanía no vio  nada, yo no vi nada de la malevolencia  de unas estrategias de toma sangrienta  del país por parte de la Narcotalia, del ELN y de un Cartel mexicano, del madurismo,  apoyados  en su distorsión informativa  por las plataformas rusas.  O sea que debemos convertirnos en ciegos y debemos  agachar la cabeza ante  estas narrativas falsas inventadas   para eludir –esto ya parece un deja vú-  la cobardía  moral  de la Oposición ante este bien planificado  ataque armado  y ante esta estrategia fríamente calculada por las plataformas rusas  para hundir la democracia colombiana. “No existe la desinformación inocua; recuerda  El Papa, confiar en las falsedades puede tener consecuencias nefastas”  Si hoy una fotografía no es aceptada como documento  por la Justicia,  en estos videos  entregados  como “muestra de la violencia de la fuerza pública”  el celular  del miliciano  enfoca un enfrentamiento sin que podamos distinguir  nada y la voz  impostada del  supuesto “testigo” dice: “ la policía nos agrede, nos agrede”. Aquí ya está el objetivo de la manipulación del montaje en estas “pruebas” entregadas a la ONU, a la JEP. Entregadas a las grandes cadenas informativas: Un “documental” de tres horas muestra el recorrido de un grupo de milicianos comunistas que marcha en Medellín a destruir un peaje: la escenificación es perfecta, el montaje “einsteniano” va incorporando las voces de “apoyo de la población” que no son otras que las suyas. La cámara muestra una cancha de fútbol y la voz susurrante del miliciano nos explica: “Este será nuestro hospital de campaña para recibir a los heridos. Tenemos alcohol, nos faltan vendas” El final es confuso y nada nos dice de los daños y atropellos que hicieron contra gentes sencillas en urbanizaciones como Navarra y Las Cabañas, pero en su subconsciente ellos creen que han repetido el asalto de los sóviets al Palacio de Invierno. Las plataformas rusas despiertan estas falsas emociones, crean estos héroes ilusorios desatan el frenesí de la destrucción y del pillaje.

P.D.  Ante el ataque a mansalva de este nuevo populismo, la ciudadanía en Colombia ha comenzado a crear la verdadera  resiliencia.

     

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