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La
Colina Blues
Víctor
Bustamante
Sitio, El Trueque para un evento, Verbena de Poesía, y para sorpresa La Colina Blues.
No los había escuchado. Este encuentro tenía que darse. Pero era, mejor así, un
encuentro sin ningún preámbulo, aunque el poeta John Sosa los recomendaba, se
partía, se parte por su música. Y él tenía razón en esos blues estaba también la
poesía expresada en la voz de Andrés desgarrada y en sus dedos que cabalgan por
el mástil de la guitarra que es rasgada como se debe para sacarle las notas, exprimirlas
para que además sean solo el lamento, y por supuesto también un conjuro, a la
ferocidad serena de esa música. Y por supuesto en los acordes del bajo de
Camilo que subyacen ahí, persisten, para dar el colorido necesario y para acabar
de ajustar Emerson en la batería, acompañándolos para no quedarse atrás. Así cuando
los músicos están integrados en concierto, se da la ferocidad de una lucha a
muerte, musical, por supuesto, para no dejar que ninguno sobrepase al otro, por
eso cada uno de ellos entrega lo mejor de sí mismos, en pocas apalabras, sangre,
sudor y música como emblema. Ellos poseen ya su memoria y por esa razón en el
escenario, allí son uno solo.
Tiene
su secreto este momento, hay poca luz, hay un bar en el escenario donde se puede
beber, escuchar poesía y a la Colina, que no está en la colina ni colinos sino
llenos de vida y de buen blues. Pero ahora me referiré a su música ya que en
una ciudad musical como Medellín poco se habla de blues, sino de los géneros
reiterativos que asaltan desde las emisoras desde las diversas escenas
musicales.
No
queda más que escuchar sus canciones.
En
Sangre de blues relata el monólogo
del tipo hundido en sus pensamientos, que se consuela con el blues ante la
huida de una mujer, pero le queda la opción de reconfortarse con la música,
este blues, síntesis de la misma melancolía es acompañado por la mejor síntesis
expresiva de sus slides y riffs de todas sus canciones. No sé si sea la mejor de
ellas, de sus composiciones, ya que me ceñí a lo de la red donde aparecen grabados
sin la interrupción de los conciertos, aunque los conciertos poseen la magia de
que son únicos, ya que la improvisación muestra el fuste de sus músicos. Este
es un verdadero blues, un canto de desamor exasperado donde guitarra y voz son
uno solo, así como la cadencia de sus acompañantes.
Tiempo feroz relación en esa
puta ciudad y el desamor, la aridez y el vagabundeo como sinónimos y síntomas
de un estado de cosas que arrastran con el vórtice del circulo vicioso, ese giro
continuo sin dar respuestas.
En El limbo los músicos no se
aguantan y mientras las letras de ella reclaman y esta canción posee partes que se identifican
son el buen rock, luego en ese monologo Andrés descree entre cielo e infierno
con esa mezcla de la cadencia del blues y el colorido rítmico del rock y por supuesto
del alarido sucio del mismo blues.
En
Barco de papel la dislocación de la vida
reflejada en la incertidumbre del tema clásico del barco de papel que no puede viajar
sino que, se cansó de morir conquistó su
verdad y se fue para no volver y se hizo grande de amor y llegó el amanecer y
siguió amaneciendo que se convierte en una canción compacta.
Guitarras rotas tema agarrador,
rápido, instrumental donde los tres músicos muestras la complejidad de la
creación, donde cada uno es notorio que la disfrutan, al cabalgar con las
pausas y movimientos rápidos para mantener el pulso de la canción.
Sin mis zapatos aquí el deseo de
caminar descalzo lejos del signo de los aptos evidencia una canción algo más
rápida, roquera donde vemos como
En
realidad, estas canciones pueden considerarse una antología precisa donde se
expresan sus caminos, tanteos, búsquedas y utopías donde el desamor merodea presente,
donde la inutilidad imprime su sello, y que expresan lo expresable, ellos
poseen talento.
En
manos de La Colina Blues, Andrés Ríos, Camilo Gómez y Emerson Barrio, sus blues tienden a ser música de indagación, con
profundas huellas de la exaltación de sus creadores y con el vértigo del camino
que poco a poco desbrozarán, lo que llamamos el momento mágico que apela a la
creación para dar estas bellas canciones.
El
camino comienza y la persistencia les traerá sorpresas y otras hermosas
canciones que conseguirán con pasión y
talento, brillantes en sus tres músicos, así La Colina Blues. Daniela Arbeláez,
su manager, debe guiarlos lejos de caminos azarosos.
Que intersante la Colina y sus canciones, deberian ser mas conocidos. Super, felicitaciones
ResponderEliminarHMMMMMMMMM, DE DONDE SALIERON ESTOS MUCHACHOS, QUE BUENOS MUSICOS, EN DONDE SE LOCALIZA.? MUY BIEN BLUESEROS. LA BUENA
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