Poemas
De
Janiel Humberto Pemberty
SEDIMENTOS
Residuos de tus sueños
En la herrumbre de los días
El asiento de tus palabras
En el limo de tus apetitos
Y tu terca memoria fracturada
Persisten a porfía contra el olvido
Tu primer asombro
La huella de tu primigenia satisfacción
Perseveran sobre tu primera soledad
Y el sumidero de tus despedidas
Los abrazados pechos contra tu pecho
El beso que te robó la inocencia
Y la fértil efervescencia del deseo
Insisten sobre la pátina erosiva de los años
Y son todo lo que eres
Lo que de ti queda
Geografía del corazón.
VOCES
Un puñado de voces
Ladran furiosas por tu conciencia
Un cristal difuso
Refleja tu último sueño
El agua
Limadura espesa
Desciende oscura por el ducto de tu tráquea
Habitaciones huidizas
Desfiguran tus pasos
En algún rincón un niño llora
Pestillo del día
Y en tu cabeza
El tic tac del reloj
Transita tus orillas
El tiempo de la sangre
En su manecilla horaria
El tiempo de los sentenciados
Se eterniza en su minutero.
HOJA ROTA
No queda nada de los resplandores de junio
Bajo este mustio cielo de noviembre
La tarde de anónimos adioses
Se entrega extasiada en brazos del olvido
El viento me empuja con las hojas moribundas
Que cayeron enrojecidas de sus tallos
Voy rodando sobre el asfalto helado
Cual diminuta cabellera sin cabeza
Y me aplasto contra los altos ventanales
Que intentaron traspasar las mariposas del sueño
No alcanza a detenerme
La hierba que desafía a la tempestad
Ni el enjambre ululante del bosque erizado
Vuelo indefenso hacia la nada
Como una nube diluida por el viento
Quizás
Hasta el mismo tiempo que decidió amamantarme
No quiera llevarme en su memoria
Y me niegue la gracia
‒Hoja que el viento deshecha‒
De ser guardado en los cofres secretos
Donde los vengadores ocultan sus cuchillos.
DUELE
En algún lugar anónimo
Tu cuerpo llora
La mañana ha hincado
En tu vientre su ancla de adioses
Pero tú sigue
Risa de labio partido
Abanico de eco calcáreo
Tocando ebrio de sol el campanario del día
Sigue tu loca tonada
De bestia burlona
Y adormece ese dolor
Que late furioso
Perricida
Ensimismado
Muéstrale tu boca de risa cariada
Y gruñente alegría
Doma tu dolor con tu silbo
De encantador de serpientes
Despílfarrate como canción
Para que la muerte huya
Con las palomas despavoridas
Del centro de la batalla
Y con los caídos
Y los que aún no caen
Pero perdieron toda esperanza.
SEÑALES
La cansada luz del día
Anuncio precario de la sombra
La nostálgica cantiga de los pájaros
El silencio
Incisivo
Persistente
Entre la vibración densa del aire
Y el rumor que el poniente difumina
Universos paralelos o perdidos
Llamando afanados
Al portal crepuscular de la conciencia
Voces entregando con el viento
-A la multitud del bosque-
El secreto mejor guardado por la sombra
Que vibra en la melancólica penumbra
Rituales que pregonan la alta noche
O quizá todo solo sea
Agua nocturna
Derramada en mi corazón
Esta agua nocturna
Que clama incesante en mi corazón.
ALBEDRÍO
DEL RECUERDO
A Orlando Antonio Gallo
Isaza
No lo sabes
Pero la muchacha que se baja del bus
El olor a perfume y smog que despide
Y sus bluyines ajustados
Que un desconocido diseñó
Para magnificar sus caderas
Te harán esta tarde inolvidable
Y ese peinado que la hace casi singular
‒Como ella quiere‒
Permanecerá también en tu recuerdo
Más allá de los vastos días
Y de la lluvia imprevista
Que en veinte segundos
Lo convertirá en desperdicio
Y sin embargo
Habrás de olvidar
Los largos sueños que reptaron tus abismos
Los ríos manchados
En que tu corazón persistía hasta el naufragio
La llaga de tu hastío
Tantas veces cicatrizada
Y vuelta a abrir en tu biografía
E incluso
No recordarás más el dulce resuello de la bestia
huérfana
Que te esperaba en las auroras
Y el fantasma con venas de neón azul
Que en las madrugadas venía a llorar en tu ventana.
VIAJERO DE LAS ESTRELLAS
Viajero de las estrellas
Que despreciado por el
silencio
Condenado a construir
para la ruina
Y a ser tierra amarga
para la dicha
Mueres y renaces en los
meandros del tiempo
¿A dónde llevas con tus
sueños rotos
El pesado equipaje de tu
vida?
¿Qué regodeo buscas
En estas quimeras para la
amnesia y la arena?
El rostro de tu estigma
Camina incesante por tus
horas:
Jamás conocerá reposo tu
corazón
Tu bandera será rasgada
por el rigor de todos los vientos
Y de tu sangre se
alimentará el espejismo de los días
¿Acaso no sabes que no
hay puerto de llegada
Porque todos los
instantes son el puerto
Una luz que habla en el
silencio?
ENVÍO URGENTE
En esta carta entrega inmediata
Va mi corazón
Prisionero de tu vasta lejanía
Como no se acostumbró a vivir sin ti
Palpita solo para recordarte
Y sonámbulo de tu nombre y de tu aroma
A mi memoria no cesa de empujarte
Corriente de meandros desgastados
Ha hecho de mis largas horas
Y cruz
De mis ponientes y auroras
Solo guárdalo en tu seno
Sobre la misma piel que fue su amante
Reconocerá de inmediato tu tibieza
Y quizás me rememore alguna tarde.
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