Mil y unas palabras para Fátima Correa
Víctor Bustamante
Busco el significado
de su nombre en el Diccionario de nombres, y vaya sorpresa, no aparece.
Pero Mr. Google que parece saberlo todo me ayuda. “Fátima: Una mujer compasiva,
amiga de sus amigos, que se preocupa por los demás y nunca deja de lado a
nadie. Así es Fátima. Se le da bien escuchar y opinar. Además, el origen de
este nombre propio es muy interesante. Fátima significa ‘mujer única’. Muchos
progenitores lo elegían para sus hijas, con el fin de darles este valor, la
unicidad, que no fuesen una persona más en este mundo, para que dejara su
huella”.
O sea, no era
previsible que Fátima Correa fuera cineasta por una razón de peso, a lo mejor el
significado de su nombre fue elaborado cuando no se podría sospechar de la
invención del cine. Pero bueno, dejemos esa parte especulativa ante un nombre
escaso y sonoro, nombre que lleva en ciertas películas algunas damas de acento misterioso,
venidas del imperio no del sol naciente sino de lugares aún más cercanos La
Floresta, aquí en Medellín.
Pero vamos a lo del
cine. Fátima ha filmado son su puño e imagen. O sea, ella misma filma, parece
que quiere hacerlo todo. O sea es la autora de sus imágenes, y así plasma sus
ideas cámara en mano. De esa manera, sus cortos son sus propias imágenes. Ella
misma las ha captado, les ha dado el Angulo, el encuadre, la luz que necesita,
son su propia definición, su creatividad.
Hay un corto La casa azul, que evoca los recuerdos de
ella, sobre todo en la esquina, en la superficie del barrio, en ese lugar donde
se inicia el culto a la calle, o sea a la ciudad. Ella, ahí, cuando se asoma desde
el balcón de su casa, cuando su voz en off habla del barrio lo hace con cierto
dejo de nostalgia y no es para menos, cada día asistimos a ese evento terrible
de saber que lo que podría ser el progreso admitido por la violencia poco a
poco encara y destruye los espacios citadinos. Desde aquí aparece un deseo de hacer
perdurar en imágenes su osadía por la nostalgia. Hay varios cortos cortos que
se refieren a su ámbito familiar, donde es notoria la persistencia de no querer
dejar pasar las presencias valiosas a ella, podría decir, sus imágenes caras:
la familia, la casa, su calle. Pero también podría aseverar que se trata de su
deseo de creación al buscar allí una manera de experimentar, de aprender a dominar
su gramática personal. Por esa razón La
perra de papi, Burbujas, Animamiento, La gallina, el río y la mariposa,
Atardecer en terraza, Desde el olvido, dan la impresión de ser no espacios
comunes, sino sus espacios, donde lo cotidiano que observa, donde la presencia
de las imágenes que huyen deben de ser captadas, miradas, aún más admiradas, y
no dejar que desplacen a otro lugar: la desmemoria.
Aunque a veces
regresa a su ámbito personal, lo cotidiano como lectura de su presente, de sus
estancias efímeras, también hay otro vértice en su creación: la solidaridad, la
denuncia que se extrae al mirar Flores
para Garzón, No los dejaremos dormir,
Hoy mi cuerpo fue una masacre televisiva, El parque de los deseos, El peligroso
violinista, que se deslizan en sus caminos creativos así en ese ámbito
donde el artista es cuidadoso para no caer en lo panfletario, en la
desgarradura de la solidaridad que vapulea su creación.
Lo que se plasmará
luego en lo que es su mejor trabajo Campeón.
Un corto donde ella busca a Pambelé, su gloria perdida y su declive actual por
la calles de Bogotá y así de su mano y de su cámara vamos a San Basilio de Palenque
y a Chambacú, espacios propicios donde el campeón inició su vida. Su tía, sus
amigos, su madre, su hermana son la presencia de Pambelé, así como su tío quien
le dio el nombre de boxeador, aunque era prestado. En el palenque, en Chambacú,
perdura la memoria del campeón de boxeo. Ahí reside, en la ausencia de este
corto que busca al campeón sin poderlo ver sino al final en la pelea televisiva
cuando Pambelé le gana a Frazer, y así inicia esa leyenda corta de los deportistas
que luego de una cota alta caen como es costumbre en el país de los olvidos mutuos.
