Poemas de Walter Benjamín
XVII
Inaugurar el mundo
con el día
camino del quiosco;
con la lluvia apacible
de este invierno
que, al caer, refresca
los olores
del jardín de las monjas,
límite en otro tiempo
de naranjales,
costado gris ahora
de una avenida urbana,
donde me acerco
a comprar los periódicos,
y aspiro el aire,
su beneficio.
Ante los cielos
me descubro
por gozar otra mañana;
hablar con el vendedor,
y saber que al regreso,
en el número cinco,
de la calle que ensancha,
la vida ha comenzado.
SOMBRA
Al recordar prefiero traer lo más
lejano,
aquello que al venir ilumina los
sueños,
y descubre que soy de otro tiempo la
sombra.
Días gozosos, porque nada en el cielo
es pasajero,
y yo miraba entonces el techo de los
campos,
los turnos de la luna, que ahora
traigo aquí,
tratando de hacer luz, en diferente
espacio,
con las cosas que son de tan dulce
memoria.
Vuelvo y vuelvo a lugares, evoco las
palabras,
el sentir jubiloso y la hermosura.
La vida que ya fue dará lustre a los
restos,
disfrazados de ayer, simuladores,
sin querer aceptar las cuentas
adelante,
y sin saber qué hacer con la viviente
sombra,
que apuesta su razón a este poema,
a la ciudad en que vive, a unos pocos
amigos,
y al amparo sereno de un amor.
Porque todo es distinto, y ya distante
el frescor de los cuerpos con su brío,
y esa luna feliz que nos amaba.
Somos en el declive una sospecha
para quienes son sueño y se resisten
a ver en nuestra sombra su futura
evidencia.
De Las palabras lo saben, 1993, Inédito
….
INSTANTÁNEA
Del brazo de mi padre por la avenida
airosa,
en busca del amigo, que al fin vimos
Era marzo con sol, y se acercó un
fotógrafo
dispuesto a detener aquella escena.
Nuestros abrigos largos, la sonrisa;
el gozo elemental de la existencia,
marcado para siempre en blanco y
negro.
Presidía la puerta de Alcalá,
con sus rosas y grises en la piedra,
rodeada de atmósfera inocente.
Han transcurrido más de treinta años,
y atravieso el lugar en automóvil,
al paso, las arcadas de piedra
ennegrecidas,
su insolente esplendor ajeno a la
premura.
El rojizo color, el dorado
herrumbroso.
Vaya ver al amigo, anciano y solo.
Es primavera inquieta, sin fotógrafo,
Y mi padre no está
De lugares de paso
LYONS TEA
Aquí conmigo, objeto
Repaso los contornos
el rojizo color, el dorado
herrumbroso.
Lyons tea
sobre la tapa, decorado de damero y
leones.
Qualité de
luxe. Export by (1929)
La vieja caja y su olvidado origen.
junto al papel, presencia.
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