SIN
PERDÓN NI OLVIDO
Darío
Ruiz Gómez
En
España el grupo terrorista ETA después de matar a 855 personas, niños incluidos,
de recurrir a “las distintas formas de lucha armada”, de asesorar al gobierno
de Chávez y a las FARC en atentados con explosivos acaba de declarar la dejación
de las armas y su reincorporación a la vida democrática. En la voz de Josua Ternera uno de sus más
desalmados jefes ETA ha silenciado su accionar
bélico. El Presidente Rajoy ha calificado el hecho como un triunfo del Estado de Derecho y las
víctimas como su triunfo frente a la
afrenta mayúscula que supone el terror como chantaje permanente contra un
ser humano. A la mente se me vino una
manifestación de cerca de un millón de personas
protestando contra el terrorismo de ETA donde tomados de la mano marchaban los principales dirigentes políticos
de Derecha y de Izquierda incluyendo el Partido Comunista. A esta marcha
sucedieron otras en distintas ciudades para afirmar la fe en la democracia y el
rechazo a una violencia cuyo único objetivo consistía en azuzar el enfrentamiento entre hermanos y donde a nombre de la reivindicación de una supuesta etnia superior se persiguió con crueldad a quienes pensaban diferente en las Universidades y colegios, se
sometió a los niños a la catequización cultural, se instauró un régimen de sospecha general, se histerizó hasta la irracionalidad absoluta a sectores
sociales que no tuvieron reato alguno en
justificar el crimen como en aquella ocasión en que en una manifestación
acorralaron a un grupo de opositores al
grito de “Eta mátalos”. La Asociación de Víctimas de ETA acaba de emitir una declaración en donde exigen la
investigación pertinente sobre 385 asesinatos
sobre los cuales ninguna autoridad ha
señalado a sus autores. El Presidente Rajoy ha
confirmado que no habrá ni perdón ni olvido y se continuará investigando y condenando hasta el final a
los asesinos. Por su parte ETA no ha
pedido perdón a las víctimas ni se ha arrepentido del daño causado a la sociedad. Recurriendo al
manoseado argumento de sus historiadores de que, dada la “situación
de pre violencia existente en esos momentos”, su levantamiento
armado “estaba justificado”. Lo cierto es que hoy cuando inevitablemente los
velos que cubrían esta realidad de
pesadilla comienzan a mostrar la verdad,
esa verdad que brota del testimonio directo de los ofendidos, de las voces
libres y doloridas de huérfanos y viudas, y no de las verdades amañadas por
Comisiones de la Verdad de
bolsillo, el llamado relato de este nacionalismo se va derrumbando
solo. Y las razones de la justicia empiezan a brillar con la contundencia
debida.
Más
de un centenar de víctimas e
intelectuales entre los cuales hay que destacar los nombres de Fernando
Aramburo el autor de “Patria” y Fernando Savater víctima de la intolerancia de
ETA han firmado un manifiesto donde
exigen al gobierno la debida investigación sobre esos 385 crímenes de Eta que
no han sido investigados y de manera perentoria reclaman “una condena de la historia de
terror, de manera que deslegitimen la violencia con vistas a generaciones
futuras” Nunca en ningún momento esas viudas y huérfanos, esos profesores
despedidos, esos intelectuales a quienes se intentó silenciar, esos
secuestrados y mantenidos en las llamadas “cárceles del pueblo” bajaron los brazos y mantuvieron en alto su
protesta. (Para Sofía Gaviria y las víctimas del terror)
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