Hay imágenes de las personas cercanas a Pambelé, de su entorno, mujeres lavando
ropa en el río, así como sus amigos que aún lo tienen presente. Mientras el campeón,
no sabemos en cuál calle de Bogotá o de Cartagena o del país camina las calles
en ese tráfago diario por la supervivencia y el indiferencia que lo ha dejado
solo en los titulares de los diarios.
Ahí en esa nostalgia
en ese evento de la vida que se diluye hay esa búsqueda de Fátima, por la
perdurabilidad, lo cual la conduce a filmar Desde
el olvido que es nada menos que mirar, revisitar, vivir el proceso de elaborar
la panela en un trapiche de caña. Ella va, filma, plantea, revisita su entorno familiar,
que es otra de los deseos de sentir la presencia de lo que se va, pero Fátima
no quiere que ante la desmemoria estos ámbitos todo se diluyan sino que desea
que el recuerdo no sea lo que se borre en la mente sino que para eso los plasma
en imágenes.
Pero bien, ella ya ha
filmado, interrogado su entorno familiar y ahora esperamos algo: que se suelte más
y busque otros caminos.
Otra veta creativa
de Fátima no en Portugal sino en York, ahora distante y distinta, es el humor,
lo que se nota en ese pequeño arabesco que es Valderrobles, pero que se acrecienta en su mejor trabajo crítico, Postales de amor, donde despedaza el
mito de hacer cine, la soberbia de la directora, la perseverancia de las malas
actrices y, sobre todo, nos indica como hay un humor que corroe, ante el
tercermundismo que impera por estos pagos. La mítica cámara que filma es solo
un bibelot de cartón que no filmará ninguna imagen, pero que es la protagonista
porque sabemos que quien la maneja y sigue a los personajes es solo una
ilusión, y así entendemos que es solo una acida critica a los cineastas que
cámara en mano, buscan y agreden el paisaje fílmico con su búsqueda de vidas
disolutas, con ese telón en primera línea de la miseria colombiana para
exportarla como síntesis de lo que somos olvidando otras posibilidades. Así en
este corto Fátima se deslinda de sus temas que la obseden y se inclina por
replantear el hacer cine y se aleja de esa visión medellinense, sobre todo, de
indagar la porno miseria como estro creativo en el cine.
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Conversatorio con Fátima Correa
Víctor Bustamante: ¿De dónde
viene ese gusto por el cine?
Fátima Correa: Pues ni sé, porque empezó muy
temprano, y fue alimentado siempre por mi familia
VB: ¿Ibas a ver
películas con tus padres? ¿Te apoyaban en tu deseo de realizar cine?
FC: Ambos. Mi primera cámara
la tuve a los doce años y el primer curso de cine con Luis Alberto Álvarez fue
a los trece. Tanta era mi obsesión que me seguían la corriente. Mira, a los once
años, digamos, me la pasaba haciendo radio historias, para que me vieran
talento y me dieran una cámara. Pero eran buenísimas, soy buena imitando voces.
VB: ¿Estuviste
con Luis Alberto en los cursos del Instituto Goethe o en el Colombo- Americano
o en la Alianza Francesa?
FC: Los primeros en el Colombo-Americano
Y el ultimo que se llamaba Películas invisibles fue, creo que, en Yurupary o
algo así.
VB: ¿Qué aprendiste con él?
FC: Me acercó a cinematografías
distintas y poéticas, cine europeo e independiente del mundo. Pues en esa época
Kieslowski. Nadie lo había visto
siquiera y él nos mostraba su trilogía. Incluso muchas pelis no estaban
traducidas y él las iba traduciendo, en la medida que la veíamos, con micrófono.
