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Pawel Kuczynski
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MEMORIAS DE POCO TIEMPO
Darío Ruiz Gómez
Joe Brainard, diseñador,
cineasta, escribió un texto que se ha
convertido en una obra de culto para lectores inteligentes, es decir lectores
que han sabido escapar de las mentiras y falsedades impuestas por la publicidad. El texto se llama “Me acuerdo cuando y otros
autorretratos” y plantea una estrategia para recuperar la memoria inconsciente a partir de esa pregunta: “Me acuerdo cuando en 1951 - esto ya es mío- veníamos mi primo Gustavo y yo de la
Biblioteca de la Universidad de Antioquia a la cual acudíamos a leer
por la tarde y nos detuvo la policía. Éramos unos simples
niñitos y nunca pudimos regresar a la biblioteca porque ya el terror se
había apoderado de las calles” Recurrir a esta metodología es impedir que
nuestros recuerdos personales sean desvirtuados o que incluso lleguemos a avergonzarnos de
ellos o a pensar que debemos olvidarlos. “Me acuerdo, dice Brainant, de los
días lluviosos a través de la ventana”. Contra
el recuerdo personal enfocó
sus baterías ideológicas el estalinismo
calificándolo de “subjetividad
pequeño burguesa” reacia a integrarse a
la “memoria colectiva”, lo que supone la
aberrante manipulación ideológica de los
recuerdos. Por eso persiguen a lo íntimo ya que es en esta intimidad donde
se refugia el alma, el alma que guarda
fidelidad a sus muertos ya que hasta allí no puede penetrar la garra del censor.
Esta aberrante teoría fue llevada a la práctica en la Cuba castrista, en
la Venezuela de Maduro y ha sido impuesta en Colombia a través de una larga tarea de adoctrinamiento
de grupos de ingenuos escritores o de militantes disfrazados de intelectuales. Ya
Zamiatin en su inmortal “ Nosotros” mostró los
procedimientos de un sistema totalitario
para eliminar de la memoria individual
todo rastro de recuerdo e imponer la verdad del Partido Único. Walter Benjamin
replicó diciendo que lo que llaman Historia es un recuerdo que está en peligro.
Broinard a través de esta metodología rescata por el
contrario el valor que alcanza el lograr recordar
y no el tener que aceptar la memoria impuesta por
una organización que preconiza la aceptación del olvido por decreto de todas
sus fechorías pero – por
carambolas- deja muy mal parados a
quienes se las justificaron. “Me acuerdo
de la sopa de pollo con fideos cuando estaba enfermito” pero también Brainard se acuerda: ”Me acuerdo de los uniformes de
los alemanes, me acuerdo de los refugiados” ¿Por qué no sabemos nada de los guerrilleros
muertos, de los fusilados por “desviaciones ideológicas”? ¿De los heridos que
fueron abandonados en la selva? “Me
acuerdo cuando el Comandante volvió a violarme”.
Como lo ha señalado con gran
solvencia jurídica Nicolás Uribe lo que la JEP busca al calificar de político en el caso de las FARC, un crimen de lesa
humanidad como el secuestro, es
corromper el lenguaje, es, como
en el caso del siniestro Juez que reclama airado que Estados Unidos “debe”
entregarle todas las pruebas que tiene
contra Santrich, dilatar el proceso mediante un despropósito verbal y finalmente tratar de socavar el Estado de
Derecho. El, me acuerdo es lo que están haciendo directamente las víctimas que hablan ante unos imperturbables jueces de mármol. “Me acuerdo –podría decir una
madre llena de tristeza- cuando se
llevaron a mi hijito y lo desaparecieron ” Ese niño como tantos otros también tomaba sopa de pollo con fideos
cuando estaba enfermito.
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