Gonzalo Arango escribirá algunas cartas esta noche

.
.

.
.

 

Gonzalo Arango

Andes 18 de enero 1931-Tocancipá 27 de septiembre 1976

...

...

...

 

Gonzalo Arango escribirá algunas cartas esta noche

Víctor Bustamante

 

Atrás han quedado las ciudades que habitó como buen peregrino que no sabe dónde ir pero sí sabe que donde vaya lo acogen

Así como lo oímos cada que leemos sus manifiestos y poemas

Sí, Gonzalo Arango fue un flaneur que transitó y ocupó Medellín que recorrió peldaño a peldaño / calle a calle/ acera en acera/ trago de vino en trago de vino con su sobretodo negro que lo protegía como una coraza,

/ alado alumno de Poe/

Que va caminando por las calles del Centro iluminadas por un haz de fuego que es su halo de luz interior

O cuando en Guayaquil a conversa con mujeres de la noche

Porque sospecha que las putas y los poetas son personas que se abren al mejor postor

Así como el poeta solo quiere que sus libros se abran para todas las personas, las putas se abren por dinero

Esquina de Junín con Caracas donde él se ha convertido en el acido de una generación y entrevió algunos mensajes que aun nos sacuden

Gonzalo Arango en Barranquilla sorprendido por el amanecer en los suburbios mientras lee a San Juan de la Cruz

Gonzalo en Bogotá ha abierto una caja de lustrabotas para sacar un rollo de papel higiénico donde ha escrito su manifiesto para  leerlo como si fuera un galope genial de la imaginación

Gonzalo en la isla de San Andrés tirado en la arena escuchando el rumor de las palabras cuando el azul lo ha aplastado con su belleza y con el sexo de una mujer que lo ha recobrado para la mística del trópico

También Gonzalo en Villa de Leyva cristalizando el amor a Angelita cuando ella le canta canciones y lo volvía el místico del sexo

Porque desde su unión Gonzalo ya no sería Gonzalo

Sí, Gonzalo en esas calles de diversas ciudades que son solo una calle

Cuando entre el exceso de tinto y de cigarrillo

Deja a todos sin nadie darse cuando porque su cara presencia está ahí en todas partes

Y sabemos que va a hundirse en el tecleteo casi musical de su máquina de escribir

Porque es la hora de las cartas, una de sus pasiones

Cartas a la redacción de los periodísticos preguntando por qué no le han publicado un cuento o un poema a un amigo suyo

Cartas de afecto a sus familiares donde él se desnuda y se cree un profeta

Cartas a cada una de sus mujeres donde será el casanova pausado y el sátiro no de los bosques sino de una cruzada que lo cruza

También habrá cartas de felicidad a sus compañeros de la nada

Esa banda que nunca tocó las guitarras ni ejecutaron una batería pero sí fue una banda que sacudió a ese país engrosado en las listas del que no pasa nada ni nunca pasará nada como si la eterna tristeza del indio se cristalizara en la eterna melancolía de los transeúntes

Sí,

Gonzalo esta noche escribirá cartas hasta el amanecer para cada uno de sus amigos preferidos recordándoles el deber de ser contemporáneos

Ahí está ese Gonzalo que desangra cuando le escribe a personas reales lejos de sus novelas o poemas donde cambia los nombres

Gonzalo escribe cartas ebrio de felicidad y un amor correcto a sus amigos

Miles de cartas para que una generación se dé cuenta de sus blasfemias, de sus manifiestos pero también de la probidad y de esa conclusión de que el amor en Gonzalo no era una impostura metafísica sino la realidad de su ser.

Gonzalo siempre aquí en nosotros con otros rostros en este tríptico de Medellín que lo recobra,