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George Harrison,
El señor de la guitarra
Saúl
Bustamante C
A
Nueva York
Llegamos
expectantes
Agosto
victorea
En la
séptima avenida
Ante
nosotros
Una
cosmopolita torre de Babel
Esa
mole cilíndrica de concreto y acero
El
jardín cuadrado de Madison
Guarda
cuarenta mil almas adictas al rock
Hierve
la sangre al límite de la tarde
Unas
tenues luces disimulan mi asombro
El
sudor, el humo del cannabis me hace tartamudear
Esperando
esa ráfaga que serpentea los aires brumosos
Tras
su acústica guitarra aparece místico,
Hare
krishna
Dejado
atrás su Rickenbacker eléctrica de doce
cuerdas
Un
tanto nervioso
Esparciéndose en los espacios
Allí
donde el eco degenerado agrada
Un
soplo de sentimiento
Delgado
un hombre mitiga sus cantos
De
traje blanco, de cabello rebelde
Deja
un recuerdo valioso a sus fanáticos
Veo su
mentón, poblado de espesa barba
Lleva
consigo la mirada serena
Después
de fumar un cigarrillo
Mister
Papadopolous
Frunce
su ceño
Toca
modestamente
Si si
do mi do mi mi
Con
su clavijero apuntando al horizonte
Queriendo
llamar la atención de su Dios
Bangladesh guarda su nombre
A
orillas el fértil delta del Ganges
El
sol le acompaña cada amanecer
El
sol lo cuida
El
sol más fino ilumina su camino
Sus
cenizas no han callado
Son un manto de música
Que
viaja al gran triangulo de la India
Tras
su transito por esta tierra azarosa…
Enero
29 de 2011.
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