Francisco Jaramillo Medina |
Francisco Jaramillo Medina,
Un poeta que, a comienzo del
siglo XX, fustiga la violencia del progreso
Adonaís Jaramillo
“Progresar es violar”
Por allá por la segunda
década del siglo pasado cuando la SMP de Medellín representaba una instancia
de poder para orientar el destino de la
ciudad, Ricardo Olano, su oficiante
mayor, quiso abanderar la subjetividad en boga de la época con su
revista PROGRESO, que era el nombre con
el que agitaba el nuevo mito, todo un
imaginario inscrito en ese
sentimiento occidental de entonces que afirmaba la mejora continua del hombre y
de las cosas por el efecto de su intervención sobre el mundo; tema que
se convirtió en la Villa de La
Candelaria de entonces en una obsesión.
Este relato, -referente de la modernidad-, era
agenciado por Ricardo Olano, máximo representante de la nueva ciudad,
quien había nacido en Yolombó (fue
par de Tomás Carrasquilla, en la
tertulia que tenía su sede en la vecina población de Santo Domingo);
había amasado allí parte de la fortuna como minero y luego se hizo comerciante
próspero, lo que le permitió viajar y graduarse de arquitecto en la universidad
del mundo, y en esos viajes, por la
Europa finisecular, que estrenaba la máquina y la revolución industrial,
dándole paso al capitalismo, colmó su
ideario para implantarlo en la Villa, “evangelizando” con su buena nueva a sus
paisanos, “gente local y chata y roma” con este arrollador cuento.
Y en Medellín, centro de su
accionar urbanista y urbanizador, donde la SMP daba las pautas privadas con
efecto político para ordenarla, - no le quedaba difícil hacerlo-, pues era en
verdad político sin que se notara, por su reputación de hombre cívico, y por su
recorrido y conocimientos, no encontró muchos oponentes. Salvo los poetas.
¿Quién era el osado que se
atrevía a desafiar el dispositivo de poder que inauguraba Ricardo Olano y le
pusiera un contrapunto a su publicación? Con las armas del alma, un poeta de
provincia de nombre Francisco Jaramillo Medina quien había nacido en Angostura
en 1884, se le midió al reto.
Un año menor que Miguel
Ángel Osorio (Barba Jacob), con quien compartió la escuelita del maestro
Cornelio en esa aldea minera, donde crecieron juntos entre el fuego del Padre
Marianito y la biblioteca de don Alejandro Vélez que mezclaba ilustrados con
cataratas de versos de Zorrilla y de Campoamor, y que les abrió al mundo.
Esos muchachos románticos se
dispersaron de su aldea en los primeros años del siglo, y los dos –los más
notables- no volvieron a verse.
Miguel Ángel (que en 1906
enterró su nombre de pila para encontrar en el de Ricardo Arenales que adoptaba
al comienzo de su errancia y creación, recogiendo en él su sentimiento de los
amigos y parajes de la infancia que dejaba, lo mantuvo hasta que en Guatemala,
por los años veinte, lo abandonó porque se confundía con el de un malhechor que
buscaban, por el de Porfirio Barba Jacob.
Ya el Ricardo Arenales instalado en Barranquilla por esos años de la huida, inauguraba la primera tertulia que tuvo lugar en esa ciudad con Leopoldo de la Rosa y José Félix Fuenmayor, entre otros, y desde allí, recordaba a Francisco Jaramillo, su compañero de la infancia y hermano de su primera novia, Teresita, esa que “… era como las teresitas, azul crepuscular…”
Y a él, desde ese puerto
distante, le dedicó un extenso poema de juventud, con temática igualmente romántica,
“las Tristezas del Camino”, que publicó en el periódico La Quincena de San
Salvador; un entrañable epígrafe, revela los lazos profundos que los unían desde
la escuela, sirve de dintel al poema.
“hasta los riscos
antioqueños y para el alma de F.Jaramillo Medina, vibradora como un cristal,
lejana como una constelación… alma de poema y de balada, de flor y de estrella,
de niño y de hombre…”
Jaramillo Medina, no tuvo el
alcance territorial de su camarada de la infancia Miguel Ángel Osorio, Barba
Jacob, “que vagó, sensual y pródigo por islas de su América…” ni su lírica que
aún resuena; aquél se afincó en Yarumal, centro por entonces de un importante
actividad cultural y económica que a la par con Santa Rosa de Osos, se
disputaba la preeminencia de la región del norte de Antioquia. Y allí
permaneció hasta su muerte, acaecida en plena juventud, a la edad de treinta y
cinco años, abatido por el tedio y la cafeína.
El spleen del fin de siglo, entre el fuego de Baudelaire, Nietzsche y
Rousseau, inflamaron su canto.
Y desde esta empinada sierra
donde está emplazado Yarumal, Jaramillo Medina afirmaba intensamente con sus
versos publicados en periódicos y revistas de la época, su talla de poeta, y
agitaba controversias por sus escritos, y horrorizaba con su Sulamita - un
poema erótico de impecable factura-, a las almas municipales; en este poema
sinfónico, vibra con la mujer que lo inspira, en un mano a mano con el Cantar
de los Cantares.
