Pawel-Kuczynski |
PROTESTAS A CONTROL REMOTO
Darío
Ruiz Gómez
El
informe de Alto Analitic, traído a cuento de manera brillante por John Müller, sobre las marchas de protesta en Chile y
Colombia corresponde a la aplicación
precisa de lectura de lo que medios de
comunicación como WatsApp, Telegram suponen en la fabricación de falsas imágenes,
de Fake News desde el exterior para
convocar las marchas y para irles dando a los marchantes unos contenidos y unas
consignas fraudulentas, de ahí la
precariedad y monótona repetición de consignas gritadas a desgano. Es lo que se
llama propaganda computer llevada con gran virtuosismo tecnológico
desde lugares remotos a cada lugar geográfico escogido para incitar al desorden,
para desinformar, para atribuirle a una
figura pública tal como lo hizo Rusia
durante la campaña electoral norteamericana, administrando a través de las
redes sociales el miedo para desacreditar los sistemas democráticos sembrando el terror
con falsos datos económicos sobre Inglaterra, sobre los demócratas
norteamericanos, en un proyecto
organizado y encaminado a desestabilizar los sistemas democráticos desviando la
intención de voto, tal como lo señaló
Michiko Kakutani en su “La muerte
de la verdad”. En el caso de las marchas
de Colombia y el crudo estallido social
de Chile, apenas un pequeño número de
cuentas digitales generó el 30% de la
información de estos llamados desórdenes
convocando marchas, montando imágenes falsas sobre policías
agrediendo estudiantes o supuestamente masacrando marchantes que fueron acompañadas de consignas-clichés
contra el Neoliberalismo, la represión
gubernamental –el Information disorder-
el “paquetazo”, “nos están matando” mientras estrenaban nueva formas de violencia. El 58% de quienes transparentaron su
localización provino de Venezuela, de
autores con una actividad altamente inusual o sea de grupos preparados
especialmente para esta labor de desinformación. Por eso nos llamaba la
atención que si bien sabíamos que las marchas eran convocadas a través de las
redes no lográbamos precisar quiénes
políticamente las convocaban y por supuesto lideraban. Rusia
naturalmente aparece en esta red de desinformación sobre la realidad
colombiana. Lean esta descripción ética de Local Analitic. Desinformación: “Contenido malevolente, falso, incorrecto o manipulado con el objetivo
deliberado o con la intención de
confundir, sembrar discordia o provocar daño” Un importante periódico español curiosamente siempre asigna para Colombia corresponsales de clara tendencia izquierdista como el que recientemente anunciaba entusiasmado que era inminente la caída de
Duque ante las protestas juveniles. Tarea de confundir la opinión pública que
llevan a cabo con eficacia muchos de los
llamados medios alternativos pero
insólitamente también, medios como la Deustche Welle, el New York Times y desde
luego Telesur y quienes ya sabemos lo
hacen en Colombia. ¿Qué es entonces la
llamada Propaganda Computacional? “El uso
de algoritmos, de bots, automatizados o
humanos y de otras técnicas para distribuir masivamente e intencionalmente
información engañosa a través de plataformas digitales”. ¿Recuerdan el
famoso corresponsal del New York Times
que debió salir de Colombia porque,
supuestamente, lo iban a matar?
Lo que Müller llama la Mano Negra tras estos
estallidos tiene autores y auspiciadores, cómplices que solamente pueden encontrase buscando río
arriba. Medios de comunicación desde los cuales se ha generalizado la
estrategia del eufemismo: ”Un grupo al
margen de la ley fue el autor del atentado”, “continúa el asesinato de líderes sociales” a pesar de conocer de antemano el nombre de
los asesinos, de los terroristas tal vez
sin darse cuenta de que esto es lo que buscan quienes propician el terror:
destruir, repito, la confianza en el Estado, destruir las comunidades
robotizándolas.
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