Clamor de Abismo - Poemas
En tu cuerpo está contenida mi batalla y mi gloria,
Son tus bosques mágicos refugio de mis noches,
en tus párpados reposan mis pájaros,
Y es que sé de ti como sé del sol,
Ven cantante con vehemencia tus poemas, mis poemas favoritos. .....
Dentro de mí habitan esos tejidos que elaboro día a día para conservarte en mi memoria, en mi patrimonio.. Y es que sos mi rumbo, incluso después de mi muerte abrirán alguno de mis libros y tú siempre serás el epígrafe.
Estoy enferma de dolor,
Dolor de ti, de mí...
No se ve mi alma húmeda, ni se ve el pensamiento que llora en mi cama,
Me encuentro sola, espantada de vértigo, visto mi cuerpo en dos harapos de orgullo y conversó con la soledad, me dice que vuelva al poema, que habite recovecos de palabras, que enferme, que enferme de poesía, que enferme de mí, que enferme de ti.
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El encuentro con la soledad me sabe a cloruro sólido, las personas en la calle me miran y yo les miro, les contempló en vertiente, uso mi cuerpo como símbolo de ingravidez, me asemejo al vacío y pronuncio lentamente D E B O E S C R I B I R... Más tarde se apagan mis ojos como dos lúgubres estallidos de luz, y reposan mis hálitos de vida y obra bajo la sombra de él sin sabor.
..
..
Estoy enferma,
la nariz me llora sal,
¿Mis ojos? Dos hondos paralelos que se cierran,
¿Mi lengua? un harapo que viste el lenguaje.
¿Y mi torso? Motor inmóvil que luce al alba con sed de vino y deidad.
--
A veces solo deseo abatir el tiempo con el llanto
envilecer desnuda a la apariencia,
gritarle a mis páginas que duele respirar en este mundo de insensatos.
--
Invocación
Invocarse intima, plausible,
con los hilos chotos de locura.
imprevisible al alba que rebosa mares y sucumbe
tarde cuando besa a la mañana.
Maullar erótica de lumbre,
Advenir la lluvia que humedece a los cándidos
y
Gritar en la cumbre el sexo libre de una flor.
..
Me estuve pensando.
He concluido que pocos me piensan,
ahora dónde me encuentro?,
¿Qué será más tarde cuando tus ojos se cierren y no me miren más?
me pienso con el alma húmeda y solo quiero morir.
y es que a nadie le atañe mi muerte, soy mi soledad.
soy estas cuatro paredes con una ventana de frente al río,
soy los poemas que escribo.
sobrellevo mi vida y aprendo a morir,
escogí la filosofía y el poema.
Escogí mi soledad,
ahora nadie me necesita.
--
No te buscaré,
no te llamaré e incluso no te nombraré más en mis poemas.
te has ido de paso en paso con la época,
¿Dónde quedó nuestra vejez de antaño?,
eras - otro-yo era - otra,
estudiábamos humanidades y nos gustaba el amor en Platón...
Nos olvidamos como los que no saben amar en estos tiempos,
mi necesidad era escribirte poemas...
Pero yo solo era una tragedia, yo solo era una mujer que archa en sensibilidad.
Yo era todo lo que nunca encontrarías. …
….
El triste suspiro de una rosa,
El revuelo de mi estómago hecho brisa,
Tus ojos mintiendo a la tarde,
Mis fauces secas,
¿Cuánto pesa el dolor?
epígrafe.
ResponderEliminarEstoy enferma de dolor,,,,,,