Me acuerdo de la voz de él con ese micrófono. Él era como un topo explorador de
las cinematografías del mundo, y su labor fue determinante en Medellín, dejó
escuela, a nivel de críticos y realizadores, creería yo. También me acuerdo de
su programa los viernes por la noche, que presentaba unas pelis buenísimas. Me
acuerdo de una que me impactó mucho que se llamaba Rocco y sus hermanos. Iba al
Colombo, también iba al Mamm cuando era bueno en Carlos E. Ahí me pillé los
mejores ciclos. También iba a Cine Centro y al Libia.
VB: ¿De los ciclos de
cine cuál recuerdas, y qué viste que recuerdes en los otros teatros?
FC: Muchos: Bergman,
Buñuel, Rohmer, de los hermanos Kaurismaki.
VB: ¿Y cine colombiano no viste nada?
FC: Sí, claro. Me
acuerdo un corto muy bello que vi creo, que con Luis Alberto, que se llama Cuartico azul de Luis Krum, para él era un corto muy importante, y a mí me
pareció muy bello. Víctor Gaviria ha sido de los directores el que más he
admirado junto con Mayolo. Sí, también vi un corto, pero ya con Carlos Henao
que me impactó. Una de mis películas favoritas del cine colombiano, que se
llama Diario de viaje. Ese corto me
marcó mucho. Me dijo: Se puede hacer cine con cualquier dispositivo, no hay
excusa.
VB: ¿Dónde estudiaste
cine?
FC: En Bogotá, en Unitec.
VB: Pero hay algo
importante, los que queríamos hacer cine no teníamos donde estudiarlo, pero
tuviste esa posibilidad.
FC: Mi generación fue
más afortunada.
VB: No lo creas, cada generación
posee sus subterfugios.
FC: Sí, pero digamos mi
generación la empezó a tener fácil, porque el video se hizo de muy fácil acceso
y además porque hubo un boom. Ya la generación siguiente la tuvo todavía más
fácil por todo y por la brecha que está abriendo.
VB: ¿Luego
de estudiar cine en Bogotá, regresaste a Medellín? ¿Cuál fue tu trabajo de
grado?
FC: Un guion de
largometraje. Pues tiene varios nombres. Es que no me acuerdo cual fue el
definitivo. Creo que La historia de José
o algo así.
VB: Hay
un corto tuyo, La casa azul, donde se
resuma nostalgia. Por la forma en que cambian los barrios, en este caso tú
espacio. Habla del deterioro de las esquinas, de todo.
FC: Sí, ese video es en La
Floresta, un barrio que como muchos de Medellín se ha ido transformando.
VB: ¿Por qué lo hiciste
en blanco y negro?
FC: Porque el blanco y negro
me parece más evocador y nostálgico.
VB: Hay un recurso en
tus cortos, tu voz fuera de cámara. Hay una niña desnuda que corre en la casa y
luego apareces en el balcón. Es una manera de evocar una casa, así como a tu
familia. Cuenta más sobre el corto, además hay lluvia todo eso, una banda. ¿Cómo
lo ideaste?
FC: Ah, porque de alguna
manera siempre estoy hablando desde mí, de mi vida, de mi familia. Siento que
es como una honestidad. Hice el video durante varios años, por eso aparezco
primero de pelo largo y luego de pelo corto, etc.
VB: ¿Cómo es el proceso
para filmar, ideas mucho, corriges mucho o eres apresurada?
FC: Por ejemplo, ese
video, primero me empezó a rondar la idea, escribí un cuento que se llama La
casa azul, que es también sobre la casa y mi familia. Luego empecé a grabar,
por algunos años, finalmente hice una primera edición. Pero no me gustó,
entonces la guardé como por tres años, y ya estando en Holanda, tal vez gracias
a la nostalgia que sentía lo edité.
VB: En Campeón comienzas a buscar a Pambelé en Bogotá.
Luego vas a San Basilio de Palenque en Cartagena y allá buscas a sus amigos. ¿Por
qué te llama la atención Pambelé?
FC: Por mi papá, viste
que en el video lo digo. Me gustan esos héroes olvidados.
VB: La nostalgia te
convoca
FC: Sobre todo porque Pambelé
representa todo lo que la sociedad desprecia.
VB: Me gusta la parte de
San Basilio al mostrar a sus amigos, su vida cotidiana. Es algo lleno de dolor.
