domingo, 23 de febrero de 2020

PROTESTAS A CONTROL REMOTO / Darío Ruiz Gómez

Pawel-Kuczynski

PROTESTAS  A CONTROL REMOTO
Darío Ruiz Gómez
El informe de Alto Analitic, traído a cuento de manera brillante por John Müller,  sobre las marchas de protesta en Chile y Colombia corresponde  a la aplicación precisa de lectura de lo  que medios de comunicación como  WatsApp, Telegram  suponen en la fabricación de falsas imágenes, de Fake News desde el exterior para convocar las marchas y para irles dando a los marchantes unos contenidos y unas consignas  fraudulentas, de ahí la precariedad y monótona repetición de consignas gritadas a desgano. Es lo que se llama propaganda computer  llevada con gran virtuosismo tecnológico desde lugares remotos a cada lugar geográfico escogido para incitar al desorden, para desinformar,  para atribuirle a una figura pública  tal como lo hizo Rusia durante la campaña electoral norteamericana, administrando a través de las redes sociales  el miedo  para desacreditar  los sistemas democráticos sembrando el terror con falsos datos económicos sobre Inglaterra, sobre los demócratas norteamericanos,  en un proyecto organizado y encaminado a desestabilizar los sistemas democráticos desviando la intención de voto, tal como lo señaló  Michiko Kakutani en su “La muerte de la verdad”. En  el caso de las marchas de Colombia y el crudo  estallido social de Chile,  apenas un pequeño número de cuentas digitales  generó el 30% de la información de estos llamados desórdenes convocando marchas, montando imágenes falsas sobre policías agrediendo estudiantes o supuestamente   masacrando  marchantes que fueron acompañadas de consignas-clichés  contra el Neoliberalismo, la represión gubernamental –el Information disorder- el “paquetazo”, “nos están matando”  mientras  estrenaban nueva formas de violencia.   El 58% de quienes transparentaron su localización provino  de Venezuela, de autores con una actividad altamente inusual o sea de grupos preparados especialmente para esta labor de desinformación. Por eso nos llamaba la atención que si bien sabíamos que las marchas eran convocadas a través de las redes no lográbamos precisar quiénes  políticamente las convocaban y por supuesto lideraban. Rusia naturalmente aparece en esta red de desinformación sobre la realidad colombiana. Lean esta descripción ética de Local Analitic.  Desinformación: “Contenido malevolente, falso, incorrecto o manipulado con el objetivo deliberado   o con la intención de confundir, sembrar discordia o provocar daño Un importante  periódico español  curiosamente  siempre asigna para Colombia corresponsales  de clara tendencia izquierdista  como el que recientemente anunciaba  entusiasmado que era inminente la caída de Duque ante las protestas juveniles. Tarea de confundir la opinión pública que llevan a cabo con eficacia muchos  de los llamados medios alternativos  pero insólitamente también, medios como la Deustche Welle, el New York Times y desde luego Telesur  y quienes ya sabemos lo hacen en Colombia. ¿Qué  es entonces la llamada Propaganda Computacional? “El uso de algoritmos, de bots, automatizados  o humanos y de otras técnicas para distribuir masivamente e intencionalmente información engañosa a través de plataformas digitales”. ¿Recuerdan el famoso corresponsal del  New York Times que debió salir de Colombia  porque, supuestamente,  lo iban a matar?

 Lo que Müller llama la Mano Negra tras estos estallidos tiene autores y auspiciadores, cómplices  que solamente pueden encontrase buscando río arriba. Medios de comunicación desde los cuales se ha generalizado la estrategia del eufemismo:  ”Un grupo al margen de la ley fue el autor del atentado”, “continúa  el asesinato de líderes sociales”  a pesar de conocer de antemano el nombre de los asesinos, de los terroristas  tal vez sin darse cuenta de que esto es lo que buscan quienes propician el terror: destruir, repito, la confianza en el Estado, destruir las comunidades robotizándolas.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.