Final de año
Víctor Bustamante
Ah, otra vez el final de año
una suerte de guerra personal trazada con inventario siempre en rojo.
Cómo lloramos por las instantes que tienen que irse,
cómo bebemos por las personas que se fueron, como si este año no tuviera también que irse.
Cómo denigramos por lo dejado de realizar.
((Criaturas de doble sentido y ambición añoramos y en el momento de realizar las buenas ofrendas y los buenos actos nos mata el egoísmo))
y es que caemos en cuenta que nunca cambiaremos.
Seguiremos siendo malvados, mentirosos,
egoístas y un poco ladrones y bastante haraganes, y, sobre todo, malos poetas.
Eso, criaturas llenas de remordimiento.
¿Qué diferencia existe entre el último día del año pasado y el primer día del año nuevo?
¿Acaso los faroles no espían sin cambiar su rostro mientras apuramos el mismo trago de la noche anterior?
¿Acaso las lluvias van a ser más dulces
y las noches más serenas sin caer en cuenta que prístinos pisamos las mismas arenas del espacio y del tiempo?
¿Acaso no vemos las calles vacías porque avaros hombres y mujeres se encierran a mascullar: el ejercicio de un dios?
¿No es acaso un día igual a otro día que deshilvana nuestros pasos en la terrible liturgia de sus instantes que caen sobre el polvo de las palabras?
Hemos medido el universo y sus objetos,
las distancias de los viajes con la luz, las estaturas, la cantidad de dinero depositado en el banco,
el aceite al auto, cuánto gastamos de agua y energía y teléfono.
Medimos la sombra que proyectan las estatuas sobre los parques
Pero nunca cambiamos
esa es nuestra materia más deleznable
Anhelamos un final de semana, un final de hora, un final de día, un final de año,
un final de siglo, un final de milenio, de era para mostrar nuestras babas más sublimes.
La única certeza es que somos inmutables:
violentos, mentirosos y haraganes.
Pero nos gusta cambiar de calendario porque un año es demasiado largo y aburren
las mismas fechas.
Desbocados
seguimos bañándonos en ese río de Heráclito que es el tiempo con las mismas sombras de las calles anónimas y tumultuosas.
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Final de año con canciones estúpidas y falsas conmemoraciones, lágrimas vivas.
Desde la mañana de este anónimo 31 pesan y pasan los segundos, los minutos
esperando que suene la última campanada en la esfera de esta noche,
Para empezar las evasivas buenas intenciones por cambiar.
¿Cambiar?
Los juegos artificiales golpean el domo del cielo y reverberan su ripio de estrellas
los cláxones saludan con virulencia cuando faltan cinco minutos:
Luego es el silencio en las radios y en los teles
Silencio porque ya estallaron la pólvora y las lágrimas sobre las huellas sucias de nuestras vidas.
A las dos horas hemos olvidado que ilusoriamente pisaremos la otra playa de otro año cuando en verdad estamos en la misma playa del mismo día de la misma noche.
Nada cambia
Una fecha es apenas una medida.
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Pero antes de pasar este pasaje de la ilusoria última noche con el peso de nuestras historias
He salido para saludar a mi vieja ciudad
abandonada hoy después de las seis de la tarde
Los habitantes que no se han ido a veranear
van de afán, cargados de licores, con miedo de que los sorprenda en las calles el eterno río de esta noche
sin un taxi que los lleve a casa,
El comercio cierra,
las cafeterías también cierran temprano
Las putas también cierran su yo para llorar con lágrima intensa por su adrenalina
las iglesias que se han adueñado de la eternidad del tiempo ofrendan sus promesas entre nubes de incienso místico.
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En una acera detrás del Hotel Nutibara un desechable atenazado por el acido se empeña en arreglar un enorme y dorado reloj de muro encontrado en la basura porque a lo mejor quiere
escuchar esas 12 letales campanadas
bajo el frío mercurial de un puente.
No encuentro a ningún amigo en Versalles
Me voy para La Huerta a mirar con cara de sonámbulo
y a beber con cara de sonámbulo.
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Al otro día perdidos en la playa de un ilusorio nuevo día/
Desolados/
creemos que la vida comienza
cuando ávidos de ceremonias seguimos igual este 1 de enero de cualquier año
No realizo contabilidades
he perdido mi infierno mi eternidad
Nada soy en la espesa piedra de esta noche
Nada debo
Sé que no espero nada de mi aventura
Ni de los arquetipos del tarot
Escucho los mismos pájaros romper la mañana mientras los sacuden cuerdas de electricidad,
algún petardo parte la mañana
Pero no es por la celebración del año nuevo
sino del mismo año que es toda la vida
y el camino furtivo hacia la muerte
………….
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Gracias poeta, siempre nos sorprende cada texto tuya
ResponderEliminarAbraxos
Cariño muchas gracias y que este año el neonadaismo este siempre atento. Besitos
ResponderEliminarBueno así hay que mantener el pulso abrazos y felicudades
ResponderEliminarconvencido
"Seguiremos siendo malvados, mentirosos,
ResponderEliminaregoístas y un poco ladrones y bastante haraganes, y, sobre todo, malos poetas".
Víctor Bustamante
Hombre Víctor, sigues empeñado en tu condición rastrera.
Así no te deseo Feliz Año.
Malvados, mentiroso,
ResponderEliminaregoísta, ladrón y mal poeta". Nunca cambies.
