Poemas
de
Claudia Helena Chaverra
Brand
EL TRABAJO
Quiero amarte sin agendas,
sin reloj, sin celular;
citas sin minutero.
No quiero competir
con tu Internet
ni con tus lecturas sin cobijo.
Deja esa manía
de tanto trabajo…
te espero
para entretejer momentos
con nuestras piernas…
…..
JOSEPHINE BARKER
Nota de
sol envuelve tu carne de ébano
que se
agita con los tambores de tu esencia,
evocación
de Zimbawe, gritos de cimarrones,
barcos
cargueros de negros y negras sudorosas,
cadenas aprisionando
el Alem,
esclava en
una tierra donde el águila anida;
son los
ancestros de tu alma cantarina.
Reproduces
los rumores del corazón de la manigua,
de la voz
entrecortada ahogada por grilletes,
los
lanzas al viento para que las ánimas negras
puedan
por fin quejarse sin miedo,
cantar la
tristeza de una África amorrada.
¡Danza, Venus
Negra, con tus pies alados,
alcanza
el sol de los venados
y que tu estirpe
libere las diosas de tus leyendas!.
…
GIOCONDA BELLI
Volcanes
escupen a una ciudad sin luz,
palabras
temblorosas, rictus de piedra,
una
madre, su hija, esposo, se agazapan.
El miedo,
poco a poco se va evaporando;
los
nimbos toman trazos de esperanza,
renace
Gioconda erotizando las palabras.
Musita
con Erato la condición femenina,
vuela con
Cupido por todos los intersticios,
habla de
nuestros cantos y desencantos.
Habita
las cavernas de nuestros cuerpos,
otorga
voz a nuestros vientres amorrados,
canteras
de lluvia, de heredad, de fuego.
Orgía
donde los libros se tornan hombres
y te
fecundan con un esperma especial
donde las
semillas danzan con las letras.
Enlaza tu
selvática y endrina cabellera
con la
pañoleta “rabo de gallo” de Sandino;
desátala
cuando América ría a carcajadas
y su eco se expanda por las abandonadas trincheras.
…
AMANTE
Cómo
encadenarte si amas
con vertientes
desplegadas,
cómo atarte
con canutillos,
con raíces,
si amas el abismo.
Jugamos
veloces con Eros,
sin
eslabones, apasionados,
en
cavernas, en escondrijos.
Alargo los
alientos robados,
suavizo
los pliegues rosados,
estelas
de flujos y sudores
dejados
en la etérea sábana.
Hoy es el
fin de nuestro festejo,
hay anillos
de atardeceres,
sólo una
frase “¡quizás vuelva!”.
Esperaré
en el balcón, hilando,
como
Penélope a Ulises,
tejiendo,
destejiendo, tejiendo,
¿pero... cómo
hilar y deshilar
lo que efímeramente fue mío?.
Es mejor
invocar a Tánatos
para
despojar de mi espectro
tus
vestigios de dedos fálicos.
Evocar tu
voz, tu imagen
sin
documentos o apellidos,
sin
esperar tú falaz regreso.
….
U. DE A.
1987
Hace más
de veinte espacios
se
pintaban grafitis fosforescentes
con
consignas como:
“ANTE LA OSCURIDAD
SÉ LA LUZ
QUE SE ATREVE”
ojos
pícaros, poemas pequeños,
comparsas
alegres donde danzaban
las
mariposas amarillas
de
Mauricio Babilonia,
junto a
las polleras
coloreadas
de esperanza.
Los
universitarios idealizábamos un país
donde las
nubes eran de algodón almibarado,
el maná
era alimento para todos,
los
ángeles aprobaban con un guiño.
Los seres
alados descendieron,
poco a
poco fueron desplumados,
calzaron
botas en vez de sandalias,
se
convirtieron en demonios
de
sofisticados tridentes.
La fuente
de energía, de vida,
los
corredores, los cuadernos,
las
crisálidas,
todo fue
salpicado con la sangre
de
tantos, tantas que se quedaron
en la
memoria agazapados...
A todos
los que nos tocó ver cambiar
el
celeste del cielo por nubarrones de linfas,
nos
marcaron el alma con hierro candente
los
números uno, nueve, ocho, siete.
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