Era 1912, y el motor de la
ola capaz de transformar la ciudad en todos sus órdenes, Ricardo Olano, con el
dispositivo que alentaba, necesitaba un cantor que interpretara el momento. Y
lo encontró en el poeta F. Jaramillo Medina.
Y la necesidad de este
sello, de una épica, que requería Olano, parecía contenerla el poema PROGRESO
con el que concursó Francisco Jaramillo Medina, y que le valió del jurado las
palmas, en esa época cuando la poesía lo colmaba todo, y el héroe, no era el
traqueto y la estrella del futbol de ahora. El poema, conmovió al jurado, pero
no conjuró el PROGRESO. El futuro nos pertenece,
parecía predicar Olano. Y Jaramillo Medina, mezclando sentimientos expresaba:
“Delante de los pórticos divinos
Del
siglo XX. Poderoso, ileso,
Tras
de peregrinar por los caminos
De
todas las naciones y las eras:
Tal se yergue el PROGRESO,
Rayando
con su testa las esferas
Del
porvenir….
¿Qué
brazo titanida
De
arquitecto profundo
Comienza
a dar al mundo
¿La
forma de Palacio de la Vida?
Y Jaramillo Medina va desgranando sus versos para mostrarnos que toda la belleza del mundo, está amenazada, y así nos lo comunica, en detalle, como si le estuvieran desgarrando su alma con lo que intuye; versos que nos alcanzan ahora, con los desastres provocados, como si la poesía y la profecía se confundieran.
PROGRESAR ES VIOLAR. El indio, el monte,
La
cascada ululante, el bosque puro,
La
azul diafanidad del horizonte,
La
Fauna, el océano…todo eso
En
pro del vellocino del futuro,
Sufre
las violaciones del PROGRESO.
El monstruo, El Progreso,
como era la calificación que le daban los románticos a ese nuevo ethos que de
manera tan fiel lo expresaba e interpretaba F. Jaramillo Medina, encuentra en
este verso su clímax.
”
La selva se estremece: sordo ruido
Perfora
sus silencios milenarios
Aquí
tiembla una rama, y allá un nido
Cayó
sobre los rieles…”
Verso que mantiene su verdad, en el ahora.
Jaramillo Medina, intuyó que
EL PROGRESO mancillaba la tierra, y se quejaba porque ésta, la Tierra, no
reaccionaba. Y esa reacción no se podía medir en ese momento, como si ocurre
ahora.
“La
tierra irresponsable
Debiera
odiar al hombre;
Al
sátiro insaciable
Que a la luz de los astros la desnuda…”
PROGRESAR, ES VIOLAR, un eco
de su maestro Rousseau, que, a manera de ritornelo, busca calar hondo. Y su
canto profético lo logra.
Solitarios
Devotos
de la selva incorruptible:
La
civilización es luz terrible,
Pecho
sin corazón, potencia llena
De
una severidad que nada abate;
La
civilización es la serena
Máquina
que fusila en el combate.
Pero también sabe que esa
emergencia, no la puede detener, y un tanto resignado, se despacha al final
dándole la bienvenida
PROGRESAR
ES VIOLAR. Y sin embargo
¡Bien
venido a mi Patria, tú, el amargo
Violador
del paisaje rumoroso….
Bien
venido a mí Patria, tú ladrón
De
la joya inefable del reposo,
De
la paz de la vida,
De
la doncellez rebelde y santa
De
la Naturaleza estremecida…
Allí
donde tú planta
De
yankee el suelo toca
¿No
más la yerba crecerá?...
Y
entonces
¿Ha
de morir como la Fé, la loca
Poesía
Increada,
Al
sufrir la pisada
¿De
tu bota de bronce?
Ese poema, fue laureado en los “juegos florales” de 1912, y a F. Jaramillo Medina, se le coronó. Eran otros tiempos.
La obra de F. Jaramillo Medina está dispersa en las publicaciones de entonces, (apenas como para rescatistas de los poetas olvidados de la literatura temprana como el maestro Jorge Alberto Naranjo y Juan Luis Mejía) y existe un libro que recoge una selección de esos poemas, editado por la librería de Antonio J. Cano en 1936, y una obra de teatro “El Frio de la Gloria”, esa “que pesa como un opulento fardo”, que nos recordara Pessoa.
Jaramillo Medina, murió el
15 de febrero de 1919 en Yarumal, su ciudad.
PROGRESO
Poema Laureado en Medellín
en los Juegos Florales de 1912:Delante de los pórticos divinos
Del
siglo XX. Poderoso, ileso
Tras
de peregrinar por los caminos
De
todas las naciones y las eras:
Tal
se yergue el PROGRESO,
Rayando
con su testa las esferas
Del
porvenir... ¿Qué brazo titanida
De
arquitecto profundo/comienza a dar al mundo
¿La
forma de Palacio de la Vida?
