Poemas de
Nadia Bej
APOCALÍPSIS
El
día pálido y esbelto
se
ahoga en neblina
la
lluvia amenazante seguirá.
Alameda
adornada
por
la negra sombrilla
dónde
cada minúsculo movimiento
destruye
el hábitat de los gusanos.
Los
ruiseñores no cantan
en
el césped ya no las mariposas
ni
es transparente la mañana.
Se
desvanece el esplendor
lo
hace como la existencia
se
marchita como las gardenias.
Nadie
grita ni corre
nadie
sangra ni adolece
ningún
humano se asombra.
El
ruido urbano
ensordece
todo el auxilio
el
dolor diario ya no mata.
Mientras
las memorias vienen
veo
como la vida continúa
y
la soga comienza a tocar mi cuello.
Hoy será el apocalípsis.
...
..
VISIÓN
Tengo
aspiraciones de joven, pues eso es lo que soy
un
alma nueva que es tóxica piel se seda infestada de polillas.
Consideraciones
inexpertas aferradas a mis huesos
desde
que florece en mi útero la soberana dicha de ser mujer.
Argumentos
noctámbulos martillan la prudencia
y
ofrecen satisfacción a mi enorme ego.
El
único quehacer es existir y no tiene ni color, ni utilidad, ni utilería
Sin ropajes o apariencias desnudo mi género desde el
interior.
...
...
LEJOS
Estaré
en la pútrida urbe
dónde
existe más humo que oxígeno,
ahí
en dónde las carreteras son infinitas
son
desiertas y huelen a muerte.
Atravesaré
los caminos llenos de maldad
dónde
los árboles ya no existen
y
el suelo da paso a los escombros.
Estaré
en ese lugar dónde nada me impresione
ni
los altos puentes que son morada de los viajeros
tampoco
las cucarachas en vaivén.
En
ese lugar no sonríe la gente
por
sus carencias y preocupaciones,
los
niños sucios que habitan en las periferias
prefieren
laborar a seguir con sus juegos.
No
miraré los ojos de nadie
pues
todos se esquivan con temor
la
ciudad es movimiento
y
yo, permanezco estable.
..
..
DOCE EN PUNTO
El
tiempo se dedica a romper historias
hace
librerías de añoranzas
criando
larvas en su interior.
Está
en mi habitación
me
da sexo salvaje
como
la puta mejor pagada.
Se
burla y se fuma un cigarrillo
viste
de nuevo sus numéricos ropajes
y
en desquicio permanezco cuando se aleja de mi cama.
Viene
y se va
respira
fuerte, devora fuego
para
exhalar después preciosas flores.
Lo
percibo y lo olfateo
Tiene
olor a frescura
Pero mañana, el tiempo habrá de oler a muerte.
La dicha de leer exquisitos versos de dicha señorita es insaciable.
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