FC: Claro, a mí no me
tocó esa parte, pero la conocí por medio de mi papá. Él lo admira mucho y me
habló mucho tiempo de él, hasta que viviendo en Bogotá empecé a hacerlo,
buscarlo. Nunca lo encontré. Años después se dio la oportunidad de ir a Cartagena
y entonces lo continué.
VB: ¿En los videos quién
hace la cámara tu o algún amigo?
FC: Siempre la hago yo menos
en Postales de amor, que me ayudó Alba,
yo hice también pero más ella, y en Flores
para Garzón también me ayudó un amigo.
VB: En Campeón me gusta ver a Bernardo
Caraballo y a Rodrigo Valdez. A Valdez, ¿cómo los encontraste?
FC: Buscándolo, preguntando
en las calles, en los gimnasios.
VB: De pronto en la vida
nacional desaparece Caraballo.
FC: Es un descaro cómo
terminó Caraballo. Él se pudo pensionar no por deportista, sino por cargador de
bultos.
VB: Pudo ser más grande
que Pambelé.
FC: No, no creo. Aunque
todos lo admiraban.
VB: Cuando regresó de Japón
luego pelear con Harada, donde le robaron el título de peso gallo, prendía con
billetes de dólares los cigarrillos. Dilapidó su fortuna.
FC: Mira te cuento otro
dato así entretenido. Cuando fue a la inauguración del coliseo Bernardo Caraballo
no lo dejaron entrar. Y el pobre diciendo en la entrada al muchacho, pero es
que yo soy Caraballo. Ya después se aclaró todo y pudo entrar pero casi que no.
VB: Así le ocurrió a Cochise
en el velódromo. No es raro aquí en el país sin misericordia
FC: Una de las cosas que
más me fascinaron de esa vida fue Chambacú. Leí Chambacú de Zapata Olivella que me pareció muy esclarecedor de lo
que fue ese barrio. Hay un factor común en todos los afros de la edad de Pambelé
o mayores, y es Chambacú, es como si ese barrio viviera todavía en el corazón
de todos los que lo habitaron.
VB: Es cierto, además
luego fueron sacados de allá. ¿Campeón
es tu mejor trabajo?
FC: Claro viste que en
el video muestro el lugar en donde quedaba Chambacú.
VB: Exacto, sí, sí.
FC: Campeón
y Desde el olvido fueron mis karmas. Más
de diez años en el de la panela y como siete con el otro. Eso es exagerado no
creo que sea el mejor ni nada, solo fue como mi escuela.
VB: Campeón
me gusta más, porque es buscar al boxeador ausente que está en la memoria de
sus familias, de sus amigos,
FC: Esos dos
documentales me enseñaron.
VB: Es una presencia muy
fuerte en el país, por el éxito y su declive ante nuestra indiferencia
FC: Sí, aunque Pambelé
ha tenido más ayuda que cualquier otro deportista en Colombia.
VB: Sí, sí, es cierto y
ha sido muy recurrente a esa ayuda. En Desde
el olvido aparece de nuevo la nostalgia. No me vayas a decir que lo hiciste
por tu papá.
FC: De alguna manera sí.
Esos trapiches son cerca de la finca de mi papá. Los conocí gracias a él.
VB: Es hermoso ese proceso
yo también lo viví. Es un oficio qué poco a poco desaparece.
FC: Omití muchas cosas
políticas del video, datos que tenía, porque investigué mucho, y al final no
quise denunciar nada, porque las imágenes mismas creí que lo harían.
VB: Es muy preciso, es cierto.
Y,¿por qué demoraste tantos años?
FC: Porque quería ver el
deterioro de los trapiches. Viste que al final están parados. Yo sabía que iban
en picada, quería ver eso.
VB: ¿Dónde quedan esas veredas
Santa Lucia y El zancudo?
FC: Ahí en Vegachí. Fue
una finca que consiguieron hace unos años, bueno muchos ya. Yo me considero muy
montañera, amo eso, y de Vegachí tengo muchos buenos recuerdos. Mi infancia la
pasé por Puerto Berrío. Pero lastimosamente siempre viví en Medellín.
VB: El
gallo ornamental es más por encargo.
