Orión
Andrea Ruiz
uno solo puede nombrar lo
que conoce y por eso me alejé, porque yo no supe entender y no conocía a su
Orión, el siempre hablaba de ella de un camino de estrellas y yo no visualizaba
lo que decía en mi imaginación, yo,
mientras él hablaba,
veía las balas dibujar sus
propias órbitas.
Veía las linternas cegar la
noche,
como si buscaran apagarla
del todo. Pensé en el humo,
en los techos bajos,
en las botas entrando sin
pedir permiso, pensé en el frío del piso
y en los gritos que no eran
nuestros
pero nos dolían igual. Yo no
supe entender su Orión porque no lo conocía
Él hablaba de mitología,
de guerreros celestes y
cazadores divinos,
de noches claras y promesas
en el cielo.
Él me hablaba del cielo. Yo
le respondía desde el fuego. Y no es su culpa.
Ni la mía.
Es la herida. Esa que si no
se cierra
se vuelve ojo, lente,
cicatriz que filtra la luz
y transforma el amor en
amenaza,
la ternura en sospecha. No
iba a funcionar yo ando atenta precavida, valiente en todo, y aterrada de la
vida y
el solo hablaba de Orión la constelación y yo solo conocía a Orión la
operación.
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