Letra de John Harold Dávila
Víctor Bustamante
En el presente libro, Letra, Harold escribe reflexiones sobre el mundo que lo circunda. No sé si son piezas autónomas, en el sentido, que después volverá canciones. No, ellas están ahí, a la espera de que su autor las modele para que la música sea aquella que sólo habitan las palabras, sus palabras.
Son poemas breves con todo el peso especifico donde Harold reflexiona sobre ese Medellín vuelto trizas y masacrado interiormente por los fenómenos económicos y esa ruina moral que apareja, pero también aquí hay un Harold muy personal, aquel que no deja pasar de lado la vida cotidiana que lo subsume y lo obliga a reflexionar tal vez en una mañana de silencio o en la en la voracidad de ls noche
Letra es el segundo paso, la otra puerta que Harold nos abre hacia su mundo. Es conocerlo más de cerca, es saber que su pulso creativo está fresco, y digno para enfrentar ese lento proceso de la creación y de saber que su presencia es grata.
Un libro de poemas es un mensaje que el poeta envía para que lo celebremos con sus vivencias, el interrogante perenne del mundo que lo precisa y la fugacidad del amor que se cuela y se le desprende con ese animo sin concesiones.
Crítico e irreverente, pero con la ternura digna de un poeta, Harold es férreo en su creación, pero al mismo tiempo aborda lo cercano con la premura de lo que no quiere se que diluya en las cenizas de la indiferencia que tanto nos permea.
Letra no es una vanidad sino su presencia, de saber que está ahí a nuestro lado, tan insospechable, con su talento, con su ademán de la amistad; aquella que no se enturbia, que es presencia y caminadas alrededor de las mismas cuadras del barrio Estadio donde tantos sueños hemos realizado antes que las cenizas del oprobio calcinen las bellas utopías. Ah, dije utopías.
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Poemas de Harold Dávila
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Letra
Pasa el agua por el rio
Nunca es la misma palabra
Nunca es el mismo asesino asediando
Pululan las putas de la muerte
En este cementerio de cobardes
Asesinando al humilde
Al que siembra la tierra
Al que da de comer al perezoso
La letra se tatúa
Cual memoria con mala tinta
Que engaña al tuerto que manda
En la parroquia del subdesarrollo
Resistencia en tiempos del hambre
Dependencia de las independencias
Mudos los súbditos
Invitaciones de guerras perdidas
Hasta aquí
Llegan los burócratas internacionales
Con sus grandes salarios
A mofarse de las bajezas del bárbaro
Sordos que bailan al son que les toquen
Bufones cómplices del régimen
Que no son ciegos pero nunca ven nada
Suena la música falta la letra
Que cuente los momentos
En que nos traiciona
La conciencia colectiva
Del consumo de lo inútil
De la escoba que empuja bajo los tapetes
La mierda ensangrentada del jinete veloz
Que con su espada a guillotina
Los sumisos presos
Que se engordan con cinismo
Del erario público
Posando de salvadores de la patria
Oh! Señores de la guerra
Doctor muerte sigues taconeando
En el baile de las miserias
Con tus embajadores
Y funcionarios de despacho
Letra con sangre entra
La palabra contada también puede cantarse
Letra con sangre entra.
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Sin Lupa
IMPUNIDAD ES
EL APELLIDO DE
LA
SEÑORA COLOMBIA.
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Masacre
El niño que viste a su padre muerto
Tendido en el patio de la casa
Después de su único baño funerario.
No hay lágrimas
Solo un ballet
Lento y silencioso de Amor
Como quien arropa a su propio hijo.
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Después de la Lluvia de la Tarde.
Buscando un fantasma
Entre los locos del centro
Nunca aparece el rostro
Que lleva la nariz del viejo
Y los ojos azules de la abuela.
Ningún apellido
Coincide con el mió
En ningún hospital
En ninguna morgue.
Ninguna sangre permanece en el asfalto
Después de la lluvia de la tarde.
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Sicarios
Galopan por el Campus
Exhibiendo sus espadas
Aún hay rojo
De la caza de brujas
El señor de la parcela calla.
Elude contradictoriamente con palabras.
La historia oficial
No cuadra
Hubo demasiados testigos
Aún así,
Todos callan.
Príncipes de una venganza interior
Capaz de condenarnos
Como ignorancia
Como veletas repetimos
Y el amor nos degüella
Repetidos, repetidos, repetidos
Sin huella.
este blog se volvió mamerto
ResponderEliminarque viva el partido comunista de colombia!
Hay que devolverle a la palabra toda su funcion turbulenta y agresiva, entre tierna y salvaje, amable y peligrosa.
ResponderEliminarHarol nos asuta con su poesia. Uno no sabe si es de izquirda o para asustar a los mamertos e Medellin con su cofradia.
ResponderEliminarLa bunea parcerito, poeta de las entrañas de la tierra de la violencia y de los odios. Nos acerca tu ternura y tu responsabilidad.
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