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Los maestros
también marchan en mayo
Víctor Bustamante
¿Dónde ha
quedado el país posible con el bienestar prometido cada cuatro años?
Donde
siempre: en la democracia de ficción
y en la
fantasía de estólidos gobernantes que no han podido dilucidar entre el
bienestar social y su bienestar personal.
De ahí ese país fragmentado en miles de pedazos,
dominado con titulares de prensa y leyes que no se cumplen
impresas en papeles que se pudren en los sótanos de palacio, con promesas a
incautos llenos de melancolía que aun esperan sentados en las gradas de las
mentiras el mismo discurso de hace tantos años
Aun los
desplazados del invierno esperan en el borde de las carreteras y en las orillas de los ríos que lleguen los emisarios
con cartapacios llenos de planes y auxilios
El pueblo desaparecido.
Gramalote, aun espera, como los de Armero,
los auxilios que nunca llegaron
Los miles
de muertos señalan con el dedo acusador la falta de solidaridad
Olvido y truculencia
de ese otro país que habita en las fantasías de lo internacional
Desplazados
presionan desde los cinturones de miseria
en las ciudades
Miles de
exilados pueblan la ruindad en suelos extraños
¿Dónde está
ese país posible con la tasa del mínimo más aberrante de Latinoamérica?
¿Dónde ha quedado
la memoria, que esquilma realidades y silencios y olvidos, que masacra hace tanto
tiempo esa
relación
truncada entre los maestros y el Estado?
Imposición
e improvisación, oprobio y burlas,
marcan y determinan ese país imposible.
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