Si los versos rimados no son poéticos
ResponderEliminarno pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que viva la rima
Si los sonetos no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los sonetos
Si los poemas malos no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los poemas malos
Si los poemas llenos de adjetivos no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los adjetivos en los poemas
Si los poemas cursis no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesia está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los poemas cursis
Si los poemas políticamente incorrectos no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los poemas políticamente incorrectos
Si los versos repetidos no son poéticos
no pueden ser otra cosa que anti-poéticos
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que vivan los versos repetidos
Si este poema no es poético
no puede ser otra cosa que anti-poético
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que viva este poema
Si la anti-poesía no es poesia
no puede ser otra cosa que anti-poesía
y como la anti-poesía está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que viva la anti-poesía
Si la poesía es poesía
no puede ser otra cosa que poesía
y como la poesía ya no está de moda
con eso del Cervantes a Nicanor
pues entonces que muera la poesía
Finalmente es el desdeo de todo falso poeta: "que muera la poesía" que no ha podido merecer ni alcanzar en su infinuita mezquindad y arribismo.
ResponderEliminarVerbo sin gracia: Alvaraco, El Hamaquero y Vitorio B.
Hablando del ganador del Cervantes, me topé con un excelente poema que aquí les presento:
ResponderEliminarLa Poesía Terminó Conmigo
Yo no digo que ponga fin a nada
no me hago ilusiones al respecto
yo quería seguir poetizando
pero se terminó la inspiración.
La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal.
Qué gano con decir
yo me he portado bien
la poesía se ha portado mal
cuando saben que yo soy el culpable.
¡Está bien que me pase por imbécil!
La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal
la poesía terminó conmigo.
Viva la Cordillera de Los Andes
Tengo unas ganas locas de gritar
viva la Cordillera de los Andes
muera la Cordillera de la Costa.
La razón ni siquiera la sospecho
pero no puedo más:
¡Viva la Cordillera de los Andes!
¡Muera la Cordillera de la Costa!
Hace cuarenta años
que quería romper el horizonte,
ir más allá de mis propias narices,
pero no me atrevía.
Ahora no señores
se terminaron las contemplaciones:
¡Viva la Cordillera de los Andes!
¡Muera la Cordillera de la Costa!
¿Oyeron lo que dije?
¡Se terminaron las contemplaciones!
¡Viva la Cordillera de los Andes!
¡Muera la Cordillera de la Costa!
Claro que no respondo
si se me cortan las cuerdas vocales
(en un caso como éste
es bastante probable que se corten)
bueno, si se me cortan
quiere decir que no tengo remedio
que se perdió la última esperanza.
Yo soy un mercader
indiferente a las puestas de sol
un profesor de pantalones verdes
que se deshace en gotas de rocío
un pequeño burgués es lo que soy
¡qué me importan a mí los arreboles!
Sin embargo me subo a los balcones
para gritar a todo lo que doy
¡Viva la Cordillera de los Andes!
¡¡Muera la Cordillera de la Costa!!
Perdonadme si pierdo la razón
en el jardín de la naturaleza
pero debo gritar hasta morir
¡¡Viva la Cordillera de los Andes!!
¡¡¡Muera la Cordillera de la Costa!!!
Este de Nicanor está mejor. De paso los invito a que se pasen por la muestra de los estudiantes de plásticas de la U.de A. en la Cámara de Comercio de Medellín sede centro (Alfabetos). Estará colgada hasta el 20 de enero. !Feliz 2012!
ResponderEliminarADVERTENCIA AL LECTOR
El autor no responde de las molestias que puedan ocasionar sus escritos:
Aunque le pese.
El lector tendrá que darse siempre por satisfecho.
Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado,
Después de haber reducido a polvo el dogma de la Santísima Trinidad
¿Respondió acaso de su herejía?
Y si llegó a responder, ¡cómo lo hizo!
¡En qué forma descabellada!
¡Basándose en qué cúmulo de contradicciones!
Según los doctores de la ley este libro no debiera publicarse:
La palabra arco iris no aparece en él en ninguna parte,
Menos aún la palabra dolor,
La palabra torcuato.
Sillas y mesas sí que figuran a granel,
¡Ataúdes!, ¡útiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos.
Los mortales que hayan leído el Tractatus de Wittgenstein
Pueden darse con una piedra en el pecho
Porque es una obra difícil de conseguir:
Pero el Círculo de Viena se disolvió hace años,
Sus miembros se dispersaron sin dejar huella
Y yo he decidido declarar la guerra a los cavalieri della luna.
Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
"¡Las risas de este libro son falsas!", argumentarán mis detractores
"Sus lágrimas, ¡artificiales!"
"En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza"
"Se patalea como un niño de pecho"
"El autor se da a entender a estornudos"
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto.
"¿A qué molestar al público entonces?", se preguntarán los amigos lectores:
"Si el propio autor empieza por desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!"
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.
Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres.
(Cada pájaro era un verdadero cementerio volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas en la cabeza de los señores lectores!
DEFINITIVAMENTE
ResponderEliminarVvÍCTOR ESTÁS CAGAO Y TE CAGÓ LA BRUJA DE LA MEDIOCRIDAD
CONSULTANDO LOS ORÁCULOS SE VISUALIZA UN AÑO NEFASTO PARA ESTE BLOG POR SU MALA LECHE Y POR LA BASURA QUE SE PUBLICA
Victor la basura mas cara de la peosia ya sabes donde esta, en el folcor de los qeu viven de ella y se gastan el presuepsuto municipal
ResponderEliminarjijiji