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Enrique
Pilozo
Víctor
Bustamante
Días
de agosto en el 20 Encuentro Nacional de Escritores y Críticos de Cine en
Pereira, Enrique Pilozo presenta durante el evento algunos cortometrajes que ha
dirigido; unos con una visión muy personal del mundo, como corresponde a un
artista. Allí vemos cómo dirige, en algunos revelándose como un actor, vemos
los ángulos, las tomas creativas, y es que pensamos que es también un gran cineasta
sin escuela, y, es entonces, cuando se revela su talento, ya que es un cineasta
de pura intuición, o sea, aún más creativo lejos de cualquier escuela, lo cual
nos indica que Pilozo, es aún más piloso como decimos en Colombia, su creatividad
también la lleva al límite al actuar y
al dirigir y al decirnos sobre un concepción del mundo, lo cual es visible en
los videos que hemos visto, pero hay una obra, que es todo un documento sobre
los caricaturistas de Latinoamérica, Los dibujantes, allí observamos entre otros a
Vernet, a Ferro, al iconoclasta Rius, al
entrañable Tabaré admirado hace tanto, donde
Pilozo les hace un homenaje al mostrarlos en su mundo personal, al contarnos
sus gustos, al salir d sus dibujos, para decirnos la urgencia de lo que es crear
una caricatura que sea punzante en su momento, que arrincone y anide cierta perspectiva
de su creador al tensionar la situación que vive al dibujarla. Cada uno de
ellos posee un trazo muy personal que permite diferenciarlos de los demás
caricaturistas, y, así mismo, les permite arrebatar un trozo de realidad al momento
en que viven que le llama la atención; por eso este documental posee esta
diversidad, este apreciable aporte de mostrarnos en diferentes países un arte
que persiste desde los periódicos y revistas y de la guillotina del día a día y
que expresa, no solo el momento que se critica sino que es el efluvio de cada
uno de sus creadores.
Algo
es cierto, el caricaturista es una persona muy solitaria, a él nada se le puede
escapar, debe ser incisivo, algo cínico, muy duro; características que molestan
al establecimiento en su conjunto, ya que la caricatura que no produce risa,
que no punza, no cuestiona, pasa de largo. Ese tipo de reflexiones les causa
mucha incomodidad a quienes mienten en las esferas públicas. De ahí que el caricaturista
con su ojo avizor, de un plumazo en una sola viñeta desbarata cualquier
discurso, pone en tela de juicio un momento determinado y lo resquebraja
mientras los que justifican algo no saben qué discurso emplear. De ahí que el caricaturista
sea un lobo solitario.
Pero
ahora pensemos a Enrique Pilozo, él ha construido ese mundo propio que busca
cada artista que no sale frecuentemente fácil, sino que se edifica en los misteriosos apartamientos solitarios de
la búsqueda personal, que tienen algo de sagrado y algo de suplicio, ya que
desde sus manos surgen las más extrañas ideas que se plasmarán en sus dibujos
con los insólitos ardides y deidades que lo habitan, uno de ellos, ese doble sentido
de lo erótico que de una nos sacude, y que con su trazo tan personal que lo
define, así como define a cada dibujante con su lenguaje que es la conquista de
su mundo, esa llave a partir de la cual puede expresar sus diatribas, su generosidad,
aquellas incisiones necesarias, todas ellas cobijadas por esa risa que le debe surgir
cuando las elabora que sugieren un mundo
independiente, cuestionador, ávido de alejarse
de la barbarie, que antepone la razón y la risa para huir de esa vida cotidiana
que atrapa con el consentimiento de pensar que ahí no reside nada sino la comodidad.
De esa comodidad nos saca Pilozo.
Lúcido,
en los campos que frecuenta, el cine, la caricatura y la actuación Enrique Pilozo
probablemente indagará en otro campo que lo posee, donde proseguirá para explicar
todo aquello que ser debe responder en esa combinación que es la summa de sus diversas
artes como una mezcla donde se convoca su fuego creador y su generosidad, ya que él necesita de ellas
para expresarse.
En
este diálogo breve Pilozo nos comparte algo de su mundo, solo faltó haber
indagado esa experiencia de saber que posee una profesión que lo apresa, lo
agarra, a lo mejor lo aleja de la vida normal de la cual él huye con sus artes, técnico
psiquiátrico. No me lo imagino en consulta con algunos desquiciados, agenciado
drogas fuertes o en consulta en una labor más que humanitaria, y menos aprisionando
locos, sino en el acto más sublime: en su estudio ideando alguna caricatura o
un guion para uno de sus cortometrajes. Así Enrique Pilozo
ESTIMADO AMIGO Y HERMANO, UNA EMOCIÓN MUY GRANDE VER TU ENTREVISTA, ERE UN GRANDE, Y PARA MI SIEMPRE SERAS UN GENIO EN TU TRABAJO, FELICIDADES Y UN HONOR SER TU AMIGO Y HERMANO.
ResponderEliminarLO MAXIMO!! DEFINITIVAMENTE UN GENIO EN EL ARTE.
ResponderEliminarMUY TALENTOSO Y UN SER HUMANO INTACHABLE.