FC: Sí, claro fue por
encargo.
VB: Que te impresionó de
esa fiesta. Veo que te gustan los temas campesinos.
FC: Sí, mucho, el campo
es lo que más me gusta.
VB: Cuando enfocas el paisaje,
la lejanía se te nota. Es tu sello personal, la evocación, cierta pasividad. ¿Cómo
definirías este trabajo?
FC: Fue un acercamiento
a esa feria que la organiza un primo. Y el tema en particular me gusta mucho.
Porque el campo es lo más sufrido de Colombia, y la soberanía alimentaria es un
drama que cada vez se agudiza más.
VB: Ahí aparece la
chica, Lily Colombia. Es muy interesante, extrovertida, creativa.
FC: Sí, ahí la conocí. Si,
ahí la conocí y hubo empatía y decidimos hacer algo juntas e hicimos el de Garzón.
Es Diana Gamboa una payasa, vive en Barcelona hace mil años. Ahora estoy
editando un video que hice con ella en Barcelona. Pues eso, lo que viste, era
como la animadora de la feria, como un personaje en la feria.
VB: Veo qué en lo de Garzón
cuando ella anda con la carreta y con la foto, y pregunta por él. Es como una
lucha por la desmemoria.
FC: Sí. Lo de Garzón fue
de las peores cosas que le ha pasado al país. Su asesinato fue simbólico. Nos
mataron la risa, la inteligencia, la capacidad de pensar una realidad. Sin la
muerte de Garzón, Uribe no habría podido ganar como lo hizo. Él lo habría
desenmascarado.
VB: ¿Por qué lo dices? eso
no puede ser previsible, aunque el país está lleno de sorpresas.
FC: Porque Garzón los
desenmascaraba a todos. A punta de chistes los ponía en evidencia, y la gente
le creía y le entendía.
VB: Te gusta mucho la política.
Haces reclamos en otros cortos.
FC: El de la panela me
parece que es muy político.
VB: ¿Qué dice tu padre
de lo que has filmado? Es una presencia muy fuerte en tu vida.
FC: Él me apoya mucho, él
fue quien me dio mi primera cámara de video.
VB: En varios cortos, el
de la perra, en lo de la gallina. Me hablabas de la finca en Vegachí, está tu
papá, es fuerte la presencia de él.
FC: Sí, es mi musa. Viste
que en La casa azul también. Nada, mi
familia es mi tesoro y mi tema, la amo. En ese sentido me identifico con Emily Dickinson
y su amor por su familia.
Y
en ese libro que el tradujo de ella hay una parte donde cita su respuesta
cuando la invitaron a algún lado y respondió que no porque de pronto moría su
familia o algo así. Estos cortos son como mi diario. Grabo mi vida
constantemente desde que tengo doce años. La cantidad de video que tengo es muy
grande.
VB: Me gusta eso que
dices. ¿Es algo obsesivo?
FC: No sé si obsesivo
pero si constante. En mi adolescencia grababa cortos argumentales con mis
primos, que me ayudaban actuando y de todo. Bueno como hasta los diez y siete más
o menos o menos. No sé. Después ya no quisieron actuar y me toco seguir inventándome
historias sin actores ni nada. Hacía cosas muy de experimentar con la luz y la música,
y siempre eso, también hice montaje en cámara. Para poder mostrarle a la
familia los cortos en el televisor directamente de la cámara, ya que no tenía
equipo de edición ni nada. Era muy divertido.
VB: Esos cortos se
convierten en parte del álbum familiar. En el fondo eres nostálgica.
FC: Sí, mucho.
VB: No lo pareces, porque
has sido crítica y dura por aquí. Noto en tus videos al filmar lo de tú casa y familia.
FC: Una es de no dejar
que el tiempo trascurra. Es también un deseo de permanencia. Sí, debe ser algo así.
Yo soy crítica pero cuando las escribo me gusta seguir la línea de los Cahiers. En una entrevista en Cahiers du Cinéma Godard, decía que como
eran también realizadores, tenían la regla de que toda crítica debía ser
elogiosa. Esa concepción de la crítica me pareció reveladora. Y de alguna
manera pienso que un buen espectador, un crítico ve muchas más cosas que las que
hay. Trasciende el texto, lo eleva.