Se abandona la Tierra, el hombre sube;
Y
para gloria del eterno Sabio,
Ubres
de claridad tendió la nube.
Tesoros
de sapiencia dijo el labio;
Y
prodigiosamente, en largo vuelo,
El
globo, cual la Fe, conquista el cielo...
La
selva se estremece: sordo ruido
Perfora
su silencio milenario; aquí tiembla una rama, y allá un nido
Cayó
sobre los rieles.../
Solitarios/devotos
de la selva incorruptible:
La
civilización es luz terrible,
Pecho
sin corazón, potencia llena
De
una severidad que nada abate;
La
civilización es la serena
Máquina
que fusila en el combate.
PROGRESAR ES VIOLAR. El
indio, el monte,
La
cascada ululante, el bosque puro,
La
azul diafanidad del horizonte,
La
Fauna, el océano...todo eso
En
pro del vellocino del futuro,
Sufre
las violaciones del PROGRESO
La
tierra irresponsable
Debiera odiar al hombre;
Al sátiro insaciable
Que
a la luz de los astros la desnuda,
Y
que apesta de máquinas ruidosas
Sus
cálidos vergeles
Mientras
ella, grandiosamente muda,
Deshoja,
como lágrimas, sus rosas
Sobre
las paralelas de los rieles...
Compañeros
queridos,
Amantes
de la Selva y del Pasado, de Grecia y de los nidos...
Mirad:
El Porvenir está cuajado
De
fraguas!...
Corazones
encendidos
En
todos los deseos:
Vosotros
con cabal sabiduría
Hubierais,
como el lírico de Theos
En
medio de la orgía
Y
ante la danza de las diosas locas,
Saboreando
el beso en los racimos
Y
el vino en la fragancia de las bocas!
PROGRESAR ES VIOLAR. Y sin
embargo ¿Bien venido a mi Patria, tú, el amargo
Violador
del paisaje rumoroso...
Bien
venido a mi Patria, tú ladrón/
De
la joya inefable del reposo,/
De
la paz de la vida,
Y
de la doncellez rebelde y santa
De
la Naturaleza estremecida...
Allí
donde tu planta/de yankee el suelo toca
¿No
más la yerba crecerá?...
Y
entonces
¿Ha
de morir, como la Fe, la loca
Poesía
Increada/al sufrir la pisada
De
tu bota de bronce!...
Niéguelo
Zarathustra ¿Dios existe!
Abierto
entre las noches `prodigiosas
El
ojo del Señor -la estrella-viste
De
dulce claridad las mudas cosas
Y
la conciencia yerta;
Por
eso toda estrella es una puerta de la Verdad...
La
mano del Señor bendice e prado,
Y
el prado, agrade decido,
Derrama
sus espigas por doquiera....
Cual
si la voz del Infinito oyera,
Ya
el trigo, arrodillado,
Se
siente, estremecido,
Carne
del Redentor Sacramentado...
Niéguelo
el eunuco! Anadiomena
Existe
para Grecia y para el Arte! Arte, Grecia! La lúbrica sirena
De
Chipre, con olor de rosa, vierte
Fiebre
divina en los prados
De
la vida y de la muerte...
Seguida
de la sonora
Cohorte
de los Pecados,
Avanza
la Vencedora, la gran Belleza que llora,
Con
su pajecillo -el beso-
Y
su espíritu -el Amor,
Oponiendo
siempre una flor
En
el ojal del PROGRESO.
Bien
venido a mí Patria, tú, el de pies
De
hierro para el valle florecido;
Bien
venido a mí Patria, tú el Burgués
De
las fraguas, del sórdido alarido; a pesar del paisaje silenciario,
De
la Belleza herida,
De
la trémula esencia de la Vida/y de mi corazón de visionario!. 1912
Y este soneto.
TEDIO
Ni
placer, ni dolor. Un tedio, un tedio,
Que
todo en mi camino lo enajena,
Un
desdén por el goce y por la pena,
Un
fastidio del mal y del remedio...
El
alma hecha cristal, absorta, en medio
De
un inconmensurable mar de arena.
Ni
un aura, ni un rumor, ni una azucena
En
el planeta desolado. Un tedio...
Rota
por los eternos vendavales
El
alma, como un tronco, en los cristales
De
la tierra y del tiempo se reclina...
Por
eso nada busco, nada espero.
¡Ya
de la vida al santo pebetero
No
aporta el corazón ni una resina!
SULAMITA
Las
mujeres del Arte.
¿Qué
valen junto a ti? ¿Qué Dulcinea,
Qué
Cloe, qué Beatriz, qué Margarita?
La
mujer en el Arte, es una idea;
En
la tierra, en la vida, es un baluarte
Del
corazón…
¡Oh
ardiente Sulamita,
La
de los labios únicos! Simula
Tu
mórbida belleza la redoma
En
que Amor sus tesoros acumula,
Y
cuando el fuego a tu pupila asoma
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