VB: No lo creas. En otra
entrevista hay algo que le aprendí al mismo Godard, dice que la crítica debe de
ser terrorista. No
puedes desconocer que se hable bien o mal de un texto de todas maneras el cine
sigue o como diría Fellini, La nave va.
FC: Esa también la vi
con Luis Alberto creo. Luego la volví a ver al tiempo y fue raro.
VB: Pero sigamos. Está bien
tu opinión. En cine hay opciones
creativas: argumental y el documental. Te has inclinado más por el último.
FC: No, ha sido
circunstancial. Todo lo que hago es auto producido. No participo en
convocatorias ni tengo patrocinadores ni nada, entonces es más viable hacer
documentales que ficciones, aunque para mí no hay mucha diferencia.
VB: Pero es definitivo
en lo que has hecho poco a poco tras un camino creativo.
FC: Sí, me gusta mucho
el documental porque es muy libre. Pienso que el verdadero cine que se está haciendo
es en el documental. El cine como arte emigró hace mucho tiempo de las salas de
cine, y se fue a vivir a circuitos de festivales y otras periferias, se quedó
el reinado de Hollywood en sus múltiplex y alguna que otra película que quiera
emularlo.
VB: ¿Qué documentalista admiras,
miras, sigues en la actualidad?
FC: Hay una mujer que no
he podido encontrar su nombre, pero recuerdo un corto suyo que se llama Noviembre. Me impactó mucho. Últimamente
Jonás Mekas. El de El avance de Sherman
que no me acuerdo el nombre pero ese documental me impactó mucho. Berliner o algo así que no me acuerdo el
nombre cómo se escribe.
VB: ¿Y del país, de Colombia?
FC: Pues este año y
medio que llevo fuera me he atrasado mucho, pero, pues, ahí de lo que he visto me
estoy acordando de nombres. Ah, pues Mayolo: Sus documentales me gustaron mucho
también me estoy intentando acordar de otros. Marta Rodríguez y Jorge Silva
juntos, también ella sola. Gabriela Samper, Mauricio Carmona. Otros que admiro
del documental son Santiago Andrés Gómez y Santiago Herrera, también a Joche.
VB: ¿En lo de los
festivales has participado?
FC: En pocos, casi no he
mandado. Tengo así en la página digamos veinte cortos o algo así, y si he
participado en cuatro festivales; no, han sido cinco; muy pocos la verdad. Me
gustaría participar más.
VB: En el documental se
crea la posibilidad de hacer lo que llaman porno miseria. Háblame de ese tema.
FC: Yo pienso que la porno
miseria ya evolucionó. Ya no es miseria lo que se está buscando sino paisajes
bonitos: Vive Colombia, viaja por ella. Bellos paisajes para que las
multinacionales los compren. El corto Postales
de amor fue mi perspectiva de esa evolución de la porno miseria. En Postales de amor. Un grupo de jóvenes y
exitosos cineastas realizan su ópera prima buscando los paisajes más bellos de
Antioquia.
VB: Postales
de amor me gusta mucho, me gusta lo de la cámara de cartón.
Es una huella, una gran metáfora, me gusta el ambiente. Hasta la chica morena,
mala actriz, y no es racismo.
FC: Sí, esa era la idea
FC: Es que me parece que
también hay una exotización de lo que somos. Tengo mucha curiosidad por ver las
últimas películas colombianas. Esperando que las suban a internet para poder
ver sobre todo tres: La tierra y la
sombra, El abrazo de la serpiente
y Gente de bien. Quiero mucho verlas porque creo que me pueden gustar mucho
sobre todo La tierra y la sombra.
VB: Pero sigamos con Postales de amor. ¿Cómo surge la
idea?
FC: De ver algunas
películas colombianas que solo querían mostrar paisajes hermosos. Pensaba en Agarrando pueblo y el ensayo de Luis Alberto, con Víctor Gaviria que se llama
“Las latas en el fondo del río”, un poco el final. Es por ese ensayo, un
pequeño homenaje a ese ensayo maravilloso y a Agarrando pueblo que para
mi gusto es lo más lindo que se ha hecho en Colombia junto con Rodrigo D.
VB: El trabajo que más
me gusta de ti es Postales de amor. Estás
creativa, fuerte, dejas de lado la nostalgia familiar, sales. Le das otro
lustre a lo qué filmas.
FC: Sí, es que es lo que
te digo, en Postales de amor hubo
mucha producción, en el sentido de que hubo más gente ayudando a hacer, hubo
equipo y hubo todo lo que se necesitó para ficcionar, y eso que tocó hacerlo
con paciencia porque el presupuesto era casi nulo. Un corto normal no se hace
con menos de cinco millones. Yo siempre soy creativa
FC: Es que es algo muy
de esa ciudad. Últimamente hasta hace unos años solo había ido a Cuba. Viajar
es el paraíso de los tontos, decía una frase. No recuerdo de quien. Y creo que
si lo sea, es la definición por excelencia del consumismo.
VB: hablemos de nuevo un
poco de política si no te molesta, es por alguno de tus cortos. En algunos de
ellos haces crítica, incluso en el homenaje a Garzón. ¿Solidaridad o crítica?
FC: Tal vez ambos. La
muerte de Garzón ha sido de lo peor que nos ha pasado como país, una tragedia,
con unas implicaciones simbólicas muy grandes en la mente colectiva. Hoy, mi cuerpo fue una masacre televisiva. Es
sobre Rafeef Ziadah poeta y activista
palestina, sobre imágenes de bombardeos en Gaza. Los colores de la ira -Rafeef Ziadah. Poeta Palestina Rafeef
Ziadah. Son como unos collages que hice con esa poeta: Tomé sus poemas, y
retoqué las imágenes, y las puse sobre imágenes de bombardeos a Gaza en el
primero y de fotos en la segunda.
VB: Te preguntaba sobre
lo político porque en varios de tus cortos hay una cierta preocupación, incluso
en Los pasos perdidos te fijas en las
marchas en Buenos Aires.
FC: Sí.
VB: ¿Por qué cambiaste
de tonalidad en la película? ¿Caprichos?
FC: Porque quería hablar
desde algo onírico, la tergiversación que da el tiempo a los recuerdos.
VB: El humor a veces
toca a tu creatividad, puede ser notorio en Valderrobles
y en Postales, hay algo de humor negro.
FC: Sí, me gusta el
humor, lo que pasa es que a veces soy como dramática.
VB: Estuviste en Cuba, ¿fuiste
a San Antonio de los Baños a la escuela de cine?
FC: Fue hace mil años,
fue lo que pedí de quince pero me lo dieron un poquito después cuando se pudo. Fui
sola. A pesar de todo, estuve un mes, conocí gente muy linda del cine, un par
de directores y un director de fotografía que fue el que hizo la de Confesión a Laura.
VB: ¿Aprendiste algo, o más
bien te dedicaste a visitar La Habana?
FC: Aprendí e hacer unos
videos divinos. Imagínate que me pillé un ensayo completo de Buena Vista Social
Club, en una casa. Lo grabé todo. Increíble. También cuando el Papa fue a Cuba
por primera vez. Entonces grabé todo eso
el papamóvil por toda La Habana. Corría detrás de él. Y un discurso de Fidel en
esa plaza de la revolución, multitudinaria, impresionante.
VB: Son documentos
interesantes, el Papa y el tirano. ¿Los piensas publicar?
FC: Y muchas cosas más.
Fue muy bello. Ah, sí, tendría que subirlos.
VB: ¿En qué otros países
has estudiado cine?
FC: No, en ninguno.
VB: ¿En Inglaterra has
filmado algo? ¿No has buscado un director de cine qué te interese?
FC: Sí he grabado, claro.
VB: El video de Buenos Aires
está muy interesante. Imagínate qué al comienzo lo del avión era algo así como lo de
las torres gemelas. Me hubiera gustado verlo en sus colores normales porque son
un diario de ruta, de viaje. Ah, y no se podía quedar atrás el tango.
FC: Sí, fue a propósito
la omisión.
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